Capitulo 12

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Intenté no sentir nada y terminé sintiéndolo todo. Sabíamos que nos íbamos a amar en el momento que nuestras miradas bailaron en silencio —Ron Israel.

—¿Es él? —le preguntó Namjoon al omega que caminaba a su lado, pero que tenía su atención en alguien más.

Jimin sonreía a medias viendo como el alfa del otro lado del campus no le quitaba la mirada de encima, sabía que se veía un tanto diferente y la intención principal era llamar un poco más la atención el pelinegro. Esa mañana siquiera fue a la cafetería como era de costumbre, así que no lo había visto hasta ese momento, cuando tenía a Namjoon caminando a su lado.

Llevaba pantalones blancos de vestir, camiseta azul turquesa con los dos primeros botones sin abotonar y por encima una chaqueta blanca con estampados de hojas verde turquesa en el dobladillo de las mangas y en sus hombros. El collar de perlas pequeñas y los aretes que decidió era lo completaba su atuendo.

Ese día más que cualquier otro quería sentirse más hermoso, estaba decidido a dejar la timidez a un lado y finalmente acercarse al chico.

—Claro que es él —afirmó Jimin en respuesta.

—El Jimin que yo conocí ya sabría quién es, si van a mirarse de esa manera, ¿por qué no se hablan ya? —cuestionó Namjoon.

—Vio mis ojos —comentó Jimin apartando su mirada del alfa—. Mis ojos de omega.

—¿Estabas en celo o algo? —preguntó sin poder ocultar su sorpresa.

—Luna llena y lobo en descontrol, lo que es raro en mi porque soy omega dominante y hoy pienso seguir siéndolo —determinó levantando su mentón.

—Entonces, no le has hablado porque vio tus ojos lobunos —reafirmó Namjoon—. Tu viste los míos y tu lobo no se puso así conmigo.

—Tu no me gustas —señaló Jimin con una expresión de obviedad en el rostro—. Además, solo fue por unos segundos, él vio los míos por un largo tiempo, siento que me vio hasta el alma.

Jimin entró al aula con el alfa detrás de él, el salón estaba casi completamente lleno, últimamente su clase de historia del Arte Occidental tenía más estudiantes de lo normal. Al ver que casi todas las personas en el aula tenían la mirada puesta en él, se miró la ropa buscando alguna mancha o algo.

—¿Me veo demasiado bien o demasiado mal? —cuestionó Jimin en voz baja.

—Te ves demasiado bien —respondió el alfa en un susurro, viendo que Jimin solo asintió antes de sentarse en el lugar de siempre.

El omega no estaba tan acostumbrado a llamar tanto la atención si era fuera del escenario o de una explosión de arte, aunque se arregló más de lo normal con el propósito de llamar la atención de alguien, pero no esperaba acaparar tantas miradas, pero eso le dejaba claro que había logrado su cometido.

—Ten, para ti y Jin. —Jimin le tendió una invitación al último día de su presentación en el teatro.

Debía admitir que estaba orgulloso de la foto que tomaron como portada del show y de las invitaciones. Un fondo negro, ellos vestidos completamente de blanco, Young-soo en releve mientras elevaba con una mano a Jimin que tenían la misma posición, con la cabeza ligeramente echada hacia atrás, la forma en las que sus brazos estaban alienados en conjunto al igual que sus pies en relevé, hacía de la foto aún más llamativa y las pequeñas gotas de agua detras, en conjunto con la expresión de melancolía de Jimin le daba emoción a la imagen.

Detrás de ellos caían telas finas color rojo, y la forma en la que la espalda de Jimin se arqueaba en un arco casi perfecto en la mano de su compañero, era impresionante para cualquiera que lo viera. Era una imagen cargada de emoción y técnica, una que a ambos bailarines les costó, lo que nunca se les hacía difícil era estar coordinados; ninguno podía negar la conexión que tenían como bailarines, parecía que habían bailado juntos desde toda la vida.

—¿Tu presentación? —cuestionó el alfa viendo las boletas en sus manos—. Que rápido, ya es en tres días, ¿lo invitarás?

—No lo sé, depende —comentó Jimin—. Recuerda que no lo conozco, puede que lo poco que se de él haya sido positivo, pero también puede ser un asesino o tener fetiches muy extraños que terminan en muerte.

