•16• El suéter amarillo.

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-Misión cumplida.

-¿Ya hiciste de psicóloga?- pregunta Jungkook con gracia en lo que vuelve a poner en marcha el vehículo.

-Pues no sé si hice de psicóloga o no, pero creo que la dejé convencida. - digo sacando el celular para ver la hora. Casi es medio día, con razón empiezo a sentir hambre.- Oh, y está embarazada.

-¿En serio?

-Anja.

-Wow... Jung Hae Mi será tía.

-Al parecer. - asiento pensando un poco en la conversación de hace un rato.

-Hoseok no tiene ni puta idea de que será padre ¿no?

-Nop.

-Pero ahora que has convencido a su esposa lo sabrá. - añade y lo miro con un gesto orgulloso que afirma lo obvio.

Me vuelvo a concentrar en el paisaje movedizo a mi derecha.

-Joder, tengo muchísima hambre.- comenté con mala cara sintiendo mis tripas rugir.

-Uhm. Encontré un lugar en donde hacen hamburguesas.- me comenta mientras conduce-estamos cerca. Si quieres pasamos a comprar unas y seguimos.- me encuentra mirándolo cuando voltea.

-Sí por favor.- asiento de forma frenética, pensando en el bien de mi estómago.

-Vale.

Ignoré lo guapo que se vió cuando sonrió y me acomodé en mi sitio.

A unas millas más estaba el sitio del que hablaba, era una cafetería común y corriente. Ordenamos una hamburguesa para cada uno, la mía sin lechuga porque no me gusta. Realmente no sé si era porque estaba hambrienta o en serio las hamburguesas que ahí hacen son riquísimas, pero me la comí con gusto.

-Hay que pagar.

-Yo pago.

-Jaj. Por supuesto que tú pagas.- dije viéndolo sacar su billetera. Alzo la mirada con una risita al ver que se detiene.- ¿Qué?

Jungkook me mira mal pero aún así saca los billetes y salda la deuda.

-A la otra pagas tú ¿oiste?.- me señala mientras salimos.

-Lo que tú digas.

Fuimos tranquilos el resto del camino a casa. La llenura me provocó sueño, y apenas llegué a mi habitación me tumbé a descansar.

Unas horas de siesta después me despierto con más cansancio del que me he acostado, algo sinsentido pero que casi siempre me pasa. Me voy a lavar la cara y me quito la ropa que traigo, cambiándola por algo más cómodo. Mientras bajo las escaleras al primer piso escucho un ruido afuera, y de inmediato descubro que Jungkook está en la piscina.

Salgo a la terraza y me acomodo en el sofá en el que me senté el primer día que llegué a esta casa. Kingkang se sube al mueble, y yo lo trepo en mi regazo para acariciarlo. Me paso unos minutos observando a Jungkook nadar con destreza de un lado a otro de la piscina.

-¿Por qué no vienes?- Jungkook se pone de modo que flota bocarriba en el agua, tiene todo el pelo pegado en la frente y hasta en los ojos, y puedo decir con certeza que eso no es lo que más llama la atención viéndolo así.

-¿Para qué?. Además no tengo traje de baño y ni muerta iré a colocarme uno.-le respondo pasando la mano por el lomo de Kingkang otra vez.

-Te quedas en ropa interior.

-No tengo sostén.

-Te dejas lo de arriba.- él insiste con voz despreocupada.

Miro el suéter amarillo que llevo, y soy consciente de que si lo mojo se va poner más transparente que un vaso desechable, pero no lo veo como un impedimento. Pongo a Kingkang a un lado para deshacerme del short que me he puesto recién, no sin antes comprobar que no ande con bragas de encaje o algo.

Veo a detalle como consigo toda la atención de Jungkook mientras me voy acercando, y me gusta.

Me siento en el borde y entro los pies en el agua -la cual sorprendentemente tiene una temperatura agradable- Luego entro yo por completo. No es por nada pero, esta mierda está más honda de lo que pensaba.

Busco a Jungkook y el se ríe cuando hacemos contacto visualmente.- ¿Tengo pinta de tiburón? ¿Por qué no te acercas? No muerdo... al menos no en estas circunstancias.- dijo riendo, con un notorio doble sentido que deja algo distinto en el ambiente.

Alzo una ceja.- Estás muy gracioso ¿no?

-No.

-Ahora por eso nos vamos a quedar a tres metros.- demando como quien tiene la última palabra.

-Voy a pensar que no sabes nadar.

-Pff, por supuesto que sé.

-Entonces ven o no te creo.

-Pues no me creas- no sé por qué pero esto me está dando gracia, lo que explica el que esté aguantando la risa.

Cambio la mirada pero la regreso a él cuando siento que se mueve. Sin embargo no le encuentro en la intemperie, lo que quiere decir que vine por debajo del agua. En menos de diez segundos ya le tengo en frente mío con menos de un medio metro de separación. Como me lo imagino, sacude la cabeza y me lanza agua con su pelo.

-Eres de lo peor.- murmuro.

-¿Con millones de fanáticas? No lo creo.- se pone a mi lado.

