Capítulo 34

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[...]
1:05 pm.

- ¿Y entonces tu novio se puso rabioso solo por eso? Uy, eso es raro... -decía aquella chica, caminando a un lado del pelimorado que tan solo iba mirando el suelo.

- No es raro es... molesto. -Bonnie infló las mejillas, pero no quería admitir que le causaba un temor intrigante-. Porque sé que él no es así... solo está algo, ahm ¿alborotado? No lo sé. Yo sé que él no es un monstruo, es algo... que yo aun no entiendo. No es su culpa.

- Eso no está bien... -la albina lo miró, pero puso aquella desinteresada sonrisa alocada cuando captó su atención- eres como la mujer, uy si, estás justificando que haya sido malo contigo y no es correcto ¿o tú crees que si? Aun veo las marcas de tus lágrimas, y hay una mancha en tu cuello. No puedes justificar que ahora tu noviecito sea un monstruo y te haya hecho daño ¿o si? ¿Tú acaso crees que está bien? Hehe.

- ¿Ehhh? N-No... por supuesto que no, pero tampoco puedo no ponerme en su lugar, o eso creo. Solo digo que no está siendo él mismo... s-solo yo... ahm... -indicaba ahora con nervios, juntando las mangas de su chaleco en lo que ahora miraba al frente.

- Claro... -ella rodaba sus morados ojos con una no tan convencida mueca- al menos ¿sabes para dónde vas? Creo que hemos estado como veinte minutos caminando, Bonnie.

- No tengo... idea hehe.

- ¡Oh! ¡oh! En ese caso -ella lo tomó de las manos, poniéndose en frente de él para sonreír de una forma que al contrario y más bajito, le hizo dudar- déjame guiarte yo hehe. Conozco muchos sitios en donde podemos comenzar a buscar al mons- a tu lindo novio con rabia -corrigió.

- ¡Él no tiene rabia! -Bonnie se encogió de hombros, mirando a otro sitio- pero está bien... yo no estoy muy bien como para pensar en donde podría estar... -tocaba su frente con sus dedos, su cabeza dolía.

- Muy bien, entonces sígueme. ¡A marchar~!

[...]
1:28 pm.

Bon abrió los ojos desmesuradamente, admirando, o mejor dicho, horrorizandose al ver entrar a aquellos chicos que, muy bien conocía. La pelimorada de cabello oscuro, fachada de Maco, traía apresionada a una rubia, de cabellera corta y ojos magenta. Ella lucía muy mal, hacía un buen de tiempo que no la veía y al preocupado pelirrojo que se hallaba a un lado de esta también. Poca fue su sorpresa al ver a aquel chico, el castaño que antes se hacía el héroe de todos, con los ojos negros cargados de molestia, mirándolo con desprecio y una sonrisa socarrrona.

- Mírate como estás, Bon. -su voz rasposa atacó los oídos del mencionado que, por mutados que estaban, eran sensibles- te has convertido en un monstruo, compañero. -le sonrió, de una manera macabra que dejaba a flor de piel su ironía- En serio que, me da lástima que hayas terminado así, creo que me caías muy bien, pero... tú quisiste aprovecharte de tus poderes de mierda hahaha.

- ¡Mierda, Freddy o quien seas! -Bon gruñó, estaba exhausto y le dolía el maldito cuerpo por el sobre esfuerzo que había hecho. Su cabeza daba vueltas y sentía que no podía controlarse.

Fue sino hasta que después de que, un muy mal herido pelirrojo apareció en las mismas condiciones que la rubia, el ojiambar ausente del que recordaba haberse sentido intimidado muchas veces ahora estaba literalmente mal, con la cabeza baja y el labio inferior roto. Cuando una chica de lentes, aquella que reconoció como Lily, se apareció con una mueca apática, detrás de él una albina llegaba con una sonrisa extraña, de oreja a oreja tomando de la mano a...

- ¡Yo traje la... mercancía! Hehehe ¡si si! -gritaba emocionada la chica de coleta, quien al segundo, cambió esa mirada alegre y desinteresada por una fría mueca de psicopatía. Apretando con fuerza la muñeca que sostenía de la persona a su lado.

