Min Yoongi es una persona muy... difícil.

Difícil de descifrar, en realidad. Hasta él mismo se confunde al querer esclarecer sus sentimientos.

—Estás enamorado.

Le había dicho su mejor amigo cuando le contó lo que sucedía en su cabeza, a lo que le respondió con una mirada llena de incredulidad, buscando el sarcasmo en esas sencillas, pero significativas, palabras.

Y supo que eran ciertas porque él ni siquiera podía diferenciar el sarcasmo y la ironía con claridad, después de unos años, también hizo el intento de hacerlo.

Aunque eso no viene al caso.

—Espera, espera — negó con su cabeza, haciendo que su cabello se mueva un poco —. Me gusta Jimin, sí. Pero, ¿no crees que decir que estoy enamorado es exagerar?

—Es tu culpa por decirle tus problemas amorosos a un estudiante de filosofía.

Yoongi volteó los ojos, haciendo un puchero casi imperceptible – pequeña manía que tiene desde niño cuando no está de acuerdo en algo – y bufó.

—No puedo estar enamorado. Eres un idiota, ¿por qué me dices cosas como estas? Mi corazón es frágil y me ilusiono con facilidad.

Namjoon rio por la actitud de su amigo, a lo que se incorporó en su asiento y decidió recapitular lo que el contrario ha estado diciendo en la última hora que han estado juntos.

—Al mes de conocerse empezaron a salir — Min asintió —. Pero, antes de eso, hablaban por mensajes y te quedabas despierto porque él suele dormirse en la madrugada.

—Tiene problemas con el sueño.

—Y tú tienes horario de bebé porque de nueve a once de la noche ya estás dormido — iba a refutar, pero era verdad —. Aun así, sus temas de conversaciones son los usuales de dos personas que buscan tener una relación en un futuro.

—Bueno, tampoco es como eso esté establecido al pie de la letra.

Ignorándolo, el mayor prosiguió: —Después, las salidas casuales empezaron. Salidas que cada vez se volvían más frecuentes.

—Me siento bien con su compañía — trató de excusarse, pero no había nada para hacerlo —. Y nuestros encuentros fueron mayormente en la biblioteca porque teníamos tareas y proyectos que hacer.

Namjoon lo miró con una ceja alzada, esperando a escuchar la verdad.

—Aunque, luego de estudiar, siempre íbamos al parque que está a unas cuadras de aquí.

—Y hace poco te diste cuenta que tus pensamientos iban y venían alrededor de querer tomar su mano — Yoongi hizo reminiscencia a sus propios recuerdos, intentando ver en qué momento le dijo al contrario eso, pero no lo encontró —. Ahora, incluso empezaste a asociar todo lo que estás experimentando con objetos y sensaciones.

—¿Has visto sus labios? Son esponjosos al igual que las nubes.

—Te conozco, sé que haces eso cuando algo o alguien te gusta en demasía, pero no lo entiendes y tratas de hacerlo — el menor se quejó en voz alta, también era cierto —. Oye, no está mal enamorarse. Jimin es un buen chico, harían una linda pareja. El amor no es tan trágico como te lo hicieron creer.

Inevitablemente, se sonrojó y sonrió.

—Oh, estoy enamorado de Park Jimin — afirmarlo era una experiencia distinta a solo creerlo —. ¡Enamorado!

Porque enamorarse es como estar en las nubes.

Y Yoongi ama ver las nubes. Él también es capaz de estar en ellas.

holam, prometo que esta historia no
será triste jaksjas, ¡gracias por leer!