🎪Circo 17🎪

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La preocupación de Yoongi podía verse reflejada con facilidad en el sutil cambio que sus aromas mostraron. Los ojos azules permanecían fijos en su esposo, esperando con angustia a que Jimin le explicase lo que había ocurrido minutos atrás.

—Estoy bien —la voz del omega se escuchó baja, y gracias al silencio del pequeño lugar fue que el alfa pudo escucharlo.

—¿Estás seguro? —no es que Yoongi dudara de las palabras de su esposo, pero la mirada vacía que el omega mostraba le mantenía en constante alerta—. Creo que lo mejor es que salgas, estar aquí te afecta.

Los ojos del rubio se fijaron en el mayor por primera vez después de todo lo vivido. —No puedo seguir huyendo.

—Jimin... —el sentimiento de impotencia que empezaba a sentir le provocaba pesadez en su cuerpo.

Fue el alfa quien le llamó; sin embargo, la mirada del omega se encontró con la preocupada de SeokJin. Pocos segundos que parecieron eternos debido a la agonía camuflada, secretos compartidos entre ambos, con el único objetivo de compartir la carga angustiante que no les dejaba respirar y así poder seguir adelante.

—Por favor Yoongi... —Jimin enderezó su postura—. No me conviertas en tu debilidad y confía en mí.

El pelinegro necesitó de un minuto completo para respirar profundo y normalizar a su lobo. Confianza, aquella palabra era la clave de todo; cuando se sumergían en un mundo desconocido y profundamente oscuro, la confianza era lo único que quedaba de pie al final del camino. Confiar en tu mente e instintos, confiar en la fortaleza de tu compañero; pero, sobretodo confiar en que siempre se abriría la puerta correcta para salir con bien de todo aquel tormento.

No era la primera vez que Yoongi y su familia se enfrentaban al mal; más aquella conexión que sentían era única en su clase. Los sentimientos que habían eran demasiado íntimos y familiares, logrando confundirle y debilitarle hasta el punto de poner en tela de juicio sus propias decisiones.

Confiar...

¿Realmente podría hacerlo?, ¿Podría confiar en que su pequeño omega tenía la fuerza para mantenerse de pie hasta el final?, ¿Podría confiar en que su hijo estaría seguro en aquel lugar?

Confiar...

Ahora que lo ve desde esa perspectiva, no está del todo seguro y, aunque odie admitirlo, la confianza se ha convertido en un fino hilo que amenaza con romperse.

—Lo está logrando —la voz de SeokJin cortó el ambiente tenso.

La mirada de Yoongi viajó hacia el peliceleste. —¿De qué hablas?

—Infestación —respondió el omega—. Es la primera fase que demuestra la actividad demoníaca. El demonio se esparce como esencia maldita, infectando todo a su paso para analizar quién será su potencial víctima —sus palabras eran seguras—. Peleas, reclamos, miedos y desconfianza —enumeró con determinación, mientras su mirada seguía fija en el alfa—. Todos ellos forman parte de la primera fase, gritando que el ser oscuro lo está logrando.

—SeokJin tiene razón —Jimin limpió el resto de lágrimas y se recompuso rápidamente—. No podemos seguir flaqueando o todos caeremos —tomó las manos de su alfa con cariño—. Lamento mucho el haberte preocupado, alfa. Te prometo que estoy bien.

Yoongi le dio una pequeña sonrisa. —Confío en ti, Jimin.

Y él de verdad quería creer en sus propias palabras.

Jungkook se mantenía en silencio; sus brazos abrazaban con fuerza ambas piernas en un intento de mantenerse tranquilo y no salir corriendo al lugar donde estaban sus padres.

No era sordo, claramente escuchó los gritos de su padre omega y eso fue lo primero que despertó la desesperación que hasta el momento estuvo luchando para mantener oculta. Los demás miembros estaban igual de inquietos, la incertidumbre pintada en sus rostros era algo que no podían ocultar, y el pequeño alfa realmente temía con perder a más de un compañero en aquel camino engañoso.

—Tranquilízate muchacho, tu aroma se está descontrolando.

Giró a su izquierda y se encontró con la mirada tranquila de NamJoon. El mayor permanecía sereno, sin pizca de miedo o incomodidad.

—Lo siento —musitó quedito—. Todo esto es nuevo para mí.

La mirada comprensiva que NamJoon le brindó, ocasionó un poco de tranquilidad en el cachorro.

—¿Es tu primera vez explorando en este tipo de campos? —inquirió con curiosidad. Sabía el mal rato que Jungkook estaba pasando y él quería ayudar; más como una muestra de agradecimiento al omega que salvó a su esposo de un destino oscuro.

El pelinegro asintió de manera suave. —Se puede decir que sí, aunque he acompañado a mi tío un par de veces en pequeñas investigaciones —hizo una pausa mientras recordaba—. También a mi padre, aunque nada se ha comparado con este terreno —miró a su alrededor—. Aquí es muy grande.

