Capitulo 33

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Entre todo y nada te encontré. Y Justo ahí aprendí a quererte. Entre mañanas y otoños, entre gemidos y sombras, entre el calor de mis manos y tu piel desnuda —Brando.

El primer día de la presentación Jimin se sentía tan nervioso que no fue capaz de mantenerse sentado por mucho tiempo. En el escenario hizo ejercicios de estiramiento con Young-soo, mientras que Yoongi se encontraba frente a él afinando el piano que usaría dentro de una hora.

El siempre acostumbraba a mirar por una pequeña abertura del telón que tantas personas habían, pero esta vez no tuvo el atrevimiento porque sabía que se pondría más nervioso, además, podía escuchar las voces de muchas personas. Era consciente de que era un lugar bastante grande y que probablemente habría personas que conocía, era un pueblo en el que la mayoría se conocía entre ellos.

Sentía que tenía la presión de hacerlo no solo bien, sino excelente, por primera vez le preocupó lastimarse el tobillo y no poder dar la presentación para la que se ha preparado. Tenía miedo de que no poder demostrar lo que tanto deseaba, sobre todo cuando era la estrella principal con un solo contemporáneo.

La primera noche estuvo bien, todo salió como la planeado, se sintió realizado al bailar en aquel escenario, con Yoongi tocando el piano de una manera tan espectacular que solo él podía. De vez en cuando lo vio de reojo y notó como éste lo disfrutaba mucho más de lo que quisiera admitirse a sí mismo.

Si lo hizo bien en su primera presentación, se preparó mental y físicamente para hacerlo mucho mejor al siguiente día. Quiso ensayar durante todo el día del domingo, pero su madre planeó un recorrido por el pueblo que les tomó casi todo el día. Visitaron la playa y tuvieron su desayuno allí, después de todo quedaba cerca de casa, subieron la montaña y vieron la ciudad desde lo alto, algo que Jimin extrañaba hacer en su ciudad natal. Incluso pasaron por la escuela de danza a la que fue, así que fue inevitable no encontrarse con algunos compañeros de estudio.

Por un lado, le gustó ver a su madre presumirlo con otras madres como si de un premio se tratara, algo que Jimin le permitió hacer porque sabía lo mucho que ella también quería demostrarle a quienes le dieron la espalda y criticaron por mucho tiempo, que no ellos también tuvieron un futuro próspero.

Aquella sería su noche, por primera vez tendría un solo contemporáneo. Su momento había llegado y estaba mucho más nervioso que el día anterior, especialmente porque era una coreografía que había aprendido en tres semanas, con lo perfeccionista que era, eso fue muy poco tiempo para pulir su técnica.

Durante la coreografía grupal vio varias caras conocidas entre el público, no solo el de su familia, sino el de su amigo de infancia y el rostro desagradable de aquel crítico de danza que una vez le dijo que no tenía talento, que debía dejar la danza y no manchar el buen camino que pavimentaron muchos otros bailarines de renombre que para el si eran talentosos.

—Lo harás bien, no he visto la coreografía, pero sé que lo harás excelente —susurró Yoongi detrás de él antes de que éste pudiera salir al escenario—. Eres primer bailarín y la estrella de este show por muy buenas razones.

—No dejes de mirarme, bailaré para ti también.

—¿Cuándo he dejado de mirarte? —cuestionó Yoongi antes de que el omega recibiera la señal para salir a escena.

Los reflectores lo iluminaron mientras estuvo en el centro del escenario, tomó una bocanada de aire y esperó la música para poder iniciar. Cerró sus ojos por un segundo, y esperó a que las luces del escenario se tornaran rojas.

—Demuéstrales porque eres primer bailarín —susurró para sí mismo antes de iniciar la coreografía. Su baile estaba lleno de emoción, no solo debía cuidar sus movimientos o técnica, sino el papel que interpretaría. La música era movida, muy energética, llena de movimientos fuertes que requerían de mucha precisión, la coreografía tenia incluida muchos saltos en los que tenía que aterrizar casi de golpe sobre sus pies.

