Capitulo 35

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Soy tan tuyo que nunca volveré a ser mío —Ron Israel.

Jimin esperaba que el alfa al menos lo acompañara mientras comía, se supone que por su trabajo no debía comer a esa hora de la noche, pero no había comido nada desde el almuerzo y si se dormía con el estómago vacío sería un completo desastre al siguiente día.

Se mantuvo pendiente a la entrada de la cocina, esperando que Yoongi apareciera, no lo escuchaba alrededor, así que resignó y terminó de comer solo, lavó su plato y dejó la cocina tan limpia como estaba.

—¿Ya terminaste? —cuestionó Yoongi entrando a la cocina, ahora con su cabello atado en una coleta, obteniendo únicamente un asentimiento por parte Jimin, quien se secaba las manos—. No pensé que acabarías tan pronto, desempaqué a medias y había un poco de desorden en la habitación.

Una vez más, Jimin solo asintió aún con la mirada en el piso.

—Vamos a dormir, es tarde —le pidió Yoongi haciéndole ademán con las manos para que siguiera sus pasos hacia la recamara, pero éste se quedó allí parado.

—No quiero irme a la cama así —susurró Jimin caminando hacia el alfa—. No me gusta que discútanos por cosas que si quiera son importantes ahora. Yo no tuve un lazo, la único cercano a una conexión que he tendido, ha sido contigo y lo sabes.

Por el tono de voz de Jimin, el alfa entendió que éste ya se había tranquilizado y que era la mejor oportunidad para contarle lo que sabía de su padre. Yoongi solo asintió con la cabeza por su comentario, era consciente de lo que ellos han experimentado al menos dos veces en lo que llevan saliendo juntos. Nunca hablaron de la sensación que sintieron en esos momentos, pero estaban seguros de fue algo parecido a una especie de conexión entre sus lobos.

—Tengo algo que decirte, siéntate por favor —le pidió Yoongi señalando el comedor frente a él. Jimin lo miró confundido y se sentó en una de las sillas del comedor y el alfa frente a él, de manera que sus rodillas rozaban de lo cerca que estaban.

—Por favor, no te enojes conmigo por esto, sé que, aunque tuve mis razones fue un poco estúpido de mi parte no habértelo dicho antes y espero que entiendas —expresó Yoongi tomando las manos de Jimin.

—¿Qué es? —preguntó el omega, preocupado de lo que sea que el alfa afuera a decirle.

—Es sobre tu padre —susurró. Todos los sentidos de Jimin se pusieron en alerta y tuvo miedo de lo que iba a escuchar luego—. Yo sabía que estaba buscándolos, la noche en la que te caíste tu madre me llamó alterada, él estaba en la puerta y yo le dije que ella no estaba.

Jimin volvió a ese día en el que se sentía muy preocupado por su madre, al escuchar lo que el alfa le decía quería decir que entonces él tuvo razón, algo pasaba con ella, se trataba de su padre y ellos decidieron simplemente ocultárselo. Fue entonces cuando recordó que Yoongi llegó al hospital con su madre, y todo pareció encajar a la perfección.

Jimin levantó su mirada en completo silencio y lentamente apartó su mano de la del alfa.

—Jimin, déjame...

—Apuesto a que ella te pidió que no me dijeras nada al respecto —demandó con el ceño levemente fruncido—. Por eso te quedaste tan tranquilo cuando te dije que mi padre había vuelto, tú ya lo sabías y decidiste que lo mejor era no contármelo.

—Permíteme explicarte ¿puedo? —le pidió Yoongi tratando de manejar la situación con calma—. Yo no quería darte algo de qué preocuparte, primero pasó lo de tu tobillo, luego estaba tu solo en la presentación, se lo importante que es eso para ti y se supone que es tu madre quien debería contarte porque es un asunto entre ustedes.

Yoongi esperó una reacción o respuesta de su parte y solo obtuvo una risa carente de humor, aunque todo lo que dijo era cierto no podía dejar de sentirse culpable por no haberle contado, así que lo único que le quedaba era disculparse con él, aun cuando era consciente de que eso no remediaría nada.

