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Min Yoongi se sentía como una nube viendo al radiante sol salir en la mañana, pero con deseos de llorar sin ninguna explicación y que, además, se siente mal por arruinar el día de aquellos que pensaban que sería un octubre seco y sin malestar.

Es decir, un completo caos.

Desastre, palabra que podría usar para describir con mucha precisión el ruido que produce su cabeza.

Se encontraba en su habitación, intentando armar un nuevo violín que sus padres le compraron hace poco mientras You Rocked My World se reproducía en unos altavoces al lado suyo y a un ritmo moderado, el pelinegro murmuraba la letra en voz baja con un inglés perfecto a la par que se llevaba pedazos de mandarina a la boca.

Y, aunque parece que está llevando a cabo diferentes actividades al mismo tiempo, su mente estaba más lejos de lo que podría alcanzarla.

Namjoon lo miraba con extrañeza.

—¿No tienes tarea que hacer? — Aún tarareando la letra, Min asintió.

—¿Y tú?

—Mucha, pero no quiero ni recordarla, me duele la cabeza de tanto usar el cerebro — el pálido rio, volviendo a concentrarse en su tarea, pero deteniéndose cuando la canción cambió a otra que no era de su agrado —. ¿Por qué tienes a Harry Styles en tu playlist y por qué recién me entero?

—Jimin mencionó que le gusta un par de sus canciones — se encogió de hombros —. Las agregué para ver qué tal... — Kim asintió, como si estuviera esperando algo más —. No volvería a escucharlo.

—Voy a hacer como que no dijiste eso, quiero saber si Jimin lo sabe.

—¿Que no me gusta Harry Styles?

—No, tonto. Si ya le dijiste que escuchaste sus canciones por él — Yoongi negó con la cabeza —. ¡Tienes que hacerlo! Eso suma puntos, te ves involucrado en lo que a él le gusta y es lindo.

—Pero tenemos intereses muy opuestos, no voy a mencionar algo al respecto para después decirle que no escucharé el nuevo álbum de su artista favorito o que no comeré Tteokbokki con él porque me da asco su textura y apariencia.

—¿A ti no te gustaría que te acompañe a escuchar un nuevo álbum de Michael Jackson, aunque no sea fan de ese tipo de música?

—Michael Jackson está muerto, no va a sacar más álbumes — Nam le miró con los ojos entrecerrados —. Y si no quiere, está bien. No tengo por qué obligarlo.

—Qué idiota eres.

—Las personas se juntan con otras que tengan sus mismas cualidades y características, ignorante.

Min comió un último pedazo de mandarina y dejó de lado el violín, se removió incómodo en su asiento y clavó sus ojos en el blanco techo, notando una mancha que no debería estar allí, pero también dejando rienda suelta a sus ruidosos pensamientos.

—Lo he estado ignorando — el mayor le vio con el ceño fruncido —. Me olvidé contestar su mensaje ayer en la noche y hoy me dio miedo hacerlo.

—¿Ya se te pasó la euforia de darte cuenta que estás enamorado de él? — Yoon se encogió de hombros, apretando su labio inferior con sus dientes — Te estabas tardando.

—¡Oye!

—Qué. Es así siempre si no se trata de un hiperfoco.

Y es que él aún recuerda varias veces en las que su amigo centró su total atención en muchas cosas pasajeras que duraban aproximadamente de uno a tres meses, como aquel verano que gastó toda su mesada para darle un gran regalo de figuras de los cómics de Marvel, después de que el pálido se haya leído muchos de ellos en una semana.

Su sonrisa al recibirlas fue como haber desbloqueado un logro en su vida y le haya ayudado en su desarrollo de persona.

Pero ahora, Namjoon ve la esquina de la habitación y puede ver el dinero que gastó acumulado en un rincón, llenos de polvo y sin haber sido usados desde hace años.

—Aún lo estoy asimilando.

Hasta parece que su cabeza sigue haciendo ruidos extraños como si estuviera trabajando con base a engranajes y tornillos.

Pero solo está pensando en aquel chico de lindos atuendos en el escenario, Park Jimin.

—Es extraño — murmuró, inflando su cachete derecho y luego el izquierdo —. Es algo que nunca antes he sentido.

—Tómate tu tiempo para entenderlo. — por el tono de voz, el menor estaba casi seguro que quería decir más.

—¿Pero...?

—Pero Park podría malinterpretar tus acciones. Es que, a veces, sueles ignorar a quienes están a tu alrededor por estar sumido en un tema en específico.

A Yoongi le da miedo lo bien que Namjoon lo conoce.

Inconscientemente, mueve sus manos sobre su pantalón de pijama – usual vestimenta cuando está dentro de su habitación – y suspira. Tiene razón, debe ser cuidadoso con Jimin, más de lo acostumbrado si no quiere arruinar el gran avance que ha tenido después de conocerse y salir.

Aunque, admite no saber qué más hacer. No estaba en sus planes enamorarse, ni siquiera estaba en sus planes hablar con alguien más que no sea Kim Namjoon, su mejor amigo desde la secundaria, porque eso de ser constante en una relación amistosa como que tampoco era suyo.

Pueden dejar de hablarse una semana entera y, cuando se encontraran, solo se pondrían al corriente de lo que ha sucedido en sus vidas promedio de universitarios mantenidos.

No como los amigos que intentó hacer en el instituto, quienes se molestaban cuando no aceptaba verse con ellos los fines de semana. Es decir, los veía cinco días casi completos a la semana, ¿y querían más? ¿Cómo es que tienen tanta energía para verse más tiempo la cara?

Jimin fue como aquel rayo de luz en medio de una tormenta, un acontecimiento totalmente inesperado en medio de una espantosa semana donde todo le estaba saliendo mal.

Quién diría que haberle aceptado un paquete de galletas de avena, que compró accidentalmente, le llevarían a esta situación.

Sus manos se mueven con familiaridad sobre sus muslos y la melodía de Canon in D llegó a sus oídos como si fuera parte de su ser. Mueve su cabeza a la par que el ritmo mudo que producen la punta de sus dedos y recuerda el rostro del joven bailarín.

Porque, si bien ya supo que ellos eran completamente diferentes, había algo que los unía.

Es inevitable la sonrisa que aparece en su rostro al verlo en sus memorias mientras se mueve ágilmente sobre un gran escenario, vestido con prendas que tienen una textura llamativa que ansía tocar desde la primera vez que pudo maravillarse con su arte y, con sobretodo, aquella calma que transmitía como si estuviese viendo al viento deslizarse con delicadeza hacia él.

Sus mejillas se sienten calientes al seguir anhelando tomar sus manos entre las suyas, recuerda haber notado que son más pequeñas a comparación de las de él cuando le señaló con su índice algo que estaba leyendo, logrando que su atención corriera desde sus palmas y brazos hasta llegar a su rostro, notando pecas casi imperceptibles alrededor de sus ojos, las cuales se ven ocultas tras delgadas hebras de cabello rubio, para luego no saber qué contestar a la pregunta que le hizo inicialmente, la cual olvidó, claramente.

Mira sus propias manos y siente una extraña mezcla de vergüenza, ansiedad, anhelo, vértigo y demás, ahora no podría descifrar cada sensación que tiene, puesto a que son demasiadas y le es difícil enfocarse en varias a la vez.

¿Realmente así se siente estar enamorado? Oh, Dios.

Qué cataclismo tan complejo y ajeno.

—Oh, lo estás haciendo de nuevo — el pálido se estremeció al sentir un escalofrío en su espalda —. ¿Y bien? ¿Qué piensas hacer con Park Jimin?

Yoongi suspiró y, nuevamente, alzó la mirada al techo. Sus ojos se movían mientras su ceño se mantenía fruncido y maltrataba sus finos labios, como si estuviera viendo sus escasas opciones para el siguiente paso que debe dar.

Aunque, ¿qué sigue después de haberse dado cuenta que está enamorado? ¿Declararse? ¿Esperar que el sentimiento sea mutuo?

Ugh, odia no tener las instrucciones claras.

—Supongo que seguiré saliendo con él.

—Citas, okey. Eso está bien — Namjoon asintió, conforme a la respuesta —. Ve con calma y, por cualquier cosa, tus padres y yo estamos para ti.

—Lo sé, lo sé — Yoongi murmuró, levantándose y yendo a un lado del contrario —. Ya vete, quiero dormir.

—Dijiste que tienes tarea.

—Voy a dormir.

—¿Y tu tarea–

—Dormir.





















—Cabeza, cabeza, cabeza... ¡Cabeza!

Yoongi encerró la palabra que estaba buscando en su sopa de letras y, segundos después, un par de manos se agarraron sus hombros a sus espaldas, ocasionando que raye más de lo que debería con su esfero favorito.

Con el ceño fruncido, está listo para insultar e ignorar a quien le haya molestado, pero cuando se da vuelta, éste desaparece de inmediato.

—Jimin — dice en un suspiro con una sonrisa, la cual es correspondida de inmediato —. M-Me asustaste.