—Y peligroso también —agregó NamJoon—. Ten mucho cuidado, Jungkook y obedece a lo que tus padres indiquen —suspiró—. Ellos tienen más experiencia en este tipo de situaciones, y estoy seguro que solamente buscan lo mejor para ti.

El menor decidió no responder porque no sabía que decir en primer lugar. El tiempo parecía pasar de manera lenta y pausada, burlándose de la angustia y tensión creada alrededor de todos los involucrados.

"No creas en lo que veas"

"No creas en lo que escuches"

"No caigas en sus juegos"

Una súplica que le pareció familiar y logró estremecer cada rincón de su cuerpo cuando el dolor filtrado en la voz se inyectó con fuerza en lo más sensible de sus entrañas.

—Pasaremos aquí la noche —anunció Chanyeol al resto de los presentes—. Yoongi me acaba de informar que hay mucho para explorar en la oficina personal de Jang, así que nos quedaremos aquí.

—¿Ellos se reunirán con nosotros? —quiso saber Jungkook, tratando de ignorar los susurros suplicantes que rondaban en su mente.

"Sal de aquí"

"Él te quiere"

"Te hará daño, sal de aquí mientras puedas"

"Ya no puedo estar aquí, no puedo hacer algo por ti"

<<No creas, no creas, no creas>> se repetía una y otra vez. Sin embargo, todo parecía indicar que entre más se esforzara por seguir las indicaciones que dijo su padre, más desobedecería.

—Lo harán más tarde —respondió Chanyeol, frunciendo el ceño al ver el estado asustado que mostraba su sobrino—. ¿Estás bien, Kook?

"Miente"

Esa voz era otra, no tenía pizca de súplica sino más bien orden y malicia, con la burla bailando en cada palabra pronunciada e instándole suavemente a obedecer.

—Estoy bien —carraspeó, enterrando sus uñas en las palmas de sus manos para que el dolor le distrajera.

—Tu expresión te delata —el mayor se sentó frente a él y le miró con atención—. Dime lo que ocurre.

"Vamos, pequeño; se un buen niño"

—Estoy bien —repitió, con una rudeza que ocasionó sorpresa en el mayor—. Simplemente quiero que mis padres estén aquí.

A Chanyeol le pareció sumamente extraña la actitud que tomó el menor, y, pese a ello no tuvo otra opción que creer en sus palabras y dejar de insistir.

Jungkook escondió el rostro entre sus piernas recogidas y trató de cerrar los ojos y relajarse. Muy en lo profundo de su mente existía el miedo a todo aquello que estaba viviendo. Temía a la voz que resonaba en su cabeza porque descubrió que no era capaz de desobedecerla, era una caricia que le daba paz engañosa, adormilándole y manipulándole con gran facilidad.

Y quería gritarlo para recibir ayuda, pero nuevamente existía un ancla que se lo impedía, dejándole con nulas oportunidades para escapar, con el único camino desolado y peligroso de afrontarlo solo, sin saber lo que vendría en un futuro próximo.

"Sigue así pequeño, sigue así y me lo darás"

Durmió con un nudo de sangre formándose en su garganta, al mismo tiempo que su mente manipulable sufría un nuevo desequilibrio; tan pequeño y tan oculto que nadie más que él pudo sentirlo.

El tiempo iba pasando y con él se iban descubriendo pequeños detalles que significaban todo y nada a la vez. Para unas mentes podrían ser insignificantes, y para otras un gran descubrimiento que no podía ser pasado por alto o simplemente desechado.

Yoongi y Jimin se habían concentrado en el escritorio de Jang. Era de gran tamaño con ocho gavetas que estaban completamente selladas; es por eso que sus movimientos eran cautelosos y delicados, en su travesía de mantener las reliquias intactas y no hacerles sufrir algún daño.

SeokJin por su parte se concentró en lo que a su parecer era un cuadro. Cubría la totalidad de la pared izquierda y cualquiera que fuese la imagen no podía ser vista, gracias a las innumerables capas de polvo y telarañas que le componían.

Sus ojos observaron de manera atenta el contorno del cuadro, en sus mejores tiempos debió ser fina madera embarnizada y pulida meticulosamente; logró divisar pequeños grabados encima del contorno, que formaban un diseño delicado; pero lo que realmente le llamaba era la necesidad que nació de él para revelar el contenido que yacía oculto tras años oscuros de historia.

—Yoongi —llamó en voz alta, su mirada no abandonó el cuadro en ningún momento—. ¿Puedes llamar a Baekhyun y Taehyung? Necesito que me ayuden en algo.

La mirada del alfa viajó hacia el cuadro cubierto de polvo. —¿Lo piensas analizar?

—Sí —respondió distraído—. Necesito saber lo que contiene.

El alfa asintió y con un movimiento de manos le indicó a Lisa que llamara a los hermanos Kim. La alfa salió del lugar y solo bastó de un par de minutos para que ambos omegas ingresaran con un equipo completo de limpieza.

