Capitulo 48

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Nunca se va del alma quien está en el corazón. No hay distancia para eso —Rafael Cabaliere.

La lluvia golpeaba en el capo del auto negro de Yoongi, quien seguía estacionado frente al edificio al que probablemente ya no volvería. Con sus maletas en el maletero y un lobo triste, se quedó sentado por varios minutos frente al volante, sin siquiera encender el auto.

Eran alrededor de las tres de la madrugada, su cabello estaba húmedo, al igual que parte de su ropa. Su mirada estaba perdida en las gotas de agua que se deslizaban por el cristal de su auto. El ruido de la fuerte lluvia arropó el ruido que traspasó su garganta en un grito gutural que descargaba el millar de sentimientos, sobre todo de tristeza, por el que estaba pasando.

Golpeó una y otra vez el volante con enojo, pensó que realmente podría mantener su relación con Jimin sin que su destinada les afectara en algo, pero no fue así, al final quiso forzar las cosas entre ellos cuando sabía que no funcionaría del todo y lo que obtuvo como resultado fue hacerle daño a la persona que amaba.

Tratando de huir de lo que tanto quería eludir, fue tanto el esfuerzo de evitar un dolor, que al final terminó haciéndolo de todos modos.

Se sintió culpable por obligarse a sentir con Jimin lo que sentía con su destinada, se sintió culpable por hacer que él se quedara hasta el punto que ya no lo soportó. Vio como a Jimin no le hacía bien que él estuviera yendo y viniendo para ver a quien se supone era su otra mitad; intentó mantenerse junto al omega, pero lo que obtuvo como resultado fue exactamente lo que estaba evadiendo.

Encendió el coche dejando salir un suspiro, ¿tenía a dónde ir? Claro que lo tenía, pero por primera vez él y su lobo estaban de acuerdo en algo, estar con Sarang en este momento solo empeoraría. Si, le daría tranquilidad, pero en ese instante lo único que quería era volver a ese apartamento y meterse bajo las sábanas junto a Jimin, abrazarlo mientras la lluvia pasaba.

Tomó el móvil en sus manos y pensó en llamar a Hoseok, pero sabía que era mala idea ir con él, así que terminó llamando a quien probablemente podría estar despierto a las tres de la madrugada.

—¿Estas despierto? —preguntó con su voz más ronca de lo que lo esperaba.

—Sí, ¿tú por qué lo estás y llamándome? —cuestionó Jungkook, pero no obtuvo respuesta por parte del alfa—. ¿Pasó algo?

—¿Puedo quedarme en tu lugar por esta noche? —la pregunta de Yoongi fue toda la respuesta que Jungkook necesitó para saber qué pasó algo con Jimin.

—Claro, pero no te presto mi cama —aclaró el alfa—. No tengo un apartamento de soltero para recibir visitas como las tuyas. —el comentario de Jungkook hizo que el alfa sonriera a medias.

Yoongi condujo hasta el apartamento de su amigo, sintiéndose cada vez más afligido y a medida que se alejaba de la casa en la que dejó a Jimin dormido, más se hacía la idea de que nunca lo volvería a ver, y eso le causaba por dentro un garrafal vacío.

Hubo una despedida entre ambos, un adiós entre lágrimas y jadeos que pareció marcar el fin de su relación de manera definitiva, ya que para el omega terminó en el momento que Yoongi llegó a casa con el aroma de su destinada; quiso aparentar que no, pero tanto el cómo Yoongi eran conscientes de ello, solo quisieron hacerse otra idea de lo que tenían y convencerse de que podrían hacer que funcionara una relación en la que aparentemente había una tercera persona que también necesitaba al alfa, incluso más que él, pero no.

Lo intentaron, como se prometieron que lo harían, pero llegó a un punto en el que Jimin ya no podía más y Yoongi tampoco, aunque quisieran convencerse de que sí. Lo intentaron hasta que llegó eso que tanto quisieron evitar, que Jimin quisiera alejarse, porque en el fondo sabía que lo haría y que él no se lo impediría, después de todo era por el bienestar emocional de ambos y fue exactamente como sucedió.

Le dolía, le ardía en el pecho saber que la razón de la tristeza de Jimin era él. Le dolía que Jimin pensara que su sufrimiento era por estar juntos. Hizo todo lo que pudo para mantenerlo feliz, para no ser otro de los tantos alfas que han llegado a su vida para decepcionarlo.