—Lo siento, Hyung. Pero te estuve llamando desde que entré a la biblioteca y no me respondiste — el pálido abrió su boca, sorprendido, hasta había olvidado dónde estaba —. Hasta fui a buscar el libro que necesitaba.

—Sí, uhm. Me concentré mucho en esto — carraspeó —. ¿Para qué me llamabas?

—Para... Saludarte — Jimin sonrió aún más grande, sostuvo su libro en su diestra mientras que, en su otra mano, mostró sus auriculares blancos de cable —. Debo leer esto para una tarea y escuchar música me relaja, ¿quieres escucharla conmigo?

¿Qué?

De acuerdo, estas situaciones eran las que Yoongi odiaba ser él mismo.

Pueden parecer muy insignificantes para otros, pero para él, llegan a hacerlo pensar por un buen tiempo.

Analiza la situación y la pregunta, sabe que debe de ver entre líneas para saber lo que Jimin en realidad quiere preguntar, pero que, por alguna razón, no lo hace. Y es que hace mucho se dio cuenta que las personas a su alrededor – a excepción de su madre – suelen usar... indirectas.

Las cuales no son de su agrado porque lo ponen a pensar mucho para no decir alguna estupidez o ver las verdaderas intenciones de los demás.

Primero ve los audífonos y frunce su ceño, era la primera vez que los veía porque el rubio suele usar unos inalámbricos al momento de bailar y demases, por lo que ese tipo de audífonos con cable puede ser una excusa para estar más cerca.

Estar cerca significa uno que otro contacto físico leve, no es que le moleste, pero hay días en los que la textura de su ropa es incómoda y hoy es uno de esos días, y no quiere que nadie ni nada más toque su cuerpo.

Además, que Park tenga el control de las canciones que escuchará afirma que deberá escuchar algo nuevo a lo que no está acostumbrado. Pero tampoco es como que pueda decirle que él escogerá la música porque lo único que escucha es Michael Jackson y lo hace en bucle hasta cansarse.

Por último, su sopa de letras seguía incompleta.

Esa situación fácilmente le iba a distraer. Todo de él lo hacía.

Jimin miró al contrario con un poco de incomodidad, ya escondiendo sus audífonos y esperando un rechazo por lo que estaba tardando en contestar.

Y, cuando estuvo a punto de hacer como si no hubiese hablado para que cada uno esté en lo suyo, Min habló.

—No me gusta Harry Styles.

El menor lo vio con sorpresa, le tomó desprevenido tal declaración.

—Oh... E-Está bien. A mí me encanta.

—Lo sé.

Ambos se sumergieron en un silencio incómodo, muy incómodo. Es ahora cuando se necesita un manual de instrucciones para entablar conversaciones normales – según lo que dictan los demás – con la persona que te gusta.

Espera, Yoongi está estudiando Literatura y busca una maestría en Escritura Creativa. Él podría hacer uno.

Sacudió su cabeza, no quería volver a divagar.

—Sé que te gusta, por eso escuché sus canciones. Pero no me gustó.

Agradeció mentalmente a Namjoon, su maestro personal de relaciones sociales, por el brillo creciente en los ojos de su acompañante.

Oh, parecen estrellas. Lindos destellos.

—No tenías que hacerlo — él asintió, lo sabía —. No hay problema si no te gustó, podemos encontrar música que nos agrade a los dos y escucharla juntos.

—Michael Jackson es una buena opción... — murmuró — A-Aunque, podemos ponernos de acuerdo para escuchar lo que tu quieras. No ahora, no ahora porque–, porque... no quiero. Pero otro día, sí, puede ser.

Con el celular a la altura de su rostro, Jimin vio a su mayor jugar con sus dedos sobre la mesa mientras sus orejas se hallaban rojas. Esa vista le pareció adorable, por lo que sonrió de lado y dijo:

—Me gustan tus mejillas.

Instintivamente, Yoongi las cubrió.

—¿Mis m-mejillas? — el rubio asintió, pequeña acción que desencadenó un gran nerviosismo en todo su cuerpo — A mí también me gustan tus... mejillas.

—Ah, ¿sí?

Min tragó grueso y susurró: —S-Sí.

¿Cómo no le iban a gustar? Parecen tan suaves que quería tocarlas, para evidenciar si eran tan suaves como se ven, hasta el cansancio.

—Buscaré música que te guste, podríamos intercalar una canción que te guste a ti y una a mí en una sola playlist, ¿te parece?

Ante todo pronóstico, el pálido asintió. Era una buena idea, la verdad.

—Hablando de música... — Jimin murmuró, dejando sus pertenencias de lado — En unos días será mi cumpleaños.

—Lo recuerdo. Trece de octubre.