Era una prueba para él, uno que estaba a dispuesto a pasar, porque estaba allí para demostrarle incluso a su instructor y jefe de que nadie podría interpretar aquella puesta en escena como él.

Yoongi lo observó desde detrás del escenario, no pudo ver los ensayos de su solo, así que no tenía idea de lo que haría. Por otro lado, Young-soo se encontraba a su lado de brazos cruzados.

—Aprendió esto en tres semanas, y después de salir de un tratamiento en el tobillo, es impresionante —susurró el alfa a su lado mientras ambos tenían la mirada fija en los movimientos sutiles de Jimin.

Yoongi no dijo nada, quería mantener todos sus sentidos enfocados en Jimin. La manera en la que cada paso parecía tan fácil de hacer, no era ballet clásico y era la primera vez que lo veía bailar algo fuera de lo clásico, sin mallas o zapatillas de ballet. Sin un vestuario muy ostentoso que o hacia lucir como un ángel, especialmente por la delicadeza de cada movimiento.

Las expresiones en su rostro estaban cargadas de emoción, sus manos iban de un lado a otro, su espalda encorvándose, sus pies flexionándose junto a todo su cuerpo mientras se acercaba el clímax de la canción y todo se volvió más feroz y enérgico. La manera en la que sus saltos se veían tan ligeros y como su cabello flotaba en el aire, era como ver una versión de Jimin completamente diferente.

La manera en la que lograba expresar con todo su cuerpo cada sentimiento, era simplemente tan extraordinario que no podía apartar su mirada de él por un solo segundo, nadie podía. Toda la atención estaba puesta en él y no creía que Jimin se diera cuenta de lo ensimismado que tenía al público, estaba sumergidos en su puesta en escena, se mostraba ante el público por completo. Lo estaba dando todo de sí mismo y Yoongi era testigo de ello.

Con el corazón latiéndole a millón por hora en el pecho, bajo la intensidad de sus movimientos para culminar con el famoso salto mariposa que nunca pudo hacer bien, hasta esa noche. Terminó su baile como lo inicio, echado en el piso de rodillas con las manos en su pecho mientras las luces disminuían a su alrededor hasta terminar completamente apagadas.

Fue alabado por una ovación de pie. En cuanto estuvo de pie en el centro del escenario, miró a todas esas personas ponerse de pie para aplaudir. El omega hizo una reverencia algo nostálgico por la reacción que obtuvo y sonrió agradecido, con las lágrimas al borde de sus ojos.

Corrió fuera del escenario, y lo primero que hizo fue abrazar al alfa que lo esperaba del otro lado. Fue rodeado por su aroma a limón y canela de inmediato.

—Estuviste perfecto —halagó Yoongi abrazándolo por la cintura—. Fue hermoso, Jimin-ah, no hay nadie como tú.

—Gracias —masculló con timidez.

Luego de haberse cambiado de ropa para poder volver al hotel, lo último que esperaba al salir era recibir un montón de ramos de flores en forma de felicitaciones. No estaba acostumbrado a recibir regalos después de una presentación, pero no podía decir que no les gustaban.

—¡Jimin!, ¿Desde cuándo bailas así de bien? Joder eres una estrella —comentó su amigo que ahora se encontraba frente a él y su alfa.

—Fue un largo camino, pero logré perfeccionar mi técnica y aquí estoy —comentó Jimin sonriente.

—Invité al idiota del crítico, es nuestro maestro en la escuela de danza y sigue siendo un imbécil —se quejó el beta, viendo como el hombre de semblante serio salía del teatro—. Creo que se fue con la impresión que no esperaba obtener de ti, bastardo bueno para nada —maldijo entre dientes.

