Capítulo 35

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3:42 pm.

Bonnie miraba la mano de la chica, dudoso. No podía hacerlo... pero talvez debía.

Echó un ojo a los lados, allí estaban Fred y Golden reteniendo a Bon quien... algo debilitado fruncía el ceño y movía sus largas orejas peludas de conejo por sobre su cabeza. Sus manos tenían garras en lugar de uñas y su cabello había crecido un poco desde esta mañana. No quería verlo así, seguía transformado desde hace horas en que había perdido el control y sabía que mucho tiempo en un cambio le haría mal a su cuerpo.

Pero por otro lado, observar llorar a Fox y Chica sólo le hacían sentir peor, ellos estaban mal, pero... ¿por qué dirían eso? Bon no pudo hacerles daño a sus amigos, él no era un monstruo. Al menos no desde esta mañana, todo andaba normal, según el pequeño plan en su cabeza y había destruido sus oportunidades confiando en sus "instintos" yendo a su casa, permitiendo que ella lo retuviera más de lo que debía.

Y lo peor, era que no sabía si debiera de estar un poco alegrado por haber hallado a Bon, o molesto consigo mismo por haber sido engañado, por ser un blanco tan fácil de engañar a pesar de que manipularlo por otro lado era difícil. Por lo menos, aunque con engaños y su tonta confianza, había llegado hasta donde estaban para poder ver a su... novio.

Su cabeza daba vueltas y aunque quiso no mirar, lo hizo, a un lado cerca de sus dos amigos, se hallaba esa celda en donde ahora su amiga oculta lo miraba pidiendo disculpas, agarrando con sus manos algo deformes los barrotes para dejar ver la mitad superior de su rostro; sus ojos rojos se salvaban por poco a lo malherida que se veía.

- Está bien... ¡p-pero antes ayuden a mi Maestro! Por favor... yo prometo que no me iré pero no dejen que siga así... -Bonnie no la tomó de la mano pero, agarró la muñeca dela chica con las suyas y agachó la cabeza, era lo único que le quedaba por hacer.

- Mmm bien, como quieras.

Ella chasqueó los dedos, así, ambos chicos que agarraban reforzando al moreno, le soltaron y... agarraron un cubo con agua de al lado para lanzarle este al morena que, de tanto transformarse empezaba a sudar y con ello, el humo que estaba de él lo obligó a empezar a anular sus tranformaciones una por una. Sacaba quejidos con ello asustando de más a Bonnie.

- ¿Bon? ¿Por qué le pasa eso? -Bonnie quiso acercarse, mas volvió a ser retenido.

- No. Lo estamos ayudando ¿no lo ves? Es normal, ya descubrimos que su debilidad es el agua y para que se destransforme, debemos hacerlo o perderá toda su energía haha y se que... tú no quieres eso.

Le dijo la chica, señalando como de a poco en poco Bon regresaba a ser el mismo chico adolescente de siempre, aunque las manchas y rasguños en sus brazos y cara se mantenían allí y parecían dolerle aunque estaba ya secos. Bonnie abrió los ojos con sorpresa al verlo regresar, su Bon... aunque notaba el ligero cambió en él, su cuerpo emanaba una especie de humo, como si hubieran apagado una llama ardiente en él. Su cabello estaba tantito más largo y... sus ojos verdes brillaban de un tono lima tan cansado pero feroz a su vez.

- Bon... -le llamó Bonnie en un tono de voz casi inaudible, sonriendo levemente pero con algo de miedo recorriendole al apreciar el estado en que se hallaba este- oh... Maestro...

Quiso acercarse para, cuanto menos, acariciar la mejilla morena de este. No podía evitarlo, aun con este ambiente hostil y la gente a su alrededor deborando sus buenas intenciones con miradas macabras, no quería estar lejos de Bon, él estaba seguramente, igual o más frustrado que como él se hallaba. Seguía amarrado como si se tratase de un criminal peligroso, cabizbajo y derramando unas lágrimas que le fueron visibles sino hasta que dio unos cuantos pasos más para verle.

- Ah... ci-cielos... -jadeó, tratando de levantar la cabeza, parecía sudar y temblar- c-como duele... para ser simple agua... ngh.

Al no tener ese peso de sus transformaciones encima, se sentía ligero, de a poco las manchas en su rostro iban desapareciendo y su mirada más serena regresaba, aunque reflejaba dolor por ser que su cuepro cansado luego de una mutación no resistía el tacto de cualquier simple líquido de agua. Allí pudo ver fijamente a Bonnie observarlo con algo de angustia, un miedo extraño que le hacía creer que por supuesto, él tuvo que ver... ahora podía recapitular bien, podía pensar con claridad si anulaba el dolor de su cuerpo ardiendo como si se estuviera bañando con lava.

- Bon... -Bonnie volvió a llamarlo.

Nuevamente, la chica a un lado torció los labios y le agarró del brazo para apartarlo en cuanto notó las intenciones del pelimora en acercarse al chico pelician.

- Hey, no. ¿Acaso es que eres tonto? Bien, el idiota de tu novio está mejor... ahora... tan solo, hagamos un trato para que tú y tus amiguitos salgan sanos. ¿No... no te parece, moradito? -sonrió.

- Ahm...

"No Bonnie...n-no confíes... Auh!" Le escuchó al mayor en altura, que lo miraba resignado. Estaba muy débil como para siguiera hablar o moverse lo suficiente. Bonnie asintió levemente, formando una suave sonrisita en su rostro al poder oír la voz de este, más calmada... más serena aunque seguía sonando un tanto angustiada, ha de ser por el ambiente tan pesado en que se hallaban, con tantos ojos sobre ellos, tantas malas vibras aprisionandoles.

- Ugh, no le hagas caso a la mirada de cachoro de ese Cambiante, nunca va a confesar que sigue siendo un monstruo. Peeeero~ haha -ella rió a su lado- podemos ayudarte, suprimir sus poderes de cambiante y regresarte a tu noviecito, como era antes ¿no te parece eso... fantástico? ¿A que si?

- ¿Qué...? Pero eso... no...

- A ver, me estás aburriendo pero... si necesitas tiempo, podemos... mis colegas y yo... ofrecerte tiempo a cambio de que nos dejes hacerte una pequeñísima prueba. -Maco se le acercó, haciendo una seña a sus demás compañeros, quienes vinieron a rodearlo junto a ella, acaparando la atención de este- necesitamos que hagas algo por nosotros a cambio y, te ayudemos en todo. Te daremos tiempo, cosas que necesites. Siempre y cuando te des cuenta de que nosotros... no somos los villanos, hermanito haha. Tú nos dirás lo que sabes, nos darás los códigos, cosas como esas, y nosotros, traeremos devuelta tu vida ¿qué? ¿Acaso no te gustaría volver a ver a tus padres, la secundaria, a tu nociecito como de costumbre?

- Ah... s-si, eso me gustaría... -murmuró el pelivioleta, jugando con sus dedos, nervioso y ocultando en lo profundo de su ser lo asustado que estaba con todo esta situación.

Él era... como una especie de ¿llave? ¿Era sólo una cosa para todos ellos? Tan sólo estaban molestando a sus amigos, a su... novio. No quería que les hicieran daño a todas las personas que quería sólo porque... ¿por qué sabía algo que esas personas no? Cielos, y siquiera estaba totalmente conciente de qué era lo que sabía; qué clase de cosa era ese secreto tan grande que obligó a estas personas, lastimosamente conocidas en volverse la contraparte del grupo de Cambiantes de Bon. ¿Era algo como... los secretos del universo? Ahh estaba cansado totalmente. Su cabeza palpitaba del dolor y el ardor por enfrentar una situación tan tensa.

- ¿Ah que sí? Haha... es perfecto. -Maco rió, y le hizo una seña a la peliazul de a un lado, quien asintiendo, haciendo unos movimientos para luego, tras varios intentos, conjurar una botellita de forma curvada similar a un matraz que contenía dentro, un líquido brillante y rosa- ten... nosotros lo llamamos "desprende sellos" pues... esto sirve, para quitarle las vendas de los ojos a tontos como tú, mi querido Bonnie.

- ¿Y... por qué me das esto? -Bonnie observó el burbujeante líquido de dentro, parecía espeso y el color rosa fluorescente no le daba buena pinta en nada- Yo no lo quiero... no necesito algo como esto.

- Amigo mio, si que lo necesitas... si tomas esto, tu cabecita tonta e ilusa va a comenzar a captar lo que es "el mundo real", Moradito. -ella le dio un desinteresado toquecito en la frente, seguido de una sonrisa- Vas a darte cuenta por fin de lo cegado que has estado desde que conociste al experimento fallido, y desde... que te convertiste en el único malo de esta historia al no querer compartirnos un secreto tan importante; el poder absoluto está a sólo una simple decisión tuya. No queremos destruir su patético planeta ¿lo sabes? No somos de aquí, así que... todo irá bien una vez cooperes con nosotros.

"¿Qué? Ahh... B-Bon, ¿qué debería hacer? ¿That? Mmh" Bonnie estaba angustiado, tomar decisiones tan tensas como estas, que involucraban a muchos, era demasiado para él.

Aunque ahora todo tenía un mejor sentido, en realidad, desde que Bon confesó su poder, las cosas dejaron de ser suaves, entretenidas y pacíficas como solían ser entre los dos y entre todos quienes se veían envueltos en este nuevo mundo de los seres Cambiantes. Si no hubiera sido tan calmado con este, permisivo con Bon al punto de sentirse oprimido por él, talvez... estarían mejor, como pareja, como compañeros y como personas.

No era culpa de nadie; Abby, Fede, Puppett, Deuz y Onnie, quienes conformaban el "equipo" del pelician, tampoco, ellos sólo gustaban de reunirse para hablar de sus poderes, para divertirse con ellos sin pensar en otras cosas... Bon le contó que la primera vez que vio a Maco, esta lo buscaba a él, no a Bon, sino que planeaba temrinar con esto pacificamente sin meter a nadie más; pero Bon quiso disfrazarse de "Bonnie" para averiguar que pasaba y... todo cambio. Quizás si hubiese ido él en lugar de Bon, talvez pudieron llegar a un acuerdo...

Ni Joy, a quien ya no veía desde hace tiempo, ni Lily, ni el moreno mexicano, ni Mai, Golden, Freddy, ni la ahora That tenían la culpa, eran seres que sólo querían beneficio propio, como una misma historia que debía de repitirse.

- No t-te tomes eso... -jadeó Bon, agotado, cuando ya el humo que desprendía su cuerpo había cesado. Sus multiples transformaciones, gracias al agua, lo dejaron más que desgastado.

- Pero, Bon...talvez si sólo les doy lo que quieren, terminamos con esto. Ma... Maco dijo que volveremos a una vida normal, como antes...

- No seas... ahg tonto, Conejito... en verdad...

- No soy tonto. -Bonnie lo miró, sujetando aquella botellita entre sus manos- estoy tratando de ayudarte, mi-mira como estás... mis amigos también... T-That... nosotros. ¿Tú tampoco entiendes qué pasa? Uhhff... y-yo nunca entendí porqué estoy metido en esto... pero, me gustaba, verte hacerte luz y luego ser alguien distinto, o tener muchos brazos u orejitas de animal... pero... ya no es divertido si estás dañado, Maestro...

- Bonnie...

- Shh, tampoco puede ser tan malo ¿o... o si? -la voz de Bonnie tembló.

Escuchó unos gemidos de dolor y temor escapar de sus amigos, lejos de las pequeñas risitas de aquellos "Hechiceros" seguido de, un gimoteo de resignación de la encapuchada que se hallaba en la celda. Bon no le dijo nada, estaba muy cansado y simplemente, cuando trató de transformarse en algo pequeñito para escapar de su amarre, cosa que... por suerte consiguió, al volver a su forma normal, no tuvo fuerzas para levantarse siendo que, el rubio oji-plata y el castaño de ojos negros volvieron a tirarle agua, esta vez tibio, y se quedó, en el suelo, incapaz de moverse por el ardor de su cuerpo.

- ¡Bonnie! ¿Qué demonios?! -Abby llegó, saltando y golpeando una de las entradas, detrás de ella, llegaban todos los demás Cambiantes, siendo acorralados por por presentes.

- Mmm... -justo en ese momento, Bonnie bebió el dulce brebaje brillante. El líquido rosa pasó por su gargante y tal cual como una pastilla de menta, le hizo sentir una frescura inmensa.

Demasiado inmensa. Como si antes hubiera enfermo, resfriado y congestionado, para pasar a recuperar su salud completa, tan libre de respirar y observar a su alrededor, con su cuerpo liviano y libre de presión. ¿Eso era todo? No se sentía mal, no se sentía manipulado, ni ajeno a como antes pensaba o tenía conocimiento de lo que pasaba con todos.

- Oh... perfecto. -Maco chasqueó los dedos, en seguida, Bonnie sólo la miró alzando una ceja- ¿te sientes igual que siempre pero... mejor?

- Ah... si. Creo que... si me siento bien. Igual...

- "¡Oh, me alegro! Haha" -habló la chica, haciendo sobresaltar al pelimorado quien inclinó su cabeza con duda.

- ¿Cómo puedo... oírte? -murmuró el oji-rojo.

- Oh Dios, enano... -el pelimarrón oji-azul que venía con la pelirroja y los demás, la albina no decía nada y el peliazul junto al pelirrosa por detrás, miraban a los lados, buscando algo que hacer.

Pero lo que Bonnie no sabía, era que ahora era suceptible a cualquier juego mental; y lo que había tomado era solo una piedra que rompería el cristal que protegía su mente de manipulaciones ajenas.

- Ahora Bonnie, nos dirás todo lo que sabes, pero, a voluntad propia... estamos siendo... muy buenos contigo.

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