—Eso era mucho más importante que cualquier cosa, no debiste ocultármelo cuando sabes que todo lo que concierne a mi madre es más importante para mí —señaló Jimin alzando más su voz sin darse cuenta—. Si me hubieses contado quizás no estaríamos aquí, discutiendo.

—Yo no estoy discutiendo, tú lo estás —susurró Yoongi, apretó sus puños al darse cuenta de que ese comentario solo empeoraría todo, debió dejarlo para sí mismo porque sabía que Jimin se enojaría aún más con él.

—Esto es increíble, ¿qué pasó con él "entre nosotros siempre la verdad"? —cuestionó con una ceja levantada—. Nos duró, ¿cuánto?, ¿un par de semanas?

—Por favor no te alteres —le pidió Yoongi al notar el rostro del omega su enojos. No es la primera vez que lo veía así de molesto, pero si la primera vez que era con él.

—¡¿Que no me altere?! —gritó Jimin incrédulo, levantándose de su lugar—. Me viste preocuparme por ella, preguntarle sobre ese hombre durante nuestro viaje a Busan, tenía miedo de que se apareciera mientras estuvimos allá, y tú simplemente decidiste callar. Los dos me miraron a la cara como un estúpido y decidieron ocultármelo "por mi bien".

Yoongi dejó salir un suspiro tratando de tranquilizarse, no quería gritos, no necesitaban gritarse y él no quería hacerlo con Jimin. Si el omega seguía haciéndolo no podría evitar hacerlo también, el no acostumbrara a quedarse tan tranquilo cuando alguien más le gritaba, fuera quien fuera.

—Jimin tu madre me lo pidió, estaba entre la espada y la pared —explicó al imitar su acción y pararse delante de él, tratando de mantener la calma tanto como pudiera y no alzarle la voz, porque si lo hacía usaría su voz de mando y no quería hacerlo cuando Jimin solo hablaba a través de su enojo.

—Ya, ¿pero con quién estás saliendo?, ¿con ella o conmigo? —preguntó Jimin levantando sus cejas—. Eres mi novio, mi alfa, no de ella.

—Sí, sé que debí decirte, pero al menos intenta entender la situación en la que estaba —le pidió señalando su pecho.

—Tu perfectamente sabes lo importante que es para mí mantener la estabilidad de mi madre y ese hombre solo vino a acabar con eso, no permitiré que vuelva con ella —determinó presionado su dedo índice contra la mesa.

—Jimin, ¿si sabes que tu madre es una adulta que puede decidir por ella con quien quiere o no estar? Hay algunas cosas por las que no podemos decidir, esa es una de ellas.

—Yo tengo que cuidar de ella, es mi madre y yo sé que en cuanto se vuelva a ir, probablemente esta vez si la pierda —señaló Jimin inclinándose hacia adelante, una vez más alzando su voz.

—Ella no te ha pedido que lo hagas, estamos hablando de un vínculo entre alfa y omega, no hay nada que puedas hacer —determinó Yoongi mirando a otro lado, pero el chillido de Jimin hizo que rápidamente volviera su atención al rubio frente a él.

—¡Joder! Se supone que debemos cuidar de nuestra madre aunque no nos lo pidan, pero claro como no tienes...

Jimin se detuvo a media frase al darse cuenta de lo que estuvo a punto de decir, había llegado muy lejos. Yoongi lo miró sorprendido y hasta un poco decepcionado de que entre todas las personas haya sido Jimin quien usara esa carta contra él. Estaba en un punto de su vida en el que ya estaba acostumbrado a escuchar gente diciéndole que no entendería cualquier cosa de la que estuviesen hablando porque él no tenía padres, estaba en ese punto en el que realmente ya no le importaba tanto, pero en ese preciso momento se sintió terriblemente afectado, como si Jimin solo quisiera darle una cucharada de su propia medicina.

Una por haberle ocultado el hecho de que sabía de la llegada de su padre; dos, por mencionar la marca de su muñeca en un momento de debilidad y sobre todo cuando él no le gustaba tocar ese tema.

—Adelante, dilo —le pidió Yoongi haciendo ademán con sus manos—. No tengo una madre, así que no podría entenderlo.

