Capitulo 49

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Extrañarte es cómo respirar bajo el agua y esta noche estoy durmiendo en el fondo del océano —Ronald Tinoco.

Pasar la noche con Taehyung le dio la tranquilidad y apoyo que estaba buscando en ese momento. Extrañaba poder escabullirse por la ventana de su mejor amigo y dormir juntos. Por lo general Jimin era quien abrazaba a su amigo durante la noche, porque casi siempre éste era quien estaba en situaciones difíciles como para sobrellevarlo solo.

Esta vez, Jimin fue quien recibió ese abrazo, era más pequeño que el rubio a su lado y cuando lo rodeaba con sus brazos de esa manera se sentía aún más pequeño. La luz solar que se filtró por el ventanal que quedaba prácticamente a pocos pasos de la cama, despertó al instante, encontrándose con el otro lado de la cama vacío. Se sentó en la orilla estrujando sus ojos y buscó con la mirada a al omega.

Lo vio salir del baño, vestido con ropa bastante casual, su cabello con ligeras hondas y su pecho al descubierto.

—¿Dormiste bien? —cuestionó dándole la espalda mientras se colocaba frente al espejo de su tocador. Jimin se quedó paralizado ante la imagen que tenía en frente, la espalda de Taehyung estaba completamente llena de cicatrices que había visto antes pero que seguía sorprendiéndole lo muchas que eran.

—¿Jimin?, ¿todo bien? —preguntó el omega al no recibir repuesta de su amigo, quien aún tenía su mirada fija en las heridas cicatrizadas de Taehyung.

—Si —susurró al ponerse de pie.

—¿Quieres que hagamos algo? Puedes quedarte, no tengo trabajo, podemos dibujar si quieres —sugirió Taehyung terminando de vestirse pasando una camiseta por sus hombros, para luego encarar a Jimin.

—No, iré a casa a hacer mis maletas y me voy a Busan después de clases —susurró peinando su cabello algo alborotado—. Gracias por ayudarme, te extraño mucho Tae.

—Puedes ducharte antes de irte, desayunemos juntos, no hay prisa. Bogum puede llevarte —señaló Taehyung—. Y tengo un nuevo teléfono, podremos hablar a diario y no tendrás que extrañarme tanto.

Jimin le hizo caso a su amigo quien lo arrastró hacia el cuarto de baño. Al verse en el espejo notó lo horrible que se veía, tenía las ojeras y su cara estaba más hinchada de lo normal, es por ello que se apresuró en ducharse y usar la ropa con la llegó a casa de su mejor amigo. Al salir de la ducha las ojeras seguían allí, pero al menos su rostro no se veía tan demacrado después de peinarse mejor.

Al bajar las escaleras se encontró al omega detrás de la estufa y a Bogum entrando por la puerta que daba al patio trasero, con dos tijeras de jardín que dejaron un camino de pasto en el piso mientras este se acercaba a la cocina, dejando sus guantes sobre la encimera junto al fregadero, al igual que las tijeras. Jimin vio a Taehyung observar los movimientos del alfa al mismo tiempo que dejaba los dos platos sobre el comedor a pocos pasos de la cocina.

—No me regañes, ya se lo que dirás —le pidió Bogum antes de que el omega pudiera decir las palabras que estuvieron a punto de salir de su boca—. Limpiaré y quitaré esto de aquí.

Taehyung se le plantó frente a frente con tan sólo la encimera dividiéndolos, Jimin optó por comer lo que preparó su amigo y no meterse en lo que sea que haya entre Bogum y Taehyung.

—Por favor, quita esa cara Taehyung, me das miedo —se quejó Bogum llevándose las tijeras y los guantes nuevamente al exterior.

—Más te vale tenerme miedo, nada de eso en la cocina, ¿es tan difícil? —demandó el omega sentándose frente a su amigo—. Como sea, Jimin necesita volver a casa, ¿puedes llevarlo?

Jimin levantó una mano con la boca llena y sin poder objetar que podría irse solo a casa, que no hacía falta tanto alboroto para ello, pero ninguno de los dos presentes en la sala notaron sus ademanes.

