Martes

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Jimin despertó en el suelo frío su espalda dolía.
Se había quedado dormido entonces recordó todo lo que pasó anoche y su llanto no tardó en salir, aún triste reviso su teléfono eran las 9 de la mañana no perdió el tiempo y fue a bañarse. Entonces en la bañera pensó en lo que hacer para conquistar a su guapo vecino así que salió decidido y se arregló lo más adorable e inocente que se podía y vistió con la ropa de mujer que había comprado y su calzado son unos tenis blancos, después de terminar salió y toco la puerta de su vecino, este abrió unos segundos después.
El castaño se quedó mudo al ver al menor tan adorable y gay en su puerta así que solo espero a que este hablara.

- ¡Hyung! - chillo Jimin- Quería lavar los trastes de ayer y el agua no sale (mood: :c)- dijo con un puchero en sus rechonchos labios.

- ¿No dijiste ayer que los favores se los ibas a pedir al de al frente? - pregunto confundido el mayor.

- Es que el no es tan amable como usted - siguió actuando tierno.

El mayor dio un suspiro sonoro para dirigirse al departamento del menor y arreglar el problema, mientras que el menor lo seguía dándole las gracias de forma chillona dando saltitos en el camino.

Y efectivamente la tubería tenía una fuga, tomó sus herramientas y comenzó a cambiar el tubo,  utilizo su fuerza marcando las venas de sus brazos, el menor observaba como se marcaban sus músculos y juro estar cerca de un infarto cuando el mayor desabotonó 3 botones dejando ver sus clavículas y un poco de su pecho.

Oh joder que sexy

Pensó

No perdió el tiempo y empezó a jugar con su falda sonriendo coqueto.

- Hyung haré el desayuno mientras, desayuné conmigo como agradecimiento- dicho esto el mayor volteo a verlo, no pudo evitar ver sus piernas en el transcurso, a lo que se sintió asqueado a si mismo por verlo de esa forma.

- No gracias Jimin - siguió con su trabajo
El menor sollozo fingiendo estar triste, el mayor regreso su mirada a el rubio y harto de sus sollozos fingidos acepto el desayuno.

El menor se puso muy feliz por eso y fue como rayo a la cocina a preparar el mejor desayuno que había echo en toda su vida se esmero mucho preparándolo, asegurándose de que nada se le quemará y las especias sean de la cantidad casi exacta de las que debería usar.

Después de que su vecino terminara de hacerle el favor desayunaron, para Jimin era un silencio en donde yacía la paz y tranquilidad, mientras que a  Yoongi le parecía incómodo, el es homofóbico y el saber que el pequeño gusta de el además de vestirse así le daba cierta incomodidad y asco al ver a un chico vestido de mujer, pero se percató de que Jimin se vestía así no aparentando ser asqueroso si no tierno, como un niño inocente, no quería admitir que le quedaba bien vestir así.

- Ayer me folle a una de pechos tremendos - pronunció cada palabra con descaro. Jimin a el instante se tenso, pareció pensarlo un poco y logro entender que el mayor lo estaba provocando.

- ¿Era linda? - pregunto menos tenso y más seguro de sí

- Si, tenía curvas muy bonitas. - contesto el mayor preguntándose por qué Jimin no se había  puesto enojado o triste.

- ¿Usaste condón? - río ante la idea metiendo a su boca un poco de fideos con los palillos metálicos- Debes de cuidarte, cariño - hablo tapando su boca educadamente con su manita regordeta

- Ella usa pastillas - su tono de voz ahora era más alto y duro de lo que anteriormente estaba.

- Esta bien, bebé - le dedico una tierna sonrisa, no sabía cuándo pero Jimin ya había terminado de comer mientras que el llevaba a medias el plato. Dispuesto a exigirle que no lo llamara con apodos se quedó callado al ver a su vecino   de espaldas con la falda más arriba dejando sus jugosos muslos a la vista babeo un poco reaccionando ante el acto para terminar rápido el Ramen y despedirse pero antes de que lo hiciera una mano pequeña, suave y regordeta lo impidió.

- Hyung... N-no sé si usted a-a visto las n-noticias pero están secuestrando a estudiantes - dijo con su voz dulce temblorosa mostrando miedo en ella y en su expresión.

- ¿Quieres que te acompañe? - pregunto aunque era más que obvio que si.

- Si no es mucha molestia - su tono tímido hizo que el mayor cediera.

- Bien, deja me cambio quedé poco sucio -

Y a cambiarse se refirió a bañarse y arreglarse para el trabajo. Salió impecable luciendo fresco, una camiseta de color azul marino un poco desabrochada, pantalones formales al igual que sus zapatos, un reloj seguramente caro de plata adornaba su muñeca marcada por sus venas, además de tener el pelo un poco rosado por el alboroto que hacía al lavarse su cabello, lucía masculino y fresco y cunado se acercó pudo percibir un aroma a perfume de hombre que hacía que tuviera su toque final.

Definitivamente  ese hombre va a ser suyo si o si.

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