Capitulo 36

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Amar es como ir a la guerra, jamás se regresa siendo la misma persona —Ron Israel.

Intentó dejar atrás aquellos pensamientos que han estado rondando por su cabeza desde hace meses, logró silenciarlos cuando toda su atención y la de su lobo estaban concentrados en Jimin y únicamente en él. Pero ahora, no pudo ocultar su temor y Namjoon se dio cuenta en cuanto volvió a la habitación en la que reinaba un silencio incómodo.

Seokjin presenció como Yoongi y Jimin se alejaron uno del otro, quiso preguntar qué sucedía entre ellos, pero entendió que aquello sería inapropiado considerando que sería aún más incómodo para ellos responder.

—¿Tenían algo más que querían decirme? —preguntó Jimin viendo como el alfa buscaba entre los cajones de su armario.

—Si, estoy buscándolo —susurró Namjoon hasta encontrar ese papel que tan bien había guardado para Jimin—. Hace una semana nos encontramos con Taehyung y el me pidió que te entregara esto.

Jimin tomó rápidamente la nota que el alfa le extendía, sorprendido de haber escuchado el nombre de su mejor amigo, definitivamente no esperaba saber algo de Taehyung por parte de Namjoon, pero allí estaba, leyendo su nota con desesperación.

«Jiminie, perdona mi horrible letra, estoy escribiendo esto tan rápido como puedo mientras me aseguro de que nadie vea esto. Veámonos en la hora almuerzo en el café Passru de la 5 Gwangpyeong-ro 46-gil, Suseo-dong, Gangnam-gu.

P.D: No le digas a nadie más. Te extraño»

—Ah, Nam, gracias, gracias —dijo alegre al terminar de leer la nota.

—No te había contado antes porque estabas muy ocupado y luego llegaste muy mal anoche —se excusó el alfa, pero el omega solo hizo ademán con la manos para que no siguiera disculpándose cuando ha sido la única persona en darle una buena noticia, finalmente.

—¿Dónde lo viste?, ¿él está bien? —preguntó Jimin guardando la nota en el bolsillo de sus pantalones.

—En una fiesta de socios, él está bien.

—Espera, espera —le interrumpió Yoongi al escuchar el lugar en el que encontraron a Taehyung—. ¿En esa reunión de socios y accionistas en Gangnam?

Solo recibió un asentimiento por parte de Namjoon.

—Jungkook estuvo allí, lo sé porque también fui invitado, pero por razones obvias no pude asistir. —Jimin bajó la cabeza sabiendo que las "razones obvias" del alfa era él y su viaje a Busan.

—No, él no estaba allí. Quizás se fue antes y aparentemente no lo vio —informó el castaño.

—¿De qué me estoy perdiendo? Por favor pónganme al día, ¿tú eres amigo del esposo de Bogum?, ¿todos ustedes lo conocen?

La pregunta de Seokjin tomó a todos por sorpresa, causando que todos en aquella habitación llevara su mirada al delta en la cama. Yoongi ni ninguno de ellos estaban acostumbrado a que Taehyung fuera nombrado como el esposo de alguien más que no estaba relacionado con su verdadera pareja, si es que todavía lo eran. Con el poco tiempo que el alfa compartió con Taehyung, estaba acostumbrado que se dirigieran a él como el omega o el destinado de Jungkook, no el esposo de Bogum.

—¿Esposo? Ellos no son... bueno, técnicamente lo son, pero a la vez no —susurró Jimin en repuesta, atónito de haber escuchado que Taehyung estaba casado con alguien más que no era Jungkook, el único alfa       que él ha permitido estar en su vida.

—Los vimos hace una semana, él está trabajando conmigo y tiene un anillo, es su esposo —confirmó Seokjin.

El delta había continuado con su propia empresa con los únicos socios que seguían de su lado y entre ellos estaba Bogum, ellos habían hablado de su esposo Taehyung, también de que aquello no era más que un matrimonio arreglado por sus padres, algo que parecía muy ortodoxo, pero que respetaba. Puede que no fuera un matrimonio por amor, pero al final seguía siendo su esposo.

Ahora resulta que su nuevo ilustrador no solo era esposo de Bogum y amigo de Namjoon, sino también de Jimin y Yoongi.

—¿Está marcado? —preguntó Yoongi preocupado por la estabilidad de Jungkook que ya de por si pendía de un hilo.

Si resultaba que Taehyung estaba marcado por otro alfa, entonces correría hacía Jungkook por qué sabía que su lobo no resistiría algo como eso, siempre dudó de que el omega volviera después del año que le prometió a su alfa, así que estaba listo para ayudar a Jungkook a sobrevivir en caso de que nunca volviera realmente.

Puede que fuera el mejor amigo de su novio, pero no tenía fe en Taehyung, esperaba que él le demostrara lo contrario. Pero mientras tanto, mantendría su posición respecto a lo que está haciendo el destinado de su amigo.

—No, solo lleva un anillo. Ni siquiera su aroma, solo un anillo —contestó Seokjin encogiéndose de hombros.

—Es un matrimonio arreglado, su alfa es alguien más, y lo está buscando como loco. Deberías decirle a Jungkook —comentó Yoongi dirigiéndose a Namjoon.

Seokjin se sorprendió al escuchar quien era realmente su pareja, recordaba a Jungkook de la graduación de Yoongi, y en cierta forma le recordó a si mismo mientras estuvo pasando por la lenta muerte de su lobo interior, fue entonces cuando entendió porque el pelinegro se veía de esa manera y apenas hablaba.

—No —dijo el castaño rápidamente—. Fue lo primero que me pidió Taehyung, no quiere meter en problemas a Jungkook. El sabrá cuando será el mejor momento para buscarlo.

—Sí, cuando uno de los dos esté al borde de la muerte —determinó el alfa.

Jimin no dijo nada al respecto, esta vez decidió callar porque no quería tener otra cosa por la que pelear con Yoongi. Se despidió de Seokjin, le agradeció a Namjoon por dejarlo quedarse y por entregarle la nota de su mejor amigo. Salió de la casa cabizbajo y en silencio.

Yoongi alcanzó la muñeca de Jimin cuando este siguió su camino hacia la calle. Siquiera lo había visto a la cara, pero no iba a dejarlo ir así de fácil. El omega se detuvo, pero no tuvo el atrevimiento de darse la vuelta y encarar al alfa, solo necesitaba llegar a casa antes de que su madre se fuera al trabajo y se diera cuenta de que él no estaba en casa.

Ambos se sentían tan agotados, pero a pesar de todo el cansancio, Yoongi se quedó porque estaba desesperado por arreglar las cosas con el rubio que seguía de espaldas a él; nunca estuvo en una relación como la que tenía con el omega, pero era consciente de que no debería dejar las cosas como estaban.

—Jimin —susurró con delicadeza. El omega escuchó su nombre salir de los labios del alfa que aún sujetaba su muñeca, en un tono tan dulce y delicado.

La manera en la que pronunció su nombre, se escuchó tan hermoso como la melodía de una canción de amor en el piano.

—Al menos mírame, me duele saber que ni siquiera quieras verme a la cara —masculló Yoongi aferrándose a la muñeca del omega, que no pretendía soltar hasta que este se diera la vuelta—. Perdóname por gritarte, no quería hacerlo, por favor...

—No —susurró Jimin dándose la vuelta—. No lo hagas o me sentiré peor, yo también te grité y dije cosas peores, así que no... —Jimin se detuvo a media frase cuando el alfa dio dos pasos al frente quedando bastante cerca de él.

Yoongi vio los ojos hinchados del omega y como estos estaban algo llorosos, no quería seguir viéndolo llorar y mucho menos ser la causa de sus lágrimas, solo deseaba borrar aquella expresión afligida de su rostro y volver a ver esa sonrisa que le derretía el corazón siempre que la veía.

—Hablemos, no aguanto un segundo más que me mires así y te alejes de mí, no lo soporto —masculló el alfa acariciando la mejilla del rubio.

—No tengo energías para hablar ahora, ¿podemos hacerlo más tarde? —cuestionó mirando al suelo a pesar de que el alfa sostenía su rostro con ambas manos.

De solo hacer contacto con su mirada le daba vergüenza, el también necesitaba arreglar lo que sea que se haya roto en su relación, pero estaba tan cansando física y mentalmente que solo deseaba llegar a casa, ducharse e iniciar la rutina del día.

Yoongi bajó sus manos lentamente y volvió a retroceder los dos pasos que avanzó. Entendió la posición de Jimin, así que decidió alejarse.

—Por favor, almorcemos juntos —le pidió Yoongi.

—Veré a Tae en la hora de almuerzo.

—Entonces paso por ti al trabajo y cenamos juntos —propuso Yoongi, no podría irse a dormir sabiendo que las cosas entre ellos no estaban aclaradas, que solo estaban aquellos comentarios impulsivos y llenos de enojos. Aquellas palabras hirientes que se dijeron uno al otro.

Jimin solo asintió ante la propuesta del alfa, e intentó mostrarle una sonrisa, pero no pudo.

—Sube al auto, te llevaré a casa —ordenó antes de subirse al coche y esperar a que Jimin también lo hiciera.

Aunque el viaje a la casa del omega fue silencioso, no fue incómodo, cada uno estaba en su propia burbuja de pensamientos. Jimin intentó no quedarse dormido, pero fue inevitable para el no descansar los ojos y la mente antes de llegar a casa, lugar donde esperaba no encontrarse con su padre.

Jimshi —susurró Yoongi antes de que el omega pudiera bajarse el auto—. Quiero que sepas que te quiero, más que ayer y menos que mañana.

—Y yo a ti, alfa —masculló dejando un rápido y casto beso en los labios de Yoongi.

Cuando llegó a la puerta de entrada de su casa, tomó una bocanada de aire y no se dio la vuelta para ver por última vez al alfa que sabía seguía detrás de él.

El interior de su casa estaba todo como lo había dejado, dejó salir el aire que sostenía en sus pulmones al ver que no había señales de ese hombre alto en su casa. Hizo su camino hasta su recámara, por la hora sabía que su madre estaba casi en la cocina preparando el desayuno antes irse al hospital.

Se dio una larga ducha, estuvo varios minutos bajo el agua, dejando que las gotas de agua recorrieran todo su cuerpo, relajando cada músculo tenso. Mantuvo su mente en blanco, no pensó en nada, solo vio como el agua caía frente a él y así se quedó por largos minutos.

No sabía cuánto tiempo llevaba dentro de la ducha, siquiera se dio cuenta cuando su cuerpo empezó a deslizarse por la pared hasta quedar hincado en el suelo, con la lluvia artificial cayendo sobre su cuerpo. Cerró sus ojos y solo pudo escuchar el agua picotear en el suelo.

Necesitaba tanto aquel momento, después de una noche tan caótica y llena de un sin fin de emociones. Se permitió tener ese momento y al menos relajarse antes de ir a la universidad.

Jiminie, ven a desayunar —la voz de su madre llamó su atención, lo que hizo que saliera de la ducha listo para irse a la facultad.

—Me tengo que ir, por favor come —le pidió su madre besando su frente al mismo tiempo que tomaba el bolso en la encimera—. Haejin vendrá a cenar... ¿está bien? —Eun-ji se detuvo a media frase al ver el semblante de su hijo.

—¿Sabes qué? Le pediré que venga otro día, tienes que descansar, hijo —sugirió su madre pasando una mano por el cabello del omega.

—Iba a cenar con Yoongi de todos modos, no te preocupes, puedes decirle a tu alfa que venga, supongo que ya no me necesitas para eso —susurró Jimin antes de darle un mordisco al pan que acababa de preparar.

—No digas eso, eres mi hijo, siempre te necesitaré. Nadie está primero que tú, Jimin —le aseguró besando su cabeza por última vez.

Jimin la vio salir con rapidez de la casa y esta vez fue inevitable no pensar en lo que pasaba con su madre y ese hombre que se hacía llamar su padre. La apalabras de Yoongi llegaron a su mente y por más que quiso buscar una excusa, entendió que en parte tenía razón respecto a la decisión que tomó su madre al dejar a Haejin quedarse.

Eunji era una persona adulta capaz de decidir con quién quiere o no estar, pero también sabía que ella es una persona que toma decisiones con el corazón bondadoso en la mano, era frágil e inestable emocionalmente, era obvio que tomaría cualquier cosa que su alfa le diera, porque en el fondo es lo que esperaba obtener de él, por muy mínimo que fuera.

La diferencia entre su madre y el, es que ella estaba marcada por ese alfa y él podría convencerla de muchas cosas, en cambio con el no compartían nada más que el apellido.

Una vez más, Yoongi tuvo razón. No hay nada que el pudiera hacer, no se podía entrometer con la conexión entre alfa y omega. No hay que nada que pudiera hacer, empezaba a darse por vencido y dejar que las cosas simplemente sucedieran.

El día avanzó tan rápido que siquiera se dio cuenta cuando llegó la hora de almuerzo, sus clases fueron rápidas y por suerte no tuvo que utilizar mucho su creatividad artística, parecía que todos estaban pendientes a algo más importante; la graduación que se llevaría a cabo dentro de pocos días.

Se dirigía a la salida de universidad, caminando por el largo pasillo de su facultad donde encontró a Hoseok y Kyung ir en dirección contraria, no quiso detenerse más del tiempo necesario porque tenía que llegar a su punto de encuentro con Taehyung y estaba un poco retirado del centro de la ciudad, así que solo los saludó y siguió su camino.

Jimin miró la hora en su móvil mientras caminaban apresurado hasta la salida, pero se detuvo en seco al ver el mensaje que recibió de Yoongi diciéndole que lo esperaba en la entrada de la universidad, miró a su alrededor buscando el auto negro en el estacionamiento de su facultad, pero no había rastros del alfa, supuso que se había arrepentido así que siguió su camino hacia el exterior.

Eventualmente, entendía si el alfa quería mantener la distancia al menos durante el día, hasta que volvieran a verse en la noche. Yoongi tenía todo el derecho en molestarse con él por haberse expresado de la peor forma al mencionar a los padres que él no tenía, sabiendo que eso le afectaría, aún se sentía decepcionado y avergonzado de sí mismo.

Es cierto que se molestó con el alfa por haberle ocultado lo de Haejin y todo lo que decía parecía que defendía a todos menos a él, eso solo hizo que su enojo aumentara en conjunto con su tristeza. Solo necesitaba que el alfa le dijera que sí, que su madre estaba haciendo algo incorrecto, pero en el fondo sabía que Yoongi tenía razón en muchas cosas y el solo no quería escuchar la verdad que este le decía.

A veces deseaba poder ser tan racional como el en circunstancias como esas, envidiaba a las personas que eran capaces de pensar de esa manera aún en medio de una discusión. Ambos podían atribuirse la culpa de decirse aquellas palabras hirientes, no podía solo señalar a Yoongi por no haberle contado lo de su padre, él también le dijo cosas ofensivas hasta el punto de que tuvo que utilizar su voz de mando.

Según la dirección que le envió su amigo, debía tomar el metro para poder llegar más rápido de lo que se tomaría un bus o en un vehículo privado.

Al salir del campus de la universidad, caminó rápidamente hasta la parada de bus, mismo que encontró a punto de partir, corrió hasta las puertas que seguían abiertas, en el momento que puso un pie dentro, sintió unos brazos a rodear su cintura y alzarlo en el aire haciendo que bajara del bus. Sin pensarlo, pataleó para que lo soltaran, pero luego de percibir el aroma a canela y limón dejó de hacerlo.

—¿A dónde crees que vas? —la voz gruesa del alfa le confirmó que se trataba de quien tenía en mente.

—Dijiste que venías, pero no te vi, así que me fui —comentó Jimin en cuanto tuvo los pies en el suelo.

Ahora tenía la alfa frente a él, con un traje azul oscuro y camisa blanca. Ya estaba acostumbrado a verlo vestido así de formal, pero nunca se cansaría de hacerlo, es como si cada día se viera más atractivo.

—¿Por qué no llamaste? —cuestionó Yoongi acomodando la ropa del omega al ver que su camiseta blanca estaba un poco levantada mostrando algo de piel.

—No quería molestar.

—Jimin, tu nunca eres una molestia para mí —masculló el alfa tomándolo de la mano y seguido de ello miró a ambos lados de la calle mientras cruzaba—. Estaba en una reunión importante, por eso no llegué a tiempo, sube, te llevaré —señaló el auto estacionado en la calle.

—Puedes dejarme en la parada del metro más cercana, Taehyung no quiere que nadie más sepa dónde está, podría ser peligroso —comentó Jimin mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

—Está bien. No podré recogerte, ten cuidado al volver —le pidió Yoongi tomando el volante con una mano mientras, Jimin solo asintió a pesar de que el alfa no lo observaba en ese momento.

Sintió la brisa mover su cabello, podía escuchar la música lo suficientemente alta como para que ambos escucharan. El día estaba soleado y hacia algo de calor, agradecía que llevaba mangas cortas para un día caluroso como aquel.

—Recuerda que cenaremos juntos hoy —comentó Yoongi mientras se estacionaba frente a la estación del metro que llevaría a Jimin a su destino.

—Lo tengo en mente —replico el omega desabrochando el cinturón de seguridad—. Márcame.

Yoongi lo miró con confusión al escuchar la repentina petición de su pareja.

—Con tus feromonas, márcame. Quiero evitar todo lo que pueda las miradas curiosas —le pidió él omega y Yoongi no tardó en inclinarse hacia él, llevó su mano hasta la cintura del omega, lugar que apretó, mientras que con su otra mano levantó el mentón de Jimin y atrapó sus labios en un beso lento, un beso que ambos necesitaban desde la noche anterior luego de haber discutido.

El fuerte aroma a canela y limón se hizo presente en el interior del auto mientras la pareja se besaba con pasión. Yoongi tomó el rostro del omega entre ambas manos, saboreando los carnosos labios del omega.

Jimin estaba tan sumergido en la fragancia que desprendía de su alfa, en la manera que acariciaba sus mejillas, como besaba sus labios con suma delicadeza, que por un segundo olvidó lo apresurado que estaba, solo podía pensar en la suavidad de los finos labios del alfa y su aroma.

—¿Así está bien? —cuestionó Yoongi sobre los labios del omega, sintiendo sus respiraciones irregulares y sus labios aun rozándose.

—Gracias —susurró Jimin sintiendo como ahora estaba impregnado con el aroma de su alfa, sabía que llevar su olor evitaría que cualquier alfa siquiera lo mirara.

—Te veo en la noche, por favor, escríbeme al llegar y volver —le pidió el alfa antes de que el omega pudiera salir del auto. Jimin solo susurró un "si" y terminó colándose entre el cúmulo de personas que caminaban hacia la estación del metro.

Como tenía pronosticado su llegada a Suseo-dong fue exactamente en 47 minutos, estaba en una zona desconocida para él, rodeado de altos y lujosos edificios, tuvo que caminar algunas dos cuadras, doblar a su izquierda y luego a su derecha por las calles de un vecindario tranquilo, dejando la calle principal detrás, ahora se encontraba rodeado de pequeños, pero algo elegantes puestos de comida y cafés.

Volvió al mirar el nombre de la calle y el lugar en el que se vería con su mejor amigo, busco con la mirada el nombre del café hasta que vio el letrero de Cafe Passru con una gran taza junto a su letrero.

¡Jiminie! —escuchó la voz de alguien llamarlo, al levantar su mirada vio a Taehyung aletear su mano desde la terraza de la cafetería, el omega le sonrió y se apresuró en llegar a su lugar.

Al entrar al café sintió la calidez y tranquilidad del lugar, subió las escaleras y caminó hasta donde se encontraba su amigo, de pie junto a la mesa cerca del balcón, era el único allí a afuera.

Taehyung se veía tan diferente a la última vez que se vieron, su cabello ahora castaño claro casi rubio estaba recortado de forma ovalada, con un flequillo que llegaba hasta sus párpados. Usaba un pendiente largo que rozaban en el cuello de su camisa roja de rayas blancas. Se veía tan sutil y delicado como siempre.

En cuanto llegó a su lado lo abrazó con fuerza, recibiendo la misma reacción por parte de su amigo. Taehyung inmediatamente percibió las feromonas de un alfa en el cuerpo de Jimin, seguía luciendo como el omega seductor que era siempre, solo que ahora estaba marcado por las feromonas de un alfa. El rubio vestía una camiseta blanca de mangas cortas, en conjunto con un par de pantalones de mezclilla, llevaba su cabello dividido a la mitad con su flequillo que caía en las esquinas de sus cejas.

Jimin no pudo evitar hacer un comentario respecto a lo refinado que se veía el omega, a pesar de su expresión triste, misma que desapareció en cuento le sonrió.

—Pensé que no llegarías, estuve mucho tiempo esperándote —dijo Taehyung al sentarse nuevamente.

—No te dejaría plantado y lo sabes, Tete —señaló Jimin—. Muero de hambre, comamos algo —sugirió tomando el menú frente a él.

Durante su almuerzo, hablaron de las cosas que estaban haciendo en el momento, del nuevo trabajo de Taehyung, el solo de Jimin en Busan. El rubio aprovechó la ocasión para contarle lo cercano que era a Seokjin y Namjoon ya que ahora su amigo conocía más de cerca al delta, le gustaba ver a Taehyung bien a pesar de las circunstancias en la que se encontraba.

Intentó evitar hablar de cualquier cosa que los pusiera triste o pensativos, pero eso era algo inevitable para ellos, hace cuatro meses que no se veían, así que claramente tocarían esos temas, especialmente el de Jungkook.

—He buscado la manera de poder hablar con él, pero tienen todas mis redes vigiladas, si consigo otro teléfono también se darán cuenta —susurró Taehyung limpiándose la comisura de los labios.

—Si esto de encontrarnos sin que te metas en problemas funciona, puedes usarme de intermediario. Así podrán hablar al menos cada cierto tiempo cuando volvamos a vernos, puedes enviarle algo escrito o llamarlo desde mi móvil —sugirió Jimin tratando de alentarlo—. Y creo que le haría bien a Jungkook saber de ti, se dio por vencido y ahora solo quiere deshacerse de tu padre — explicó tomando un sorbo de su bebida.

—Necesito verlo y pedirle perdón, sé que no arreglará nada, mucho menos lo que hice al irme sin despedirme, pero lo necesito tanto que duele —susurró cabizbajo.

Jimin dejó salir un suspiro e inmediatamente cambió de tema, entendía los sentimientos del omega frente a él, hablar de Jungkook no le haría bien y se supone que estaba allí para hacerle sentir mejor, sacarle una sonrisa, hablar de cualquier cosa no tuviera que ver con sus sufrimientos.

—¿Todo bien? Pareces que tiene días sin dormir —cuestionó el omega.

El rubio se detuvo a pensar en que decir, no quería preocupar a Taehyung, pero necesitaba tanto hablar con él, contarle lo que pasaba en su vida, que terminó haciéndolo. Le relató todo lo qué pasó la noche anterior con la llegada de su padre, la decisión de su madre y la pelea con su alfa.

—Es tu madre y la amas, no permitas que tu padre interfiera en tu relación con ella, si Eun-ji quiere darle una oportunidad, entonces déjala, pero no te alejes de ella por eso, no estás obligado a hacer lo mismo con tu progenitor —explicó Taehyung moviendo el flequillo de su frente—. Y escucha a tu alfa, no cometas mí mismo error, háblale y dile cómo te sientes.

—Te extrañé tanto, Tae —masculló tomando la mando del omega y dedicándole una sonrisa sin mostrar sus dientes—. Debo volver, tengo trabajo en unos minutos —dijo el omega luego de haber pagado la cuenta.

—Quirino enseñarte donde vivo para que nos veamos allí cuando puedas volver. —Taehyung se levantó de su lugar y ambos caminaron hasta la salida, Jimin agarrado del brazo de su amigo.

—¿Vives cerca? —preguntó el omega mientras se dirigían a la calle hacia arriba que quedaba exactamente frente al local del que salían.

—En esa casa —señaló Taehyung siguiendo su camino hacia la casa rodeada con muros de ladrillos rojos como la mayoría de las viviendas en ese vecindario. Se detuvieron frente a la casa de dos pisos, rodeada de árboles verdes y flores que estaba casi seguro era Taehyung quien cuidaba de ellas.

—Aquí tocas tres veces seguidas y sabré que eres tú —explicó el omega—. Si ves un auto blanco estacionado es porque Bogum está en casa, siempre está después de las seis y los fines de semana todo el día.

—¿Solo están ustedes dos aquí?, ¿en esta casa tan grande? —cuestionó Jimin viendo que no era precisamente una residencia pequeña.

—Sí, y eso es bueno para evitar mucho contacto —susurró el omega. Jimin no hizo más preguntas porque sabía que eso solo incomodaría a su amigo, así que optó por despedirse de él con otro abrazo que esta vez duro más tiempo, en cuanto se apartaron, Jimin hizo su camino devuelta al centro de la ciudad, miro hacia atrás varias veces, moviendo su mano en forma de despedida hasta que ya no pudo ver a Taehyung.

Mientras esperaba el metro, miró que su móvil aún tuviera señal para escribirle a Yoongi, no tuvo tiempo de informarle cuando llegó, todo fue tan rápido que siquiera pudo sacar el móvil hasta ese momento.

Mientras presionaba el botón de enviar, recibió un mensaje de su madre diciéndole que Haejin estará en casa en la noche y que posiblemente se quede a dormir, Jimin se sorprendió al leer aquel mensaje, pero no pudo responder cuando el tren llegó, así que perdería la señal dentro de poco.

Sujetado a la barra del metro, con su mirada en el piso, pensó en el mensaje de su madre. Ella estaba dejándolo entrar en sus vidas de manera abrupta, toleraba que cenara y se fuera a donde sea que estuviera hospedándose, pero que se quedara a dormir en su casa, solo lo llevaba a tomar la decisión de siquiera pasar por su hogar en cuanto saliera del trabajo, por lo su consideró que debería arreglar las cosas con su alfa, tener un lugar donde dormir tranquilamente y ese lugar era en los brazos de Yoongi.

Ayer necesitó dormir entre sus sabanas, rodeado de su adictiva fragancia, con el abrazándolo y consolándolo, pero fue todo lo contrario. Solo hubo comentarios ofensivos y gritos. Esa noche necesitaba poder dormir con él; no estaba listo para vivir bajo el mismo techo que su padre, lo único que quería era acurrucarse en los brazos de su alfa, no necesitaba decir nada, solo escuchar los latidos de su corazón hasta quedarse dormido.

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