—Dime que esto no es una trampa para que Jungkook me muela a golpes —le pidió Bogum al omega que rio con gracia.

—No, Jungkook no estará cerca. Nadie te molerá a golpes, además, no le has dado razones para hacerlo.

—¿Qué su molestoso destinado viva conmigo no te parece suficientes razones como para quererme bajo tierra? —cuestionó incrédulo alzando sus cejas exageradamente.

Bogum desapareció de su campo de visión y no lo volvió a ver hasta que llegó la hora de irse. Desayunó con su amigo mientras conversaban de cualquier cosa que no tuviera que ver con alfas, luna, destino. Ahora se encontraban en el asiento copiloto del auto blanco del alfa; Jimin no dejaba de escribirle a Taehyung a su teléfono solo para asegurarse de que realmente era su número.

—Cuídate, espero que te sirva de algo estar con tu madre, yo haría lo mismo —comentó Taehyung apretando la mano del omega—. No dudes en llamarme si pasa algo, pero trata de desconectarte.

—Lo haré, gracias Tae, te amo —susurró Jimin dejando un beso en el dorso de la mano de Taehyung.

—Y yo a ti.

Tras su despedida, Bogum lo llevó devuelta a aquel edificio en el que volvería a su tristeza, durante el camino no hubo más conversación que "cuida de Tae", "protégelo de su padre", cosas a las que el alfa solo contestó con un sí.

Al abrir la puerta de su apartamento, se dio cuenta de que ese aroma a canela y limón ya no estaba, se había ido por completo. Siguió su caminó hasta su recámara y recogió rápidamente todas las cosas que necesitaría para el fin de semana. Llevó su bolso y maleta de mano a la facultad e inmediatamente terminó su clase tomó el tren que lo llevaría a Busan.

Jimin

El apartamento estará solo durante el fin de semana, puedes llevarte el resto de tus cosas.

Lo pensó mucho antes de darle al botón de enviar, era lo mejor que podría hacer si quería sanar rápido las heridas. Estar rodeado de todo lo que le recordaba a Yoongi no era la mejor opción en ese momento. Su móvil vibró en sus manos, tenía miedo de ver la pantalla y encontrarse con el nombre del alfa, pero igual lo hizo y se sorprendió de obtener una repuesta tan rápida del mismo.

Yoongi

No es necesario, los necesitas más que yo. Por favor, quédate ahí.

Jimin

Buscaré otro lugar, me mudaré en cuanto pueda. Así que por favor, llévate tus cosas durante el fin de semana.

Yoongi

Solo me llevaré el piano, es lo único. El resto es tuyo, no lo necesito, Jimin.

El omega dejó salir un suspiro cansado al ver el último mensaje del alfa, no quería ser la obra de caridad de quien ya no era su pareja. Necesitaba deshacerse de todo lo que le recordara a él, pero sabía lo difícil que sería empezar desde cero en un nuevo lugar, donde solo tenía una cama y sus herramientas artísticas.

No tenía opción, debía hacer el sacrifico de quedarse en aquel apartamento, si quería graduarse antes de finalizar el año, debía enfrentarse a todo lo que le recordara a Yoongi, estaba seguro que en cuento terminara la universidad se mudaría a Busan y empezaría de nuevo.

Jimin

Bien, cuídate.

Se cohibió de enviar un "te amo", dejó la conversión en ese mensaje. Vio al alfa escribir, pero no recibió una respuesta de su parte y en el fondo lo agradeció.

A llegar a Busan, sintió una brisa fría que movió su cabello. Su presencia fue sorpresa para sus abuelos, más no para su madre, quien parecía estar mucho mejor que como la última vez que la dejó. Fue recibido con un fuerte abrazo, uno que no sabía necesitaba tanto hasta que sintió el aroma de su madre cerca y en ese instante sintió tranquilidad en su lobo.

—Sabía que vendrías pronto —susurró Eun-ji acariciando la mejilla de su hijo, dedicándole una mirada llena de dulzura.

—¿Por qué? —cuestionó Jimin con el ceño fruncido.

—Soy tu madre, Jiminie, estamos conectados —replicó con media sonrisa—. Vivo a pocas esquinas de aquí, preparé una recámara para ti, primero come y luego vamos a la playa.