-Claro, el maravilloso Jeon Jungkook- comento con ironía, pero suspiro sin ganas de seguir hablando de ello.

Entonces miro al cielo grisáceo y me relajo en el agua.

-Oye Jungkook...

-Dime.- responde.

-Creo que ya no te odio tanto como antes.- confieso, y me oigo rara diciéndolo pero es la verdad.

-¿Si? ¿Y eso?

-No lo sé, creo que ya asimilé que nos casamos.- murmuro.

-Y también dijiste que te atraigo sexualmente. - el dialogo se interrumpe esto último, sobretodo porque de repente no puedo decir nada respecto al tema. ¡Claro que no! Ese día no pero ahora mismo me da vergüenza.

Mi silencio atre la mirada de Jungkook, y yo no sé dónde meter la puta cara.

-¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el ratón?- habla en tono burlesco, ladeando una risita divertida.

-Eres un pesado ¿por qué sacas eso ahora?- le reprocho.

Él se aleja del borde de la piscina para colocarse en frente mío.- ¿Cómo que por qué? Estamos hablando de que ya no te caigo tan mal.

-Sí ¿y eso qué tiene que ver?

Jungkook abulta la mejilla con la lengua.

-¿No tiene que ver?

-Pues no.

-Hagamos algo.- propone, y miro disimuladamente la jaula que forma con sus brazos a mis costados.-Admitiré que tú también me atraes sexualmente si tú lo admites igual.

Sus palabras me dejan petrificada y algo confundida también. Lo admita o no él ya ha confesado que le atraigo sexualmente.

-¿Lo admites?

Lo miro fijamente y bajo la mirada mientras me remojo los labios.

-Sí.- digo en casi un susurro.

-Vale, pues yo también lo admito.

Me quedo atónita unos segundos, pero luego junto los labios y aparto la mirada.

-HaeMi...

Lo miro, creo que adivina el suceso que estoy recordando.

-El que haya dicho que no la otra vez no... no quiere decir que no me gustes...

-Pues no esperes que yo entienda eso, Jungkook.- espeto, sin poder controlar el tono molesto.

-No sigues dolida ¿no?

-Nunca lo estuve.

-Pues ahora no lo parece.

Jungkook se me queda viendo con fijeza.

Me empiezo a poner nerviosa.

-Como sea.- hago el amago de irme pero él me agarra el mentón primero y pega sus labios con los míos.

Aunque no me lo avisa, me lo espero, y mi reciprocidad no se hace esperar.

Me pone de vuelta al borde de la piscina, dejando muy poco espacio entre nuestros cuerpos. Los chasquidos llenan el hambiente, noto el metal de su piercing contra mi piel. No quiero admitir que nos besamos con intensidad, pero es que si lo hacemos. Saco los brazos del agua para enroscarlos en su cuello, las mangas de mi suéter están obviamente empapadas. Incluimos lenguas con libertad, nuestros torsos se pegan. Pero me dejo llevar tanto que rodeo su cintura con las piernas, cosa que a él no le parece molestar. Jungkook se aleja justo cuando siento que el aire me está faltando, sin embargo volvemos a besarnos. Unos segundos nos soltamos los labios definitivamente.

-Creo que ya me conozco perfectamente como domarte.- comenta, y como es cierto que el beso me ha dejado tranquila me río rodando los ojos.

-Lo estamos cogiendo de costumbre...

-Sí ¿y?

No digo nada, y nos volvemos a besar, aunque esta vez el beso es mucho más corto.

-La familia de uno de mis amigos tiene una casa en la playa a la que vamos todas las vacaciones. Mis amigos y yo estábamos planeando ir en unos días.

-¿Me estás invitando?

-De hecho debes ir, porque eres mi esposa. Se vería mal que me fuera a vacacionar sin ti.- alza las cejas.- No podemos dejar que la gente hable ¿no crees?

-¿Y quienes van?

-Mis amigos, con sus novias seguramente. -responde.

-Oh. Entonces sí tengo que ir.- analizo.

-Claro.

-¿Cuando será?

-Uhm, no estoy seguro, pero de esta semana no pasa. Tengo que volver a reunirme con ellos.

-Bueno, me dices cuando se pongan de acuerdo. A mí me apetece ir, no he hecho nada divertido estas vacaciones.

-Está bien.

-¿Entramos? Está oscureciendo.- digo mirando al cielo.

-¿Qué? ¿Cómo vamos a entrar tan rápido? Parece que solo te metiste a la piscina a liarte conmigo.

-Agh. Mira, tú si quieres...- quito los brazos de sus hombros, ignorando por completo sus intentos de acomplejarme para retenerme - te quedas aquí, disfrutas, sigues nadando todo lo que entre en gana, pero yo me largo adentro ¿si?

Para mi suerte no opone resistencia ni nada y me deja salir, yo me siento en hormigón del borde y me pongo de pie, de manera inversa a cómo me sumergí hace un rato.

-Lindo suéter.- comenta con perversión mientras me exprimo el moño.

Agacho la cabeza, y sí, se me ve todo el pecho.

-Idiota.- le ofendo sonrojada, deseando una toalla o una manta en el camino a la terraza.


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