A Bon se le heló completamente la sangre, de solo ver los ojos confundidos del jovencito que miraba a todos lados, ladeando la cabeza, al parece aun no había notado su presencia, pero si la de todos sus demás conocidos.

- ¿Y por qué vinimos aquí, Mai? -preguntaba, mirando el lugar sucio y asqueroso de mirar. Recordaba haber estado en un lugar similar una vez, pero no muy bien. Entonces, miró a los lados notando la presencia de sus amigos- ¡Eh! Fox y Chica, ¡se ven muy mal! ¿Chicos, qué les pasó?

Efectivamente, era Bonnie quien se soltó del agarre de la albina para ir a mirar a sus amigos, ellos le dirigieron la mirada, pero no dijeron nada. El de melena estaba sumamente preocupado al verlos en ese estado, pero a la vez, muy alegre de volver a verlos desde hace ya varios días, muchísimos.

Detrás de él la albina de mechones violetas hacía un gesto con los labios, y de un chasquido, desató su cabello y lo ató en dos coletas a cada lado. Su ropa bastante extraña pasó a vestir como... como aquella chica que Bon reconoció al instante. Medias rayadas de color negro y morado, una chaqueta abierta, marcas en los brazos y partes de cuello tal y como las del rubio, solo que con una ligera tonalidad violeta. Hace meses la había visto, con ese mismo atuendo persiguiendo a Onnie. Claro, ahora todo tenía sentido. Gruñó molesto... esto era demasiado rápido. Todo pasaba abruptamente que lo dejaban mareado.

Fue allí en que cual perro rabioso su gruñido hizo a Bonnie levantar la vista algo asustado, mirando con los ojos muy abiertos a su... novio, cuyos colmillos sobresalían levemente y sus ojos, al menos eran los mismos, verdosos y brillantes pero traía encima diversas murtaciones raras. Aun así, no dudó en retorceder un poco al verlo así ¿por qué seguía manteniendo ese cambio en su cuerpo? Esas orejitas de animal, algunas pequeñas heridas y manchas bajo sus ojos, eso... no le gustaba.

- ¿B-Bon...? -se encogía en su sitio, a un lado de sus amigos que ni una palabra le decían aún. Chocó contra una pared a un lado de una especie de jaula, como un calaboso. Jadeó de al sorpresa por el ambiente frío y notó al rincón de esta, una capucha oscuro y unos cuantos cabellos verdes sobresalir- ¿That? Ahm... yo... ¿qué está pasando? ¿Mai? ¿Quienes... son todos ellos?

Por la ocuridad del lugar andaba desorientado, confundido y asustado. Había un ambiente muy denso y el aire igualmente de pesado lo estaban molestando mucho. Tragó grueso y se mantuvo quieto, cual animalito asustado, analizando a todos los prestentes y sumamente preocupado tanto por su... novio y, por sus amigos.

Logró encontrar un rostro familiar, el de su amigo castaño, Freddy, que de espaldas parecía concentrado en algo interesante hasta que volteó a verlo como todos los demás. Bonnie se sentía tan acorralado, asustado y nervioso. Le temblaron las manos al ver las marcas en la cara del castaño, sus ojos negros, su sonrisa malévola. No entendía.

- Ohh hehe bueno, verás~ moradito, no es nada personal pero, ya no podemos esperar más y como, eres taaan estúpido y confias en el monstruo de tu novio ¿qué crees? Tenemos que abrirte los ojos, llavecita. -decía la albina, caminando al rededor del pelimora con una maquiavélica sonrisa.

- ¿Eh? Pero... ¿por qué me dicen así? Bon está atado y... él no es... u-un monstruo yo... -jugaba con sus dedos, tapando sus manos con las mangas largas del chaleco. Su voz estaba igual de temblorosa, y ya no entendía nada, ni porque sus amigos estaban así de mal heridos, ni porque estaban Freddy y algunos otros que conocía con líneas raras en la cara y ojos negro, mucho menos el porqué Bon lo miraba sin decir nada, atado y sin forma de moverse bien- Mmh...

Se acercó hasta su novio, mirándolo de reojo. Sonrió un poquito, al menos no estaba histérico o alterado como antes. Para cuando pensó en poner su mano en la mejilla del más alto, este bajó la vista y de un tirón, otro de los chicos que estaban en el sitio lo apartó.

- Oh no, no~ ¿estás loco? ¿Enserio se te pasa por la jodida cabeza el tocar así a tu... perro este? Por favor, si que eres estúpido... mira -la peliazul de gafas se puso a un lado suyo, tomándolo del hombro para después poner sus dos manos en las mejillas del pelimorado, haciendo exaltar al pelician- uy, tranquilo, que no le haré a tu juguete, Bon~ haha.

- Yaa ¡ahh!, no... -jadeaba Bon, estaba cansado, molesto. Trataba de mantenerse calmo y no hablar de más. Pero no podía permitir que le hicieran daño a su novio, no a él... no de nuevo- ya dejen a Bonnie... ustedes, si tiene que ver conmigo, no metan a Bonnie en eso... no le hagan nada... ahm... Ugh.

- ¿Qué no le hagamos nada? Haha no podríamos hacerle más daño del que tú le has hecho ¿o si?

- Ahh cállense. Dejen a Bonnie tranquilo y...

- ¿Qué lo dejemos? Pff él es más importante que tú ¿o qué? ¿Acaso creías que te necesitamos a ti? Eres un monstruo idiota, solo has sido un cebo para corromper a tu noviecito haha. ¡Oh! Espera... creo que una vez la traidora de Joy te lo contó ¿verdad~?

- ¿Qué? -Bon frunció el entrecejo, forcejeando con las cadenas que lo mantenían inmóvil. La morena solo volteaba el rostro de su novio de forma en que Bonnie lo mirase nervioso, analizándolo y al parecer, pensando en las palabras de los demás- ahg ¿pero qué demonios tiene que ver él en esto? Bonnie es una persona común, si me han estado fastidiando a mi para molestar a mi novio ¿entonces qué quieren? Ahhg esto no tiene sentido. ¡Suéltenme! Métanse sólo conmigo.

- Uyuyuyii~ ¿oíste eso, cosita? Le entró la rabia otra vez a tu novio hehehe -la albina venía a dar saltitos a un lado del oji-rojo- Mejor presta atención, que terminas con él y...

- ""¿Soy... sólo una persona común para ti, Maestro...?""

Bon escuchó en su cabeza la vocecita baja de su novio, cuándo lo miró este agachaba las cejas y apretaba los labios, mostrándose algo indignado ante ese comentario.

- Bonnie... n-no era lo que quería decir, mi amor... no pongas esa cara. Mira, yo... siento todo lo que hice, en serio perdón es que... no sé realmente que pasó,... -Bon forcejeaba una y otra vez,tratando de acercar su mano hasta su novio pelimorado, o aun mucho más trataba de concentrarse en su cuerpo, de rodearlo de luz y volver a ser él mismo, ese Bon con cara de tonto, ese chico normal- Bonnie... ayúdame a salir de aquí.

- Bon... está bien, yo... -Bonnie agitado por el ambiente extraño, caminó nuevamente hasta el pelician, acercándose hasta este, lo suficiente como para que las cadenas que lo aprisionaban le dejaran subir sus manos morenas hasta las mejillas rosadas- ""Bon ¿qué pasa, por qué estás aquí? Y mis amigos y... todos ellos yo... "" -puso sus manos sobre las de Bon, que estaban en sus mejillas y le sonrió.

- ""Yo tampoco lo sé bien, pero... solo no te alejes más, por favor. Perdóname, conejito."" -intentó abrazarlo, pero solo consiguió que un fuerte dolor en sus muñecas por obligarse a esto. Bonnie sonrió un poquito y trató de evitar que las lágrimas escaparan de sus ojos- Yo... ¿y-yo te hice eso? Oh no... Bo-Bonnie... -dijo, observando con detenimiemto un color rojizo escapar a través de ropa que le cubría el cuello a su novio.

