55; DRAGONES SALVAJES

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DRAGONES SALVAJES

con

Roman Davis como Aerys Targaryen

Rhaenyra llegó a Dragonstone con sus hijos y sobrina dos días después que Cerys lo anunciará a sus hijos. Apenas llegaron los adultos se encerraron a hablar de temas importantes, los hijos de la princesa mayor ayudaron a sus primos a instalarse en el castillo y se reunieron con ellos en la playa para poder hablar. Aerys, Aemma y Joffrey habían sido dejados bajo el cuidado de Haizea en el castillo mientras los mayores se ponían al día. En la playa todos se dividieron en tres grupos, Alyssa y Daeron habían acaparado la atención de Jacaerys desde que llegó y se habían alejado del resto. Lucerys se colgó del brazo de Viserys y no lo soltó mientras le contaba sobre Driftmark, Jaehaerys y Rhaella iban con ellos escuchando atentamente a su primo. Y por último Haelyn y Aiyana se quedaron con Rhaena hablando sobre cualquier cosa que se les viniera a la mente.

—Quisiera que pudiéramos ir a volar todos juntos—comentó Haelyn mirando hacia el mar.

—Quizás más tarde podemos decirle a mamá—Aiyana miró a Rhaena que tenía la mirada en la arena—, Rhaena puede volar conmigo en Caníbal.

La mencionada levantó la mirada con una mirada de pánico puro.

—Tu dragón aún me asusta—le confesó.

—A todos—Haelyn miró a su prima—, incluso papá aún tiene algo de duda sobre el dragón.

—Caníbal ya no come dragones—la mayor de las tres puso los ojos en blanco.

Al menos no que yo lo haya visto, pensó.

Todos se movieron hasta el campo donde los dragones estaban, cerca de Dragonmont y Rhaena no pudo evitar sentirse algo celosa cuando sus primos comenzaron a hablar de sus dragones, ella era la única que no tenía un dragón y a pesar de que su padre le decía que algún día encontraría un dragón para ella, no dejaba de sentirse menos que todos en su familia. Aiyana notó el cambió de humor de su prima y se sintió mal por ella, después de todo su hermano había reclamado a Stormfyre arrebatando a Rhaena la oportunidad de reclamarlo.

—Aún hay dragones sin jinete en Dragonmont—la mayor se detuvo a su lado—, papá sabe donde Silverwing está anidando, podría llevarte.

—No lo sé—Rhaena la miró con nerviosismo.

—Si te sientes con ganas de restregar a todos que eres una verdadera Targaryen podría llevar a reclamar a un dragón salvaje—Aiyana la miró con una sonrisa—, Sheepstealer y Grey Ghost aún no tienen jinete.

—Nadie ha podido encontrar a Grey Ghost.

—Me alegra saber que piensas que soy nadie—bromeó Aiyana.

—¡Aiyana!—Jacaerys gritó.

Las dos se giraron para ver a su primo y se encontraron con una escena algo graciosa, o al menos para la mayor lo era. Vermax se había acercado a Caníbal y el dragón negro lo estaba acechando como si estuviera a punto de comérselo, el pobre Vermax estaba temblando del miedo, pero se rehusaba a retroceder.

—¡No se lo va a comer!—le gritó ella acercándose con pasos lentos.

—¡Sí se lo va a comer!—gritó Jacaerys alterado.

Caníbal rugió haciendo retroceder a Vermax que chilló en respuesta a la agresividad del dragón más grande. Los otros dragones miraban el intercambió atentos, listos para atacar de ser necesario. Menos los dragones de Cerys que miraban el intercambio casi con pereza, acostumbrados a los ataques de ira del dragón salvaje. Aiyana se acercó a los dragones llamando al suyo que gruñó en disgusto hacía el dragón más joven una última vez antes de girarse hacia su jinete. Vermax volvió a chillar e intentó acercarse, pero Caníbal rugió nuevamente en advertencia.

Caníbal, calma—el dragón gruñó—. Está bien, ya no te va a molestar.

Jacaerys llegó junto a su dragón y lo calmó sin apartar los ojos de Aiyana junto al enorme dragón.

—Bueno, eso fue...—comenzó a decir Haelyn.

—Decepcionante—la interrumpió Alyssa—. Quería ver violencia.

Todos se giraron para mirarla, la mirada de Viserys llena de preocupación por su hermana. Rhaella se comenzó a reír de repente rompiendo el silencio.