Sin embargo, entendió la decisión que tomó y estuvo de acuerdo con ello, mientras Jimin quería darle al alfa espacio, tiempo y libertad para que hiciera lo que tuviera que hacer para acabar con sus dolores; Yoongi solo aceptó su separación para darle a Jimin tranquilidad, paz.

Podía hacerlo, tenía la esperanza de que se recuperara pronto de su ruptura, porque después de todo, no había una marca de por medio y sin ello todo sería más fácil para ambos, pero no menos doloroso.

En un momento de tantas emociones, de tanto encima de sus hombros, tantas lágrimas derramadas y hacerse cargo de todo lo que le rodeaba, entendía que lo único que le hacía falta a Jimin en ese momento; era paz, y el ya no podía darle aquello, en cambio consideraba que le brindaba a su corazón todo lo contrario.

Solo le proporcionaba más cosas de las que preocuparse, su papel como alfa de Jimin estaba destruyéndose. No era capaz de mantener un equilibrio, de darle tranquilidad, de ser su hombro en el que podía llorar; en cambio, se convirtió en la causa de sus lágrimas, en un peso, en una carga sentimental negativa que se fue acumulando sobre sus hombros y en su corazón, hasta el punto en el que prefirió terminar su relación.

La lluvia cayó sobre su cuerpo mientras salía del auto, se quedó de pie frente al auto con una mano en la manija del coche. No le importó mojarse o las consecuencias que traería después, su mente estaba en la mirada de Jimin mientras se despedían, en que ya no lo vería al despertar o lo escucharía discutirle por el shampoo.

Vio su reflejo en la ventanilla del coche y en ese momento se dio cuenta de lo mucho que cambiaría su vida sin Jimin en ella. Las lágrimas se mezclaron con las gotas de lluvia que caían sobre su cuerpo como un balde de agua fría.

Tenía a su destinada, algo que él nunca pidió y perdió a su omega, la única persona a quien amaba, que amaría durante mucho tiempo. Con la mirada perdida en su reflejo en el cristal, solo podía pensar en Jimin, en lo que éste causaba en él y lo que sufría su lobo de pensar que no lo volvería a ver o que no volvería a estar con el cómo estaba acostumbrado.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que no se veía con nadie más que con él, la verdad es que no se veía haciendo su vida con nadie que no fuera Jimin. No quería tener hijos, pero por él los tendría, no quería casarse, pero por él se vestiría, tendrían una ceremonia y se casarían. Yoongi no quería enlazar su alma con la de nadie más, nunca se vio como un alfa de familia, pero le resultaba fácil visualizarse de esa manera junto a Jimin.

Quizás era muy tarde para darse cuenta de ello o quizás no podía hacer nada más que resignarse porque a fin de cuentas no era su culpa, simplemente el destino de la naturaleza.

Caminó con su maleta en manos hasta el apartamento de su amigo, en cuanto esté abrió la puerta vio a Yoongi empapado y tiritando, con la mirada en el piso y la nariz roja por el frio o quizás algo más.

—Joder, hyung, ¿pelearon? —preguntó Jungkook haciéndolo pasar. Yoongi negó a su pregunta mientras se quitaba los zapatos en la entrada del lujoso apartamento de soltero de su amigo. Lo cual era bastante irónico considerando que no estaba relativamente soltero.

—Terminamos —masculló en voz baja—. Nos despedimos y me dijo que me fuera antes del amanecer, así que aquí estoy, te presento la peor versión de mí.

—Hyung, puedes ducharte con agua caliente y secarte antes de que agarres un resfriado. —Jungkook lo empujó al baño de la recámara principal, donde tomó una ducha rápida solo para evitar una gripe a causa de la lluvia.

En cuanto volvió a la sala de estar, encontró a Jungkook sentando en el comedor, parecía que estaba acostumbrado a estar despierto a esa hora de la madrugada. Se encontraba de espaldas a él, por lo que pudo ver que hacía en su portátil.

—¿Te vas a Italia?, ¿vas a dejar todo atrás o es un viaje de trabajo? —cuestionó Yoongi sentándose frente al alfa.

—Ninguna de las dos. Es un regalo —susurró Jungkook en respuesta. No tuvo que seguir preguntando cuando se dio cuenta que aquellos boletos eran para él y su omega, mismo que se supone estaría con a su lado en menos cuatro meses o menos.