Jimin dejó caer sus hombros y suspiró empujando la silla detrás de él hacia atrás y antes de hacer su camino hacia la puerta, susurró un lo siento con la mirada en el piso.

En ese momento Jimin consideró como mala idea quedarse en casa de Yoongi cuando indudablemente las cosas no estaban bien entre ellos. No quería seguir allí sabiendo que habían discutido, si se quedaba solo se dirían más cosas hirientes que no querían decir. Así que se volvió a colocar su abrigo e hizo su camino hacia la salida, pero Yoongi cerró la puerta de golpe cuando éste intentó abrirla.

—¿A dónde crees que vas en medio de la madrugada?

—Quiero irme, no quiero estar aquí cuando estamos así, necesitamos nuestro espacio antes de volver a hablar —masculló casi entre dientes, no tenía el atrevimiento de mirlo a la cara después de haber usado contra el algo que sabía que le dolería y que a pesar de saberlo, lo dijo a medias, pero lo dijo.

—Aun así, no es buena idea que salgas solo en medio la madrugada, ¿no sabes que hay alfas allá afuera esperando encontrarse a una omega para aprovecharse de ellos? —se quejó Yoongi algo desesperado.

—Se cuidarme solo, me voy. —Jimin intentó irse nuevamente al querer abrir la puerta y en ese preciso momento Yoongi perdió la poca paciencia y control de sus emociones que tenía.

—¡Que no vas a salir! —gruñó usando su voz de mando, haciendo que el omega se encogiera en su lugar en cuanto el alfa le habló de esa manera y volvió a cerrar la puerta, esta vez de golpe.

Yoongi cerró sus ojos y apretó el puente de su nariz exasperando. Vio como Jimin se quedó petrificado frente a él, con los ojos muy abiertos, sin poder creer que realmente el alfa utilizó su voz de mando con él.

Jimin no esperaba que su voz de alfa fuera tan fuerte y gruesa, pero sobre todo le sorprendía que él la utilizara con él.

—Mira lo que me hiciste hacer, Jimin —maldijo en voz baja viendo como el omega lo quería cada vez menos cerca—. Quédate, yo me iré.

—No, me quiero ir —demandó en voz baja, en un tono que apenas y fue escuchado. Allí fue cuando el alfa se dio cuenta de que su voz causó un efecto casi inmediato en Jimin. Él fue testigo de cómo una vez el omega se rehusaba a someterse ante la voz de mando de un alfa, así que si, le sorprendió ver que el rubio incluso bajo su cabeza; consideró que el hecho de estar en una relación tenía mucho que ver.

—¿Es enserio?, ¿a dónde piensas ir? —cuestionó Yoongi en un tono de voz más bajo para hacerle saber a su omega de que no volverá a usar su voz y que solo fue para evitar que hiciera algo estúpido.

—A dónde sea, con Jungkook, Hobi o Nam, no me importa —señaló mirando la puerta detrás de él, esta vez lo pensó antes de volver a intentar salir.

—Llamaré a Nam, estás loco si crees que es buena idea quedarte solo en casa de un alfa, por más amigos míos que sean —demandó el alfa.

—Entonces quedarme con dos si es buena idea —contraatacó Jimin. Yoongi dejó caer sus hombros, lo miró a los ojos por varios segundos. En ese momento se dio cuenta de que efectivamente necesitaban tiempo a solas, parecía que cualquier cosa que dijera solo conducía a una discusión.

—Sabes que no es lo mismo. Son pareja —señaló Yoongi dándose la vuelta para poder llamar a Namjoon—. Por la Luna, Jimin, sabes perfectamente cuidar de otros, pero no aprendes a cuidar de ti.

Y en cada disputa se decían cosas ofensivas. Por lo que el alfa concluyó que la mejor opción en ese instante, es mantenerse separados, esperar a tener la mente fría para poder hablar debidamente.

El omega seguía petrificado en el vestíbulo cerca de la puerta, escuchando como el alfa se quejaba; quien se mantuvo de espaldas a él mientras llamaba a Namjoon.

