El pueblo de Nejil

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—Verás, cuando ella aún no había nacido, en el pueblo donde vivía su familia hubo un problema por el exceso de conejos. Eran muchos, demasiados y cuando alguien se quejaba, los conejos lo ignoraban diciendo que ellos no hacían nada malo. La situación se fue volviendo más tensa, sobre todo cuando empezó a escasear la comida. En esos momentos de cada diez habitantes, siete eran conejos, así que no les fue difícil hacerle la vida imposible a los demás animales hasta quedarse con el pueblo. Tan solo unos cuantos conejos se marcharon también, entre ellos la abuela de Nejil, que ya vivió algo parecido de niña, pero nadie escuchó sus advertencias y los conejos comenzaron a vivir su vida sin tener que soportar las quejas de otros animales. Desde luego, las reglas seguían siendo las mismas: colaborar en las comidas, no robar, no atacar, relaciones solo en forma humana... Pero antes de que pasease un año, ya había dos hembras embarazadas en su forma animal, antes de que pasasen tres años, ya eran más de la mitad. Algunos intentaron detener aquella locura, pero todos decían lo mismo: no era culpa suya, solo fue un error, los instintos... Para cuando Nejil cumplió cuatro años, la única familia que no había tenido parto múltiple era la suya. Con cinco niños en cuatro años, eran la familia más reducida de lejos, ya que la mayoría tenía unos treinta o cuarenta hijos, gazapos que corrían sin control por el pueblo comiendo todo lo que encontraban sin que los padres hiciesen nada, las madres porque estaban embazadas, los padres porque estaban buscando comida. No pasó mucho tiempo antes de que los gazapos empezasen a ir a los pueblos de alrededor a robar y destrozar sin que los padres actuasen, incluso se veían conejos adultos entre los más pequeños comiendo y robando. Como imaginarás, una locura —murmuró y Rishi asintió—. Se sospechaba que muchos niños fueron atacados por la gente, desesperada al ver como le robaban la comida una y otra vez, pero con tantos hijos, ni siquiera los padres estaban muy seguros, ya que los gazapos desaparecían durante días. Todo se complicó cuando los gazapos empezaron a cruzarse entre ellos. Crías que habían nacido después que Nejil y que en edad humana apenas deberían estar jugando, tenían ya su segunda camada sin que nadie se atreviese a preguntar quién era el padre.

—Pero eso... —comenzó Rishi.

—Eso es el instinto cuando no se controla —lo interrumpió él—. Para cuando Nejil cumplió ocho años la situación era insostenible. El pueblo estaba lleno de gazapos y conejos que comían cualquier cosa, la mayoría de los niños tenían deformidades o estaban enfermos ya que la comida era escasa, nadie controlaba los cruces y los gazapos seguían necesitando comer carne, carne que nadie les conseguía, y los demás pueblos les prohibieron el paso debido a que solo iban para robar y destrozar los cultivos. Vallaron los pueblos y pusieron centinelas, si un conejo era encontrado dentro, era expulsado de forma violenta sin importar su edad. Además, se decía que los conejos pescaban y cazaban aves sin importarles si eran cambiantes o no. Nejil dijo que nunca vio nada y que no lo supo hasta después, pero que varias personas la acusaron de matar a su hijo o hija cuando supieron que era un conejo.

—Eso es...

—Espera —lo detuvo—. Como dije, aquel pueblo estaba aislado, lleno de conejos, la mayoría de los cuales no podían transformarse en humanos. Tan solo algunos podían e intentaron arreglar las casas, plantar los huertos, pero era inútil. Los más fuertes se apoderaban de las casas que estaban en mejores condiciones, los gazapos comían y destrozaban cualquier cosa que se plantase antes de que pudiese dar su fruto, si alguien conseguía algo, se lo robaban antes de que pudiese llegar a su casa. Al final, la familia de Nejil decidió salir de allí, dado que todos sus hijos eran humanos y todavía eran seis, decidieron probar suerte fuera. El siguiente recuerdo de Nejil es que estaba delante del pueblo donde vivía su abuela, cubierta de sangre, habiendo perdido una oreja y con un corte profundo en la espalda. Cuando despertó de nuevo, estaba en la casa de la abuela, recuperándose de las heridas, pero no era capaz de recordar nada desde que le dio las buenas noches a su madre al irse a dormir hasta que estaba frente al pueblo de su abuela. Nunca pudo recordar qué pasó y los adultos nunca le explicaron nada. Lo único que sabía era que los carnívoros de los pueblos de alrededor fueron a su pueblo, y que ordenaron que nadie se acercase. Cuando fue mayor y por fin se atrevió a ir, encontró solo un enorme claro calcinado en el que comenzaba a crecer la hierba. Nada más.

—¿Qué pasó?

—Creo que nadie lo sabe, pero si pensamos en la situación, el estado de Nejil cuando la encontraron, el que después de ser encontrada despertase en medio de la noche gritando o que, cuando alguien llamaba a la puerta después de que se pusiese el sol, se transformase en conejo presa del pánico e intentase escapar, no es muy difícil de imaginar. Su familia era la única con pocos hijos y todos humanos, así que alguien llegaría a la conclusión de que tenían comida. Si lo piensas, esa idea era absurda, pero cuando uno está desesperado, puede creer cualquier cosa. Imagino que fueron por la noche a pedir comida, la petición se convirtió en exigencia y cuando el padre de Nejil siguió insistiendo en que no tenían nada, lo atacarían. Ella y sus hermanos despertaron en algún momento y se vieron involucrados, siendo ella la única que consiguió huir convertida en conejo, aunque herida. Una vez que comenzó la locura y tras acabar con la familia de Nejil comenzarían a atacarse entre ellos. Unos huirían, sobre todo los que no podían cambiar, y los demás se matarían entre sí, también habría incendios, accidentales o no. Cuando los demás pueblos mandaron gente, no creo que encontraran ningún superviviente y quemarían los cuerpos y lo que quedase del pueblo. Nejil dice que escuchó historias sobre que encontraron cabezas niños de los habitantes de otros pueblos que los conejos cazaron para alimentarse, pero es difícil creer que un conejo pueda cazar cambiantes. Difícil, pero no imposible —murmuró más bajo—. Y esa es la razón por la que todo el mundo es tan estricto con los conejos, con los gazapos, porque vayas a donde vayas, puedes encontrar a alguien que te cuente una historia similar: un pueblo solo de conejos que acabó desapareciendo cuando sus habitantes perdieron el control y nadie quiere ser ese pueblo, ni siquiera los conejos. Por eso, como matriarca, pedirá un castigo acorde con el delito, para recordarle a los demás que no pueden hacer lo que quieran o acabarán destruyéndolo todo. Siempre dice que no va a pasar por segunda vez por lo mismo. Por eso nunca debes interferir en las reglas. Si existen, es por una razón.

—Ya veo. Entonces serán castigados.

—Más que ser castigados tendrán que enfrentar las consecuencias de sus actos. Y nosotros también —añadió restregándose la cabeza, frustrado—. No deberíamos haber permitido que siguiesen juntos cuando nació la primera camada, si lo hubiésemos evitado, solo habría una de la que hacerse cargo, algo mucho más manejable que dos camadas, sobre todo con la madre y el padre en forma humana. Solo de pensar en esos niños, que nunca podrán ser como los demás por culpa de la irresponsabilidad de sus padres, que la mayoría condenados a estar en su forma animal y sin poder tener pareja...

—¿No pueden tener pareja? —le preguntó Rishi.

—Desde luego que no, si uno de nosotros tiene tan poco control que no puede cambiar a humano, no se le permite tener pareja. ¿Cómo vas a permitir que un adulto copule con alguien que tiene la capacidad de un niño de dos o tres años y que solo actúa por instinto pero que, en realidad, no puede decidir si quiere tener la relación o no? Además, las relaciones tendrían que ser con la forma animal, lo cual significa cambiantes que no se pueden transformar, hijos de cambiantes en la misma situación. Sería imposible para ellos cambiar o entender el lenguaje humano, acabarían escapándose, mezclándose con los demás conejos, pudiendo ser cazados por los depredadores de los pueblos cercanos, ya que su olor animal ocultaría el humano con todo lo que eso implica. No quiero correr el riesgo de acabar comiendo carne humana dentro de un par de años porque los nietos de Karima se han mezclado con los conejos normales y hay demasiados para reconocerlos.