En ese momento pensó en toda la situación por la que estaba pasando Jungkook con su pareja, ha esperado todo un año por él. Sufrió, casi se rindió, incluso discutieron al respecto, pero en ese momento Yoongi entendió un poco mejor la decisión de Taehyung, al final todo era para poder estar con Jungkook, aunque la manera de hacerlo y como lo dejó no fue la más idónea, aun así, lo comprendió e inevitablemente sintió envidia de que ellos podrían estar juntos.

—¿Quieres compartir la cama?

—¡No! ¿cómo se te ocurre? No compartiría cama con otro alfa a menos que no haya otra opción y siempre está el piso —señaló Yoongi alarmado por la repentina propuesta del alfa.

—Por la Luna, ni que yo fuera un leproso —comentó Jungkook—. Tranquilo hyung, estoy muy seguro de que me gustan los omega.

—No, gracias, estoy bien con pasar la noche en el sofá —replicó Yoongi, quien agradeció que el pelinegro no hiciera ninguna pregunta respecto a Jimin, porque no quería hablar de ello, sabía que mostraría su lado débil, probablemente lloraría, y no quería que lo viera en su momento de mayor debilidad, que indudablemente era Park Jimin, siempre ha sido él.

—Listo, la sala es toda tuya —comentó el azabache cerrando su laptop para fijar su mirada Yoongi—. ¿Por qué no fuiste con ella? —preguntó Jungkook dando dos pasos hacia aras y dedicándole a Yoongi una mirada llena de curiosidad.

—Me siento culpable haciéndolo y no tengo cabeza para reservar en un hotel, es

—Está bien, no tienes que hablar de ello. Intenta dormir, hyung.

Jungkook le pasó todo tipo de cosas para que se sintiera cómodo estando en el mueble, quizás fue por ello fue que decidió ir con él, porque sabía que el pelinegro no le haría preguntas precisamente porque sabía mejor que nadie que era por lo que estaba pasando.

En cuanto se tumbó en el sillón—que resuelto ser más cómodo de lo que lucía—, recibió una llamada que por un momento dudó en contestar, pero descolgó la llamada con el miedo de que le estuviera pasando algo a malo.

El nombre de Sarang brillaba en la pantalla antes de llevarse el teléfono al oído, descartó la idea de que estuviera en problemas cuando todo lo que escuchó en su voz fue preocupación, mientras le preguntaba si todo estaba bien con él. Por un momento olvidó que ella podía sentir lo que le aunque no estuvieran marcados, así que claramente ha sentido su aflicción, enojo, y todos esos sentimientos que seguían allí.

—Estoy bien, no te preocupes —le aseguró Yoongi.

—Claro que me preocupo, ¿sabes que puedes acudir a mí, cierto? —cuestionó Sarang del otro lado de la línea. Yoongi enterró sus dedos en su cabello al mismo tiempo que cerraba los ojos y dejaba salir un suspiro antes de responder.

Por alguna razón sentía que era inapropiado y que estaría utilizándola si recurría a ella, más cuando era la principal responsable de que su relación con Jimin al final no haya funcionado como para seguir intentándolo. No quería mirarla a los ojos cuando lucia como un completo desastre, no quería refugiarse en su destinada cuando su existencia era la razón por la que no podía estar con la persona que amaba, por más frívolo y hostil que sonara, era su realidad.

—Lo sé, pero ahora mismo necesito estar solo un rato, ¿me necesitabas para algo? —preguntó Yoongi tratando de desviar el tema, lo último que quería era hablar con ella sobre Jimin.

—¿Vendrías si te dijera que mi lobo empieza a sentirse solo cuando no estás? —preguntó Sarang de forma retórica—. Como sea, estoy bien, ¿tú lo estás?

—No —admitió sin siquiera pensarlo, fue impulsivo y se arrepintió en el momento que la apalabras salieron de su boca.

—Bueno, si me necesitas sabes que puedes venir cuando quieras, yo te ayudaré en lo que sea que estés pasando como lo has hecho conmigo hasta ahora.

—Está bien, Sarang, estaré bien. Si sucede algo llámame.

—Si te sientes muy mal, aquí estaré para ti, Yoongi —susurró y el alfa solo respondía con un "si" apenas audible.

Dejó el móvil sobre la mesita de muebles y se cubrió con la sábana que le pasó su amigo, en su mente era protagonista que ahora pasaría por una ruptura con el único omega que ha sacado de él su mejor versión, y para rematar una omega que era su destinada, estaba en peligro.