- Ah... n-no esto hehe no es nada... -Bonnie se puso nervioso por ello, Bon... parecía muy angustiado por una respuesta de la que talvez estaba seguro y era afirmativa. El pelilila cubrió su cuello subiendo el chaleco y tapando con su mano- no te preocupes, Bon... y-yo te ayudo a salir y...

- Hey, hey, hey... me temo que eso no es una opción, mis chicos... -habló una chica, la pelimorada oscura, que lucía una macabra sonrisa en la casa y unas intenciones que de lejos daban connotaciones para nada buenas-. Oh hermanito~ ¿es una pena que aun seas muy estúpido? ¿En verdad vas a confiar en ese monstruo, después de... toooodo~ lo que te ha hecho?

- Basta ya... no entiendo nada, yo... -Bonnie suspiró entrecortado; no  comprendió nada de lo que ocurría ahora mismo.

Sus amigos heridos, antes desaparecidos, algunos de sus conocidos y otros amigos cuyos ojos negros le daban mala espina; inclusive la chica albina, la gemela de Puppett lo observaba con una sonrisa de diversión, que crecía conforme sus lágrimas de confusión iban saliendo. Bon estaba mal, jadeaba cansado y forcejeaba con esas cadenas. El choque de estas contra la superficie en que estaba atado y el suelo era molesto, demasiado.

- Ou, en ese caso... -daba un paso al frente una morena de cabello azul, acomodando sus gafas- Déjame explicarte, Moradito.

- Eh... de acuerdo. -contestaba inseguro, deconfiado y temeroso, colocándose a un lado de Bon, quien apretaba los labios y a veces los dientes, mirando con rabia a todos los demás.

- ""Bonnie, tengo un mal presentimiento... no escuches a nadie... estas personas no son buenas y tus... amigos ya no son los mismos. Bonnie... ¡Bonnie!"" -Bon suspiró cansado.

Observaba al pelimorado mirar con curiosidad a la chica, que de todos parecía la más serena y calmada, aunque la manera superior en que lo miraba no le gustaba.

- Tranquilo, Bon... y-yo solo quiero saber que esta pasando para... -tembló de solo acariciar la mejilla ajena, estaba caliente aunque se notaba tieso el rostro ajeno y en este espacio hacia mucho frío- para poder ayudarte... -le sonrió.

- Ggrh como.. como sea.

Todos se le quedaron mirando a la "parejita" con unas sonrisas de total confianza en la cara y ojos vacíos. Bonnie volvió a sentir un escalofrío, pero trataba de verse calmado, y de no llorar.

- Perfecto... ¿por dónde empezar?

Ella sonrió, y detrás de esta los demás le siguieron. Bon solo podía saber una cosa; que iba a desconfiar de todos, inclusive de los dos "rehenes" que lo miraban bajando la cabeza; el pelirrojo y la rubia le entregaba miradas que a veces le llegaban como si pidieran perdón por algo, pero... ¿por qué?

No, peor todavía era que... ¿cómo fue que pasó tan rápido? ¿Cómo llegó de disfrutar sua nuevos poderes a toda una historia de villanos y... villanos? Y lo peor... Bonnie ya estaba metido en esto, y no precisamente por ser una victima inocente.

- Ah si, el idiota del Conejo cambiante y su grupito de adolescentes estúpidos -la peliazul morena comenzó a hablar mirando al pelician con desprecio- Mmm una cosa lleva a la otra y ¡sorpresa! Su mejor amiga y los amiguitos de su novio son parte de un grupo totalmente distinto que el suyo, ya saben "los malos" -hizo las comillas con burla y sarcasmo- peeero~ pasan cosas malas y... aquí estamos. Mm ay moradito, mira como él dejó a tus dos amigos... les hizo daño a tus amigos y te hizo daño a ti ¿aun quieres confiar en alguien así y con este historial tan... desafiante? Si lo llegasemos a soltar nos mataría a todos, porque ni él puede controlarse ahora haha.

- ¿Qué...? -Bonnie lo volteó a mirar, y Bon negó, negó muchas veces- ahm.. y-yo sé que tú n-no les hiciste eso a mis amigos ¿ve-verdad que si...? ¿Cierto?