Yoongi ocultó su sonrisa al fingir que se rascaba la nariz, escuchar al amigo del omega hablar con ese acento y con palabras sucias, entendió porque Jimin también hablaba de esa manera de vez en cuando, especialmente esa vez en la que casi lo atropelló y le mostró el dedo del medio; le apreció que era cosa del pueblo ser así de osado y de parecer que siempre estaban discutiendo.

Se despidieron con un abrazo, Yoongi lo hizo con una reverencia. Fueron presentados inmediatamente el beta llegó a su lado, y desde ese momento quería reír por lo atrevido que era al hablar de alguien mayor como si fuera el peor dolor en el trasero.

Tuvieron una cena familiar en casa de sus abuelos, en la que solo se escucharon halagos para Jimin y risas. Hubo mucha comida y mucho alcohol, le gustaba observar a Jimin reír con su familia y a este le gustaba ver lo cómodo y libre que lucia Yoongi con sus abuelos.

El soju se terminó, era casi media noche cuando seguían en la pequeña sala de estar, riendo de las habilidades actorales del abuelo de Jimin y de cómo éste imitaba la forma de Yoongi tocar el piano. El alfa vio a su alrededor y guardó aquella imagen en su mente y corazón, era la primera vez que se sentía parte de una familia, así que quiso guardar aquel recuerdo por siempre. No en fotografía digital, sino con una fotografía que se hace con el corazón en la mano; solo disfrutó de aquel momento.

Sonrió, río, se divirtió y fue el mismo sin dejar de lado nada, se sintió cómodo y bienvenido. No pudo dejar de reír a carcajadas mientras Jimin bailaba a gran velocidad parte de su solo contemporáneo, río tanto que lágrimas brotaban de sus ojos.

Se despidieron cuando ya era media noche, al siguiente día tendría que salir a tiempo para que el alfa pudiera llegar después de almuerzo a su trabajo, ahora con un nuevo puesto y una nueva oficina, estaba seguro que le esperaría mucho trabajo y no podía darse el lujo de llegar tarde cuando ahora era el jefe directo de todo un departamento.

—Bebí demasiado —comentó Jimin peinando su cabello hacia atrás mientras las puertas del ascensor del hotel se abrían en el piso de su habitación.

—No pareces borracho —consideró el alfa sacando la llave de acceso de su bolsillo.

—No lo estoy, pero siento mi cuerpo muy...

—Caliente —Yoongi terminó la frase por él, porque se sentía exactamente de la misma manera.

Jimin fue el primero en entrar a la habitación, se tumbó en la cama dejando salir un suspiro, vio al alfa mirarlo desde el pequeño pasillo, apoyando su hombro de la pared, mirando al omega que ahora se sentaba en la orilla de la cama apoyando sus manos en la cama aún con su cuerpo ligeramente echado hacia atrás.

—¿Qué? —preguntó al ver como el alfa seguía mirándolo sin decir nada.

—¿Qué tan cansado estás? —cuestionó Yoongi quitándose la americana, dejándola descansar sobre el espaldar de la silla en la que antes trabajaba, con un mano se desabotonó los primeros botones de la camisa blanca que llevaba puesta.

Jimin sonrió con picardía, porque sabía que el alfa solo preguntaba aquello cuando quería algo.

—Estoy muerto del cansancio —respondió Jimin levantándose de la cama—. Pero con toda la energía para hacer lo que tú me pidas que hagamos —masculló al detenerse frente al alfa, levantó su mano y lentamente desabotonó otros dos botones de la camisa de Yoongi, de manera que ahora éste mostraba gran parte de su pecho.

—Anoche te quejabas de que no te he tocado desde que somos oficialmente pareja, esta noche soy todo tuyo para cumplir todos tus caprichos, sin excepciones —susurró Yoongi.

—Entonces, bésame y quítame la ropa para que veas lo qué hay debajo de ella.