—Comprendo —murmuró Rishi—. Veo que hay muchas más implicaciones de las que pensaba.

—Desde luego —asintió cuando la puerta se abrió—. ¿Acabó la reunión? —Se volvió hacia Hilmar y Nalbrek y ambos asintieron mientras entraban—. He puesto en antecedentes a tu humano, así que puedes hablar —le explicó al primero.

—¿Le has explicado lo que ocurre?

—Considéralo un regalo —asintió—. Si va a vivir aquí, debe empezar a comprender lo que ocurre y nuestras costumbres.

—Por algo siempre te acabas haciendo cargo de los nuevos.

—Deja de divagar y explica lo ocurrido —exigió.

—Tal y como imaginábamos las cosas estaban muy tensas. Todos están muy molestos con Karima y Lin, con los conejos. Hoy ha sido la primera vez que los gazapos no han causado problemas. También han dicho que intentaron enseñar a los gazapos como cambiar a humanos, pero tan solo uno lo consiguió y tenía la apariencia de un niño de unos tres años, aunque con bastante pelo.

—Ha pasado —se lamentó él y Hilmar asintió.

—Están intentando mantenerlo en su forma humana, jugar con él, que comprenda que tiene dos formas, pero es complicado. Por su manera de comportarse, prefiere regresar.

—Comprendo —murmuró.

—Pues yo no —se quejó Rishi.

—Es que los gazapos son conejos, no humanos —le explicó Hilmar.

—Ahora entiendo por qué no comprende nada —murmuró mirándolo.

—¿Acaso tú eres capaz de hacerlo mejor?

—Un gorrión que acabe de romper el cascarón es capaz de hacerlo mejor que tú —asintió—. Lo que este lobo estúpido intenta explicarte...

—No me llames lobo estúpido.

—...es que nosotros somos dos animales a la vez, el animal en el que nos transformamos y el humano —prosiguió ignorando a Hilmar—. Y el que domina, lo domina todo. ¿No te has preguntado por qué las hembras tienen a los hijos con forma humana, por qué pasamos la mayor parte del tiempo como humanos y solo, de manera puntual, nos transformamos en animales?

—Dijiste que lo de los embarazos era para evitar embarazos múltiples y para que los bebes nazcan con forma humana.

—Exacto. Nosotros cambiamos de apariencia convirtiéndonos en algo parecido al animal.

—¿Algo parecido?

—Nosotros no somos igual que los animales en los que nos transformamos, mantenemos un cerebro humano, órganos humanos, aunque de un tamaño reducido y acomodados a la forma del cuerpo. Es cierto que existen excepciones, como los peces, pero la norma general es esa. Nuestro sistema, nuestra capacidad de pensar, de hablar, nuestra media de vida depende de cuál sea nuestro animal principal. Por eso nacemos y nos mantenemos como humanos todo el tiempo posible, ya que eso nos permite no solo vivir tanto como los humanos, si no ser racionales, no depender de nuestros instintos, hablar, andar... Pero si el animal principal es tu animal en lugar de tu parte humana, eso significa que te desarrollas como ese animal. Por eso ese niño, a pesar de tener solo unas semanas ya tiene la apariencia de un niño de tres años, pero sin ninguna de sus habilidades. Ese niño está creciendo como conejo, siendo controlado por sus instintos. Por eso es tan importante que se transforme en humano y empiece a pasar todo el tiempo posible como uno, para cambiar a su animal dominante, ralentizar su crecimiento, intentar que aprenda a andar, a hablar... pero nosotros preferimos la forma animal, en especial de niños. Lo único que nos hace regresar es nuestra madre, que sabemos que hay algunas ventajas, como hablar cuando queremos algo, que podemos coger las cosas con más facilidad... algo que esos gazapos no conocen. ¿Acaso sus padres hicieron nada? —le preguntó a Hilmar.

—Se suponía que sí, que Karima se iba a hacer cargo.

—Pero no lo hizo —acabó por él.

—Estaba demasiado ocupado creando una nueva camada para preocuparse por la que ya había nacido.

—¿Y qué ha pasado en la reunión?

