47; BODA REAL

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BODA REAL

Habían pasado otro medio año sin visitar King's Landing, durante ese tiempo se anunció la fecha de la boda de la princesa Helaena y su hermano el príncipe Aegon. Rhaenyra enseguida había enviado una carta a su hermana avisando que ella y sus hijos no asistirán a la ceremonia y Cerys no la culpó. A medida que el tiempo pasaba las cosas seguían cambiando para la familia de Dragonstone, los niños siguieron tomándose en serio sus responsabilidades y se les veía más interesados en los asuntos del reino. Otra cosa que cambió sus vidas fue el anuncio del embarazo de la princesa heredera, el anuncio se dio cerca de la fecha de la boda de los hijos del rey y los hijos de la princesa no dudaron en celebrar, todos emocionados por la idea de tener otro hermano o hermana. Daemon también estaba feliz, sobre todo cuando Cerys pasó las etapas de riesgo en su embarazo y su vientre comenzó a abultarse dejando que todos vieran su estado.

El rey anunció un torneo en honor a su futuro nieto y la boda de sus hijos, la celebración sería cerrada con la boda, a pesar de no querer ir a King's Landing la familia de Dragonstone tuvo que viajar. Llegaron dos días después del inició del torneo y todos los lores que se los cruzaban los felicitaron por el futuro miembro de la familia. Incluso Alicent los felicitó, aunque fuese con una sonrisa forzada. De los Velaryon solo asistieron Laenor y la princesa Rhaenys, los dos bañando a Cerys con felicitaciones y confesando lo emocionados que estaban por la llegada del bebé, sobre todo Rhaenys que no dudo en expresar lo mucho iba a querer a su nieta o nieto. El rey Viserys tuvo una discusión pasivo-agresiva con su prima sobre eso.

—¿Qué crees que sea?—pregunto Alyssa a Helaena mientras caminaban por los pasillos de la fortaleza.

—Un dragón de escamas violetas—respondió su tía.

—Así que...un niño—las dos asintieron satisfechas—. Eso es bueno, somos demasiadas niñas.

—Me gusta que sean muchas niñas—confesó Helaena.

—Tenemos el poder sobre los hombres—los ojos de la menor brillaron con diversión y Helaena se rio—, deberíamos dominar el mundo.

—Eso me gustaría—la mayor se colgó del brazo de su sobrina—, pero ahora quisiera ir a volar contigo.

—¡Claro!

Las dos se encaminaron al pozo de dragones, ya estaban vestidas con su ropa de montar por lo que llegaron sin distracciones. Las competencias de ese día se habían acabado así que tenían toda la tarde libre hasta que inicie la cena de esa noche. En el pozo se encontraron con Rhaella y Haelyn, las dos también estaban vestidas con su ropa de montar, pero estaban despidiéndose de sus dragones.

—¿Irán a montan?—Rhaella se acercó a ella con una sonrisa.

—No, iremos a dormir con los dragones—Alyssa se soltó del brazo de su tía.

Insoportable—murmuró su hermana mayor.

—Las dejamos entonces—Haelyn les sonrió con dulzura—, tenemos que ir a darnos un baño.

Sin más la niña arrastró a su hermana mayor hacia el carruaje que las esperaba. Los cuidadores sacaron a Dreamfyre del pozo y Alyssa se acercó a Egarion que descansaba cerca de la entrada del domo, el dragón verde levantó la cabeza al sentir la presencia de su jinete y dejó salir un sonido de felicidad apenas la vio.

¿Quieres ir a dar una vuelta, cariño?—el dragón se levantó sacudiendo su cuerpo. —Tomaré eso como un sí.

Saliendo del pozo con su dragón siguiéndola Alyssa vio a Moonax y Hellfyre jugando en el patio, Helaena ya estaba sobre Dreamfyre esperando por ella así que no tardó en ajustar la montura de Egarion antes de trepar en su lomo. Ambos dragones se elevaron en el aire tras la orden de sus jinetes pocos segundos después. Las dos princesas volaron alrededor de la fortaleza antes de elevarse hacia las nubes.

Desde una de las ventanas de la fortaleza Aiyana vio a los dragones desaparecer entre las nubes y suspiró, deseaba ir a volar con Caníbal, pero había prometido a Viserys que se quedaría con su madre. El mayor de sus hermanos se había ido a seguir al rey como solía hacer cuando estaban cerca de su abuelo dejándola a cargo de todos. Ella nunca se opuso porque en Dragonstone era él quién se encargaba de mantenerlos a raya cuando sus padres no podían.

—¿Quieres ir a volar?—la voz de su madre la sobresaltó. —Puedes ir, estoy segura que Caníbal está deseando poder volar.

—Le prometí a Viserys que me quedaría contigo—se acercó a la silla donde estaba sentada su madre—, además salí a volar ayer.

—Conozco ese sentimiento, no poder volar me hace sentir enferma—Cerys agarró una de las manos de su hija—. Ve, no te quiero retener, Daeron vendrá en cualquier momento con mi té y se quedará conmigo.

—¿Segura?

Cuando su madre asintió ella se inclinó besando su mejilla como despedida. Aiyana abandonó la habitación con una sonrisa, en su camino a su habitación se cruzó con Daeron que la saludo con la cabeza baja, extraño. Sus ojos siguieron la figura de su tío-hermano hasta que desapareció por el pasillo y las ganas de ir a volar desaparecieron por completo. Con una nueva misión continuó su camino en busca de alguno de sus tíos, preferiblemente Aemond. Pero no encontró a Aemond por ningún lado, ni siquiera vio a Aegon y comenzó a tener un mal presentimiento, pero lo dejó de lado. Vio a su padre en el campo de entrenamiento con su tío Laenor y el lord de Harrenhal, Harwin Strong, se detuvo a saludarlos y continuó su camino por la fortaleza.

Justo cuando los necesito no aparecen—murmuró cansada de caminar.

¿A quién buscas?

Aiyana se giró asustada, pero se relajo al reconocer a su abuela Rhaenys sentada en uno de los sillones del balcón que había decidido invadir para descansar.

—Estaba buscando a mis tíos—se dejó caer con resignación junto a su abuela.

—Me pareció ver a Aemond con su madre hace poco—una de las manos de la princesa Rhaenys fueron al cabello de su nieta que enseguida recargo la cabeza en su hombro—, aunque no he visto a Aegon o Daeron.

—Daeron está con mamá—Aiyana cerró los ojos disfrutando las caricias.

—Cuando se acaben las celebraciones espero una visita en Driftmark.

—Extraño al abuelo Corlys—confesó ella abriendo los ojos—, no lo vemos desde que se fue a los peldaños de piedra.

—Yo también lo extraño, cariño—Rhaenys dejó un beso en la cabeza de su nieta.

Más tarde esa noche el rey se reunió con su familia para cenar, todos menos la princesa Rhaenys y Daeron estuvieron presentes, el cuarto hijo de la reina y el rey se excusó diciendo que no se sentía muy bien y la princesa Rhaenys expresó su deseo de comer sola. En la mesa se podía sentir la tensión, clara por el entrecejo fruncido de la heredera al trono y los demás no podían dejar de preguntarse si algo estaba mal. Aegon, Aemond y Helaena estaban comiendo con la cabeza baja, ninguno había dicho palabra alguna desde que inició la cena y sus sobrinos comenzaban a preocuparse.

—Hija, ¿Hay algo que no sea de tu agrado?—el rey miró a su primogénita que acariciaba su abultado vientre.

—Todo está de maravilla, padre—la princesa le regaló una sonrisa a su padre tomando su copa de jugo con la mano que tenía libre.

Jaehaerys miró a su gemela y ambos negaron con la cabeza, su madre estaba mintiendo.

—Estaba pensando que quizás pudieran quedarse en King's Landing hasta el nacimiento de mi nieto—el rey miró a su hermano y su hija.

Los niños miraron a los adultos, incluso Aegon, Aemond y Helaena levantaron la cabeza para ver.

—Lo siento, hermano, pero ya decidimos que nuestro bebé nacerá en Dragonstone—Daemon le dio un trago largo a su copa de vino.

—Será un dragón de escamas violetas—murmuró Helaena bajando la cabeza otra vez.

—Mi dulce hermana—Cerys la llamó sonriendo—, ¿Dijiste algo?

Todos los ojos fueron hasta Helaena que se encogió en su lugar bajo la mirada intensa de su madre, el regaño de horas antes regresando a ella. No quería repetirlo.

—Será un niño—fue Alyssa la que respondió notando que su tía se estaba poniendo nerviosa.

—¡Aerys!—exclamó Rhaella—¡Te gané!—se giró para mirar a su hermano mayor.

Insoportable—le gruño él.

—¿Aerys?—Daemon miró a sus hijos.

—Estuvimos haciendo una lista con posibles nombres—explicó Haelyn—, al final decidimos que si era un niño iba a llamarse Aerys y si era una niña se llamaría Aemma.

La mención del segundo nombre hizo que tanto el rey como su hija y la reina se tensaran. Aemma. El nombre de la mujer que aún poseía todo el amor del rey, la sombra bajo la que Alicent siempre viviría. Cerys sonrió a sus hijos.

—Fueron buenas elecciones.

—Cuando tengamos otra hermana podemos llamarla Aemma—Jaehaerys regresó su atención a su comida.

Daemon no pudo evitar reírse, ya estaban planeando tener otra hermana y su hermano aún no nacía. La cena siguió sin percances, los niños se sumieron en una conversación sobre lo que habían hecho ese día. Aegon, Aemond y Helaena no se unieron a la conversación y solo respondían cuando les preguntaban algo. Al final de la cena cada quien fue a sus habitaciones para descansar, el día siguiente sería la boda y lo que menos querían era estar cansados todo el tiempo durante la celebración.

