Un Lucario de apellido Rodriguez parte A

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En el palacio de gobierno: La alcaldesa Laura, una Lucario shiny, se preparaba para irse al congreso. Una limusina llegó a la entrada del mencionado lugar, del asiento donde se conducía, salió una Leavanny que le abriría las puertas del vehículo para que su jefa pudiera ingresar.

—Qué bonito está el día —comentó la pokémon aura.

—Si —Respondió la tipo bicho-planta— ¿lista para esta gran idea especial? —Encendió el automóvil lujoso para empezar a conducir.

—Estoy algo nerviosa, la oposición estuvo muy dura pero al final pudieron aflojar —dijo la gobernante— solo espero que la propuesta pueda proceder.

—Seguro que si patrona, de seguro que convenció a tres cuarto de los diputados y senadores —La Leavanny siguió conduciendo— además que tiene razón, esta ciudad está poblada mayoritariamente por Lucario.

—Exacto, pero ya vez como es la política —aseguró— aunque te afirmo que terminado el día esta comunidad se llamara: ciudad Lucario —sentenció la mandataria.

La pokémon cuidador continuó transportándola hasta llegar al congreso.

En una casa particular: Vivía solo un Lucario escritor novato, respondía al apellido Rodriguez, estudiaba la carrera de ingeniería Mecatrónica en la universidad Pocket Monster, en el campus de esa ciudad. Se despertó para luego volver a dormir, vio la hora del Smartphone sin importarle mucho; su inconsciente reacciona, recordarle que se le estaba haciendo tarde, debía asistir a su cita con la prestigiosa editorial de la zona.

—¡Maldita sea! —Volvió a presenciar el reloj— No puede ser, no puede ser —saltó de la cama para irse a cambiar de manera acelerada— ¡voy a llegar tarde, voy allegar tarde, voy a llegar tarde! —No dejó de repetirse lo mismo— ¡¿Cómo se me pudo haber olvidado?!

Escribió, semanas atrás, en su tiempo libre, un capítulo de su hipotético futuro libro: Ciudad Lucario. Una historia que trataba sobre un pokémon aura llamado Rodrigo que tenía aventuras sexuales en esta comunidad. A Rodríguez se le hizo tarde, por tanto metió turbo al asunto, mientras se preparaba para irse estuvo escuchando las noticias, de la reportera: una Lucario llamada Carlota.

—Buenos días tengan todos los televidentes —se vio en la pantalla a la presidente entrando al congreso— hoy al final del día descubriremos si cambiando el nombre de la ciudad —apago el televisor.

—Bien, ya todo está listo —sentenció el tipo lucha-acero— de acuerdo ¡Vámonos! —se salió pero volvió— carajos, se me estaba olvidando los papeles, ahora si ¡a darle! —se fue a conseguir un taxi.

Allí se localizó, enfrente del edificio de la editorial: treinta en romano. Nervioso, esa sería la primera que tendría que enfrentarse a un peso pesado del entretenimiento, armó valor para realizar su siguiente jugada, entró por esas puertas de vidrio transparente con la intensión de ir hacia la recepcionista: Una sexy Lopunny. El corazón le latió a mil por hora aunado a una respiración agitada, este fue su sueño desde que tenía memoria, no quiera echarlo a perder por lo que haría su mayor esfuerzo porque todo salera de maravilla. Subió por las escaleras a pasos temblorosos pero decididos hasta el cuarto piso, su rostro expresaba inseguridad y apretaba su portafolio por reflejo de su inquietud, durante esos minutos de estrés extremas, no pudo hacer más que visualizar su éxito en su mente a favor de fortalecer su firme decisión de seguir adelante en esta travesía.

Por fin llegó al mencionado nivel. Coraje debió conseguir de sobremanera, para poder articular las palabras que informarían de su previa reservación, por tanto la susodicha pokémon conejo, validó la cita después de revisar en su computadora; pidió al tipo lucha-acero se sentara, a causa del ocupado jefe de la compañía, aún faltaban unos minutos ante de su tiempo asignado. Las centenas de segundos restantes resultaron un total martirio para el joven Rodríguez, a merced de sus angustiosos pensamientos de pesimismo, deseó que el tiempo pasará de manera vertiginosa, un enorme esfuerzo se vio obligado a infringirse para mantener la calma: una falsa por cierto. Ubicado a unos metros de la puerta de su posible futuro patrón ¿Cómo podría estar tranquilo? De seguro lo arruinaría como siempre.

No pudo con su mar de inseguridades, se levantó de la silla en consecuencia a su falta de control, empezó a caminar, moviéndose de un lado a otro, era la única forma de descargar toda esa energía acumulada que no soportó el tener guardada; para su fortuna el lapso a esperar se concluyó y el dueño de la empresa se desocupó para atenderlo. Respiró profundo, decidido, ingresó al despacho del jefe con carpeta en manos, un lugar impresionante, en el fondo una hermosa vista a la ciudad, en medio se ubicaba ese burgués Sandslash, sentado enfrente de su escritorio y, a un lado lo tenía, su computadora de oficina. El tipo tierra influía respecto, aunado a su grandeza y seriedad, provocó en el Lucario una desagradable preocupación con base en su complejo de inferioridad; siguió adelante, a pesar de ello, porque ni sus peores temores le impedirían dar lo mejor de sí mismo ¡este es su gran sueño! No quería arruinarlo por nada del mundo.

—¿Y bien? —El Lucario tragó saliva— ¿Qué se le ofrece? —Preguntó el pokémon ratón.

—Bueno... yo. Vengo a —casi le da un ataque de nervios— Pedir trabajo como escritor de su empresa —hizo entrega de toda su documentación—estos son mis papeles, están todos en regla —mostro en engargolado con una portada siempre y el primer capítulo de su escrito— aquí esta una muestra del libro que quiero crear.

—Está bien veamos que tenemos por aquí —se puso a leer el primer capítulo— que caray —empezaba a negar con la cabeza— no, no, no —dijo en voz baja.

El Sandslash leyó todo el escrito en unos diez minutos, medito por dos minutos y formulo una dura crítica; en cambio, el Lucario durante todo ese tiempo, se sintió como un condenado a la silla eléctrica, anhelaba que le diera el visto bueno, en serio que dio todo de sí pero...

—Esto es basura —respondió tajante.

—¿Eeeh? —No lo podía creer ¿había insultado el trabajo que tanto esmero desempeño en realizar? Sintió su orgullo partirse en mil pedazo— ¿a qué se refiere?

—Pésima ortografía y gramática, no se le entiende nada, mala estructura —no escatimo en suavidad— portada robada de pokeogle imágenes, créeme que no es la primera vez que veo esa foto en una tapa, usas mucho el entonces y el sufijo mente, monotonía extrema al punto de aburrir además que la pareja de LucarioXBraixen ya está muy profanada, sin hablar que la selección de pokémon que pusiste para los principales es de puros conocidos o sobrevalorados, y no he hablado de los graves clichés que tiene tu porquería... —el dueño de la importante editorial continuo juzgando, el trabajo del novato que tenía, enfrente del pobre Lucario que estaba llorando por dentro.

Esta historia continuará... 

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