Eun-ji tomó la maleta del omega y las dejó cerca de la puerta; por el comentario de su madre Jimin sabía que ella realmente estuvo esperando su llegada y eso le hizo sentir mucho mejor en cuanto compartió la comida con su familia.

Le distrajo de todo, estar apartado del móvil en la playa cerca de su casa, como su madre lo grababa mientras éste bailaba en la arena, algo que solía hacer a menudo durante su niñez, cuando él y su madre iban a la playa siempre que las cosas parecían derrumbarse a su alrededor.

Extrañaba esa sensación de libertad mientras corría al mar junto a su madre. Dejaban ir todos los sentimientos en el mar y se sintió bien poder volver a hacerlo sin necesidad de pedírselo. El no tuvo que dar explicaciones, no fue necesario mencionar al alfa, ella sabía que él no estaba bien y lo único que le importaba la omega era hacerle sentir bien.

Mientras estuvo con su madre durante el fin de semana, pensó en quedarse en Busan, pero pensó en que quedarse le costaría más que permanecer en el apartamento y pagar la renta. Era un viaje de dos horas, no solo le costaría tiempo, sino dinero al ir y venir todos los días.

Tomando en cuanto la hora en la salía del trabajo, no era tan buena idea tomar un tren de dos horas o un autobús de cuatro horas, para tener que levantarse más temprano al siguiente día. Podría conseguir otro trabajo, pero recordó lo difícil que fue conseguir uno, así que en circunstancias como esas no se atrevía.

Pasar su fin de semana en Busan fue liberador para él, era todo lo que necesitaba, estar rodeado de montañas y cerca del mar. Dar paseos matutinos por la orilla de la playa, despejar su mente y no preocuparse más que solo por lo que comería en el día.

Mentiría si dijera que no pensó en un solo momento en Yoongi, era inevitable para el evadir la presencia del alfa en sus pensamientos. Pero volver a su casa, que dejó de ser un hogar para él, le recordó la razón por la que se fue a Busan y en ese momento extrañó sus pocos días en su ciudad natal.

Se sorprendió al ver todo seguía intacto como lo dejó, encontró una nota sobre el piano negro que seguía en la sala del apartamento, fue allí que supo que el alfa estuvo en el apartamento.

«Me di cuenta que no tengo dónde ponerlo, está mejor aquí, cuídalo por mí. Si encuentro un lugar donde colocarlo te haré saber. Cuídate, Te amo»

Las últimas palabras escritas a puño y letra causaron en él una rara sensación en su interior. Era consciente de lo mucho que Yoongi amaba el piano, de lo mucho que cuidaba de él y simplemente decidió dejarlo a su cuidado; fue en ese instante que se preguntó dónde podría estar quedándose el alfa que no tenía espacio para su tan preciado piano.

Con el pasar del tiempo, intentó acostumbrarse a no tener a Yoongi a su alrededor en casa, pero no le fue tan difícil considerando que durante las últimas semanas de su relación, después de que encontró a su destinada, apenas estuvieron juntos sin que hubiera algo de tensión entre ellos.

Dejó de preocuparse de seguir viviendo en el apartamento que solo le traía recuerdos, su mente estaba tan ocupada en su tesis de grado y la presentación que tendría en un par de semanas. Estar muy ocupado le permitió que la ruptura y la tristeza cantaste de su lobo fuera más llevadera; además de que todos los fines de semana los pasaba en Busan con su madre y estar con ella le ayudó mucho a simplemente estar bien.

Lo que le pareció extraño es que trabajó por más tiempo para ganar más dinero y poder pagar el apartamento que compartía con otra persona, pero descubrió que Yoongi seguía pagándolo a pesar de que siquiera vivía allí. Se enojó, porque sentía que no se valía por su cuenta, así que le pidió al abogado que no recibiera dinero del alfa, ya tenía suficiente con que haya dejado sus cosas, para que también pagara la renta por él, como si fuera un bebé.