La risa escandalosa de Namjoon hizo que algunas personas cerca de ellos voltearan a ver. Jimin golpeó su hombro levemente tratando de reprimir su risa.

—Que clase de película de terror con mala comedia acabas de inventar —señaló el alfa aún mostrando los hoyuelos que se forman en sus mejillas al sonreír—. Seguro terminas invitándolo.

—El destino lo dirá.

Ninguno de los dos volvió a decir nada, mientras el alfa puso su atención en su móvil tecleando con rapidez mientras esperaba la llegada del maestro, Jimin volvió su mirada al ventanal que quedaba a su derecha. Vio las hojas de los árboles moverse por la fuerza del viento, paseó su mirada en el exterior y terminó con la atención en la facultad de negocios, exactamente donde sabía que el alfa tomaba clases.

Se había dado cuenta que los únicos días que lo veía en la universidad eran los jueves, así que por eso sabía que en ese momento estaría del otro lado del campus.

Jimin pensó en lo mucho que deseaba tener a alguien que lo amara, no como un hijo o un amigo, sino como pareja y meditó aquello con el alfa en mente. Quería sentirse valorado, no sabía si el pelinegro podría darle eso, siquiera sabía si le gustaba de esa manera, pero de lo que sí estaba seguro es que ese mismo día resolvería todas sus dudas respecto al alfa o al menos la mayoría.

El omega solo tenía cuatro invitaciones que se supone eran para su familia, pero solo tenía a su madre y a sus amigos, así que le entregó a las personas que sabía irían. Su mejor amigo tenía planes, lo sabía porque Jungkook no paraba de preguntarle por los lugares que él omega quería visitar. Por otro lado, Kyung saldría con Hoseok, quienes no dejaban de repetir que solo era como amigos, así que solo quedaban las únicas dos personas que él sabía no les dirían que no e incluso se atrevían a cambiar cualquier plan solo para complacerlo a él.

Se volvió muy cercano a Namjoon y Seokjin, todo lo que era con el alfa también era con el delta; amaba lo unido que eran. A pesar de las fuertes críticas, que Jimin seguía preguntándose cómo lo soportaban, aún con todo por lo que estaban pasando, eran inseparables. Nunca había visto un amor tan incondicional como el de ellos.

Ha salido con ellos, pero la mayoría de veces estos preferían cenar o almorzar en casa para evitar las miradas juzgadoras y los comentarios tan horribles que siquiera valía la pena repetir.

Al terminar sus primeras clases del día, Jimin salió del aula tratando de encontrar con la mirada a algunos de sus amigos. Namjoon salió corriendo al terminar la única clase que compartían juntos a primera hora de la mañana y eso solo pasaba cuando Seokjin lo necesitaba de manera urgente, se preocupó pero luego se enteró que era por el celo de su pareja, si fuera él, también saldría corriendo.

Jimin solo encontró a Kyung en medio del pasillo, hablando muy de cerca con Hoseok, el rubio ya sabía que era salir como "amigos", en cuanto estos se dieron cuenta que el omega estaba cerca, el alfa rápidamente se apartó, se despidió e hizo como que no lo vio y se alejó a pasos apresurados.

—No hay nada que esconder, te gusta y lo sé —le susurró Jimin a la pelirroja, señalándole con el dedo índice mientras pasaba por su lado. Corrió detrás del alfa que sorprendentemente ya había avanzado bastante.

—Así que... tú y Kyung —masculló Jimin con la respiración agitada por haber caminado tan rápido para poder alcanzarlo.

—Nadie debe saberlo, ella y Yoongi tuvieron algo, no estoy haciendo nada malo pero...

—Se siente indebido —terminó de decir Jimin por él.

—Algo incómodo —corrigió el alfa.

—Pero, ¿lo que tenían era algo serio? —cuestionó Jimin.

—Realmente no sé que tipo de relación tenían, pero dudo que haya sido serio, de ser así no hubiese insistido en presentármela —explicó Hoseok—. Aun fuera o no algo serio, se siente raro.

—Espera, ¿quién es Yoongi? —preguntó Jimin al recordar que él era amigo del alfa que le gustaba y que si hablaba de él, entonces eso confirmaba las sospechas que tuvo sobre el pelinegro y su amiga.

—Un amigo, bueno, tú lo conoces —indicó el alfa—. Por fin, apareció Jungkook, allí está.

Aquella respuesta le dejó claro a Jimin de quien hablaba, porque los únicos amigos de Hoseok que él omega conocía eran Jungkook, estaba seguro que Kyung no había estado con él, y el alfa de la cafetería. Así que eso le bastó para confirmar lo que él temía, Kyung tuvo algo con él y eso le desanimaba un poco. No sabía cómo sentirse o que pensar al respecto, menos después de que el alfa le afirmó con tanta seguridad que no salía con omegas.

En ese momento, su timidez volvió, incluso pensó en dar la vuelta e irse, fue entonces cuando sintió la mirada de alguien más sobre él.

Jimin divisó a Jungkook sentado solo en una mesa con su atención puesta en su móvil y detrás de él se encontraba el alfa por el que Jimin se arregló aquella mañana. En cuanto el rubio lo miró a los ojos, este desvió su atención al grupo de personas con el que aparentemente compartía; no pudo evitar sonreír, porque había obtenido de él la atención que quería, dos veces en el día se le quedó mirando y luego fingió no hacerlo.

Jimin gritó el nombre de su amigo haciendo exactamente lo mismo que el alfa, fingir que no estaba allí. Lo primero que Jungkook le preguntó en cuanto se sentaron frente a él, fue que hacía allí, en la facultad de negocios, pero el omega evitó responder al preguntarle por Taehyung, a quien extrañamente no ha visito todo el día, y era bastante normal verlo casi siempre con su alfa.

Se arrepintió de haber preguntado aquello, la respuesta que obtuvo del pelinegro fue más detallada de lo que pensaba que sería. No quería saber que la vida sexual de su mejor amigo era mucho mejor que la suya, la de Kyung, Hoseok y la suya juntos, al punto de que tuvo que quedarse en casa.

Mientras escuchaba la ruidosa risa de Hoseok, quién notablemente se reía de la reacción del omega por la respuesta de Jungkook.

Jimin se olvidó por completo de lo que le había comentado Hoseok sobre la relación del alfa de cabellera negra y Kyung. Se olvidó de ello, de la timidez que seguía sintiendo su lobo y lo observó sin nada de disimulo. No le importó ser evidente frente a  todos, solo quería levantarse de allí, parársele en frente y ver si en ese momento desviará la mirada y fingirá no haberlo visto.

El pelinegro se encontraba de perfil, sin hablar, no hacía nada pero desde el punto de vista del omega lucía extremadamente atractivo.

Hoseok vio como Jimin estaba concentrado en alguien más, siguió la mirada del omega y eso lo llevó a su amigo Yoongi, quien escuchaba lo que sus compañeros de clase conversaban. Volvió a mirar al omega a su lado y sonrió al darse cuenta de lo que pasaba allí.

—¿Yoongi? ¿Te gusta él? —cuestionó Hoseok viendo lo derretido que Jimin miraba al alfa.

—¿Yoongi? No sabía que él era tu tipo —dijo Jungkook, notando porque él omega de repente estaba tan callado y porque el alfa a su lado lo miraba de esa forma.

—No, me encanta —susurró Jimin sin poder apartar la mirada de Yoongi—. Espera, ¿ustedes lo conocen? —Jimin aparentó que no sabía aquello, aún cuando conoció a Hoseok por el alfa. Igual quería mantener la fachada de que no sabía que ellos eran sus amigos, por suerte el Hoseok sólo rió bajito y no dijo nada.

En lugar de responder, Jungkook se dio la vuelta y le hizo señas con las manos al alfa detrás de ellos para que se acercara. Cuando Jimin lo vio caminar hacia ellos, sintió su corazón acelerarse, de repente estaba muy nervioso. Es decir, no sería la primera vez que hablarían, pero ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo hicieron. El no era de ponerse nervioso, pero aquel alfa se las ingeniaba para hacerlo.

Cada paso más cerca, más rápido y fuerte latía el corazón del omega.

—Tranquilo, no es como si fuera la primera vez que le hables —comentó Hoseok en un susurro que solo él pudo escuchar.

Antes de poder decir algo, el pelinegro llegó a su lado, lo primero que hizo fue saludar a sus amigos y de paso resaltó lo raro que era ver a Jungkook sin su omega, momento que Jimin utilizó como excusa para hablarle, no iba a quedarse callado y ver como el alfa aparentaba no saber de su existencia, cuando éste ha estado mirándolo tanto sin atreverse siquiera a saludarlo.

El alfa estaba tan serio, su cabello largo y partido en el medio con la frente descubierta hacía ver sus facciones mucho más sutiles y elegantes. La mayoría de alfas eran robustos y algunos hasta llegaban a ser grotescos, que él fuera todo lo contrario era lo que más le gustaba a Jimin.

—El es Jimin, mejor amigo de Tae —lo presentó Jungkook—. Él es Yoongi, pero supongo que no necesito presentarlo —señaló el alfa, a quien pateó por debajo de la mesa con sus mejillas ligeramente sonrojadas.

Yoongi medio sonrió al notar la reacción de Jimin, quien parecía algo nervioso, aunque no habían interactuado mucho, las veces que hablaron el omega era todo menos tímido, pero desde la noche de la luna llena lo ha visto con otros ojos, quizás porque había visto a su omega y aunque sus ojos amarillos y brillantes eran de omegas con personalidad extravagantes, dominantes y muy decididos, también llegaban a ser muy tímidos.

Durante semanas lo ha estado observando, aunque ha querido acercársele, no ha tenido el suficiente valor para hacerlo, en el fondo le asustaba no recibir la respuesta que quería en cuanto lo hiciera. Solo deseaba que él fuera la solución a todo lo que su lobo estaba sintiendo, no lo conocía y la forma en la que se conocieron no fue muy amistosa, pero desde la noche que vio sus ojos lobunos, no ha podido sacarlo de su cabeza.

Ahora estaba frente a él, luciendo mucho más guapo que de costumbre. Lo vio en la mañana cuando recién llegaba a la universidad, pero no le gustó del todo verlo bajarse del auto de un chico que a leguas se notaba que era alfa. Alto y parecía muy encantador, eso solo hizo que no quisiera acercarse al omega.

Vio al omega caminar junto a ese alfa, parecía ser de su tipo, se notaba cómodo y muy cercano a él, quizás lo estaba cortejando y el se estaba haciendo ilusiones solo porque le mostró su lobo accidentalmente. Todo eso se esfumó de su mente al ver la mirada coqueta que le dedicó el rubio, aunque quiso, no pudo evitar quitarle la mirada de encima, estaba particularmente diferente; se veía más hermoso que de costumbre.

—Un placer —respondió Jimin tendiéndole su mano al alfa que seguía de pie frente a él.

Yoongi lo pensó por un momento pero terminó aceptando su mano.

—Igualmente —contestó el alfa. La mano del omega se sentía tan pequeña en la suya. Yoongi lo miró a los ojos mientras estrechaba su mano, esperaba sentir algo, lo que sea, una señal que le dijera que era su destinado. No pasó nada.

No era su destinado, pero eso no cambiaba el

hecho de que le gustaba. Quizás siquiera había un destinado para él y solo dejó que metieran aquel pensamiento en su cabeza. Aún así, debía admitir que estaba algo decepcionado, así que prefirió alejarse, por ahora.

Lo bueno es que finalmente, después de tanto tiempo viéndose, sabían sus nombres, eso era un buen inicio.

—Jimin, nos vemos por ahí —indicó Yoongi dándole la mano una vez más, esta vez por menos tiempo. El omega le sonrió de oreja a oreja y vio como el peliengro le dio la espalda para irse.

—Límpiate la baba, Jiminie —bromeó Hoseok

—¿Cómo alguien puede ser tan serio, lindo y sexi a la vez? —preguntó el rubio—. Su voz es... ¡ah¡ —suspiró ocultando su rostro entre sus manos.

—Demonios, solo te habló y ya estás como omega en celo —bromeó Jungkook logrando que él omega lo golpeara nuevamente por debajo de la mesa.

—Tienes suerte, él no es así de "amigable" con todos —comentó en alfa frente a el.

Jimin solo pudo sonreír más. Con ayuda de Hoseok logró conseguir el contacto del alfa, pero prefería acercarse a él antes que hablarle por mensajes de texto, de qué serviría eso si lo tenía a pocos metros de distancia.

Volvió a sus clases a pasos apresurados y mientras llegaba a su facultad, no pudo ocultar su sonrisa. Finalmente se presentó como es debido con el alfa, ya sabía su nombre y ya dejaría de dirigirse a él como "el alfa de la cafeteria", eso era un gran avance.

Durante toda la clase no dejó de pensar en cómo él tomó su mano para saludarlo y el tiempo que estuvo moviéndola sin dejar de mirarlo a los ojos. La sonrisa de complicidad que ambos tenían en ese momento.

En cierta forma, era divertido fingir que no se conocían desde antes, compartir esa complicidad con el pelinegro fue más divertido de lo que esperaba que fuera.

Yoongi esperaba más que nada sentir lo que sea que se sentía cuando dos destinados se encontraban, tenía a Jungkook para preguntarle pero no quería exponerse, así que prefirió callar.

No buscaría más respuestas y se refugiaría en las pastillas y su fuerza de voluntad. Tenía miedo que mientras más intentara encontrar una solución, más decepcionante fueran las respuestas solo porque no será nada de lo que él está buscando y definitivamente él no quería encontrarse con un destinado, no cuando no era la persona que logró tranquilizar su lobo interior en cuestión de segundos.

Pensar que no quería encontrar a su destinado solo porque el omega que empezaba a gustarle no era su alma destinada, le demostraba lo mucho que le gustaba. Pensó que eso podría ser bueno o malo, quería creer que era la primera opción.

Las horas pasaron demasiado rápidas para Jimin, no sabía si era porque se pasó el resto de su última clase pensando en Yoongi, en sus facciones felinas y la sonrisa que quería reprimir pero que de todos modos allí estaba. Estuvo tan sumergido en sus pensamientos, que mientras recogía sus pertenencias, no se dio cuenta la sonrisa de estupido que tenía hasta que escuchó la puerta del aula cerrarse con seguridad.

No quería darse la vuelta, porque conocía el aroma de la persona que ahora estaba con él en el salón, un olor que ya empezaba a odiar. Antes de poder escucharlo se dio la vuelta de manera brusca y le señaló con el dedo índice para que ni siquiera se atreviera a decir lo mismo de siempre "dame una oportunidad".

Estaba cansado de verle la cara; estaba cansado de tenerlo cerca, de escucharlo hablar siempre de lo mismo. Quería que desapareciera de su vida y ya no sabía qué más hacer más que siempre huir y alejarse de él.

Si hubiese sabido que se convertiría en ese tipo de pareja tóxica que lo perseguía y le salia hasta en la sopa, siquiera se hubiera atrevido a aceptar que lo cortejara. Aunque sabía que no debería, tenía miedo de pasar por una decepción más grande con Yoongi, miedo de que realmente fuera igual que todos los alfas los demás alfas con los que ha estado, porque después de todo, sentía que era un iman de alfas que eran todo menos algo bueno para el.

Jimin salió casi corriendo del aula, temeroso de que Chanyeol fuera capaz de hacerle algo, rápidamente se dirigió al lugar donde sabía que estaría repleto de personas. Si, empezaba a tener miedo de Chanyeol y de lo que podría ser capaz solo para lograr tener esa segunda oportunidad que tanto ha rogado. Tenía miedo de que un día dejara de rogar y simplemente le obligara.

Yoongi terminaba de almorzar en la cafetería principal de la universidad, era su día libre y considerando que tenía una última clase después de la hora de almuerzo, prefiero quedarse allí.

Mientras dejaba la bandeja vacía sobre el mostrador, vio a Jimin ingresar al lugar, le pasó por el lado, pero iba tan rápido que no lo notó. Tenía una mirada algo desesperada, sus pasos eran rápidos y algo torpes, miraba constantemente hacia atrás como si estuviera huyendo de alguien.

Confundido Yoongi vio a alguien más entrar justo detrás de él, con el ceño fruncido observó a esa persona caminar dando largas zancadas sin quitarle la mirada de encima al omega. Al alfa no le gustó ni un poco la mirada depredadora del chico que seguía los pasos de Jimin, pero lo que menos le gustó fue ver lo asustado que lucía el omega, buscando con impaciencia entre las mesas hasta que encontró a su grupo de amigos.

Yoongi siguió con la mirada al alfa que lo seguía y vio que éste no se detuvo, pero si continuaba, él estaba dispuesto a detenerlo.

Yoongi siguió con la mirada al alfa que lo seguía y vio que éste no se detuvo, pero si continuaba, él estaba dispuesto a detenerlo

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