Capítulo 22

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No sé sí debería contárselo, pero decido darle la versión corta.

Levanto la mirada y lo veo a los ojos.

—Digamos que he confiado en quien no debía, más de lo que debería y… las cosas no han salido bien. A veces... Las personas se aprovechan de la inocencia y la confianza que uno demuestra y creen que tienen el derecho de tratar a los demás como les plazca.

—Scarlett. Lamento mucho escuchar eso. Creeme, jamás te pasará eso a mí lado... —Me sobresalto un poco, y de inmediato se corrige—. Quiero decir. Carola y los demás te quieren. En realidad los has cautivado. Con nosotros nadie te hará daño —levanto la mirada y algo dentro de mí dice que puedo confiar en sus palabras, espero no equivocarme—. Te lo prometo —Le sonrío y él se inclina un poco.

Estamos frente a frente, viéndonos a los ojos.
Mi pulso se está acelerando y siento que las manos me tiemblan. Stay de Blackpink, es lo que está sonando ahora.

Su mirada es intensa y busca mis ojos con desesperación. Estamos más cerca y por instinto cierro los ojos. Sus labios rosan los míos y siento un extraño hormigueo recorrer mi piel.

Abro la boca un poco y Paul acuña mi rostro entre sus manos. Solo quiero que me bese.

«¡Oh por dios! ¡No puedo creer lo que estoy pensando!».

Siento su cálido aliento contra mi boca. Sus labios buscan los míos y…

—¡Scarlett! —La voz de mamá me sobresalta.

Paul y yo abrimos los ojos con sorpresa, ambos respirando con dificultad.

—¡Scarlett! ¿Estás en casa?

Paul se levanta e intenta calmarse, yo me vuelvo a sentar y arreglo mi ropa.

—Perdón... —murmura en voz baja.

—No, perdoname tú a mí. No podemos hacer esto. Tú tienes novia y no quiero ser…

—Shhhh —Me detiene acercándose hasta mi, colocando su dedo índice sobre mis labios—. No eres más que la dulzura personificada. Scarlett, no te sientas culpable.

Escucho los tacones de mamá, haciendo ruido contra el mármol.
Paul se aleja hasta colocarse cerca del ventanal.

—¿Scarlett, estás en casa? —pregunta nuevamente y antes de contestarle, ya está en el marco de la puerta—. ¡Oh! No sabía que tenías compañía.

—Mamá... él es Paul Johnson, un amigo de Carola. Paul ella es mi mamá, la abogada Pennelope Jackson Fuentes —Los presento.

—Un gusto conocerla, señora McCarthy —saluda Paul estrechándole la mano, me sorprende que recuerde mi apellido.

—Es un placer, joven Johnson —Mamá le suelta la mano y veo una leve sonrisa en sus labios—. ¿Tu amigo se quedará a cenar? —cuestiona con un brillo de adoración en los ojos.

«¡No mamá!  No comiences a hacerte ideas como Mateo y James».

—No. Gracias, pero... Yo... debo irme, solo estaba esperando a que pasará la lluvia —contesta Paul rápidamente, intentando mantener la calma. Voltea a verme—. Debo irme, ya… es… tarde.

—¿Quieres que te llevemos? —interroga mamá con una mirada que insinúa algo más, pero enseguida cambia cuando ve a mi chico, de pies a cabeza—. Oh, la moto en el garaje... ¿Es tuya? —pregunta con la frente arrugada. Sé a dónde va esto—. ¿Tú trajiste a Scarlett, en eso? —Se ve más seria.

—Sí —intervengo de inmediato—. Carola se ofreció a traerme, pero su moto estaba fallando y Paul y otro amigo de ella, fueron a buscarnos, pero Carola tenía que ir al taller, así que Paul fue muy amable al traerme —Estoy hablando tan rápido, que espero que me haya entendido.

—Oh... Bien, entonces no hay problema, siempre y cuando se mantengan a baja velocidad y usen los cascos —advierte mi madre, con ese tono sobreprotector.

—No se preocupe, señora McCarthy, cuando se trate de Scarlett, seré muy cuidadoso —promete con seguridad.

«¡No puede ser, este chico no es el que conocí, es mucho mejor!».

—Mamá. Ya no somos unos niños —recuerdo con la mandíbula apretada—. Y ya no entretengamos a Paul, se va a oscurecer y será más peligroso.

—Claro. Nos vemos después, Paul —Mamá le da un ligero apretón de manos y yo llevo a Paul al garaje, por la puerta del recibidor.

—Nos vemos después —Me despido cuando se está subiendo en la moto.

—Hasta luego, Scarlett —Antes de ponerse el casco, me ve de una forma que no había visto antes y me regala media sonrisa—. Aún me debes un beso, muñequita —Se pone el casco y sale del garaje a una velocidad considerable.

Me quedo parada como estatua. Su revelación me ha hecho sonreír, pero en el fondo sé que no es buena idea dejar que suceda. Paul tiene novia y ya no quiero problemas con esa chica.