—Así es. Y mi mejor amigo quería hacerme una fiesta sorpresa en su casa de sus padres, que dejó de ser sorpresa cuando me pidió ayuda para contactar a unos compañeros de instituto — él rio, contagiando a su acompañante —. Es de la Universidad Nacional de Seúl y el lugar queda un poco lejos de aquí. Aun así, me preguntaba si querías ir conmigo.

Oh.

Uhm, eso no se lo esperaba.

Estaba pendiente del cumpleaños del rubio, pero solo pensaba en qué podría darle como obsequio. Ni siquiera pensó que él querría pasar ese día con él. Y eso que él piensa mucho.

—Tu amigo también está invitado — se refirió a Namjoon —. Podríamos presentarnos a nuestros amigos y divertirnos un rato. Taehyung es medio escandaloso, pero buen tipo. Les caerá bien.

Claro, la idea le parecía linda. Pero sería mejor si la palabra fiesta no estuviera incluida.

—¿Fiesta? — preguntó para verificar, a lo que recibió un asentimiento de cabeza — Fiesta de... personas y ruido, ¿no?

—De música, comida, personas y bebidas. Aunque, si no quieres beber, no hay problema.

De solo pensar en ese ambiente le da escalofríos. Es decir, habría música que desconoce, comida que, muy probablemente, odie. Además de personas muy cerca de él y, bueno, no es como que el contacto físico le desagrade en su totalidad, solo lo odia cuando es sin su consentimiento.

Parecía ver una gran tormenta.

—No soy una persona que vaya a fiestas muy a menudo — «en realidad, no he ido a ninguna que no implique libros y mucha calma» —. T-Trece de octubre cae jueves... El viernes tengo clases.

—Lo entiendo, pero la fiesta será el viernes en la noche. Para desestresarnos de la universidad y sufrir de resaca todo el fin de semana — Park rio, pero ahora el pálido no le hacía tanta gracia —. Quería aprovechar esta oportunidad para que conozcas a mis amigos.

—¿Todos los que irán son tus amigos? — Oh, Dios.

—Para que conozcas a mis amigos más íntimos — se corrigió —. Los demás son conocidos, hablamos de vez en cuando por mensaje — el pelinegro soltó un suspiro de alivio —. Allí estarán Taehyung, como te dije, y Jin. Aún no sé si Jungkook podrá venir, pero quería que te conozcan.

Yoongi conocía a los tres amigos de Jimin, aunque solo por su nombre, ni siquiera había visto una foto de ellos.

Sabe que Kim Taehyung estudiaba derecho en la UNS, en cambio Kim SeokJin asistía a su misma universidad, pero él ejercía creación teatral en otra facultad. Mientras que, Jeon Jungkook, está sin estudiar en Busan – ciudad natal del rubio – al ayudar a sus padres con su negocio de comida.

Así como él sabía uno que otro dato sobre esos tres, Jimin conocía casi lo mismo de Namjoon. Solo porque siempre estaba a su lado y les dejaba su espacio cuando él se lo pedía.

Es inevitable no sentirse un poco ansioso, es decir, le estaba dando paso a su círculo social y eso, según artículos que ha leído desde que el bailarín le empezó a gustar, era una buena y gigantesca señal de que su relación creciente iba en serio.

De verdad, se necesita un manual para este tipo de casos. ¿Por qué nadie se ha encargado de hacer uno?

—Uhm... — optó por murmurar, empezando a jugar con sus dedos — ¿S-Solo una fiesta?

—¿Qué te preocupa?

«Mira, es una larga lista.»

—Nunca he ido a u-una...

—¡¿Nunca?! — exclamó el contrario, asustándolo un poco — Oh, no, no. Debemos de cambiar eso. Taehyung asegura que una buena fiesta siempre es lo ideal para iniciar tu carrera.

—Ya estoy en quinto semestre.

—Por eso es un asunto grave el que no hayas ido a una — ¿lo era? —. Vayamos juntos a esta, me aseguraré de cuidarte.

—Pero tú también debes divertirte.

—Cuidarte será suficiente para mí. Aunque, si nos aburrimos mucho, podríamos... ir a otro lugar.

Y, con solo esas palabras, Min Yoongi cayó un poquito más.

—E-Está bien. Iré.

Pff, bien. Iría a una fiesta. No debe de ser tan difícil.

Quiso ver que ir a un evento así, además de poderlo catalogar como algo que puede o no hacer para conocer sus límites, sería de gran avance para su – espera que futura – relación con Jimin.

Debe asegurarse de que las nubes son lo suficientemente seguras para lanzarse sobre ellas.

gracias por leer¡! Pan les tqm.

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