Maratón 3/3

Después de que mi pequeña aventura de bar con Barney la otra noche resultara ser un desastre, me había dirigido a casa, esperando que la noche fuera un fracaso. Justo cuando llegaba a mi puerta, me encontré con Lawrence.

Lawrence es el chico que vive al lado mío. Tiene 26 años, y es policía. Por no mencionar que es muy lindo, debo añadir. Empezamos a hablar en el pasillo, y esta noche iremos a cenar.

— Y bueno, ¿trabajas o algo? — preguntó, bebiendo un poco de su vino. Me arrepentí un poco ante la pregunta.

— Estoy entre trabajos en este momento — respondí, metiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja — Mi padre pagó para que yo estudiara en la facultad de derecho, hasta que a mitad de mi segundo año, me di cuenta de que lo odiaba.

— ¿Así que simplemente renunciaste? ¿Qué dijo tu padre sobre eso?

— Él um... él no ha hablado conmigo desde entonces y prácticamente me repudia — él me miró cautelosamente, esperando que yo diga que estaba bromeando. Ojalá pudiera decir que era una broma.

— Oh, y-yo... lo siento mucho. Eso es terrible — dijo él y me encogí de hombros.

— Está bien. Tengo algunos amigos bastante buenos para hacerme compañía así que, todo va bien. Pero basta de hablar sobre mí. ¿Cómo es el control de la ley?

— No como lo retratan en la televisión, créeme — me reí — Lo hacen parecer tan lleno de acción, y puede ser, para la mayoría. Pero para mí, todavía soy bastante nuevo en el departamento, así que me tienen como mono de papeleo.

— Oh...eso apesta — dije, tomando un trago de mi vino.

— No... sólo bromeó sobre ello. Toma un tiempo así que tengo una formación bastante estable. Me gusta llevar un registro de cuántas veces el capitán me hace referencia a los genitales femeninos — me reí — Es más divertido de lo que piensas.

— Oh, eres gracioso — le dije — Esa es una cualidad muy importante en un hombre hoy en día.

— Como también lo es una cara atractiva y abdominales completamente esculpidos... ¿Sigo? — me reí de nuevo — ¿Qué te parece si damos un paseo por la ciudad?

— No sé... eso aquí en la gran manzana es bastante peligroso...

— No te preocupes, te protegeré. Soy un oficial de la ley.

— No lo sé. Mono de papeleo... ¿puedes hacerle a los ladrones un montón de recortes de papel?

— Ha ha ha, desternillante. Eres histérica, de verdad — la cuenta llegó y ambos fuimos a pagar — Por favor, permíteme.

— ¿Sabes? Nunca he entendido eso en las citas — dije — Ambos comimos, ¿por qué no pagamos a medias? — se detuvo.

— Eso... eso tiene mucho sentido. Quiero decir, voy a pagar por ello de todos modos, pero, voy a tener eso en cuenta para la próxima vez — puso el dinero en la cuenta y nos levantamos, agarrando nuestros abrigos.

— ¿Estás tan seguro de que habrá una próxima vez? — pregunté.

— La noche aún es joven. Todavía me quedan algunas buenas horas para probarme a mí mismo — sonreí — ¿Deberíamos? — me ofreció su brazo.

— Sí. De hecho, tengo una idea.

— ¿Y qué se te ha ocurrido? — preguntó.

— Sé que es nuestra primera cita, pero deberías conocer a mis amigos. Son geniales — dije y él asintió.

— Estoy listo para eso. ¿Hacia dónde nos dirigimos?

— A McLaren's.

— ¿Cuál de ellos?

— ¿El del lado oeste? — asintió con la cabeza.

— Muy bien, me parece un buen plan. Vamos.

Barney's POV

Me senté en nuestra mesa habitual con los otros, pero no podía concentrarme. No había visto ni oído de Lauren en todo el día. No dejaba de revisar mi teléfono y vigilar la puerta.

— Barney... ¿estás bien? — preguntó Robin. Salí de mi ansioso trance.

— Pff. ¿Qué? Sí, ¿por qué no iba a estarlo?

— Has estado mirando a la puerta durante los últimos veinte minutos — añadió Lily. Sacudí mi cabeza.

— No. Es sólo que al bar le hace un poco de falta las habituales tías buenas, ¿sabes? Estas chicas son como mucho seises.

— Tío, un equipo universitario de voleibol femenino ha estado aquí desde antes de que apareciéramos. ¿Estás seguro de que estás bien? — dijo Marshall escéptico.

Ted estaba sentado al otro lado de la mesa, enviándome miradas. No le había dicho a nadie sobre Lauren. Iba a seguir el consejo de Ted, así que no había necesidad. El timbre de arriba de la puerta de la entrada sonó y miré hacia para verla a ella... de la mano con un tío.

— ¡Hola chicos! — Ella saludó — Este es Lawrence.

— Hola — dijeron ellos a la vez.

— Ese es Marshall, su esposa Lily, Ted, Robin, y este es Barney — nos presentó.

— Entonces, ¿qué te trae por aquí, Lawrence? — preguntó Ted, mirándome cautelosamente.

— Estamos en una cita, y Lauren pensó que sería divertido si los conociera.

— Nuestra primera cita, para ser exactos... y va muy bien hasta ahora — ella le sonrió.

— Sí... Sí, creo que sí.

— Uníos a nosotros, entonces — dijo Lily, señalando hasta el final de la mesa. Lawrence se dio la vuelta, cogiendo dos sillas de la mesa detrás de ellos y colocándolas.

Lauren me sonrió emocionada mientras se sentaba a mi lado, y yo le devolví la sonrisa.

— Iré a por la siguiente ronda — dije.

— Yo te ayudo — Ted se puso de pie, siguiéndome hasta la barra del bar.

— Gran consejo, Ted. En serio.

— ¡Lo siento! No sabía que esto iba a pasar.

— ¡Mírala! Realmente no deberíamos sorprendernos — suspiré, pasando una mano a través de mi pelo. Miré hacia atrás, hacia ellos para ser más exacto. La mano de Lawrence estaba en la pierna de Lauren y estaba hablando animadamente con Lily.

— Es sólo una primera cita, Barney. Quién sabe si pasarán de esta noche.

— Espero que tengas razón.