Aquella petición fue lo único que Yoongi necesitó para atacar sus labios como un ladrón que solo estaba allí para robar sus besos, gemidos y orgasmos. Sus labios se unieron en un beso necesitado, sonoro y húmedo en el que sus lenguas no tardaron en encontrarse.

Las manos de Yoongi viajaron hasta la cintura del omega para apegarlo más a su cuerpo. Necesitaba sentir todo el contacto que pudiera obtener de Jimin, lo deseaba tanto como la primera vez, incluso más. Sentía que hace años que no lo tocaba, que no lo sentía; ansiaba escuchar sus gemidos de desesperación mientras sus caricias y movimientos lo llevaban al borde del delirio por el placer.

Estaban seguros que el alcohol estaba haciendo efecto en ellos y el beso que compartían se sentía tan ardiente que tuvieron que separase para tener un respiro.

Yoongi sintió las manos de Jimin terminar de desabotonar su camisa y en cuanto lo hizo, el alfa se la quitó mirándolo directo a los ojos antes de hacer lo mismo y no solo con su camisa, cuando estuvo a punto de bajar sus pantalones, Jimin lo detuvo, lo sujetó por el borde de su pantalón y los arrastró hasta la cama haciendo que éste se tumbara en ella.

—¿A dónde vas? —preguntó el alfa al ver que su pareja se alejaba.

—Tengo una mejor idea —señaló Jimin mientras caminaba hacia atrás, en dirección al baño—. ¿Te gusta verme bailar?

—Amo verte bailar —respondió Yoongi apoyando sus antebrazos sobre la cama mientras esperaba al omega con los pies colgando de la cama, rozando la alfombra con sus dedos.

En cuanto levantó la mirada se encontró al omega vestido con tan solo con la lencería negra transparente que compró para él y esas orejas de lobo que definitivamente lucían muy sexy en él.

—Entonces voy a bailar, solo para ti —indicó Jimin, caminando lentamente hacia el alfa hasta detenerse frente a él, se dio la vuelta y bailó lentamente para él y modeló la ropa interior que el alfa le obsequió. Vio como Yoongi se mordía el labio inferior y sonreía con picardía mientras lo observaba de arriba abajo, lo devoraba con la mirada.

—¿Puedo tocar? —preguntó cuándo sus miradas se cruzaron.

—No, solo mirar.

—Que malo eres —dijo con voz ronca, pasándose los dedos por sus labios sin dejar de ver los movimientos de cadera del rubio.

—¿Qué?, ¿vas a castigarme?

—Probablemente —susurró sin poder apartar la mirada de su silueta. La manera en la que se ajustaba tan bien a su cuerpo era tortuosamente hermoso como la lencería negra lucia tan bien en su piel blanca.

No se pudo contener más y estiró la mano lo suficiente como para poder tirar de él hacía su cuerpo, haciendo que cayera encima de sus piernas. Se escuchó un chillido por parte de Jimin cuando Yoongi le dio la vuelta, quedando acostado boca abajo sobre el regazo del alfa y lo siguiente que se escuchó fue una fuerte nalgada que hizo jadear a Jimin.

—Eres mío —dijo antes de darle otra nalgada—. Solo mío, ¿escuchaste? —cuestionó con determinación.

—Sí, alfa —expresó Jimin, jadeante al sentir las manos de Yoongi acariciar sus glúteos para luego impactar sus manos en la misma zona—. Solo tuyo.

Yoongi levantó el mentón del rubio para poder besarlo con firmeza, paso dos dedos por sus labios haciéndole ademán con el rostro para que los lamiera, algo que Jimin no dudó en hacer y sin dejar de mirarlo a los ojos. Un acto que provocó en el alfa que su masculinidad se contrajera.

Yoongi movió a un lado la ropa interior del omega y con los mismos dedos que el lamió tocó su entrada tanteando en la zona hasta provocar que el omega moviera sus caderas en desesperación, ganándose una nalgada por parte del alfa.

Por un minuto solo se pudo escuchar el sonido de las palmas del alfa impactar contra las nalgas del omega y los gemidos del mismo mientras Yoongi movía sus dedos en el interior de Jimin, hasta que éste estuvo preparado para recibirlo por completo.

Su pantalón ahora era un desastre del líquido que segregaba el omega por su intimidad, pero no le importaba, incluso le pareció aun más excitante ver lo húmedo que se volvió Jimin en los pocos minutos de juegos previos que tuvieron. Dejó a Jimin a un lado y se deshizo de toda la poca ropa que tenía puesta. Yoongi se sentó frente a Jimin en la orilla de la cama, mostrando su erección, casi restregándosela en el rostro. El pelinegro sujetó la barbilla del omega y le susurró: —Tienes el mando ahora, ven y obtén lo que tanto querías.

Jimin le sonrió con travesura y se levantó de la cama, seguido de eso hizo ademan de bajar su ropa interior pero el alfa lo detuvo de inmediato.

—Déjala puesta, te queda malditamente hermoso como para quitarlo tan rápido, quiero ver lo que harás con esa lencería puesta —musitó el alfa con voz ronca, dedicándole a la Jimin una mirada bañada en lujuria.

Aquello se escuchó como un reto para él, se arrodilló frente Yoongi solo para hacer una cosa que no le tomaría más de cinco segundos. Tomó el miembro del alfa en sus manos y lo llevó a su boca, cerrando sus ojos en el proceso. Desde el punto de vista del pelinegro, parecía que el omega tenía en su boca su golosina favorita y disfrutaba tenerlo allí, mientras succionada y lamia en la zona.

El rubio se alejó lentamente, haciendo contacto visual con el alfa y deteniéndose más tiempo en la punta y provocando un sonido obsceno en cuanto se apartó por completo. Una vez se puso de pie, Jimin le dio la espalda, se colocó con sus piernas a cada lado de las de Yoongi, con un mano movió a un lado su ropa interior y con la otra tomó la virilidad de su alfa y lo introdujo en su entrada mientras se sentaba sobre el hasta sentirse lleno de el por completo.

Yoongi tenía sus manos apoyadas sobre la cama, viendo como el omega tomaba el control. Sus ojos se detuvieron en sus nalgas y en lo rojizas que estás lucían aun por encima del encaje negro transparente, producto de las recientes nalgada; sus manos seguían marcadas en la zona. Vio como el omega empezó a moverse de un lado a otro y poco a poco subir la velocidad, saltando sobre sus piernas, gimiendo de placer sin vergüenza alguna, dándose a sí mismo el placer que ansiaba tener.

Jimin-ah —jadeó sobre su oído, acercándose lo suficiente como para que su piel se erizara.

—Mmmh —su intento de repuesta se escuchó como gemido de placer que salió de sus labios mientras seguía sus movimientos sobre él.

—No grites muy alto —le pidió apretando sus nalgas—. Tus compañeros y tu instructor son nuestros vecinos.

—No me importa —demandó entre jadeos.

—Bien.

Jimin sintió las manos del alfa alzar sus piernas dejando reposar la planta de sus pies sobre los muslos del mismo, el omega tuvo que pasar su brazo por los hombros de Yoongi, mientras éste lo sujetaba por la cintura con fuerza y tomaba el control de las embestidas, haciendo gemir a Jimin más alto.

Las embestidas del alfa y la posición en la que estaban hizo que las piernas del omega temblaran, mismo que ladeó su cabeza para poder apreciar las expresiones de excitación de Yoongi. Sus cejas estaban fruncidas mientras le penetraba con fuerza, provocando el sonido húmedo de su piel al chocar.

Cuando los gemidos fueron en aumento, incluso los jadeos roncos del alfa, éste se dejó caer sobre la cama haciendo que Jimin tuviera que apoyarse en sus manos sobre la cama a cada lado del cuerpo del pelinegro, al igual que sus piernas abiertas y apoyadas en el colchón debajo de ellos. Con desesperación tomó la ropa interior de Jimin y se deshizo de ella de golpe, necesitaba tener una visión completa de el en aquella posición y lo único que se lo impedía era esa lencería.

Se encontraba ligeramente echado hacia atrás con las manos de Yoongi apretando su cintura mientras intensificaba sus penetraciones, mismas que se volvieron más fuertes y llenas de ferocidad. Jimin no pudo evitar gritar el sentir como golpeaban su próstata con fuerza; echó su cabeza hacia atrás maldiciendo en voz baja el sentir que estaba a punto de llegar al clímax más rápido de lo que tenía planeado.

Sus orejas de lobo quedaron en alguna otra parte de la habitación, la rudeza de las embestidas del alfa hizo que se perdieran en el acto, quien intensificó sus estocadas al punto que solo se escuchaban sus pieles chocando, sus gemidos y la voz temblorosa de Jimin al llegar al orgasmo.

Yoongi no tardó en seguirle los pasos, sintiendo su abdomen contraerse mientras lo llenaba de él, liberando su excitación con un gemido ronco que el omega escuchó en su oído cuando dejó caer su cabeza sobre el hombro del pelinegro, con sus ojos en blanco al sentir el caliente en su interior por el clímax del alfa.

Quiso quedarse como estaban y ser anudado por el alfa, pero éste rápidamente lo levantó al tomarlo por la cintura y salió de él antes de que se formara el nudo, haciendo que todo su fluido se deslizara por el muslo del omega y la visión que tuvo en esa posición fue simplemente magnifica, tan sucia y obscena.

Solo en ese momento, cuando Jimin se encontraba ahora recostado a su lado boca arriba aun con sus piernas flexionadas y levemente abiertas, fue que se dieron cuenta de algo; no usaron protección.

—Joder.

—No nos protegimos —concluyó Jimin sabiendo perfectamente que quería decir aquella mirada en el alfa que seguía con la respiración agitada.

—Mierda, ¿tienes pastillas? —preguntó el alfa viendo el desastre que hicieron en aquella cama. Jimin estaba lleno de él entre sus piernas y aunque le preocupaba no haberse protegido, era una imagen que le encantaba tener frente a sus ojos en ese momento.

—No, las tomo para el celo —contestó Jimin bajando sus piernas. Creía que la cama debajo de él se movía de lo ligero que se sentía.

—¿Son efectivas?

—Alfa, tranquilo, no son mis días de fertilidad, se acerca mi ciclo —le aseguró Jimin tomando su rostro entre sus manos y plantando un beso en sus labios.

—Está bien, todo seguirá su curso normal, no tenemos de que preocuparnos —aseguró Yoongi mas para sí mismo, que para el omega a su lado.

—¿Qué?, ¿no te ilusiona la idea de tener cachorros?

—No —respondió—. Todavía —agregó para que el omega no lo malinterpretara.

Jimin solo le sonrió a medias y con la ayuda del alfa se levantó de la cama para poder limpiarse juntos. Durante la ducha y mientras quitaban las sábanas que ahora eran un desastre solo hubo silencio, y así se fueron a dormir, solo con un te quiero luego de apagar las luces.

***

Nuevamente estuvieron rodeados de rascacielos, grandes calles y muchos autos, de esa manera Seúl les daba la bienvenida, con un sol caluroso y radiante, las montañas a lo lejos y el verde los árboles.

Yoongi no quiso despedirse de Jimin, pero debía volver al trabajo, quería llevárselo consigo porque sabía que no podía quedarse. Sentía que las cosas estaban algo tensas entre ellos luego de haber mencionado lo de tener hijos, pero aquella idea se esfumó cuando el omega lo abrazó por un largo rato sin querer despegarse de él; le pidió que lo marcara con sus feromonas porque no soportaría estar sin él en todo el día, petición a la que Yoongi respondió al instante.

Aunque en el momento a Jimin le afectó lo rápido que respondió con un "no" sobre tener cachorros, pero luego entendió y aceptó cualquiera que fuera la decisión del alfa en el futuro. De todos modos, apenas estaban entablando una relación sólida, Jimin seguía estudiando y un embarazo estando en su mejor momento como primer bailarín arruinaría todo aquello.

No estaban en el mejor momento para tener hijos, pero sobre todo, no había una marca, y aquello era necesario para formar una familia, al menos para la sociedad en la que vivian y lo que decía el libro de lobos, así funcionaban las jerarquías. Así que, comprendió el "no, todavía" del alfa, al igual que su miedo por no usar protección.

—No te preocupes por lo de anoche —le hizo saber Jimin aun en la entrada de su casa.

—Fue increíble, me encantó, pero no estamos listos para tener bebés ahora —comentó Yoongi a acariciando la mejilla del omega.

—Tranquilo, no es problema si no nos protegemos, tomó pastillas anticonceptivas y...

—Jimin —lo interrumpió Yoongi.

—Está bien, no tienes que darme explicaciones, sé que te proteges, no pasa nada —le aseguró el alfa.

Jimin terminó de despedirse con un beso y vio su auto desaparecer en la calle. En cuanto volvió al interior de su casa, su madre había desempacado casi todo y parecía muy entusiasmada.

La omega le pidió que hicieran algo juntos con la intención de contarle sobre su padre y lo de querer mudarse. Ya había hablado con algunas agentes inmobiliarias, así que solo hacía falta que Jimin eligiera dónde le gustaba más, pero quería hacer aquello lo más rápido posible.

No encontraba el mejor momento para contarle sobre su padre tocando a su puerta, el omega estaba convencido de que él no podría estar cerca y no quería arruinar lo feliz que había sido los ultimo días, con una noticia como aquella, pero sabía que simplemente no podía seguir ocultándoselo.

Cocinaron juntos después de tanto tiempo que no hacían ese tipo cosas juntos, escuchó a Jimin hablar de lo feliz que estaba con Yoongi y de cómo este le pidió que fueran pareja. Rieron juntos mientras se movían de un lado a otro en la cocina, tuvo los mejores momentos para contarle y no lo hizo, solo siguió dándole larga al asunto y dejó que el omega fuera a ducharse.

Jimin estaba listo para bajar y comer con su madre, solo ellos dos, cosa que no pasaba muy a menudo, ya que cuando ella tenía sus días libres es cuando Jimin más tenía que trabajar y viceversa.

Bajó las escaleras con rapidez tarareando una canción, cuando se acercaba al último escalón percibió un fuerte aroma a hojas naranjas y menta que recordaba haber sentido cerca antes, pero que extrañamente se le hacía conocido, como si no fuera nuevo extraño para él.

Se detuvo con miedo de darse a vuelta y encontrarse con quien creía que le pertenecía aquel aroma que definitivamente era de un alfa. Lentamente se volvió hacia donde esperaba encontrar a su madre poniendo la mesa y la imagen que vio solo confirmó sus sospechas.

Un hombre alto, vestido con un traje azul de rayas blancas, cabello corto a los lados se encontraba frente a su madre, quien tenía su mirada en el piso mientras aquel hombre ahora tenía su mirada en él.

Al verlo con más detenimiento se dio cuenta del parecido, la forma de sus labios, sus cejas, sus ojos. No solo lo confirmó por su aroma, sino por su rostro, era si padre.

Tenía frente a él a lapersona que solo le ha hecho daño a su madre, estaba de pie frente a él, conlos ojos "llorosos" mientras miraba al omega. No lo conocía, nunca lohabía visto siquiera en una fotografía, no sabía cómo lucia o cual era su aroma,pero no necesitó que su madre se lo presentara, él ya sabía que era su padre,la última persona que quería ver en el planeta tierra.

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