—La cena hubiese sido muy incómoda—comentó apoyándose en Jaehaerys.

Más tarde en la cena contaron entre risas lo que había pasado, aunque a los adultos no les hizo mucha gracia, sobre todo a Rhaenyra que miró a su hermana en busca de una respuesta. Cerys solo le pudo prometer que nunca habían tenido un problema con el dragón comiéndose a otro. Rhaena le comentó a sus tíos sobre la propuesta de Aiyana y expresó su deseo de subir Dragonmont con su prima para intentar reclamar a Grey Ghost porque ahora me llaman la Velaryon-Targaryen sin dragón, si logró reclamar al dragón que nadie a visto con excepción de Aiyana nadie podrá dudar de mi posición en la familia. A pesar de no estar muy de acuerdo con la idea Cerys envió un mensaje a Snowoods al día siguiente para pedir permiso al padre de su sobrina, después de todo enviarla sin avisar a su padre sería una falta de respeto.

El mensaje con una respuesta afirmativa llegó casi una semana después y Rhaena subió Dragonmont con su prima el mismo día que recibió el permiso de su padre. Según Aiyana harían lo mismo que ella hizo con Caníbal, Rhaena dejaría comida para Grey Ghost todos los días hasta que el dragón se acostumbre a su presencia y la deje acercarse, solo que con ayuda de ella todo sería más fácil ya que el dragón aceptaba su compañía. Ese día Rhaena no pudo ver al dragón, la primera vez que lo vio fue dos días después. Grey Ghost era igual de grande que Caníbal y tal como decía su nombre era de un color gris que lo haría resaltar en medio de la noche más oscura, sus ojos la habían mirado con atención cuando dejó los pescados frescos frente a él y para su suerte no intentó atacar. Aiyana había podido acercarse al dragón para acariciarlo y murmurar palabras en alto Valyrio, detrás de Rhaena Caníbal gruñó mostrando su disgusto con la escena.

Así que por eso ella no había reclamado a Grey Ghost y Sheepstealer, pensó la heredera de Snowoods mirando al dragón negro sobre su hombro.

—Rhaena, ven aquí—Aiyana la llamó con la mano extendida hacia ella—. Shh, tranquilo, Grey Ghost.

—¿Estás segura?—le preguntó con duda.

—No debes dudar, él puede ver si estás dudando—le recordó—, Tienes la sangre de la vieja Valyria corriendo por tus venas, Velaryon y Targaryen, no debes tener miedo.

Rhaena respiró profundo y se acercó con pasos cuidadosos, Grey Ghost gruñó e intentó retroceder, pero Aiyana lo detuvo con palabras suaves. La mano de Aiyana se cerró sobre la suya y Rhaena contuvo la respiración cuando por fin pudo tocar al dragón. Dentro de ella algo se removió y se concentró tanto en acariciar al dragón y susurrarle palabras para calmarlo que no se dio cuenta cuando Aiyana se alejó para calmar a su dragón celoso.

Eres el dragón más bonito que he visto—Rhaena murmuró acariciando las escamas grises—, ¿Me aceptarías como jinete?

Grey Ghost gruñó en respuesta y se movió para regresar al interior de su cueva dejándola sola en la entrada.

Mientras descendían de Dragonmont más tarde con Caníbal siguiéndolas se cruzaron con Sheepstealer que no se quedó mucho tiempo cerca gracias a la imponente figura del dragón negro gruñendo detrás de su jinete. En su regresó al castillo Rhaena contó con felicidad lo que había pasado y todos se mostraron felices por ella, sobre todo Aerys que no dejaba de preguntar sobre el dragón.

Una semana pasó y Rhaena ya subía Dragonmont sola para encontrarse con Grey Ghost que se notaba cada vez más accesible llegando a quedarse con ella por más de una hora. De igual forma Aerys estaba progresando en su vínculo con Amethyst y los dos primos se reunían a hablar sobre sus dragones cuando la mayor descendía del monte. La relación de Daeron con Rhaena también mejoró, antes no se llevaban tan bien por lo que había sucedido en Driftmark años atrás, pero pudieron dejarlo todo en el pasado con ayuda de sus primos. Sobre todo de Viserys que prácticamente los forzó a convivir.

