•Séduis-moi•
Traducción del francés: Sedúceme.

Yoongi, completamente ajeno a la presencia de Jimin en el aula y sus intenciones, estaba muy concentrado revisando a detalle los ejercicios de sus estudiantes y haciendo cálculos rápidos con una calculadora al lado; Jimin dió unos cuantos pasos en su dirección, temeroso.

¿Debería...?

¿O....?

No, ¿Saben qué?, a la mierda todo, claro que sí podía y por supuesto que lo iba a hacer.

Se colocó a un lado del escritorio de Min sin que éste lo notara y en un pestañeo le arrancó la libreta que sostenía entre sus manos y la colocó en algún sitio sobre el escritorio.

Yoongi se giró hacia él, visiblemente sorprendido, percatándose de su presencia.

"¡Oye! ¿Qué estás hacien-..." Lo que sea que estuviese por decir murió en un suspiro, Jimin se había sentado sobre su regazo y lo había tomado de la nuca con algo de brusquedad para chocar sus labios con los contrarios en un húmedo y necesitado beso, Yoongi se quedó estático por un segundo, pero después reaccionó sosteniendo a Jimin por los muslos para que no cayera.

Lo había extrañado tanto, lo necesitaba entre sus brazos tan pronto...

Jimin inclinó su cabeza de lado, profundizando el beso al abrir su boca, dejando que la lengua del mayor se adentrara en su cavidad bucal buscando la suya, Jimin correspondió, tomándose la libertad de tirar del negro cabello de Yoongi, ambos besándose en una lenta sincronía.

Cuando el aire comenzó a faltarles, Yoongi intentó separarse unos segundos, pero Jimin volvió a atraerlo a sí mismo, mordisqueando y succionando sus rosados labios, Yoongi gruñó, apenas era la segunda ocasión en la que compartían un beso y ya se sentía adicto a los labios de Park Jimin.

"Hola, Yoongi" Jimin se alejó primero, pegando su frente a la del mayor, tratando de controlar su respiración, sonriendo. Las comisuras del contrario se elevaron también, sabía que Jimin lo recordaría, sabía que lo que vivieron fue memorable para los dos.

"Hey, Jiminnie" Susurró, Jimin escondió su rostro en el cuello del mayor, refugiándose allí y rodeándolo con sus brazos. Yoongi lo abrazó por la cintura, dejando un besito detrás de la oreja del rubio, su repentina acción haciéndolo enrojecer. "Tardaste bastante en recordarme, ¿Eh?" Bromeó, alzando y bajando las cejas en un rápido movimiento, Jimin se acurrucó en sus brazos aún más, sin atreverse a mirarlo.

Eres un sinvergüenza, Park — el regaño de su consciencia, como siempre, no lo ayudó a sentirse mejor.

Se acomodó mejor, quedando de frente al rostro de Yoongi. El mayor creyó que se veía adorable, como un pastelito rosado y esponjoso, con sus mejillas rojas, esa nariz de botón y sus ojitos volviéndose líneas, tan lindo.

"Fue recién ayer, hyung...lo siento tanto" Hizo una mueca, desviando la mirada hacia otro lugar, Yoongi no dijo nada, sólo se mantuvo en silencio, observándolo. Cuando Jimin recuperó la confianza, se giró a verlo mientras alcanzaba una de sus manos para acariciarla. "Realmente no me esperé verte aquí, creí que sería difícil el encontrarte" Comentó, con la mirada fija en sus manos juntas. Yoongi rió, tomando el dorso de la mano contraria para dejar un besito en ella.

"Creo que debería ser yo quien diga eso, ¿Sabes?, sólo dejaste una nota y...y... entré en pánico, ¿Tienes idea de cuántos Park Jimin viven en Seúl? ¡Unos quinientos!, intenté buscarte pero cada chico que veía no eras tú, hasta pensé en la posibilidad de que no vivieras aquí"  Reveló, encogiéndose de hombros con un suspiro. Jimin lo miró asombrado, con su corazón latiendo incontrolable en su pecho, el que Yoongi lo hubiese buscado significaba mucho para él, nunca nadie se había esforzado tanto por él.