15 - [ 2O2O ]

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

JiSoo llamándolas fue la razón por la que las tres bajaron, no sin antes de que Minnie guardara la fotografía en su mochila sin que el resto se dieran cuenta. Al bajar, Lisa terminaba de ponerse la camisa, pero su mirada estaba en el suelo para evitar el contacto visual con las demás.

—¿Nos vamos? —preguntó JiSoo, soltando un pequeño suspiro mientras miraba a sus amigas.

—Sí... —respondió Minnie mirando a Lisa, pero ésta parecía perdida con la mirada en el piso—. Vámonos.

—Lisa, es mejor que te quedes en casa mañana, si necesitas algo puedes llamarme. —la mas alta asintió ante las palabras de JiSoo—. Ahora vámonos.

SoYeon se quedó unos segundos más mirando a Lisa, quien parecía tan vulnerable y tímida, por lo que ante esa actitud sonrió. Lentamente se acercó a ella y se inclinó, poniendo su mano en la rodilla ajena para mirarla.

—¿Estás bien? No nos hemos presentado bien, soy SoYeon. —le sonrió—. Si necesitas algo puedes llamarme a mí, estaré disponible para ti. —otra sonrisa se formó en sus labios cuando la pelinegra alzó su mirada a ella—. ¿Dónde está tu celular?

Eh... —palmeó sus muslos buscando su celular, cuando lo encontró en el bolsillo de su pantalón lo sacó y luego se lo extendió a la rubia—. Aquí está.

—Tomará un segundo. —ya que el celular no tenía contraseña, le fue fácil guardar su número en éste, luego de segundos, se lo devolvió a la pelinegra indicándole su contacto—. Cualquier cosa llámame, te atenderé sin importar qué. —le guiñó antes de levantarse y salir.

Lisa frunció ligeramente su ceño por la situación, ¿Llamarla? Eso había sido tan de repente pero quiso restarle importancia, simplemente se recostó en el sofá, era cómodo. Y ahora que lo pensaba, no se había dado un tiempo para inspeccionar su casa a excepción de la cocina.

Regresando a otro lado, JiSoo miró a SoYeon acercarse a lo lejos, ésta mantenía una sonrisa y había llegado corriendo, la castaña y la de mechas cenizas también la miraron.

—¿Dónde estabas? —preguntó primero JiSoo, frunciendo su ceño.

—Tenía que decirle algo a Lisa. —contestó sonriente.

—¿Qué cosa? —la pelinegra se detuvo, deteniendo a SoYeon y a las otras dos también junto con ella.

—Oye relájate, no le hice nada —palmeó la espalda de la más baja—. Me iré primero, las veré mañana. —desvió su camino a otra calle, dejando a las tres detrás.

—Es mejor que también me vaya. —murmuró JiSoo mirando a sus dos amigas después de unos segundos.

—¿Estás segura? Sabes que puedo llevarte más tarde. —comentó Minnie no tan convencida, sabía que su amiga estaba incómoda y algo confundida, pero cuando JiSoo negó sólo suspiró—. Entiendo, regresa con cuidado.

—Ustedes también, hasta mañana. —palmeó la espalda de Bae, sonriéndole a ambas para después regresar por donde había llegado para ir a su casa.

SoYeon era su amiga, había creído y creyó en ella en todo momento, sin embargo, el hecho de que ahora estuviera con Lisa no le convencía demasiado, su amiga siempre fue muy coqueta, tal vez eso le preocupaba. O tal vez también le preocupaba el hecho de que Lisa era tan inocente.

—Que estupidez... —balbuceó antes de subirse al autobús.

Miró a través de la ventana durante unos segundos, después cerró sus ojos intentando relajarse aunque más que eso distraerse de los pensamientos que no salían de su mente. ¿Por qué estaba tan aferrada a Lisa? Era una chica común, una como cualquier otra, ¿Por qué estaba tan obsesionada con ella?

Si es Norcoreana y allá le hicieron eso, es porque era prisionera. ¿Pero cómo logró escapar y vivir en esa casa si sus padres están en el Norte?

Si escapó, deberían estar buscándola.

¿Pero cómo escapó si es tan débil?

Quizás está mintiendo, sin embargo... No gana nada haciéndolo.

Una pequeña melodía la sacó de ese trance, sacudió ligeramente su cabeza para callar todos los pensamientos, y sacó el celular de su bolsillo, frunció un poco su ceño al ver el nombre de su amiga a quien había visto hace menos de diez minutos, pero llevó el aparato hasta su oreja tras responder.

—Minnie, ¿Qué sucede? —soltó un suspiro mientras llevaba su mano hasta su frente, frotando ésta suavemente.

Quiero hacerte una pregunta... —tomó aire necesario en un intento de agarrar valor—. ¿Lisa te ha dicho algo de sus padres o de algún tutor que tenga?

—¿Lisa? —se acomodó en el asiento—. Ella y yo no hablamos de cosas personales, apenas y me agradeció por todo. —hizo una ligera mueca no tan convencida—. ¿Por qué lo preguntas? ¿Sucedió algo con ella?

No, no, nada de eso. —suspiró, eso a JiSoo le hizo dudar un poco de su actitud—. Sólo tenía curiosidad sobre ella.

—Vive sola, eso se nota así que es mayor de edad, aunque no trabaja... —volvió a mirar por la ventana cuando el autobús se detuvo—. Es probable que sus padres sigan en... Ya sabes, Pionyang. —susurró el nombre de la ciudad, y su vista se dirigió a una chica de cabello rosado y un chico castaño que habían subido, éstos también la miraron e hicieron una reverencia los tres, era Yuqi y Lucas, quienes se sentaron a dos asientos de JiSoo.

Pionyang... —murmuró—. ¿Crees que la familia de Lisa siempre haya sido Norcoreana? ¿Que su abuelo o abuela nacieron ahí?

—Nicha, ¿Qué está sucediendo? —cuestionó ya enfadada, aunque más que eso curiosa y preocupada de las preguntas tan repetidas.

Nada, creo que sólo me contagiaste tu curiosidad por ella —rió falsamente, cosa que JiSoo notó—. Si te dice algo, dime por favor... Hasta mañana.

Antes de que la pelinegra pudiera decir algo más, Minnie cortó la llamada. JiSoo miró su celular unos segundos intentando descifrar que había sido todo eso, sin embargo después guardó su celular. Un suspiro salió de sus labios, Minnie le estaba ocultando algo, y hasta ese momento necesitaba saber qué era, necesitaba saber de Lisa, todo si era posible.

Se puso de pie después de presionar el timbre indicando al chófer que debía detenerse, se dirigió hasta la puerta y cuando ésta se abrió, bajó, caminó a su casa la cual estaba a menos de cinco minutos y cuando llegó y notar que no estaban sus padres, subió a su habitación. Sentía sus párpados pesados y su cuerpo cansado así que no tardó en quedarse dormida cuando su espalda tocó el colchón de su cama.

A la mañana siguiente fue despertada por los leves toques de su madre a su puerta, quién le había indicado que bajara así que le dio un asentamiento de que bajaría en unos minutos y tomó una ducha rápida sin muchos ánimos, luego de eso bajó a la cocina.

Su padre estaba sirviendo el desayuno a su madre.

—¿Desayunaras? —cuestionó la mayor.

—No, no tengo apetito, ya comeré en la universidad. —respondió sacando una botella de agua de la nevera.

—¿Algo te atormenta? —volvió a preguntar su madre, JiSoo dudó unos pero cuando tomó aire, se sentó junto a su padre.

—Hay una chica que es muy rara... —miró a sus padres con algo de duda—. Dice ser de Pionyang... —notó la sorpresa en el rostro de los mayores pero prosiguió—. Tiene muchas cicatrices en sus brazos, como si fuera torturado, llegó a Seúl hace tres semanas creo y dijo que venía de allá, ¿Eso es posible? Es decir, ¿Simplemente puede mudarse del Norte al Sur?

—No, eso no es posible. —contestó su madre inmediatamente—. A menos que haya huido pero sería imposible, ¿No?

—Probablemente esta mintiendo. —mencionó su padre.

—También lo pensé pero, ¿Qué gana con mentir? —JiSoo se apoyó en el respaldo de la silla y cruzó sus brazos sobre su pecho—. Es muy sensible y débil, no tenía idea de cómo usar una computadora o un celular, eso le da credibilidad pero... ¿Por qué y cómo está aquí?

—¿Te gusta esa chica?

—¿Qué? No. —contestó rápidamente a la pregunta de su madre.

—¿Seguro? Nunca te vi tan preocupada por alguien. —su padre continuó el juego de su mujer, picando con su mano a su hija suavemente.

—¡No me gusta! Es bonita y su risa es agradable pero no me gusta. —se puso de pie.

—¡JiSoo, acabas de decir que es bonita, tú nunca habías dicho eso de alguien! —volvió a decir su madre.

—Como sea, me voy a clases. —se dio la vuelta rápidamente para salir de su casa.

Sintió su rostro y orejas arder así que al salir caminó rápidamente para que el aire le sacara ese enrojecimiento. Fue hasta donde tomaría el autobús y esperó aproximadamente dos minutos, cuando éste llegó se subió al mismo y tomó asiento. Tras eso sacó su celular y le envió un mensaje a Minnie, quién casi al instante respondió.

Al llegar a la universidad bajó y caminó hasta la casa de Minnie, pero al pasar por la casa de Lisa miró ésta, parecía que la chica no asistiría a clases, eso le hizo sonreír.

—Minnie, debiste esperarme en tu casa. —se detuvo al ver a su amiga dirigirse a ella—. ¿Dónde está SoYeon?

—Llamó y dijo que nos vería allá, se le hizo tarde, no importa. —respondió JooHyun mostrando una sonrisa.

—Bien, entonces vámonos. —volvió a darse le vuelta pero antes de caminar miró la casa de Lisa una vez más—. ¿Creen que vaya a clases?

—¿Lisa? —Minnie también miró la casa de la nombrada—. No lo sé, es probable que no.

—Sí, eso espero. —dijo la pelinegra soltando un pequeño suspiro, esta vez comenzó a caminar—. Si va tendré que golpearla para que la enfermera la regresé a casa. —soltó una pequeña risa irónica antes de retomar su camino.

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro