Capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Los días siguientes transcurrieron con normalidad para todos los habitantes de la mansión Sakamaki. Las féminas del lugar entablaron una amistad que poco agradaba a los varones del lugar, pues para ellos, celosos y violentos, la chica nueva era una mala influencia para Yui.

La rubia de ojos rosados estaba encantada de que la vida le sonriera al fin, pues la misma le había otorgado una amiga en la cual podía apoyarse siempre que lo necesitará.

Esa mañana cálida de 29 de abril, el sonido de un violín podía oírse por cada rincón de la mansión Sakamaki. Tan dulce, tan bella melodía salía de ese objeto que hasta el corazón más duro cedió ante su encanto.

—¿Puedo pasar? —La voz angelical de la chica Komori se dejó oír del otro lado de la puerta.

—Adelante —respondió Scarlett, dejando sobre la cama su instrumento musical.

—Perdón si te interrumpo, puedo volver en otro momento si quieres.

—No pasa nada Yui-san —expresó con dulzura la de ojos dorados—. Mejor dime a qué has venido.

Yui asintió totalmente cohibida.

—Iba pedirle a Reiji-kun que me ayudara con la tarea de química, pero conociendo sus métodos de enseñanza...

—Te asustan sus métodos eh~. —Scarlett no pudo evitar reír ante la imagen de una Yui asustada.

«¡Que imagen tan encantadora!» pensó Scarlett.

—¡N-no te rías! —chilló la rubia con enojo.

—Vamos Komori-san, solo estoy jugando un poco.

—¡Si no me vas a ayudar, mejor me voy de aquí!

Con un puchero adornando su níveo rostro, Yui tomó el picaporte de la puerta, pero antes de poder girarlo completamente, una mano sostuvo la suya entrelazando así sus dedos.

—Vamos pequeña Yui, no te enojes conmigo por favor~ —susurró Scarlett al oído de la ojirosada.

—T-te estabas burlando de mí —contestó Yui entre jadeos por la cercanía de su contraria.

—Y te pido perdón por eso pequeña.

Y antes de que Yui pudiera responder a eso, sintió los brazos de Scarlett tomarla de las piernas para después cargarla como costal de papas sobre su hombro derecho.

Conmocionada por el atrevimiento de la nueva, la rubia no protestó cuando la cargaron de esa manera y tampoco lo hizo cuando la dejaron sobre la cama de agua. Con sus mejillas sonrojadas, Yui dejo que sus pensamientos atrevidos la inundarán completamente.



Esa misma noche

Como ya era costumbre en la Mansión Sakamaki, todos los hermanos se reunieron para llevar acabo la cena mensual. Por supuesto que haciendo gala de sus modales, decidieron invitar a Scarlett a su pequeño convivio. Ella acepto gustosa, pero protestó cuando no vio a Yui por ningún lado. Y sin más remedio, mandaron a llamar a la chica rubia.

La cena parecía transcurrir con total tranquilidad, pero lo único que se podía sentir era una tensión que iba en aumento y que en cualquier momento estallaría cómo una bomba.

—¿Por qué no estás comiendo Yui? —preguntó con fingida calma Reiji Sakamaki.

—¿Mmm? —La susodicha movió su cabeza sin entender lo que le habían dicho.

—Tus modales siguen siendo deplorables, deberé aumentar el número de clases para educarte bien y que no nos dejes en vergüenza ante la gente —sentenció el chico de gafas.

—No debería ser duro con ella Sakamaki-san, en algún momento todos tenemos un descuido —comentó Scarlett, mientras le daba un mordisco a su pan tostada con mantequilla.

—Te pediré de favor que no te metas Scarlett, la educación de esta mujer no es de tu incumbencia.

—Y yo te pediré de favor que me llames Winter-san —pidió educadamente la amiga de Yui—. No es parte de mi círculo cercano como para llamarme por mi nombre así nada más. Ponga en alto la educación que le dio su madre, si es que le dio alguna.

Reiji tan sólo se limito a apretar su tenedor con fuerza mientras trataba de contener su ira. Nunca se habían burlado de él y que una chica desconocida lo hiciera, era un gran insulto hacia su persona.

La risa de Raito Sakamaki se dejó escuchar por toda estancia, pues le resultaba divertido que aquella chica tan peculiar se pusiera al tú por tú con su hermano mayor.

—Eres divertida Winter-san —dijo Raito con picardía—. Me pregunto si serás igual de divertida en mi cama.

Scarlett, quien ya tenía conocimiento sobre el libertinaje del muchacho, se limito a comer lo último de su pan tostado y a beber un poco de su jugo de naranja antes de emitir su respuesta.

—Gracias por la invitación, pero para tu desgracia no me gustan los tipos como tú. Así que no te atrevas a tocarme porque pocas ganas te quedarán de volver a hacerlo.

La mirada que recibió Raito hizo que el mismo se encogiera en su lugar, pues esa mirada era la misma que le daba su madre cuando no la satisfacía cómo era debido.











Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro