Capitulo 20

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A este amor hay que defenderlo, como si perderlo nos costará la vida —Brando.

Jimin esperó una repuesta por parte de su madre, pero en ese momento la llamada fue cortada, dejando al omega desconcertado, preocupado y listo para ir al hospital y averiguar por su cuenta que había sido aquello tan "horrible" que sucedió.

—Joder —se quejó volviendo a marcarle a su madre con desesperación. Yoongi se levantó rápidamente al ver lo intranquilo que se puso el omega, intentó preguntar qué sucedía, pero en ese momento Jimin recibió otra llamada.

El omega vio un número privado llamarlo, por un momento dudó tomar la llamada, pero lo hizo pensando que podrían ser su madre.

—Mamá, ¿qué fue lo qué pasó? —fue lo primero que dijo Jimin al contestar.

—Jimin —escuchó una voz masculina del otro lado de la línea, lo que le confundió aún más—. Sé que es muy tarde, pero escúchame, no tengo mucho tiempo.

Jungkook. Al principio no reconoció su voz porque se escuchaba cansada y más profunda de lo normal. El alfa estaba llamándolo a media noche, su madre también. Ninguno de los dos acostumbraba siquiera a llamarlo solo si se trataba de una emergencia.

—Jungkook, te he estado buscando todo el día, necesito tu ayuda con un asunto de Tae —aprovechó para decirle ahora que finalmente podía comunicarse con él.

—Jimin, necesito que vayas con Taehyung, está solo en el hospital. Necesito que te asegures de que está bien, no tiene a nadie más que a ti en este momento, y eres el único en quien confío cerca de él —dijo el alfa hablando con rapidez.

En cuanto escuchó aquello, él omega subió de prisa hasta su recamara, dejó a Jungkook en alta voz mientras cambiaba su pantalón con desesperación y algo de torpeza.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó mientras bajaba las escaleras a toda velocidad. Se detuvo frente a Yoongi aún con la llamada en alta voz y el omega le hizo señas de que salieran.

—Su padre pasó, estuvo a punto de acabar con su vida y yo con la de ese monstruo. —Aquellas palabras alarmaron por completo al omega y a Yoongi también, quienes se detuvieron justo frente al coche del alfa al escuchar aquello.

Jimin temía que sus sospechas fueran confirmadas y de esa manera, ya era tarde, por más que intentó evitar que una tragedia como esa sucediera, el destino hizo que pasara de otra manera.

—¿De dónde me llamas? —preguntó Jimin entrando al auto al ver que Yoongi se movió con rapidez.

—Estoy bajo custodia policial, hasta que se resuelva el caso —comentó con notable vergüenza en su voz.

—¡¿Te metieron a la cárcel?! —gritó sin poder creerlo. Debió haber sido algo realmente terrible para que Jungkook estuviera custodiado por la policía.

—Por favor, el té necesita en el hospital Severance EYE, no vayas solo. Te lo suplico, por favor cuídalo, saldré de aquí como sea, él está muy mal y yo no puedo...

En ese momento la llamada fue cortada. Jimin pudo sentir la angustia y la desesperación en la voz de Jungkook y eso solo incrementó su preocupación.

—¿Me puedes explicar está pasando? Porque no entiendo nada —cuestionó el alfa conduciendo a toda velocidad al hospital.

Jimin le contó lo que sucedía con Taehyung, las cosas que había visto, quién era el padre del omega y porque debían llegar rápido al hospital antes de que algo peor pasara.

—Demonios, Jungkook tuvo que haberlo dejado al borde de la muerde para estar bajo custodia —comentó el alfa estacionándose rápidamente fuera del hospital. Sin importarle mucho cómo se estacionó, salió disparado detrás del omega.

Al entrar a la recepción, Jimin buscó con desesperación el rostro de su madre, al no encontrarla sacó rápidamente su móvil para llamarla, al llevarse el teléfono a la oreja vio a su madre pasarle por el frente dando largas zancadas.

—¡Mamá! —gritó Jimin. La omega se detuvo en seco al escuchar la voz de su hijo y no tardo en caminar hacia él.

—Jimin, es Tae, está muy mal. —fue lo primero que le dijo—. Estaba haciendo mis rondas cuando él y su padre fueron ingresados, no sé qué pasó, pero está en observación.

Escuchar a su madre tan preocupada solo le asusto más el estado en el que se encontraba su amigo, así que se apresuraron a llegar a la habitación en la que se encontraba.

—Jungkook me llamó desde la cárcel, no se los detalles, pero tú y yo sabemos que su padre llegó lejos esta vez, esto era lo que temía mamá, te dije que debíamos hacer algo —señaló el omega.

—Y yo te dije lo que debíamos hacer, no es nuestra culpa —aclaró Eun-ji mientras la puertas del ascensor se abrían en el tercer piso.

—Aun así, no dejo de sentirme culpable, él le pegó frente a nosotros y lo dejamos pasar, es un agresor y casi mata a su propio hijo —susurró Jimin caminando con rapidez detrás de su madre.

Yoongi seguía los pasos de ambos, sentía que era el único que no sabía todo lo que pasaba con Taehyung, ellos nunca fueron de hablar mucho, apenas se conocían por Jungkook, así que no estaba al tanto de la situación tan deprimente en la que aparentemente se encontraba el omega. Solo pudo pensar que debió ser muy complicado como para que Jungkook no pudiera hacer algo antes de que llegara a empeorarse, como en ese preciso momento.

Al llegar al pasillo, Jimin puso su atención en la madre de Jungkook junto a otro hombre que no duró en darse cuenta de que se trataba del padre del mismo. A pocos pasos de ellos, se encontraba ese alfa que ha estado con Taehyung en las últimas semanas, solo sabía que se trataba del hijo de uno de los socios de su padre. Que él estuviera allí, no pintaba nada bueno.

—Tengo que verlo mamá, ¿puedo quedarme con él? —cuestionó Jimin luego de haber saludado a la Hyun, le pareció raro conocer al padre de Jungkook en esas circunstancias.

—Hablaré con el doctor para que puedan verlo, pero dudo que lo permita hasta la hora de visitas —comentó dirigiéndose al grupo de personas que ahora intentaban entrar a la habitación—. Entra tu primero, tu aroma es conocido para él, eso evitará que se asuste cuando despierte.

Jimin no esperó un segundo más antes de entrar a la habitación, pero se detuvo para despedirse de Yoongi apropiadamente.

—No tienes que quedarte, pasaré la noche aquí —le dijo Jimin aún en el umbral de la puerta.

—Esperaré, presiento que me necesitarás en algún momento —susurró el alfa de manera que solo ellos podían escuchar.

—¿Dónde has estado toda mi vida? —le preguntó el omega dedicándole una mirada enamoradiza.

—Esperándote, sin estar buscándote, pero sabiendo que te encontraría —masculló el alfa sujetando el picaporte de la puerta para terminar cerrándola lentamente, hasta que no pudo ver el rostro del omega.

Jimin se dio la vuelta y cuando lo hizo sintió escalofríos al ver el estado en el que se encontraba el omega. Tenía el labio partido, cortes en su mejilla izquierda, su muñeca vendada. Verlo de esa manera estrujo su corazón y lo peor es que su padre le había hecho esto, al ver lo herido que estaba Taehyung, deseó que Jungkook haya dejado a Ji hoon peor, porque realmente se merecía aquello, es quien debería estar en la cárcel, no el alfa.

Jimin se sentó junto al omega, alzó su mano para apartar el cabello de su frente, pero incluso de eso tuvo miedo. No quería tocarle ni un pelo, se veía tan frágil y adolorido que no quería tocarlo.

La curiosidad de ver debajo de la bata que cubría su cuerpo, le carcomía. No era para nada como cuando tuvo que cuidarlo luego de un celo intenso por parte de su alfa, esto era su padre golpeándolo hasta casi matarlo, y el solo hecho de pensarlo le llenaba de tristeza saber que su amigo tuvo que pasar por aquello solo.

Levantó la bata un poco y lo que vio hizo que ocultara su cabeza en la almohada en la que descasaba el omega, reposó su barbilla en la misma mientras observaba con aflicción el rostro de su amigo.

Su cuerpo estaba lleno de hematomas, y más de un parche. Sintió una lagrima rodar por su mejilla de tan solo imaginar el dolor físico y emocional por él estaba pasando su mejor amigo, y aún peor sabiendo que todo aquello era causado por la misma persona que se supone debería cuidar de ti: su padre, quien debería amarlo, pero en cambio le desgarraba por dentro y por fuera hasta que solo quedaba un cuerpo adolorido, agotado y un alma destrozada al borde de la muerte.

Jimin se limpió la lágrima y se sentó en el sillón frente a la camilla en la que reposaba Taehyung. Su mirada se mantuvo fija en el omega, preguntándose por cuanto tiempo estuvo ocultando su dolor. Por cuanto tiempo disfrazó las cicatrices que portaba en su espalda con la gran sonrisa que mostraba a diario.

Yoongi tuvo que presentarse ante los padres de Jungkook para poder saber en qué situación se encontraba su amigo. No conocía al otro alfa que seguía caminando de un lado a otro, así que ni se tomó la molestia de saludarlo, solo sabía que a Jungkook no iba a gustarle verlo tan ansioso por su omega.

Aun cuando mañana tenía que trabajar temprano, no se molestó en esperar en el pasillo, sentado en una silla para nada cómoda. Su cabeza descansaba en la pared mientras se quedaba dormido poco a poco, esperaría a Jimin hasta que lo no necesitara, sabía que lo necesitaría.

La luz solar atravesó la ventana de cristal al fondo del pasillo anunciando el amanecer. Jimin había despertado antes de que el sol saliera, apenas y pudo dormir en ese sillón, aunque su madre estuvo atenta a ellos toda la noche, no fue capaz de descasar siquiera un poco, solo quería que su amigo despertara, todos esperaban la hora de visitas y que el omega despertara.

Yoongi seguía en el mismo lugar, tuvo que moverse de vez en cuando para estirar las piernas y en ocasiones habló con el omega por mensajes de texto, lo que se podía reducir a él pidiéndole que durmiera. A esa hora de la mañana se tomaba el café, mientras le avisaba a su secretaria que llegaría más tarde a la oficina.

Aunque era muy temprano, el alfa marcó el número de Hoseok con la esperanza de que éste ya estuviera despierto, no quiso llamarlo a media noche para evitar que se preocupara de más, así que lo hizo en ese momento. Sabía que él era el más indicado para darle el apoyo necesario a Jungkook, el apoyo que necesitaba en ese momento.

Jimin se dio cuenta en el momento que Taehyung despertó, lo primero que hizo fue preguntar cómo se sentía. La mirada que este le dedicó le dijo todo, se había dado cuenta que su máscara no podía seguir usando su máscara con él, que ya no valía de nada fingir que todo estaba bien, porque claramente y para conocimiento del rubio, su secreto fue descubierto. Jimin solo pudo ver su tristeza, pudo ver como realmente se sentía y eso le destrozó.

Pensó mucho que preguntas debía hacerle al omega, cuando aprendas estaba despertando después de haber sido golpeado de manera brutal por su padre. Pero no pudo evitar cuestionarle que fue lo que realmente pasó.

Jimin terminó enterándose de cosas que siquiera se imaginaba. Sus sospechas sobre el amigo de su hermanastro fueron ciertas, se sorprendió al saber que Taehyung fue marcado contra su voluntad y casi violado por ese alfa, exactamente el mismo día en el que encontró a Jungkook.

Ahí fue cuando pudo comprender porque aún no llevaba la marca de su alfa, costaba tiempo tener la confianza y seguridad para ser marcado después de haber tenido una marca temporal que fue hecha a la fuerza y de una persona no amada.

Cuando pensó que ya no había nada más que el pudiera decirle, el omega prácticamente le suplicó por ayuda, preguntó por su alfa e intentó ponerse de pie para ir con él, aún sin siquiera saber dónde estaba exactamente, pero se detuvo al sentir el inmenso dolor de su cuerpo.

En ese momento, el doctor y dos detectives entraron a la habitación, interrumpiendo la conversión. Detrás de ellos le seguían los pasos, la madre de Jungkook y el mismo alfa de antes, por cómo Taehyung lo miraba supo que algo pasaba entre ellos. 

Jimin aprovechó ese momento para buscar a Yoongi y hacerle saber que estaría bien y que podía irse, pero lo primero que el alfa le dijo cuándo lo tuvo cerca fue: "Me quedaré" y eso solo hizo que el omega se sintiera afortunado de tenerlo.

—Tienes que ir a descansar, Hyun se quedará con el —señaló el alfa.

—Esperaré que Jungkook salga de la cárcel, ¿sí? —cuestionó Jimin tomado las manos del alfa—. ¿Me das un beso? —preguntó con la mirada en sus manos juntas.

—Hasta 50 que me pidas —masculló Yoongi ante se dejar un beso sobre los labios del omega.

Jimin volvió a la habitación, encontrándose únicamente con Hyun y el omega. Estuvieron juntos los tres, tratando de subirle el ánimo a Taehyung, pero éste de repente entró en un ataque de nervios que los alarmó. Intento arrancarse la intravenosa y salir de la camilla mientras llamaba a Jungkook con lágrimas en sus mejillas. Hasta que el alfa abrió la puerta de la habitación de golpe y corrió hasta el omega que lo llamaba con desesperación.

Jimin presenció la escena por pocos minutos, ese fue el mejor momento para salir, estaban juntos otra vez y eso era lo único que hacía falta. Ahora Jimin podía asegurar que su amigo estaba en buenas manos, así que podía volver a casa y descansar hasta que llegara su hora de trabajo.

Antes de que pudiera irse, pudo hablar con Jungkook, aprovechó para contarle sobre sus sospechas con el alfa hijo del socio de Ji hoon, también quiso saber los detalles de lo que había pasado realmente, pero el alfa sabía lo mismo que él.

El omega se sentía muy agotado como para seguir allí, necesitaba dormir o sentiría que ese desmayaría. Se despidió de todo el que seguía en el hospital y rápidamente se dirigió al alfa que esperaba por él, solo dieron tres pasos cuando escucharon la voz de Jungkook llamar al alfa. Jimin se detuvo algunos pasos adelante antes de que Yoongi se volteara.

—Hyung. —Yoongi se dio la vuelta y cuando lo hizo sintió los fuertes brazos de su amigo rodearlo—. Gracias por quedarte y cuidar de Jimin.

—Es lo que los amigos hacen —masculló Yoongi separándose.

—No, es lo que la familia hace — le corrigió Jungkook antes de desaparecer en el interior de la habitación. Yoongi sabia cuáles eran las verdaderas intenciones de Jungkook en ese momento, y estaba seguro que había influencia de Hoseok en aquellas palabras.

—¿Me llevas a casa? Buscaré a mamá —le pidió Jimin al pelinegro cuando este volvió a caminar a su lado.

—¿Quieres comer algo? —preguntó mientras caminaban hasta el ascensor.

—Alfa, solo quiero dormir —susurró Jimin sujetando su brazo y dejando caer su cabeza sobre el hombro del alfa. Yoongi se sorprendió al escuchar la manera en que fue llamado por Jimin, aunque notablemente lo había hecho sin darse cuenta, debía admitir que le gustó ser llamado de esa manera por la persona que le gustaba tanto.

No era la primera vez que lo hacía, pero esta vez se sintió diferente en todos los sentidos. El tono de voz, la cercanía no era la misma.

Yoongi encendió la radio para no hacer del ambiente en el auto algo incómodo. La madre de Jimin iba en el asiento trasero, tanto ella como su hijo no decían nada. Entendía el agotamiento físico y mental que dejó como resultado la horrible situación de Taehyung y Jungkook, era algo que el alfa entendía porque él estaba igual de cansado.

Algo que Yoongi admiraba de él y su madre es el hecho de que ellos son fieles y protectores con las personas que quieren, y se dio cuenta de ello al ver como se preocupaban por alguien que siquiera era un familiar directo de ellos, pero por cómo reaccionaron ante la situación, claramente lo querían como si lo fuera.

Esa clase de amor, era difícil de encontrar incluso dentro de la familia. Al detenerse en el semáforo, a una esquina de llegar a la casa del omega, Yoongi llevó su mirada hasta Jimin, y se notó que éste se quedó dormido. Mientras lo miraba se dio cuenta de algo que nunca antes pasó por su cabeza hasta ese instante, Jimin y Eun-ji podían darle esa clase de amor que él siempre quiso tener: fiel, afectuoso y desinteresado.

—Está verde —escuchó la voz de Eun-ji detrás de él. Volvió su atención al camino y aclaró su garganta para no hacer de aquel momento algo incómodo.

Él estuvo perdido en el rostro angelical de Jimin y probablemente ella estuvo viéndolo a él mirar a su hijo durante todo ese tiempo, al pensar en ello sintió vergüenza.

En el momento que el alfa se estacionó frente a la casa del omega, escuchó a su madre llamar al omega junto a él, pero el alfa le interrumpió antes de que lograra despertarlo.

—Está dormido, está bien, puedo llevarlo —determinó Yoongi antes de bajarse del coche.

—No lo acomodes tanto, tú también estás cansado —susurró la omega, apenada.

—No importa, de verdad —afirmó el alfa abriendo la puerta del asiento copiloto. Tomó el teléfono de Jimin que seguía sobre su regazo y se lo extendió a Eun-ji detrás de él, para luego cargar en sus brazos al omega.

Mientras esperaba a que la omega abriera la puerta, Yoongi sintió como Jimin acercaba su rostro a su cuello, incluso llegó a escuchar un débil ronroneo que le hizo sonreír.

Siguió a la castaña por las escaleras que daba un ligero giro en U, al llegar al final de la misma se encontraron con el pequeño vestíbulo, lo que llamó la atención del alfa fue la gran cantidad de fotos del omega bailando que colgaban en la pared a su izquierda, sobre una repisa con cuadros que no llegó a ver con claridad. Entre esas imágenes se encontraba la portada de promoción de su última presentación. Aquello solo demostraba lo orgullosa que estaba Eun-ji de su hijo.

La omega abrió la puerta de la recámara de su hijo, misma que quedaba casi frente a las escaleras. Al entrar sonrió a medias al notar lo mucho que se reflejaba la personalidad del omega en su lugar de descanso. Tenía un estilo antiguo y moderno al mismo tiempo, algo que combinaba a la perfección.

La pared detrás de la cama que se encontraba en medio de la habitación, estaba llena de cuadros de pinturas, imágenes de bailarines de danza clásica. A la derecha tenía un pequeño escritorio blanco en el que tenía algunos pinceles esparcidos, lápices para dibujar, cuadernos. Junto a aquel escritorio, tenía un lienzo en blanco y en el piso algunas pinturas sin terminar.

Mientras caminaba a la cama, el alfa vio las zapatillas de ballet del omega junto al pequeño estante de libros a su izquierda. Yoongi lo dejó reposar sobre sus sábanas blancas de cuadros, y mientras los hacía lo escuchó balbucear.

—Hueles muy bien —susurró Jimin entre sueños—. Deberías dormir conmigo —balbuceó aun aferrándose al cuello del alfa, quien sentía que estaba muy cerca de su rostro, lo que no le avergonzaría si su madre no los mirara desde el umbral de la puerta.

—No puedo, tengo que trabajar, sigue durmiendo —masculló el alfa tratando de deshacerse del agarre del rubio. Este cedió y se acurrucó en su cama.

En silencio volvió a bajar las escaleras y antes de que pudiera seguir su camino hacia la puerta, la voz de Eun-ji detuvo sus pasos. "Necesito hablar contigo", fueron exactamente sus palabras. No creyó sentir miedo de un omega nunca en su vida, hasta que escuchó aquellas palabras de la madre del chico que le gustaba.

Yoongi solo fue capaz sonreír y seguirla hasta el comedor de la cocina, sentándose junto a ella.

—Sé que tienes trabajo, pero no creo que podamos tener este momento otra vez. Estoy segura que Jimin se colgará de ti todo el tiempo que pueda —comentó. La seriedad con la que le hablaba la mujer le asustó más, cuando la conoció fue tan coqueta y halagadora, que ahora que estaba así de seria, le atemorizaba.

—Yoongi, te ves y te comportas como un caballero respetuoso que no tiene malas intenciones con mi hijo —consideró Eun-ji con la mirada en sus manos sobre la mesa—.  Jimin ha sufrido mucho por alfas, ha pasado por muchas decepciones y no quisiera que fueras uno de ellos, por eso me estoy tomando la molestia de hablar contigo, porque al menos contigo si le veo un futuro, espero no estar equivocada.

Yoongi solo asintió con la cabeza mientras la escuchaba.

—Solo quiero que cuides de él. Se ha pasado casi toda su vida cuidando de otros, empezando por mí, que con el tiempo ha olvidado a cuidar más de sí mismo —le explicó.

El alfa se dio cuenta de ello desde que el omega decidió pausar sus planes de salida, para cuidar a su amigo porque lo necesitaba con emergencia. Como pasó también aquella noche.

—Quizás aún no lo sepas, pero él es una persona que se entrega por completo en todo lo que hace, me temo que es algo que heredó de mí, y te lo digo porque si tienes intenciones de llevar a otro nivel su relación, quisiera que cuidaras de él en ese sentido.

—Probablemente él no te lo cuente ahora, pero antes lo sepas, mejor —comentó Eun-ji levantando su mirada—. Esta es la marca de su padre, él no lo conoce y espero que nunca lo haga. El rompió nuestro vínculo y es lo que yo quiero evitarle a mi único soporte, sé que es algo que está fuera de mis manos, pero mientras pueda evitarle un lazo roto, lo haré. Porque es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo.

Yoongi la escuchó en silencio, miró sus expresiones, la marca que seguía mostrando, solo quedaba la cicatriz, pero de solo pensar que Jimin ha sido el ancla de su madre desde que tiene uso de razón, le dejaba claro por todo lo que ella ha tenido que pasar tendiendo un lazo roto y un hijo que cuidar en el proceso. Si alguien entendía lo que se sentía el abandono era el, y es a lo que tanto le temía ahora que estaba cortejando al omega.

—Si Jimin se derrumba, yo me hundo con él, soy tan inestable que no creo poder darle la estabilidad que él me brinda a mí —susurró bajando la mirada apenada—. Necesito asegurar que tendrás cuidado con enlazarte con el sin tener nada seguro, no quiero que pase por un lazo roto como yo, ¿entiendes?

—Sí, es su ancla, claro que lo entiendo.

—Es mi ancla y yo su protectora —dijo con una sonrisa de lado.

Ya que ella se estaba sincerando tanto, el alfa creyó que lo mejor era devolvérselo y de paso dejarle claro cuáles eran sus intenciones con su hijo. Ella le contó sobre el alfa que los abandonó, se sinceró con él a pesar de lo poco que se conocían y tenía la sospecha de que era el único alfa que cortejaba a su hijo, el único con el que había tenido una conversación de ese tipo.

El silencio se hizo presente entre ellos, esa era el mejor momento para el alfa sincerarse también, pero una vez más estaba dándole vueltas al asunto. Sería su primera vez diciéndole aquello a alguien que no fuera Hoseok o Jungkook. Quizás Jimin era la primera persona que debería saberlo, pero en ese momento debía probarle a la madre de Jimin que lo quería en su vida y que último que quería era hacerle daño al omega.

—Quiero ganármelo todo con el —susurró Yoongi—. No salía con omegas, porque siempre fui rechazado por su misma especie, hasta que accidentalmente conocí a Jimin y toda mi manera de pensar cambió.

Eun-ji lo miró con atención mientras hablaba de su hijo. Se ahorró los detalles de cómo se conocieron y fue directo a lo que quería decir.

—Me di cuenta de que quiero ganármelo con el cuándo se sorprendió porque no le hice berrinche cuando me negó algo que le pedí —comentó—. Creo que está tan acostumbrado a que irrespeten su palabra, que me dio aquello que le pedí porque me lo gané.

La omega sentada junto a él le dedicó una sonrisa de lado, y sin ella darse cuenta, eso fue lo que le dio la confianza suficiente para que el alfa siguiera hablándole.

—Soy huérfano, así que se cómo se siente el abandono, siempre ha sido mi más grande temor, así que puedo asegurarle que no haré pasar a Jimin por un lazo roto —confesó Yoongi viendo la sorpresa en el rostro de la castaña a su lado—. Él no lo sabe, todavía, quisiera que sea nuestro secreto por ahora. Tampoco sabe que es el primer omega que me acepta.

—Pero si eres el alfa ideal para cualquiera —determinó Eun-ji.

—No soy un alfa "completo" para ellos —una vez más el silencio reinó en ellos. La mirada que le dedicaba la omega era diferente ahora que le había contado su verdad.

—Esas son mis intenciones con él. Que todo lo que vaya a darme sea porque realmente quiere hacerlo, no porque se sienta en la obligación. Él quiere a alguien que lo ame por lo que es, no por lo que puede darle y eso es lo que yo pretendo hacer.

Yoongi sintió los brazos de la mujer arroparlo, aún sorprendido por la acción, el alfa la abrazó de vuelta, cuando lo hizo sintió cómo está suspiraba y lo apretaba más.

—Gracias —masculló en un hilo de voz, fue entonces cuando el alfa se dio cuenta de que estaba llorando en su hombro.

—No debería agradecerme, yo debería hacerlo.

—¿Por qué? —cuestionó Eun-ji mientras se separaba del alfa y limpiaba las lágrimas de sus mejillas.

—Por no rendirse a pesar de tener un vínculo roto, quien sabe dónde estaría Jimin o dónde estaría yo. Nuestros destinos serían completamente diferentes —comentó el alfa mientras se ponía de pie.

—Siempre hablas con tanta razón, no me sorprende que seas de poco hablar y que le gustes tanto a mi Jiminie —masculló la omega al detenerse en la entrada. Le tendió el saco amarillo al alfa y volvió a darle un abrazo en forma de despedida.

—Buena charla —susurró ante se dejarlo ir.

Yoongi condujo hasta su apartamento, que por suerte quedaba a pocos minutos de la casa del omega. Necesitaba una ducha fría, eso era lo único que lo mantendría despierto durante el día.

Mientras el agua caía por su cuerpo, pensó le reciente conversación con la madre del omega. Expresar sus sentimientos con ella se sintió muy bien, tanto que ahora quería hacerlo con su hijo.

Jimin ha sido el único omega que lo ha visto más allá de su apariencia. Es el único que lo ha visto más alláde la superficie y ese sentimiento de ser aceptado, era algo que no queríaabandonar, quería aferrarse a aquella sensación, quería aferrarse a esesentimiento que le provocaba el omega, quería aferrarse a él y no soltarlo jamás.

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