—¿Lo bajamos? —preguntó Baekhyun, al saber que era el cuadro el que tenían que limpiar y analizar.

—No creo que podamos, se mira pesado —opinó Taehyung.

Fue Jimin quien habló. —Les ayudaremos —ofreció en lo que tomaba la mano de su esposo para caminar los pocos metros que los separaban del trío de omegas—. Es necesario que lo bajen porque es demasiado grande y estando en la pared no podrán analizarlo por completo.

Con la decisión tomada, cada uno de ellos tomó una parte del cuadro. Jimin y Yoongi permanecieron del lado derecho; SeokJin y Baekhyun del lado izquierdo, mientras que Taehyung tomaba el centro.

—A la cuenta de tres —indicó el alfa—. Uno... dos... ¡Tres!

Usaron de toda su fuerza para que la estructura pesada cediera. No les importó llenarse de suciedad y con cuidado colocaron el gran cuadro en el suelo, prestando total atención a cualquier cosa que pudiese pasar.

No se dieron cuenta, pero los cuatro soltaron un suspiro aliviado al mismo tiempo.

—Gracias —dijo SeokJin, tomando las brochas que Taehyung le ofreció—. Pueden volver con el escritorio, nosotros nos encargaremos del cuadro.

Yoongi y Jimin asintieron para luego volver a su misión inicial. El alfa retomó la tarea de abrir la primera gaveta de la derecha; aquella era la más importante y eso era de conocimiento común. Con ayuda de la pequeña sierra de mano fue cortando en los laterales hasta que pocos minutos después el material cedió.

—Ábrela con cuidado —pidió el rubio, conteniendo la respiración sin saber por qué.

El alfa asintió y con cuidado fue tirando de la gaveta hasta que estuvo completamente expuesta. Los ojos de ambos se fijaron en el contenido, y no pudieron evitar su sorpresa cuando montañas de polvo y un par de arañas fue lo que descubrieron, con un único papel arrugado en una de las esquinas.

—Lo tomaré yo —se apresuró el mayor, notando que su esposo tenía la intención de agarrar el papel.

Jimin esperó en silencio a que su esposo tomara el papel que sin preverlo le generó resequedad en la garganta. No se dio cuenta el momento en el que Taehyung, Baekhyun y SeokJin dejaron de lado su inspección para colocarse al lado de ellos y esperar expectantes lo que sea que estuviese escrito.

—Tiene sangre seca impresa —observó Baekhyun mientras tragaba en seco.

—Ábrelo encima del escritorio para no dañarlo —aconsejó SeokJin.

El pelinegro siguió la indicación dada. Teniendo sumo cuidado inició a desdoblar aquel papel que estaba aplastado con fuerza, a medida que lo hacía una letra descuidada y manchada se iba revelando, ocasionándole una terrible sensación en el estómago, como un sentimiento triste y al mismo tiempo aterrador.

—Parece un mensaje —susurró el alfa cuando pudo extender el papel en el escritorio sin dañarlo.

SeokJin analizó la letra de manera atenta. —Un mensaje que fue escrito con miedo, o mucha ira. Sea como sea, las emociones están claras.

—¿Cómo puedes saber eso? —indagó Taehyung.

—Aquí... —inició SeokJin, apuntando el inicio del mensaje—. El patrón de la letra es pulcro, pero a medida que avanza se va deteriorando como si la persona que lo escribió tuviera prisa para terminarlo —analizó con seriedad, sus dedos enguantados acariciando con cuidado las letras escritas—. Y lo podemos corroborar en la última línea que es casi ilegible.

Una lágrima cayó al escritorio y Jimin miró atentamente a su esposo.

—Yoongi, léelo por favor —suplicó.

El alfa miró atentamente a los omegas y todos parecieron seguros de querer escuchar lo que estaba escrito. SeokJin se hizo a un lado para darle todo el protagónico al pelinegro, quien no esperó más e inició a leer aquel mensaje que habían encontrado.

Mientras las luces se encienden e iluminan el camino de los espectadores, la oscuridad oculta tras las sonrisas regaladas se fortalece más —carraspeó un poco y continuó—. Su alma se fragmenta, convirtiéndose en un ser inhumanamente hermoso mientras en su rostro se dibuja la maldad —suspiró entrecortado, sintiendo un enorme nudo en lo profundo de su garganta—. Y ya no hay marcha atrás... en la última presentación el demonio comenzará lo que Circo Sonrisas para él planeó...

Un momento de sepulcral silencio que fue cortado de manera violenta, cuando Yoongi leyó la última frase de aquella letra maltratada y tormentosa.

Y ahora que el mal despertó... todos pagarán.























Holi, ¿Como están? 👉🏻👈🏻❤️

Espero que el capítulo les haya gustado, en unas horas traeré otro más, 🤝✨

Muchas gracias por leer~
















YOONGLH🎪

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