Se supone que, según el bar, prostíbulo o lo que sea que fuera eso, él tendría a Sarang por una noche, así que debía pensar que haría para mantenerla a salvo de "su alfa". Sabía que el saldría a buscarla en cuanto esta no volviera, pero él ya le prometió que la ayudaría y lo haría. Aunque esa noche estaba cansado emocionalmente y necesitaba al menos unas horas fuera de todo ese caos en el que se volvió su vida.

Mientras buscaba conciliar el sueño, se preguntó en qué momento todo se vino abajo de esa manera, parecía que el universo quería ponerlo aprueba, que la madre Luna solo puso a Sarang en su camino en el momento menos oportuno, y estaba seguro que ella era parte de su vida porque era el único que podría ayudarla a sobrevivir. Prefería pensar aquello que hacerse más preguntas y encontrar las repuesta que no quería obtener.

***

Al día siguiente no tuvo otra alternativa más que llevar su maleta a su "apartamento de soltero", durante el día en el trabajo no dejó de darle vueltas al asunto, porque en el fondo, sentía de alguna manera estaba traicionando a Jimin, aunque hayan terminado su relación, su corazón seguía perteneciéndole a él.

Al dejar la casa de Jungkook, le agradeció al alfa por permitirle quedarse y se fue a primera hora de la mañana, aún con la cabeza vuelta un lío y todos los sentimientos de su lobo a flor de piel.

Fue por esas emociones, el dolor que nunca había experimentado antes, sentimientos en los que tanto su lobo como su parte humana estaban unidos, lo que hacía de aquel desconsuelo aún peor, por lo que decidió ir con ella.

Ser recibido por el aroma a vainilla y lilas le trajo tranquilidad, sabía que tan solo percibir la fragancia de su destinada lo tranquilizaría un poco, y es preciosamente eso que él estaba evitando, porque no se sentía con el derecho de tener tranquilidad cuando tenía una idea bastante clara de lo que Jimin podría estar sintiendo en ese momento, y las únicas personas que podían estar con él no estaban cerca.

Su madre ahora vivía en Busan, Taehyung no estaba precisamente disponible y lo conocía lo suficiente como para saber que él no querría molestar a Namjoon cuando éste seguía lidiando con mantener con vida a Seokjin desde que perdió a su lobo interior, Jimin los visitaba constantemente, pero podía apostar que mientras se reflejara en su rostro que no estaba bien, no iría con la pareja de alfas solo para evitarles preocupaciones que sabía les daría.

Volver a casa no se sentía igual para Jimin, por lo que no se preocupó en llegar temprano el rincón de esas cuatro paredes, después de todo, no tenía a nadie esperando por él. Se quedó casi toda la noche despierto, desde que Yoongi se marchó en la madrugada le fue difícil conciliar el sueño.

Durante el día, fue de poco hablar en las clases, aun cuando los temas le resultaban interesantes. Su mente estaba tan cansada, que simplemente se quedó callado en todo el día. En el trabajo solo habló lo necesario y se mantuvo al margen de todo.

Le preocupaba saber dónde Yoongi pasó la noche, se sentía culpable por haberle pedido que se fuera antes del amanecer, pero luego pensaba que a diferencia del alfa, el único lugar al que podría ir sería a casa de su madre, lo cual estaba demasiado lejos teniendo en cuanta que su trabajo y la universidad estaban en la capital.

Consideró que necesitaba algo de tiempo para poder establecerse en otro lugar, después de todo él era quien debía irse, muy pocas cosas dentro de ese departamento eran realmente suyas, así que pretendía mudarse o quizás irse por pocos días a Busan y devolverle sus muebles a Yoongi en la brevedad posible.

Al poner un pie dentro del apartamento, se sintió tan solo, el aroma de Yoongi aún estaba alrededor y eso le causaba más nostalgia a su lobo. Se quedó dos horas más en el trabajo y dejó el lugar solo porque Young-soo se lo pidió, así que todas esas horas de baile al final le pasaron factura.

Echó su cabeza hacia atrás mientras metía sus pies en agua fría, su tobillo empezaba a doler por lo que se dio masajes en la zona para evitar otra fractura e incluso eso, trajo a su mente el nombre de Yoongi, estaba seguro que en ese momento serían los dedos del alfa en su pie, masajeándole mientras le hablaba en voz baja.

