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Jimin salió despacio para ver al pálido el cual lo miraba con burla, el menor solo lo analizaba y debía de admitir que ver al demonio íncubo disfrazado de cura lo prendía mucho.

—Así que esta es tu forma de castigarme. —se cruzó de brazos. —¿Vienes a confesar a mis primos o a que yo esté de rodillas tragándome tu polla?

—Más respeto para un siervo del señor. —le dijo el pálido y Jimin soltó una carcajada.

—Eso no dices cuando vienes por las noches a verme. —abrió la puerta. —pasa a esta humilde casa.

Yoongi entró seguido de Jimin, el cual llamó a sus tíos para decirles que un cura venía para orar por su primo. Ambos iban a la habitación en silencio, Jimin solo abrió la puerta y sus primos lo vieron y luego al pálido hombre que les hizo reverencia.

—Ahí está el enfermo. —dijo Jimin. —Fue un gusto conocerlo padre Min.

Jimin solo eso dijo y se dirigió a la planta baja para ir por el hacha por más leña, ya casi venía el invierno y debían de tener la leña suficiente. Este cortaba la leña de manera lenta hasta que sintió la presencia de alguien más, él se giró y vio a un hombre verlo, Jimin sabía que humano no era; lo había notado en su mirada y en lo hermoso que era.

—Supongo que eres otro íncubo que viene a querer tener sexo conmigo. —sé detuvo y lo vio.

—¿No tienes miedo? —le pregunto mientras le acariciaba el rostro.

—Tengo un íncubo que es un dolor de culo. —lo miró a los ojos. —el cual cree que porque su polla entra en mí tiene algún derecho infernal en mí, pero se ha equivocado de humano.

—Eres muy curioso, lindo, humano. —lo analizo de pies a cabeza. —desbordas inocencia y pureza, pero dentro de ti hay maldad y oscuridad.

—Dicen que las apariencias engañan. —llevó su mano al pecho del demonio. —¿Cómo te llamas?

—¿Por qué el interés dulzura? —le pregunto seductoramente.

Jimin al ver cómo venía el pálido demonio, llevó ambas manos a la entrepierna del otro demonio y lo miraba de manera juguetona.

—Algún nombre debo de gemir cuando esté saltando sobre ti. —le pasó la lengua por el cuello y se rio al ver el rostro de enojo de Yoongi. —¿Ahora sabré tu nombre?

—Es mejor que no se lo digas. —escucharon una voz. —porque es tan hijo de puta que te puede meter una bala bendita en el pecho.

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