Aunque no terminaron porque ya no se amaban, eso no quitaba el hecho de que ya no estaban juntos, así que el comportamiento de Yoongi tratando de querer demostrarle que le importaba no ayudaba a superarlo, solo incrementaba su amor hacia él y es lo que quería evitar. No necesitaba amarlo más, necesitaba superarlo y continuar. Solo superarlo porque estaba seguro que nunca podría dejar de amarlo.

Desde el día en que recibió el mensaje de Jimin pidiéndole que se llevara sus cosas, Yoongi no dejaba de pensar en el hecho de que el omega estaba buscando mudarse, y lo entendía, el también querría hacer desaparecer todo lo que le recordara lo mucho que extrañaba a la persona que amaba, así que no le dijo nada más al respecto y dejó que el decidiera que hacer. Esa tarde se cohibió tanto de no enviarle un te amo, uno que guardó en su mente y corazón hasta que lo dejo escrito sobre su piano.

Solo se quedó con Sarang una noche, no quería fortalecer su conexión con ella, sabía que mientras más tiempo pasaban juntos y cerca, sería fácil para su lobo acostumbrarse a ella y probablemente la vería diferente.

Decidió quedarse en un hotel mientras se ubicaba en otro lugar, por el momento lo preferible era quedarse a vivir en aquella habitación, no compraría nuevos muebles y tampoco rentaría otro lugar porque en el fondo tenía la esperanza de volver al apartamento que compartía con Jimin.

Un hotel cerca del apartamento en el que se quedaba Sarang fue la mejor opción si lo que quería era ayudarla y al mismo tiempo no acercarse tanto a ella como para que su conexión de fortaleciera.

En ese fin de semana volvió al apartamento en busca de su piano, pero al darse cuenta de que no podía ponerlo en su suite y que tampoco lo llevaría su otro departamento, lo mejor fue dejarle una nota al omega explicándole porque decidió dejarlo en sus manos.

En la habitación en la que se quedaba se sintió tan solo, sin su piano, sin Jimin a su alrededor, le resultó difícil no pensar en él cada día, cada noche. Empezó a trabajar hasta tarde para mantener su mente ocupada en cualquier otra cosa, cambió su horario por completo hasta que solo tenía tiempo de llegar a su recámara, tumbarse en la cama, a veces hasta con la ropa puesta, y dormir hasta el otro día para que se repitiera la rutina al siguiente día.

Estaba viéndose con su abogado para resolver el asunto de Sarang con su alfa, desde que la sacó de ese lugar ella ha vivido con el miedo de que llegara a encontrarla y se la llevara. Ambos eran conscientes que la forma más rápida de evitar aquello era si el la marcaba por encima de la que ya llevaba en su cuello, pero también sabían que Yoongi no haría eso.

***

Pasó una semana desde que terminó con el alfa, Jimin se encontraba en una cafetería compartiendo un café con Namjoon a solo minutos de entrar al aula y tener la primera revisión de su anteproyecto de tesis, fue en ese momento que Namjoon notó la tristeza en la mirada de Jimin y en cómo éste extrañamente no llevaba el aroma de Yoongi.

—¿Por la mirada tan melancólica comiendo tiramisú? —preguntó Namjoon.

—Me encanta este postre, pero me recuerda a Yoongi porque él fue quien me lo compró la primera vez que lo probé —susurró Jimin en respuesta.

—Eso es bueno, ¿no? —cuestionó antes de darle un sorbo a su café.

—Lo fuera si no tuviéramos una semana y media de haber terminado —contestó el omega provocando que el alfa casi se atragantara con su bebida.

—¿Por qué?

—Su destinada.

—Oh —masculló Namjoon—. No pensé que esa sería razón para ustedes terminar, pero a veces las cosas no son como pensamos.

Namjoon pensó que el hecho de Yoongi haber encontrado a su destinada, tal y como tuvo la sospecha de que lo haría aquella noche en el parque diversiones. El alfa recordó la conversación que tuvieron al respecto y como éste tenía sus dudas respecto a lo que sentía por Jimin, pero desde que formalizaron su relación, Namjoon notó que el alfa estaba seguro de lo que sentía por el omega, así que no tenía dudas de que no terminaron su relación por otra razón más que cosas de la naturaleza que no se podían controlar.

—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, con Jin también —le hizo saber a Jimin—. Estamos para lo que necesites, puedes visitarnos sin pena y sin temor a que te hagamos un montón de preguntas.

Jimin sonrió por la respuesta de su amigo y asintió en afirmación. No los había visitado porque no estaba listo para hablar de ello con la pareja, pero Namjoon se molestó en levantarle el ánimo.

Las semanas pasaron rápidas para Jimin, quien encontró la forma de mantener su mente tan ocupada que siquiera le daba tiempo para pensar en nada que no fuera su tesis de grado o en el show que tendría.

Después de un mes tan atosigado, pero a la vez tan triste e inevitablemente desolado. Se encontraba sobre el escenario, después haber bailado con el grupo de bailarines, tendría su solo junto a Yung-soo; en el público llegó a ver la cabellera rubia de Taehyung, mismo que finalmente pudo ir a verlo bailar, se notaba la emoción en su rostro, especialmente por las expresiones de sorpresa, todas las fotos y videos que hizo fueron incontables para Jimin.

Su madre no pudo estar presente, pero eso no evitó que ella llamara a su hijo para darle ánimos. Solo pudo invitar a tres personas, y solo dos estaban en sus lugares. Mientras bailaba las coreografías grupales no pudo evitar ver ese lugar en primera fila vacío. Yoongi le prometió que iría a verlo y aunque por obvias razones no estaba allí, Jimin en el fondo esperaba que cumpliera con su palabra, pero también se sintió aliviado de que no estuviera allí.

Su solo con Young-soo estaba cargado de los mismos sentimientos por los que él estaba pasando, la letra de la canción que el instructor eligió para el baile contemporáneo era tan apasionada como la coreografía.

Estuvo atado emocionalmente a la canción y a la historia que contaba en el baile, así que sabía que posiblemente lloraría durante la puesta en escena. Era un momento que solo traería el recuerdo a su mente del momento exacto en el que decidió dejar ir a Yoongi, exactamente como lo hacía su personaje como bailarín, con el corazón sostenido en sus manos y los sentimientos a flor de piel.

—Me he dado cuenta de que ustedes tienen buena química juntos, no sé qué es, pero se convierten en otra persona que cuando bailan juntos. Esta presentación es importante para ustedes como bailarines y una gran oportunidad. Si lo hacen como la última vez que ensayamos, será perfecto. —Fueron las palabras del instructor antes de salir al escenario. Él nunca era de dar palabras de aliento antes de salir a bailar, pero por alguna razón ese día fue diferente.

La suave tela de su camiseta blanca de manga largas y algo transparente rozaba su piel, en conjunto con su pantalón azul celeste, colores contrarios a la vestimenta de su compañero de baile, quien vestía completamente de negro con una camiseta de tirantes. Cerró sus ojos por varios segundos antes de que el telón volviera a subir y los reflectores lo enfocaran solo a ellos dos, sentados en medio del escenario, con sus manos entrelazadas en medio de sus cueros y sus rostros mirando en dirección contraria.

El sonido del piano al inicio de la canción, marcó los primeros pasos de la pareja de baile. Aunque la danza contemporánea era menos rígida que el ballet, los sentimientos, la historia que era interpretada a través de los movimientos de Young-soo y Jimin; cada paso, cada giro y cada salto estaba lleno de técnicas clásicas del ballet.

Young-soo podía sentir la energía de Jimin en cada roce con su piel, mientras bailaban juntos vio la expresión de su rostro y tan solo con verlo pudo sentir su dolor, no solo en la interpretación.

Jimin estaba tan sumergido en sentir la canción; sentir y demostrar a través del baile lo que el verdaderamente experimentaba en su vida. Aquella coreografía se volvió personal cuando su danza se convirtió en algo más a que solo un baile, sino en una representación de sus más puros sentimientos que en ese momento fueron expuestos ante todo el teatro.

Puede que la expresión de su rostro fue practicada en varias ocasiones porque se supone que debía ser nostálgico, pero en ese momento, cada sentimiento expresado por Jimin era real y genuino. Ya no estaba solo interpretando la letra de la canción, estaba sintiéndola y expresando cada emoción en el baile.