—¿Cuándo vas a poder volar con él?—Aerys miró a su prima. —Los cuidadores dicen que pronto podré volar con Amethyst y quisiera volar contigo.

—Podríamos tener nuestro primer vuelo juntos—Rhaena le sonrió—, con Joffrey—añadió recordando a su primo.

—Joffrey dice que esperará hasta que yo pueda volar con Amethyst—comentó emocionado—, ¿No es increíble?

—Claro que lo es.

—Princesa—sir Erryk ingresó al salón donde se reunía la familia—, hay un dragón sobrevolando el castillo y no podemos reconocerlo.

—Haizea, lleva a los niños a sus habitaciones—ordenó Cerys levantándose—. No salgan—esta vez se dirigió a los mayores.

Cerys, Daemon y Rhaenyra salieron del salón seguidos por sir Erryk, los demás se miraron preguntándose si saldrían o no, pero no se movieron hasta que Haizea también los dejó para llevarse a los niños. Los diez corrieron por los pasillos con urgencia, cuando lograron salir miraron al cielo oscuro encontrándose con dos dragones volando en círculos sobre el castillo. Reconocieron a uno de ellos como Caníbal que parecía más una sombra en el cielo que otra cosa, pero al otro no pudieron reconocerlo, al menos no todos.

—Es Grey Ghost—Aiyana miró a Rhaena.

Un dragón rugió y todos se giraron para ver a los dragones inquietos no muy lejos de ellos.

—Aiyana, haz que Caníbal aterrice—su padre apareció por la izquierda seguido de Caraxes—, están alterando a los dragones.

—¡Caníbal!—estaba segura que el dragón no podía escucharla—¡Caníbal!

El dragón rugió y para su sorpresa descendió frente a ellos enseguida, ella se acercó a él de inmediato escuchando la risa de su padre a sus espaldas.

—¿Y quién va a controlar a ese dragón salvaje?—Daemon puso una mano en el hombro de Rhaena.

Todos miraron como Grey Ghost descendía y aterrizaba junto a Caníbal, el dragón negro gruño cubriendo a su jinete con una de sus alas. Rhaena respiró profundo y caminó hacia el dragón con una de sus manos en alto, no tuvo que caminar mucho pues el dragón apenas la reconoció se acercó por cuenta propia hasta ella aceptando sus caricias.

—Parece que ya tienes dragón—Rhaella miró a su prima con una sonrisa.

—Pediré que hagan una montura para él—le avisó Daemon—, solo asegúrate que no ataque a nadie.

Grey Ghost regresó a Dragonmont con Caníbal esa misma noche después de haber pasado suficiente tiempo siendo observado por todos. Al día siguiente Rhaena envió cartas a su padre, hermana y abuela dejándoles saber la gran noticia, las cartas de respuestas estuvieron llenas de felicitaciones. Por lo que resto del año Rhaena siguió vinculándose con el dragón, pero no había logrado hacer que dejara a los cuidadores de dragones acercarse lo suficiente como para colocarse la montura por lo que aún no había podido reclamarlo del todo. Y no sería hasta el año siguiente que lo lograría, cuando las cosas comenzaron a desmoronarse en su familia.

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NOTA:

De tanto que investigue sobre Grey Ghost me encariñe con él y no podía dejarlo por fuera así que, aquí lo tienen ¡Rhaena ya tiene dragón! Ahora son 19 dragones del lado de los negros, ¿Se hará la danza de los dragones? ¿Sobrevivirán todos? Estamos muy cerca de tener esas respuestas.

El que sigue ya es el regresó de la familia entera a King's Landing para la pelea de sucesión de Driftmark, y sí, Laenor será herido en batalla, pero ¿Va a morir? ¿Sobrevivirá? Ya lo veremos.

Por cierto, ¿Sería una respuesta razonable que Cerys queme Storm's Ends en un futuro cercano? Tengo el impulso de hacerlo, a mis ojos es muy razonable...aunque se supone que ella quiere paz, pero yo sé que Jaehaerys la apoyaría en la quema de Storm's Ends. ¿Qué opinan ustedes?

También aviso desde ya que en el espacio del episodio del concejo de los verdes voy a meter memorias de la infancia de Cerys con el rey Jaehaerys porque su relación me da mucha tristeza y los quiero mucho.

Si termino el siguiente capitulo hoy lo subiré más tarde, vieron que nunca dejo que esperen tanto.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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