Al día siguiente toda la fortaleza estaba en movimiento, la boda se haría bajo las tradiciones de Los Siete muy a pesar de los Targaryen que hubiesen deseado hacer una boda Valyria. La boda se dio sin problemas, más allá de la clara infelicidad de Aegon y Helaena por casarse. La celebración que siguió estuvo llena de felicidad, los seis hijos de Cerys habían ido a la pista de baile apenas los recién casados terminaron su primer baile, está claro que arrastraron a Daeron con ellos. No se atrevieron a llevar a Aemond ya que estaba sentado muy cerca de la reina y tenía una expresión seria en el rostro, casi como si le disgustara estar rodeado de tanta gente. Helaena regresó a la mesa dejando a su hermano-esposo bailando con la hija de algún lord, la princesa se sentó junto a su padre en silencio observando todo.

Cerys y Rhaenys estaban hablando mientras veían a las personas bailar, más allá de ellas Daemon y Laenor estaban riendo juntos mientras hablaban de algo que Helaena no podía escuchar por la música. Sus ojos fueron a la pista de baile donde identificó a Viserys bailando con Haelyn y Aiyana, Jaehaerys estaba bailando con Rhaella cerca de ellos, y Alyssa se entretenía dando vueltas con Daeron chocando con las personas que bailaban a su alrededor. No vio a Aegon por ningún lado, pero no se molestó en buscarlo. Sus manos fueron a la copa de vino frente a ella y le dio un trago para calmar sus nervios, no había estado tranquila desde que se despertó y quería huir del lugar con su dragona llevando a sus hermanos con ella. Quizás Cerys la aceptaría en Dragonstone.

Ahora estaba casada con Aegon, no podía dejar la fortaleza.

Cuando se acercó la hora de cumplir la "noche de bodas" fue como si alguien hubiese lanzado una bomba en el salón. Todos los niños habían desaparecido sin decir nada. Poco después que Aegon y Helaena fueran llevados a la habitación del príncipe Alyssa, Aiyana y Haelyn regresaron riendo entre ellas. Cuando su madre les preguntó por sus hermanos simplemente dijeron que Daeron no se sentía bien y que Viserys, Rhaella y Jaehaerys se habían quedado con él. Una gran mentira. Viserys, Jaehaerys y Daeron se encontraban encerrados en la habitación del mayor con Aegon mientras Rhaella pasaba la noche con Helaena.

Al día siguiente y tras mucha planeación se confirmó que Aegon y Helaena habían pasado la noche juntos, los demás compartieron una mirada cómplice que hizo hervir la sangre de Aemond. El segundo hijo del rey y la reina sentía que lo estaban haciendo a un lado y no podía evitar sentir celos. Sin embargo, sabía por qué no lo querían mucho tiempo a su alrededor. Su madre siempre estaba rondando a su alrededor, siempre recordándole que no debía confiar en sus sobrinos y menos en su hermana mayor y tío. En sus verdaderos padres. Tras el desayuno que compartieron en familia Aemond se escapó de su madre para visitar a su hermana mayor y su tío. Sir Erryk estaba fuera de la puerta y en cuanto lo vio anunció su presencia dejándolo pasar enseguida.

—Aemond—su madre lo saludo con una sonrisa desde su lugar junto al fuego.

Mi hijo—su padre lo abrazó apenas lo tuvo cerca—, ¿Sucedió algo?

—Solo quería verlos—murmuró.

Cerys y Daemon compartieron una mirada.

—Sé que no hemos podido estar tan cerca como quisiéramos—comenzó Cerys—, pero no debes olvidar que te amamos, cariño mío.

Aemond pasó la tarde con sus padres, estuvieron hablando por un tiempo en la habitación hasta que Daeron apareció anunciando que era hora del té de Cerys y entonces Daemon lo sacó diciéndole que lo llevaría a volar. Padre e hijo volaron con sus dragones y Aemond se sintió feliz por primera vez desde que perdió su ojo. Empujo todas las palabras susurradas por la reina al fondo de su mente y se concentró en ganar la carrera que tenía contra su padre. Ni el regaño de la reina ni el golpe que recibió de la mano del rey le hicieron perder la felicidad. Lo único que se la quitó fue el regresó de sus padres a Dragonstone.

Ese día recibió otro regaño y otro golpe, pero nada le importaba, se sentía vacío.

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NOTA:

EDADES DE LOS NIÑOS Viserys y Aegon (15). Aiyana (14). Helaena (13). Rhaella y Aemond (12). Jaehaerys y Haelyn (11). Alyssa, Jacaerys y Daeron (8). Lucerys, Baela y Rhaena (7). Joffrey (3).

Vi a muchos diciendo que querían otro bebé, así que aquí tienen a Aerys Targaryen. En el próximo capitulo será su nacimiento.

Se acerca la boda de Jaehaerys y Rhaella *ojitos*, prometo que esa si será una boda Valyria.

No saben lo que me duele lo de Aemond, pobre bebé.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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