Todo el que lo miraba podía asegurar que aquella puesta en escena se volvió personal, solo bastaba con ver el semblante de Jimin para darse cuenta que aquel dolor en sus ojos brillosos no era actuado, que la mirada de preocupación de su compañero de baile tampoco lo era.

La manera en la que sus cuerpos se movían al compás de la música, siguiendo la melodía del piano en sincronía con la letra que decía: "Todo lo que hago es superarte y sigo siendo muy malo en eso".

El bailarín que parecía un cisne blanco, un ángel sin alas que podía saltar por los aires como si las tuviera, estaba mostrando sus verdaderos sentimientos, y todos en el teatro eran testigo de ello.

Me permití quererte

Me permití probar

Me permití caer en tus ojos

Me permití quererte

Me permití esperar

Me permití sentir cosas que sé que tú no

Jimin tomó una bocana de aire a los pies de Young-soo, mismo que lo cargó en brazos y lo sujetó fuerte de su cintura hasta darle un giro y dejarlo sobre sus hombros con las piernas del omega a cada lado de su cabeza. Una posición en la que estuvieron tan solo por varios segundos hasta que el omega volvió a tener los pies sobre el escenario.

Jimin podía sentir el picor de en sus ojos mientras giraban sobre sus talones en conjunto con Young-soo a su lado. "Ya no eres mío" fueron las palabras que resonaron en su cabeza mientras sentía sus ojos humedecerse y su vista nublarse mientras penaba en el alfa que tanto amaba, pero que ciertamente ya no era suyo.

Su respiración era agitada cuando terminaron sus giros hasta desplomarse en el suelo en la misma posición inicial.

Las palabras: "Pero todavía soy un poco tuyo" fueron las que provocaron que sus lágrimas finalmente se resbalaran por sus mejillas, mientras ahora tenía a Young-soo rozando su nariz y arropando su rostro con sus manos, era aparte de la coreografía, estar lo suficientemente cercas para crear tensión.

El alfa vio las lágrimas de Jimin, no solo percibió las tristezas en su mirada y en su labio tembloroso, sino en las feromonas que estaba liberando. Vio sus lágrimas rodar por sus mejillas, y rompió con cualquier espacio entre ellos que evitaba que sus labios se rozaran.

Ese beso no era parte del show, no era parte de la coreografía, pero Jimin sentía que solo quería sollozar allí mismo porque necesitaba dejarlo salir todo por completo. Ahora tenía a los labios de Young-soo sobre los suyos, lo que causó mucha más emoción en el público que se mantuvo de pie a aplaudirles.

Aun perplejo por el corto beso del alfa, tomó la mano que éste le tendió y se pusieron de pie de frente al público que les aplaudía notablemente emocionados y nostálgicos. Jimin intentó sonreír, mientras limpiaba las lágrimas que seguían rodando por sus mejillas, sintió el apretón de manos de Young-soo a su lado, y fue en ese instante que sintió su corazón detenerse.

Vio su cabellera negra en primera fila, aplaudirle con una expresión triste, pero al mismo tiempo llena de orgullo. Yoongi estaba allí, como lo había prometido, en primera fila y animándolo. A pesar de que su pareja de baile lo había besado, y él tuvo que ver eso, le sonrió con nostalgia, no apartó la mirada del alfa hasta su última reverencia al público.

El omega sentía que estallaría en llanto, con dolor apartó la mirada del alfa, sentía que si no salía del escenario en ese instante se convertiría en un desastre y todos hablarían del bailarín que colapsó en medio del escenario, no del que hizo historia con un baile contemporáneo, del cisne blanco como empezó a ser llamado desde su solo en Busan.

El telón fue bajado y en ese momento caminó apresurado en dirección su camerino que siempre compartía con Young-soo. Detrás del escenario recibió miradas de pena, felicitaciones, pero todo eso fue como un ruido que hizo eco en el interior de su cabeza, hasta que finalmente pudo llegar a su destino.

Cerró la puerta detrás de él, misma que fue abierta nuevamente mientras tomaba agua para tranquilizar los latidos de su corazón que latía desbocado contra su pecho.

—¿Estás bien? Tus feromonas...

Era consciente de sus feromonas incontrolables, llenas de amargura por la tristeza de su lobo que en ese momento le era difícil controlar.

—Está aquí —le interrumpió Jimin dejando la botella de agua sobre el tocador frente a él.

—¿Quién? —cuestionó el alfa detrás de él.

—Yoongi, está aquí —replicó Jimin.

—¿Quieres hablar con él?

—No, dolió que se fuera una vez, no creo que resista una segunda. Estoy seguro que no vino aquí para quedarse —determinó Jimin.

—¿Por eso lloraste durante la presentación? —interrogó el alfa sentándose a su lado.

—Lloré porque lo recordé durante la presentación, ¿tú por qué me besaste? —Jimin ladeó la cabeza para mirarlo a los ojos, pero en cambio Young-soo mantuvo su mirada en el piso.

—Para que no rompieras en llanto en medio del escenario, temía que colapsaras en ese momento —admitió—. También porque quería hacerlo.

—Pero tu...

Las palabras de Jimin fueron interrumpidas por los toques en la puerta, mismos que anunciaron la entrada de un omega de cabello rubio, junto a un alfa detrás de él. Taehyung esperó el permiso de alguno de los dos presentes en el interior del cuarto para entrar y acercarse a su amigo para felicitarlo con un fuerte abrazo.

—Estuviste maravilloso, Jiminie, desde hoy no me pierdo ninguna de tus presentaciones aún sean del otro lado del mundo —señaló Taehyung—. ¿Estás bien?

—Lo estaré.

—Lo estarás —reafirmó Taehyung peinando el cabello de su mejor amigo—. Tenemos que irnos, sabes que me encantaría quedarme, pero...

—Está bien, Taehyungie, vayan con cuidado —señaló el omega con la mirada el alfa que seguía en la entrada. Después de una reverencia en forma de despedida hacia su compañero de baile, Taehyung y Bogum desaparecieron del campo de visión de Jimin.

—Creo que te vendría bien salir y despejar la mente —sugirió Young-soo.

—Creo que si —masculló Jimin.

—Iremos a celebrar a Octagon, por si quieres venir con nosotros, estaremos en la entrada —señaló Young-soo mientras dejaba el camerino lentamente.

Jimin pensó en sí debería hacerle caso e ir al club, si se quedaba en casa probablemente lloraría desconsoladamente en el sillón de la sala y con los pies metidos en agua fría. Una vez se cambió de ropa, se dirigió a la salida donde Young-soo dijo que se encontrarían con el resto del grupo de bailarines planeando a dónde irían.

Ellos siempre celebrarán al finalizar la presentación y él siempre se negaba a acompañarlos, así que decidió hacer algo diferente esa noche.

—Qué bueno que decidiste venir con nosotros, te gustará —comentó Young-soo—. No tomaré, asi que puedo llevarte a casa luego, si es lo que te preocupa.

—En realidad, solo me preocupa una sola cosa ahora mismo y eres tú.

—¿Yo? —pregunto incrédulo mientras le abría la puerta de copiloto a Jimin—. ¿Es porque te besé antes? No volverá a pasar, no te preocupes.

Jimin escucho la voz del alfa a su lado lejana mientras su mirada se perdía en el alfa recostado del auto negro, con su mano en su pecho y su cabeza escondida en su brazo. Lo vio moverse lentamente hacia el asiento conductor y no apartó su mirada hasta que el auto desapareció de su vista.

—No, es como estoy reaccionando ante ello —comentó Jimin antes de subirse al auto.

—Puedo explicártelo luego, por ahora, intenta divertirte y relajarte ¿sí? —le pidió Young-soo. Jimin solo asintió mientras el alfa ponía el auto en marcha.

Aun cuando ya había decidido ir al club, se cuestionó si verdaderamente se merecía divertirse cuando hace pocos minutos vio a Yoongi retorcerse de dolor en el aparcamiento del teatro al que fue a verlo a pesar de que no se lo pidió y nunca lo haría cuando ya no eran nada. Pero entonces se recordó por toda la tristeza en la que ha estado sumergido, y en esa ocasión se permitió divertirse, aunque sabía que en el fondo solo estaba convenciéndose de que lo haría.

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