Mientras más horas pasaba a solas, más solo se sentía. Estaba acostumbrado a la presencia de Yoongi a esa hora de la noche, pero apenas tenía algo de su aroma a su alrededor y eso solo le hacía extrañarlo más.

Después de ducharse, se sentó en el piano del alfa y pasó sus dedos por el teclado. Cerró sus ojos recordando la melodía que tocaba Yoongi para él y sintió el calor de una lagrima deslizarse por su mejilla. Suspiró mirando hacia el exterior, las luces de los edificios, la luz de la luna y las estrellas, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que aparto con furor.

No quería seguir llorando por algo que ni, ni Yoongi, ni su destinada eran culpables. El y Yoongi no tenían la culpa por haber entregado tanto en su relación, no tenían la culpa de haberse amado inclusive cuando sabían que no solo amarse no bastaba, había una fuerza impulsada por la naturaleza, que en ese momento mientras lloraba sentado en el piano de la persona que más amaba, pareciera que esa fuerza era mucho más grande que su amor y había vencido.

Se preguntó dónde podría estar Yoongi o como se sentía, todo lo que estaba en su mente en ese momento era el alfa y apenas tenía menos de un día de haberse marchado.

Se sintió solo, tenía un montón de amigos a los que sabía que podía recurrir, pero no quería llenar de sus problemas románticos a quienes también eran amigos de Yoongi, no deseaba causar un escándalo, pero tanto el cómo su lobo se sentía en la necesidad de ser protegido, cuidado.

Se ha preocupado por cuidar de los demás, que una vez más, su mayor miedo empezaba a provocarle ansiedad. No a estar solo, sino a la soledad, aunque sabía que contaba con otras personas, en su interior sentía que solo estaría cómodo con una persona, una que ya no estaba a su lado y se preguntó:

¿Es dependencia? No, simplemente extrañaba la seguridad que le transmitía Yoongi, era doloroso pensar que la persona que lo entendería y le haría sentir seguro, era el mismo que provocaba aquel sentimiento de soledad, no porque quisiera, sino porque su destino no era el que estuvieran juntos.

Yoongi no solo era a quien amaba, sino su compañero por elección y el único alfa que no solo le ha demostrado su amor, sino que se convirtió en la persona que le ayudó a mejorar sus defectos, así que no solo extrañaba su presencia, sino lo que éste le hacía sentir tan solo con existir.

Lo terrible de su situación es que no se hizo una idea de que estar lejos de él y estar consciente de ello le dolería tanto como lo hacía en ese momento de puro silencio, y espantosa soledad en la que estaba inmerso.

Tomó el móvil con la intención de marcarle a Taehyung, en momentos como aquellos eran cuando más extrañaba tenerlo a solo un par de esquinas de su casa, lo peor es que tampoco podía llamarlo. En momentos como esos, ellos eran la fuerza del otro cuando alguno lo necesitaba.

Eran alrededor de las diez de la noche cuando salió de casa, con un bolso cruzado sobre sus hombros, vistiendo un abrigo blanco de mangas negras y jeans de mezclilla holgados. Llevaba parte de su cabello negro atado en una coleta.

Caminó por las calles de Seúl, observando las personas a su alrededor, se detuvo en una tienda de conveniencia y comió ramyeon caliente en la barra, viendo a todo el que pasaba. Mientras se obligaba a comer, trató de reprimir las lágrimas que se avecinaban; comer en una tienda de conveniencia lo hizo sentir aún más solo, pensó que sería lo contrario, que andar entre las personas por las calles de Seúl despejaría su mente, pero eso lo empeoró.

En sus manos llevó en una bolsa con fresas porque sabía que sería un regalo que a su amigo le encantaría recibir, especialmente a esas horas de la noche. Debería estar en su hogar descansando, pero aquellas paredes que se volvieron frías ya no se sentía como su hogar si Yoongi no estaba allí, solo era un apartamento con sus cosas y su aroma, y aun así su ausencia alrededor era imposible de ignorar.

Mientras caminaban por las calles del centro de la ciudad, acercándose a la casa de su mejor amigo, pensó en como la madre Luna solo tenía destinado para el infelicidad y soledad. Se sintió tan desdichado, enojado, pero sobre todo afligido.

Con las mangas de su abrigo limpió las pocas lágrimas de sus mejillas, se detuvo frente a la puerta notando el coche blanco estacionado a pocos metros. Tal y como le mostró Taehyung, tocó el timbre y la puerta tres veces para hacerle saber que era él. Ha estado allí en varias ocasiones, solo que aquella ocasión era completamente diferente a las anteriores.

Cuando escuchó el cerrojo de la puerta del otro lado, respiró profundo e intentó mostrar una sonrisa cuando vio quien lo recibía era Bogum.

—Jimin, ¿qué haces aquí a esta hora? —cuestionó el alfa en pantalones de chándal y tan solo una camiseta simple completamente blanca. Todavía le resultaba extraño no verlo vestido formal.

—Déjalo pasar, hace frío afuera —escuchó la voz de Taehyung desde el interior de la casa. Jimin caminó por el pequeño patio delantero con el alfa delante de él, y fue recibido por los brazos de su amigo en un cálido abrazo que tanto necesitaba en ese momento.

Jiminie, ¿qué pasó? —cuestionó Taehyung empujándolo al centro de la sala de estar.

—Traje fresas para compartir y tiramisú, aunque eso solo me guste a mí —señaló Jimin sin contestarle a su amigo—. Perdón por aparecerme a esta hora, pero...

Taehyung vio al omega frente a él con los ojos hinchados y brillosos, su labio inferior temblaba como si en cualquier momento fuer a colapsar y sabía que no lo hacía por la presencia de Bogum en la sala de estar. Por lo general Jimin lo visitaba en la semana y se iba antes de que Bogum volviera, es por ello que casi nunca estuvo con la presencia del alfa.

—Estaremos arriba, dejé las pinturas en mi cuarto de arte, ¿podrías...

—Sí, yo me encargo, ve tranquilo —le interrumpió Bogum haciendo ademán con sus manos. Taehyung tomó a Jimin de las manos y lo llevó hasta su recámara en el segundo piso de la casa, cerró la puerta con llave como era de costumbre y se dio la vuelta para darse cuenta de los ojos llorosos de su amigo.

—¿Estás bien? —preguntó el rubio en un tono de voz cálido.

—N-no —respondió Jimin con la voz quebrantada y Taehyung vio como poco a poco se derrumbó hasta que sus lágrimas brotaron de sus ojos ya hinchados, y su cuerpo empezó a temblar.

Lo primero que hizo fue acercarse a su amigo al borde de su cama y abrazarlo fuerte, darle lo que el muchas veces le brindó. Jimin ha estado ahí para el en tantas ocasiones, incluso en aquellas que ni siquiera sabía por lo que estaba pasando en su vida y aun así se quedó a su lado, cuidó de él en innumerables ocasiones sin esperar nada a cambio, lo menos que podía hacer era demostrarle que también podía recibir esa clase de amor, que él podía cuidarlo.

Sabía perfectamente que su amigo era una persona que siempre mostraba su lado fuerte, más no sus debilidades, porque creía que debía ser la fortaleza de todos, que no podía permitirse llorar aun cuando todo a su alrededor estaba derrumbándose, solo buscaba ayudar a los demás sin importar cómo se sentía él. Pero en ese momento, Taehyung le demostró que estaba bien romperse en mil pedazos y que tenía alguien que también cuidara de él.

—Estoy aquí para ti, Jiminie, llora todo lo que tengas llorar —le susurró Taehyung frotando su mano en la espalda del omega que lloraba en su hombro.

Por sus feromonas pudo darse cuenta de la tristeza de su lobo, así que supuso que algo debió haber pasado con su alfa, mismo con el que vivía. Estaba al tanto de la relación que tenían, de cómo el padre de Jimin volvió a su vida y la manera en la que éste le afectaba en su vida. Pero tenía semanas sin verlo, sin saber de él, quizás lo poco que sabía ahora ya era historia, y evidentemente todo había empeorado en lugar de mejorar.

Abrazó a Jimin hasta que éste dejó de sollozar, lo encaminó hasta la orilla de la cama. Le quitó el bolso que cargaba junto con la bolsa de fresas y su postre favorito dejándolo todo en la mesita de noche.

—A ver, quítate los zapatos y los pantalones, te daré algo más cómodo para que te quedes a dormir —señaló Taehyung desde su closet, a Jimin le pareció increíble que ni siquiera haya tenido que pedírselo, ni siquiera tenía cara para ello, pero después de todo estaba allí buscando reconforte, uno que su mejor amigo estaba dispuesto a darle.