Yoongi se disculpó con el alfa por haberlo llamado a esa hora de la noche, se sorprendió un poco al saber que este siquiera estaba dormido, primero se aseguró de saber que todo estaba bien, pero dejó de insistir cuando Namjoon le aseguró que si lo estaba.

En cuanto le preguntó si Jimin podía quedarse con ellos por esa noche, recibió de su parte una serie de preguntas que no quería contestar por teléfono y mucho menos frente a Jimin. Cuando se dio la vuelta para fijar su mirada en el omega que parecía muy silencioso, solo encontró la puerta abierta de par en par y cero rastros del omega.

—Joder, joder, acaba de irse —dijo alarmado, saliendo al pasillo con la esperanza de verlo—. Mierda, saldré a buscarlo, por favor espéralo y si llega a tu casa me llamas de inmediato.

—¿Qué le hiciste? —pregunto el alfa del otro lado de la llamada.

—Yo no le hice nada, solo tuvimos una discusión —comentó—. Colgaré ahora.

Yoongi salió disparado de su apartamento y recorrió las calles en su auto, esperando encontrarse con Jimin, pero éste no aparecía y tampoco contestaba su teléfono. No podía ser que haya llegado tan lejos en el poco tiempo que él le dio la espalda, era imposible que no haya logrado encontrarlo rápidamente.

Si le pasaba algo al omega no se lo perdonaría nunca. En ese momento de desesperación se sentía culpable de que el haya salido corriendo de esa manera, se supone que debió hacerle sentir mejor, no gritarle y usar su voz de mando.

Al ver que llegó a casa de Namjoon sin encontrar rastros de él, se asustó y tocó el timbre de la casa con desesperación. Si Jimin no se encontraba allí, enloquecería, su corazón latía desbocado en su pecho mientras esperaba impacientemente que alguien abriera la puerta.

—¿Está aquí? Por favor dime que está aquí —le pidió Yoongi tratando de mirar por encima de Namjoon y verificar por su cuenta que su omega estaba allí.

—Sí y llorando sin parar —le hizo saber Namjoon con seriedad. Yoongi asintió aliviado y dejó de intentar buscar con la mirada a Jimin, evidentemente el alfa no se lo permitiría.

—¿Está bien? —preguntó Yoongi con preocupación.

—No le pasó nada de camino, pero claramente no está bien. No sé lo que hiciste para que saliera corriendo de tu casa, pero éste no es el momento para hablarlo.

Yoongi solo asintió sin decir más nada, Namjoon también parecía estar molesto con él y con razón, creía que todo el llanto de Jimin era por su culpa; puede que en parte sí, pero todo empezó por su padre. El alfa notó la sojeras en el rostro del castaño, pero no quiso preguntar más nada, solo volvió a asentir y se dio la vuelta cuando éste cerró la puerta.

Volvió al interior de su auto y no se movió de allí, prefirió quedarse a dormir en el coche, dudaba que pudiera dormir cuando la intención era vigilar que Jimin no pretendiera volver a irse en medio de la noche. Intentó mantenerse despierto, pero estaba tan cansado que terminó reclinando el asiento y durmiendo allí.

Jimin llegó a casa de Namjoon hecho un completo desastre de lágrimas que empañaban su visión, no podía dejar de llorar, quiso detenerse cuando fue recibido por un Namjoon notablemente cansado, un semblante que cambió a preocupación en el momento que lo vio. Con los ojos rojos empapados en lágrima, su nariz roja de tanto llorar y quizás también por el frío de la madrugada.

No pasaron ni dos minutos cuando el alfa tuvo que volver a abrir la puerta, Jimin sabía que era Yoongi es por ello que le pidió a su amigo con la mirada que no le dijera nada. Namjoon no entendía nada de lo que pasaba, mucho menos cuando Yoongi aceptó no verlo y solo retrocedió.

—¿Qué pasó? —cuestionó el castaño, tendiéndole un vaso de agua a Jimin para que se tranquilizara y dejara de llorar.

—Discutimos y nos dijimos cosas hirientes que no debimos decir —susurró Jimin dejando el vaso sobre la mesita de muebles frente a él—. No quiero que te preocupes, solo... déjame dormir aquí esta noche.

—Jimin, siquiera deberías pedírmelo, te prepararé el cuarto de invitados.

Namjoon lo dejó en la sala de estar mientras se dirigía a la puerta blanca detrás de las escaleras. El omega llevó su atención al sillón reclinable y el libro sobre éste que seguía abierto, con una taza en la mesita auxiliar junto al sillón donde también reposaban un par de lentes negros; se limpió con el dorso de sus mangas el resto de las lágrimas en sus mejillas. Por la poca luz que había en la sala de estar, siendo la lámpara en la mesita auxiliar la única que brindaba claridad, supo que Namjoon pasaba la noche allí, leyendo y tomando té.

Quizás él y Seokjin tampoco estaban pasando por un buen momento y el solo estaba estorbando. En cuanto se puso de pie sorbiendo su nariz, Namjoon llegó a su lado.

Para Jimin, parecía que a cualquier sitio al que iba aquella noche solo encontraba más problemas. Es como si la desgracia estuviera detrás de él, pisándole los talones.

El solo era un fugitivo en busca de la felicidad siendo perseguido por la desdicha.

—Puedo irme a otro lado, no quiero molestar, puedo ir...

—Puedes ir a la cama a descansar, lo necesitas —le interrumpió el alfa.

—¿Jin te echó del cuarto? —cuestionó Jimin con curiosidad mientras era guiado hacia la recámara en la que se quedaría por esa noche.

—No, es algo más, pero de eso hablaremos mañana, tienes que descansar —señaló Namjoon en cuanto llegaron a su destino—. ¿Puedo saber por qué discutieron? Quiero tener una razón para no golpear a tu novio.

—Salí corriendo de casa porque mi padre se apareció y resulta que quiere que quedarse. Yoongi sabía que él estaba en la ciudad y me lo ocultó. Discutimos por ello y nos dijimos cosas ofensivas —explicó Jimin dejando el abrigo sobre la silla en la esquina de la cálida habitación de paredes blancas.

—Demonios —masculló Namjoon—. Por favor, duerme un poco, mañana será otro día, todo mejorará.

—Espero que te digas eso a ti mismo —señaló Jimin viendo que el alfa también necesitaba descansar, pero allí estaba dándole los consejos que él mismo debería seguir.

—Lo hago a diario —masculló el alfa, cerrando la puerta para darle privacidad a su amigo.

Namjoon utilizó la excusa de no querer golpear a Yoongi, cuando en realidad no podía dejar de pensar en aquella noche en la que salieron juntos, y el alfa le confesó que había posibilidades de que pudiera encontrar a su destinado por los dolores que estaba experimentando.

También sabía de sus dudas respecto a lo que sentía por Jimin y lo que sentiría por su "destinado", tuvo miedo de que se tratara sobre ello porque sabía lo mucho que aquello afectaría a Jimin, con lo mucho que él cree en el destino y todo lo tradicional en el libro de lobos, sabía que sería devastador para el omega sí algo como eso pasara.

Al siguiente día, despertó a la misma hora de cada mañana después de lo sucedido con su alfa. Caminó medio adormilado hasta la cocina, preparó el café mientras se dirigía a su recámara. Tomó uno de los tantos medicamentos que reposaban en la mesita de noche y con cuidado despertó a su pareja.

—Las vitaminas, amor —susurró el alfa.

Joon, volviste a dormir fuera de la habitación. Por favor no lo hagas más —pidió Jin con voz rasposa, mientras se sentaba en la cama y se tomaba las vitaminas que su pareja le extendía.

—No quiero lastimarte, ni incomodarte mientras te recuperas —consideró Namjoon peinando el largo cabello negro de Seokjin con suma delicadeza, como si se tratara de un cristal a punto de romperse.

—Me recuperaría más rápido si te tengo cerca —aseguró el alfa.

—Sabes que no, no funciona de esa manera entre nosotros —afirmó Namjoon.

—Hemos hecho que funcione, ¿por qué sería diferente ahora?

—Porque nunca ha funcionado realmente —masculló Namjoon. Aunque le dolía, era la verdad y Seokjin lo sabía mejor que nadie—. Jimin está aquí, tenemos que contarle en cuanto despierte, pasó algo con él, sus padres y Yoongi.

—¿Su padre?, ¿está aquí?, ¿Jimin está bien?

—Lo estará, por lo poco que me dijo, creo que deberíamos contarle, no quiero que también se moleste con nosotros como con Yoongi por no contarle la verdad —comentó Namjoon desde el cuarto de baño, mientras se daba una ducha rápida y cepillaba sus dientes.

—No le ocultamos nada, solo no hemos podido decirle debidamente —dijo Seokjin en el momento que su pareja lo llevaba al baño para ayudarlo a lavarse y volver a dejarlo en la cama una vez estuvo limpio y con cambiado.

—Joder, el café. Lo olvidé por completo —maldijo Namjoon bajando rápidamente las escaleras, sin poder responderle a Seokjin.

El café ya estaba listo, así que sirvió un poco en tres tazas, bebió un poco del suyo antes de tomar las bolsas de basura y llevarlas al contenedor, aún era muy temprano, apenas eran las cinco de la mañana.

Al salir no pudo evitar sonreír al ver el auto de Yoongi estacionado en el mismo lugar en el que estaba la noche anterior. Tras dejar la basura, se acercó al coche del alfa y vio como este dormía notablemente bastante incómodo, con el asiento reclinado. Namjoon tocó la ventanilla con sus nudillos haciendo que el alfa se sobresaltara.

—Entra ya, hasta pena me da verte aquí —le dijo el alfa señalando su casa detrás de él.

Yoongi abrió la puerta con torpeza aun algo adormilado y siguió los pasados del alfa hasta el interior de su casa, quien le aseguró que podía usar el baño de invitados, pero lo que le pareció raro es que éste lo guiara hasta su recámara después, donde esperaba encontrar a su omega, pero en cambio vio a Seokjin y no hizo falta que preguntara, era más que evidente la situación en la que estaba.

Jimin despertó por la alarma de su móvil, al salir del cuarto de baño no esperaba encontrarse con Namjoon despierto, incluso tenía vergüenza de tener que despertarlo. Pero en cambio éste parecía estar despierto mucho antes que él e incluso lo esperaba con una taza de café en la cocina, lugar donde también esperaba encontrar a Seokjin.

—¿Cómo te sientes? —preguntó el castaño mientras esperaba a que el omega terminara su café.

—Mejor que ayer, pero sigo cansado. Se puede notar en mis ojos hinchados —señaló el omega, dejando la taza sobre la encimera—. ¿Dónde está Jin? —preguntó.

—Arriba, quiero que hablemos algo lo antes posible, si tienes tiempo antes de irte.

Jimin lo miró algo confundido, pero de todos modos asintió y lo siguió por las escaleras. A medida que más se acercaban a la habitación en la que se supone estaba Seokjin, un aroma conocido para él llegó a sus fosas nasales, el conocía ese aroma a canela basta de bien.

En el momento que se detuvieron frente a aquella puerta, Jimin levantó la mirada para ver a Namjoon confundido, pero éste le hizo ademán con las manos para que terminara de entrar.

El omega sabía que se encontraría con Yoongi allí, podía percibir su aroma desde allí y estaba seguro que el alfa también podía sentirlo cerca. Puede que no se hayan enlazado todavía, pero el haber tenido la marca de sus feromonas en más de una ocasión era suficiente como para distinguirlo incluso en una casa de alfas.

No fue la presencia de Yoongi lo que le sorprendió un poco, sino ver a Seokjin reposando en su cama, luciendo tan desnutrido y débil que le asustó; tenía una intravenosa en su brazo y la cantidad de pastillas y otros medicamentos en la mesita de noche junto a él le asustaron aún más. Solo se fue prácticamente tres días a Busan y encontraba a Seokjin en una situación bastante deprimente.

—¿Qué pasó?, ¿qué tienes? —preguntó Jimin con preocupación, caminando hasta la cama. Quiso tomar la mano del alfa, pero se detuvo al ver lo frágil que se veía. Tuvo miedo de tocarlo y lastimarlo.

—Buenos días para ti también, baby, es bueno verte de nuevo. Por cierto, vi los videos de tu presentación, ya eres una estrella —comentó Seokjin mostrándole una sonrisa a medias.

—Sí, sí, lo que sea. ¿Qué te pasó?, ¿es esto lo que querías hablar, Nam? —interrogó el omega tratado de conseguir una repuesta de quien sea.

—Una parte, hagamos esto rápido —pidió Namjoon al ver como Yoongi miraba a Jimin con ilusión, a la espera de que éste le dedicara aunque sea una mirada—. Jin, eres el más indicado para decirle.

—¿Recuerdas lo que hablamos la última que viniste? —Jimin asintió recordando perfectamente su conversación sobre lo vital que es el lobo interior para ellos y como su lobo estaba muriendo lentamente—. Pues acaba de suceder, mi lobo murió hace una semana, no quería que me vieras en ese entonces, créanme que ahora luzco mucho mejor que antes.

—Pero, ¿estarás bien? —cuestionó Yoongi pasando su mirada de Seokjin a Namjoon, este último se veía triste desde el umbral de la puerta.

—Sí, mis defensas bajaron mucho, mi fuerza no es la misma, por el momento soy muy sensible a los olores y a todo en general —señaló el alfa.

—Tu no vas a morir, ¿cierto? —preguntó Jimin y sólo obtuvo silencio como respuesta. Un silencio que le aterrorizó, abrió los ojos sorprendido al ver que Jin no negaba su pregunta.

Sintió su corazón latir muy fuerte contra su pecho y sus manos temblar un poco de solo pensar en la idea de que Seokjin muriera por perder a su lobo.

—No —dijo Namjoon en un hilo de voz, pero aquella respuesta solo le dejó un mal sabor en boca. Se tardó un largo minuto en decir un dudoso "no" que solo preocupó aún más al omega, quien sintió sus piernas flaquear pero fue sujetado por los brazos del alfa que se encontraba detrás de él.

—Sin mentiras, prefiero la verdad, aunque sea doloroso —declaró Jimin, apartándose discretamente del toque de Yoongi, pero no lo suficiente como para que la pareja no se diera cuenta de ello—. No soportaría una mentira más.

Las palabras de Jimin fueron como una estaca en el corazón para Yoongi, quien lo miró desde su lugar sintiendo como las palabras del omega eran como dagas que ardían en su piel y perforaban su corazón hasta hacerlo sangrar.

—No va a morir —susurró Namjoon aún desde la puerta, cortando el silencio incómodo que se formó en ese momento.

Nam —se quejó Seokjin en voz baja, el alfa solo resopló y se dio la vuelta para irse—. Hay posibilidad de que pase, pero son bajas, así que no hay de qué preocuparse.

—¿De verdad alguien se puede morir por perder a su lobo? —cuestionó Yoongi con curiosidad.

—Por supuesto que sí. Cuando un alfa tiene un lazo roto, no muere solo por depresión, sino también porque su lobo muere. Se puede vivir con un lobo debilitado, pero con un lobo muerto, no tanto —explicó Seokjin—. Nuestro lobo es como nuestra mitad, y sin esa mitad, pues es difícil acostumbrarse a no tenerla y por eso morimos.

—Entonces los dolores que tenías, ¿era porque tu lobo estaba muriendo? —preguntó Yoongi dando un paso atrás al notar que obviamente Jimin no quería tenerlo cerca, aunque le dolió, lo entendió, por lo que ahora estaba a cinco grandes pasos de él.

—Si —respondió Seokjin presenciando como la pareja frente a él se distanciaba poco a poco.

Yoongi no pudo evitar pensar en los dolores que ha experimentado, especialmente esos que empeoran durante la luna llena. Aunque sabía que sus dolores no se debían a la pérdida de su lobo, tuvo miedo, porque sabía que de rechazar a su destinado, si es que de verdad estaba allí afuera buscándolo, podría perder a su lobo y eso implicaba arriesgar su propia vida.

No iba a dejar a Jimin y tampoco se enlazaría con su destinado solo porque era eso y nada más. Lo malo de esas dos opciones, es que perdía algo, una era dolorosa y la otra probablemente mortal.

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