—Como te puedes imaginar, si todos estaban enfadados antes de saber eso, después... Todos pensábamos que, aunque veíamos a los gazapos solo en su forma animal, estos estarían siendo educados en casa, incluso varias personas preguntaron y Karima siempre contaba historias sobre qué hijo le daba más trabajo con el cambio. Nos estuvo engañando.

—Lo expulsarán del pueblo —adivinó.

—Desde luego. Ha dejado que sus hijos se conviertan en animales. Cuando la siguiente camada nazca, hablarán con Lin para determinar su responsabilidad en todo esto.

—¿Y Karima a dónde será llevado?

—A un poblado de rapaces al otro lado de la montaña. Preguntaron en varios pueblos y descubrieron que allí no habitaban conejos, Sarnat fue hasta allí y les explicó la situación. Ha sido aceptado.

—Vamos a tener que devolver ese favor —se lamentó.

—Los conejos se han comprometido a hacerlo.

—Bien —asintió más tranquilo.

—Karima no estaba contento, pero no dijo nada —prosiguió Hilmar—. Creo que todas estas horas con su familia, la de Lin y Nejil, fue más que suficiente como para que se le acabasen las excusas. También están hablando de darle la bebida del castigo a ambos. No podemos permitir que dos padres tan irresponsables, dañen a más niños.

—¿La bebida del castigo? —preguntó Rishi sin comprender.

—Cuando alguien ha maltratado a sus hijos o tiene demasiados, se le da una bebida que le impide tener más hijos —le explicó Nalbrek.

—Vaya —murmuró Rishi.

—¿Y los gazapos? —intervino él.

—Lin y los gazapos serán llevados mañana a la cueva y todas las familias de conejos se han comprometido a colaborar para cuidar a los gazapos y a Lin e intentar que estos se transformen en humanos. Tan solo han pedido que cualquier conejo macho que sea encontrado cerca sin permiso, sea expulsado del pueblo y Baem aceptó.

—Espero que nadie caiga tan bajo —murmuró él.

—Yo también —asintió Hilmar.

—Lin está en una situación muy vulnerable ahora —escuchó que le explicaba Nalbrek a Rishi—. Su parte animal la domina y está muy debilitada por dos embarazos tan seguidos y en su forma animal. Sería muy fácil para cualquier macho aprovecharse de ella ahora o justo después de que nazcan los gazapos, y dado que nadie desea una tercera camada de padre desconocido, se prohíbe que se acerque cualquier macho a excepción de padres y hermanos, que permanecerán vigilando. Todos saben que eso es un acto deplorable, por eso, si alguien lo hace, tan solo lo intenta, su familia tendrá que marcharse del pueblo.

—¿Y tú por qué se lo explicas? —inquirió molesto.

—Porque no lo entendía.

—¿Y con respecto a todos los problemas que han causado? —le preguntó a Hilmar volviéndose hacia él.

—Los conejos en su totalidad se harán cargo y Nejil, los padres de Lin y los de Karima irán casa por casa llegando a acuerdos. Se espera que la mayoría los perdone, pero, aun así, tendrán que hacer regalos de disculpa ya que todos están muy molestos. Los conejos van a pasar mucho tiempo dando cosas y los padres de Karima y Lin aún más, ya que van a tener que devolverles el favor a los demás conejos.

—Esperemos que sea una lección —murmuró.

—Yo también —asintió Hilmar—. Pero la reunión no acabó ahí. Baem ha dicho que los conejos están aumentando demasiado rápido y que se les dará medicina para retrasar el falso celo a los quince años en lugar de los doce. También se les prohíbe tener más de cinco hijos, teniendo que tomar ambos la bebida del castigo después de que nazca el quinto. Desde luego no les gustó la perspectiva, sobre todo cuando les dijeron que, dependiendo de lo que pasase, subirían la edad del primer celo a los diecisiete, pero no pudieron quejarse demasiado.

—Querían echarlos —adivinó.

—La situación con ellos es muy tensa desde hace años y esta fue la gota que colmó el vaso. Aunque no sé hasta qué punto se le puede llamar gota.

—Entonces, los conejos van a estar ocupados por el momento —murmuró.




Ya viene, ya viene 🎉🎉🎉😎

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