—Tu ropa me queda grande —susurró Jimin limpiadose las lágrimas—. ¿Y si viene tu padre o el de Bogum? —cuestionó preocupado.

—Tengo algo que puede servirte, confía en mi —respondió Taehyung—. Y tranquilo, nuestros padres están muy ocupados haciéndose ricos, ya no les importamos tanto, es por eso que oficialmente estamos haciendo los trámites para el divorcio.

Jimin aceptó el pantalón largo color negro que le extendió el omega y no le importó cambiarse frente a él, de todos modos, no es como si fuera la primera vez que se vieran con poca ropa.

Solo faltaban pocos meses para que se cumpliera el año desde que Taehyung se fue con Bogum, desde la graduación de Jungkook, el rubio ha buscado la manera de mantener el contacto con su destinado, así que no era de extrañar que el semblante del rubio haya cambiado considerablemente.

—Espera aquí, traeré te para que puedas dormir —comentó Taehyung caminando hacia la puerta.

A veces le sorprendía lo mucho que su mejor amigo podía llegar a conocerlo, hasta el punto de saber que él no podría dormir porque evidentemente no estaba bien y

eso no le permitiría dormir. Algo que solamente Taehyung sabía porque lo ha visto de cerca cuando se preocupa por algo y como ello le afectaba.

En cuanto volvió con dos tazas de té, ambos se sentaron en medio de la cama; en el momento que Jimin estiró sus piernas sobre el edredón suave, escuchó un grito ahogado por parte de su amigo que le asustó.

—¡Tus pies! Por la Luna, Jimin, ¿estás trabajando hasta tarde otra vez? —preguntó sobresaltado.

Tae, es normal, además, no es como si tuviera algo más que hacer al volver a casa —comentó con su mirada en la taza humeante.

—Eso no es normal, están destruidos, se ve doloroso y tienes una venda en tu tobillo, así que no me mientas y digas que no duelen —comentó Taehyung dejando a un lado la taza de té. Jimin solo asintió en repuesta mientras tomaba un sorbo de su bebida y no dijo nada más.

—¿Quieres contarme qué pasó o necesitas más tiempo para tranquilizarte? —cuestionó alzando sus cejas y su mirada hacia el omega que recostaba su cabeza del espaldar de la cama.

—Todo ha pasado tan rápido, ha sido tan caótico, abrumador y he pasado por una carga emocional tan fuerte que al final terminé colapsando como ahora —explicó Jimin en voz baja.

Taehyung escuchó con atención las palabras de su amigo, se sorprendió al oír el crimen atroz que cometió su padre, como él y si madre estuvieron en peligro de muerte, incluso Yoongi. Solo saber eso y como Jimin se hizo cargo de todo aun cuando fue quien más sufrió las consecuencias emocionales y casi físicas, le sorprendió que éste no haya desplomado antes.

—Te admiro, quisiera tener la misma fuerza de voluntad que tienes. Pero le tenía... bueno, todavía le tengo tanto miedo a mi padre que lo único que se hacer es obedecerle y huir de los problemas con la excusa de querer solucionarlo —susurró Taehyung cabizbajo—. Yo lo conozco y sé que es capaz de matar a Jungkook. No me importó que tan poderosa fuera su familia, no quise arriesgarme a perderlo, pero al final fue exactamente lo que hice al dejarlo de esa manera y pedirle que me esperara.

»Es decir, el perfectamente pudo haber decidido romper nuestro vínculo y conseguirse a alguien más al que no tenga que solucionarle sus problemas para poder estar juntos. Quizás alguien que no tenga miedo de su padre y que éste dispuesto a enfrentarse a lo que sea estando a su lado.

Antes de que Jimin pudiera responder, el rubio dejó salir un suspiro y volvió su mirada a su amigo mostrándole una sonrisa a medias.

—Pero no estamos aquí para hablar de mí, sino de ti. ¿Qué pasó luego? —preguntó Taehyung volviendo su mirada al omega a su lado.

—¿Sabes? Escucharte hablar así de Jungkook y de lo difícil que ha sido mantener su relación, me da una perspectiva diferente a lo que está pasándole a Yoongi y ahora siento que debí hacer esto antes, aun conociendo el dolor que ha provocado en mí, sé que el suyo probablemente es más grande.

Puede que Yoongi no quisiera estar con su destinada románticamente, bueno, no estaba tan seguro de cómo se sentía respecto a ello ya que él nunca quiso hablar mucho de ella después de haberla encontrado, pero sabía que el alfa y ella tenían muchas cosas que solucionar; si los dolores de Yoongi no era ni remotamente los que sentía ella, entonces debía la chica debía estar pasando por algo horrible y probablemente el alfa era el único que podía ayudarle.

—¿Hacer qué? —preguntó Taehyung.

—Terminar con el —contestó Jimin dejando la taza vacía sobre la mesita de noche a su izquierda.

—¿Qué?, ¿por qué?

—Encontró a su destinada hace tres semanas más o menos, intentamos seguir nuestra relación, pero no funcionó —explicó Jimin en un tono de voz bajo, por cómo mantuvo su mirada en sus manos sobre su regazo se dio cuenta de que le afectaba mucho más de lo que demostraba.

—¿Y cómo te hace sentir eso? —preguntó Taehyung.

—¿Desubicado? Me hice la idea de que era mi alfa, pero realmente nunca lo fue —susurró en un hilo de voz—. Debí saberlo en el momento en el que no quiso... marcarme que algo andaba mal.

Taehyung se sentó derecho en la cama, tomando las manos de su mejor amigo y cuando sus ojos se encontraron noto todo el dolor que le causaba a Jimin pensar en ello. Fue entonces cuando sus ojos lobunos salieron a flote.

—Estoy seguro que si no te marcó no fue porque no te ame, si él quiso estar contigo a pesar de haber encontrado a su destinada, eso significa que te ama mucho más de lo que alguien podría hacerlo —le aseguró Taehyung limpiando sus mejillas rojizas al igual que su nariz de tanto llorar—. Jimin, él puso por encima la naturaleza para estar contigo, pocos alfas hacen eso, nadie lo hace. Debe amarte así de mucho, además, una marca no es sinónimo de amor, eso solo es algo que nos ha impuesto la sociedad, y lo sabes mejor que yo. Una marca no define que tanto se aman un alfa y omega.

»Tienes como mejor ejemplo a Seokjin y Namjoon, incluso a Jungkook y a mí, no hay una marca y no creo que la haya que nuestros lobos estén listos para ello. Quizás el lobo de Yoongi no estaba listo para marcarte, quizás sus lobos saben algo que su parte humana no, ¿no lo crees?

—No creo tener nunca algo como lo que tú tienes con Jungkook, o lo que tiene Nam con Jin. No pienso seguir persiguiendo esa clase de amor, no cuando todo lo tendré será dolor a cambio —expresó Jimin cerrando sus ojos para esconder la exposición de su lobo—. Lo que me duele no es la marca de él que no tengo y que el no quiso tener, lo que me duele es el hecho de que el intento hasta mas no poder sentir conmigo lo que sentía su destinada.

—Jimin, entonces no creo que debas darte por vencido de esa forma, el...

—No, Tae. No podía seguir viendo como sufría, como se hacía daño a si mismo al querer estar conmigo a la fuerza, yo no puedo quitarle el dolor, sus ataques, no puedo hacer nada más que provocarle sufrimiento físico —admitió con la voz rota—. Ya no soportaba verlo sufrir por estar lejos de ella, y mucho menos cuando llegaba con el aroma de ella. No quiero estar una relación así, por más que nos amemos, solo nos estamos haciendo daño al estar juntos y lo entendí tarde, cuando simplemente ya... no podía más.

El omega se quedó sin nada que decir ante las palabras de su mejor amigo, puede que tuviera razón y le dolía verlo de esa manera; rendido ante la posibilidad de encontrar lo único que siempre ha querido y necesitado: amor. Taehyung lo miró a los ojos y lo acerco a su cuerpo hasta rodearlo por completo con sus brazos y solo pudo sentir su espalda sacudirse.

Desahogarse y expresar sussentimientos le permitió darse cuenta de que solo se estaban forzando a teneralgo que no estaba destinado a ser y le dolía, le ardía en el pecho saber queYoongi para él era su otra mitad, aunque este haya encontrado la suya. Nunca selo dijo, pero siempre lo elegiría a él, aun cuando no fuera suyo, nunca amaríaa alguien como a él y sabía que nunca encontraría a alguien que lo amara comoél lo hacía. El alfa lo amaba por lo que era y no por lo que podía darle, esohabía quedado más que claro y nadie lo amaría como él, por eso siempre lo elegiría.

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