- No, Bonnie... yo no les haría nada a ellos ¡ni siquiera sabía donde estaban! Tú estabas conmigo, s-sabes que yo no... créeme que n-no. -Bon lo miró extrañado de esa pregunta. Esa chica se estaba metiendo con la confianza de Bonnie y sus amigos y, cielos, ya estaba entiendo porque estaban ellos aquí, en ese estado, con esa mirada asustada y llena de culpa.

- Es cierto... -suspiraba el pelimora, poniendo una mano en su pecho para tomar aire y relajarse. Bon estuvo con él todo el tiempo en que se vieron las desapariciones de sus amigos, lo estuvo cuidando, estuvo dándole cariño y apoyo. Le... creía, siempre iba a creerle- ahh maestro esto es muy raro... yo.. no entiendo qué pasa.

- ¿Siquiera oíste lo que te dije? Ahh por favor, no vas a creerle a ese mosntruo en lugar de a tus amigos ¿o si? -Lily sonrió, y fue en ese momento en que palpó el hombro de la rubia oji-gris quien alzó la vista nerviosa y asustada. Al otro lado, el pelirrojo era custodiado por la albina sonriente y ansioso- anda, nosotros te ayudamos -sonrió de forma macaba y la rubia solo pudo apretar los labios- dile tu misma lo que ese salvaje te hizo a ti y a tu amigo este. Porque él es un monstruo que no puede controlarse ¿no es... verdad~?

- Agm... B-Bonnie yo... nosotros -Chica tembló y bajó la vista soltando lagrimas- es... es verdad, t-todo es verdad. Bon es... e-es un monstruo... perverso que... te hará daño.

Bonnie sudó de los nervios, quiso acercarse a su amiga pero de pronto, la mano de la pelimorado oscuro le agarró del brazo. Chasqueando los dedos para que así el rubio oji plata y el castaño le hicieran guardia al alterado pelician que negaba y regresaba a llorar de los nervios, manchando de negro su rostro.

- Agh... Mm es verdad, enano... aléjate de él. -le siguió el pelirrojo.

Bonnie nunca los había visto así de asustados, temblando y llenos de golpes. Tembló de la misma forma sintiéndose extraño ¿no podría creer que ellos le mentirian? Eran sus amigos pero tampoco podía desconfiar de Bon. Estaba entre la espada y la pared aunque... por dentro creía que no tenía salida de nada. Tan sólo quería volver a esos días de secundaria no tan lejanos, a jugar con sus compañeros y a esperar a su protector novio a la salida para irse a casa juntos.

Quería arreglar las cosas que de la nada el descubrimiento de poderes de su novio empezó a quebrantar. Que su conciencia llena de conocimiento, gracias a That, causó y no va a dejar de causar si no hacía algo.

Él no tenía idea de que eran los Cambiantes, los Hechiceros o lo que sea, sólo estaba al tanto que aquel pequeño mosntruo que conoció hace años, That, le dio las claves más grandes, algo poderoso que sobrepasaba a las dos categorías antes mencionadas. Ellos anhelaban eso; algo así como los secretos del universo deseados por el humano.

- Y-Yo... no sé.

- Descuida, amigo moradito. Tú solo tienes que decirnos todo acerca de los Controladores y por fin, podremos ayudar a tu novio, amigo... -Habló esta vez la chica que se decía llamar la hermana del pelivioleta, llevando una mano hasta su hombro. Le sonrió, asustando a Bonnie por su sonrisa tan falsamente sincera. Le tendió su mano con tranquilidad.

Bonnie la miró levantando una ceja, no era tonto, ni sumamente desconfiado, pero tenía que tomar en cuenta que aquel "no confíes en nadie" estaba rondando en su cabeza. Miró a Bon, quien estaba casi perdido en sus pensamientos y el ceño fruncido siendo sujetado y silenciados por los dos chicos de ojos negros a su lado.

- Ahm... no sé...

- Oh, venga ya, solamente tienes que... darme tu mano.

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