«¿A quién quiero engañar? ¡Por supuesto que quiero un beso de Paul!».

De regreso en mi habitación, Penny me sorprende entrando de nuevo.

—Ese chico se ve malo, espero que no sea de la Zona Norte —Su comentario me descoloca un poco, pero intento mantenerme serena—. Es como el chico rudo dispuesto a hacer locuras por ti —expone recargada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa en los labios.

—Mamá... Paul tiene novia, nada pasa entre nosotros, él… de hecho es
novio… de la chica a la que… golpee —explico disminuyendo el tono de voz—. Obviamente no quiero más problemas con esa chica.

Decirlo en voz alta me hace sentir delincuente.

—Pues vas a tener que arreglar eso. Se ve que le interesas, Scarlett, cuando quieras invitarlo a cenar, puedes hacerlo —Se retira del marco y da la vuelta—. Por cierto —menciona sobre su hombro—. Si vas a subir a su moto, sean precavidos —Se va por el pasillo y vuelvo a escuchar sus tacones sobre el mármol.

«¡Dios, pero qué carambolas me está haciendo Paul!».
No puedo con esto, necesito hablar con Carola.

El martes por la mañana, Carola me lleva a la facultad, pero no hablamos hasta la hora del descanso.

—¿Qué es eso tan importante de lo que me tienes que hablar? —cuestiona Carola en cuanto nos sentamos en una banca, en la esquina de la cafetería.

Antes de contestarle, Mateo y James, se unen a nosotras.

—Hola hermosas —Saluda James sentándose a un lado de Carola.

—¿De qué hablan? —pregunta Mateo, sentándose a mí lado.

Mat es mi mejor amigo y no es de los que sueltan la lengua tan fácil. Sé que mis secretos están a salvo con él.

—Tengo una pregunta que hacerle a Carola. Ustedes conocieron a Paul ayer, pero…

—¡Oh, sí! ¡Nena, ese hombre te desea! —exclama James con emoción, lo que me hace sonrojar.

—Y es obvio que tú a él —agrega Mateo dándome un ligero codazo.

—Eso no es... —«Ok, tal vez si es verdad»—. Whatever, Carola... ¿Qué es exactamente lo que pasa entre Paul y Cassandra? Quiero decir. Cuando la vi por última vez, ella me dijo que no importaba lo que sucediera con Paul, no se daría por vencida. ¿Están peleados? —indago con interés.

James y Mateo intercambian miradas y luego ven a Carola, esperando su respuesta.

—Ellos están terminaron. Desde las vacaciones de verano… las cosas no han ido bien —responde tomando una uva de su recipiente de frutas—. Cassandra ha estado mucho tiempo con su hermano y su pandilla. Uno de los amigos de su hermano; Stan, la ha seguido desde hace tiempo, esta clavado con ella y… Cassandra lo besó. Paul se enteró y la rivalidad entre la pandilla de Scott y nuestra familia, creció. Nuestras familias son completamente ajenas a nuestros problemas. Todos se llevan bien, pero los hijos, tenemos nuestras
rivalidades.

—Pero la última vez los vi alejarse juntos ¿Qué está sucediendo entonces?

«No entiendo, ¿Ya terminaron o todavía no? Entiendo lo de la rivalidad, pero no entiendo esta parte».

—Hace como dos semanas, Paul vio a Stan con Cassandra, en el taller de Scott. Digamos que no estaban hablando precisamente. Paul me ha dicho que hace tiempo dejó de quererla y está intentando dejarla, pero ella se niega —Me explica con algo de irritación en la voz—. En la familia de Cassandra hay que ser más formales, así que el chico tuvo que ir a hablar con el padre de ella y decirle que ya no era novio de su hija, aunque ella insiste en que tienen que seguir juntos. Cassandra es buena manipulando, pero él sabe que no la quiere.

—Pero lo único que tiene que hacer es, decirle a esa chica que ya no quiere estar con ella —interviene James, con énfasis en quiere.

—Esa Cassandra se escucha necia, pero mi Scarlett, es una chica valiosa, él lo verá y sabrá con quien quedarse —alardea Mateo seguro.

«¿Qué pasa con la familia de Cassandra? Ni mis padres no se comportarian así».

—Sé que suena fácil, pero Paul no quiere herirla. Al final, fueron buenos amigos en un tiempo y después de estar casi tres años juntos. No quiere lastimarla —argumenta Carola.

Su explicación me suena razonable y de alguna manera, me da un pequeño vistazo, de la vida de Paul y cómo es él.

—Paul no es un cretino en motocicleta como hace parecer, y aunque un tiempo fue el líder de las carreras en motos, él puede… —levanta la vista, tiene una extraña sonrisa en su rostro—. Creo que de verdad le gustas.

—¡Uuuu! —gritan James y Mateo al mismo tiempo, atrayendo la atención de algunos chicos.

—Te lo dije amiga, ese chico está loco por ti —rectifica Mateo con una gran sonrisa.

—Eso no es verdad... él fue muy claro cuando expresó su disgusto hacia mí —bajo la mirada, no sé si puedo contarles lo que sucedió en mi habitación.

—Es verdad. Ayer cuando llegó al taller, tenía una gran sonrisa. Ustedes siempre estaban peleando, y ahora solo quiere saber más de ti —asegura Carola con orgullo—. Se la pasó preguntándome por ti, las cosas que te gustan, lo que haces, lo que no —sonrío ante su declaración—. Creo que se está enamorando de ti.

—En primer lugar... —interviene James—. ¿Por qué querías saber de su novia, sí él no te interesa? —Me interroga pensativo—. ¿Hay algo que no estás diciéndonos?

Los tres me ven expectantes.

«Bueno, querías decírselo a alguien ¿No Scarlett? Pues es el momento».

—Yo…

—¿Paso algo ayer, cuando te llevó a tu residencia? —cuestiona Carola curiosa.

—Ayer… casi… nos… besamos...

Los tres me ven con la boca abierta.

«Así es, caí en la tentación y en las manos del peligro. No hay vuelta de hoja».

Paul me tiene bajo su embrujo y yo soy incapaz de resistirme.

El resto de la semana, James y Mateo me han estado alentando sobre Paul, quieren que me lance a sus brazos, que hable con él y termine lo que empezamos, y Carola está de acuerdo con ellos. Yo por supuesto, estoy más enojada conmigo.

Paul me odiaba, ni si quiera sé si de verdad le gusto, o solo es una de sus estrategias para hacerme perder la cordura. No debo precipitarme, necesito aclarar las cosas. Necesito saber qué pasa con él y Cassandra, y saber sí él realmente siente algo por mí, o simplemente está jugando conmigo.

No puedo confiar tan fácilmente en él.
No puedo dejar que vuelvan a romper mí corazón.
Soy demasiado frágil, después de todo.

🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒

Es sábado. Estoy saliendo de mí casa, mis padres están en el trabajo y Mateo está llegando con James.

—Hola —Los saludo caminando hasta ellos, abriendo la reja de la entrada para salir.

—¿Te arreglaste para Paul? —cuestiona Mateo, dándome un beso en la mejilla, para después inspeccionarme de arriba a abajo.

Hoy estoy usando unos jeans negros, algo ajustados, admito. Una blusa roja de seda que hace resaltar mi busto. Mis botas rojas con tacón grueso, un saco negro de manga corta y algo de vuelo en la cintura y mi abrigo negro de Prada.

Maquillaje natural. Mi cabello lacio y mi flequillo de lado, bien acomodado. La verdad no me siento muy producida, pero una nunca sabe cuándo verá a su posible prospecto.

—Claro que no —miento—. Carola me aseguro que solo nosotros y su novio, estaremos en su casa —explico para que dejen de molestarme.

—Sí, claro —acepta James, con una sonrisa fastuosa.

Carola llega por nosotros, acompañada de Aldo, en su camioneta.

—¡Hola chicos, suban! —Nos habla bajando la ventanilla del asiento del copiloto.

Nadie dice nada de Paul durante el viaje, lo cual agradezco de verdad, solo les comento que debo regresar temprano, tengo un asunto familiar que arreglar.

Llegamos a la casa de Carola, en esta parte de la ciudad hay más neblina que en mi zona, aunque el sur siempre suele ponerse peor, hoy el mal clima asecha al norte.

—Es en el salón —Nos recuerda Carola, cuando entramos al recibidor.

—¿Y tus papás? —probablemente estén trabajando, pero el silencio es incómodo cuando entramos.

—Papá está cubriendo horas extras, para poder estar en la fiesta el sábado. Y mi mamá está con un grupo de maestros, se reúnen cada fin de mes, para apoyarse con dinámicas y trabajos y todas esas cosas —Me responde, destapando una de las grandes cajas que están en el centro del salón—. Aquí están todos los adornos.

—Creo que las telarañas donde siempre —apunta Aldo destapando otra caja.

—¡Wow, estos están increíbles! —anuncia James, sacando las partes de lo que parece un esqueleto.

Me quito mi abrigo y Mateo me sigue, los dejamos en una silla en el rincón y nos ponemos manos a la obra.

Esta es la primera vez que me sucede algo realmente bueno en la vida, conocer a Scarlett es todo un privilegio y ahora estoy muy seguro de que ella también siente algo por mi.

Estuve a un segundo de besarla, pero su mamá nos Interrumpió, en principio pensé que era mala suerte, pero pensándolo bien, no fue malo, al contrario, eso me asegura que ella estará esperando por mi.

Ahora que los dos estamos libres de compromisos, nada impide que podamos iniciar una relación.
Me gusta mucho y voy a demostrar de lo que soy capaz, para ganarme su corazón.

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