004

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Mi rey, soberano, majestad.

Se dice gracias, maldito.
00:35 am.

NO HICISTE NADA.
00:35 am.

Wait, ¿cuándo cambiste cómo
te tengo agendado?
00:36 am.

Me lo dices después.
00:36 am.

AHORA QUÉ LE DIGO A YOONH?!?!?
00:36 am.

Calm down, my little humano.
00:37 am.

Namjoon me dijo que Yoongi,
probablemente, no quiera volver.
00:38 am.

ASÍ QUE SÉ UNA PERSONA NORMAL
POR UNA VEZ EN TU VIDA Y SÉ DIRECTO.
00:39 am.

:c
00:40 am.

No chilles.
00:40 am.

Solo dile que yo ya arreglé el asunto
de la cerveza mandando a otro en su
auto y que no los necesitamos.
00:41 am.

Sueltas algo como "La fiesta era muy
ruidosa, ¿no?" o "La noche es tan linda
que quiero apreciarla por más tiempo".
00:42 am.

Me he armado una historia yo solito.
00:42 am.

Sigo, le pides que te acompañe para
que hablen y ya.
00:43 am.

Se comen la boca, provecho.
00:43 am.

Desagradable.
00:44 am.

BIEN QUE QUIERES.
00:44 am.





















—Jin dice que ya no nos necesita.

Yoongi le miró, asintiendo con lentitud. Sus manos seguían unidas y, sinceramente, él temía que empiece a sudar e incomodar al mayor.

Dios, por favor no.

—¿Deberíamos volver?

—¡No! — contestó con rapidez y nerviosismo — Es decir, no quiero. L-La noche es... silenciosa y linda, quiero apreciarla un poco más.

—Bien, después de todo, la fiesta era muy ruidosa.

—No te gusta el ruido. — Dedujo.

—Me aturde — admite en voz baja —. Prefiero el silencio.

—Oh, lo entiendo, a veces me pasa. Cuando estoy ensayando por horas, necesito un descanso de absoluto silencio o siento que romperé en llanto.

Yoongi le miró con sorpresa, lo entendía.

—De nuevo, lamento que hayas conocido así a mis amigos, ni siquiera pudiste hablar con ellos.

—Pues... fue tu idea, una muy tonta, la verdad.

—Les dije que hoy era una noche importante. Jungkook se puso borracho porque estaba nervioso y estresado, además era la única noche en la que estaría en Seúl porque tuvo que hacer una gran entrega de pastelitos en la tarde y mañana se regresa a Busan, Taehyung estaba ocupado siendo el anfitrión y Jin... Jin es sólo Jin, no esperaba mucho de él. Normalmente, son muy tímidos.

—Una fiesta no es un lugar muy adecuado para presentaciones, mucho menos para catalogarlo como una noche importante.

Jimin rio, apegándose más al cuerpo del mayor.

—Tienes razón — dijo —. Intentaré cuadrar otra salida.

—Bien, Namjoon y yo estaremos al pendiente.

—¿Solo voy a conocer a Namjoon?

El pelinegro asintió, dudando un poco. ¿A qué se refería? ¿A quién más querría conocer?

¿A sus padres? ¡Es muy pronto!

—Pues... Es mi mejor amigo. Es más un hermano, aunque mi mamá casi lo saca de la familia cuando rompió su taza favorita.

—Oh, deben conocerse desde hace mucho.

—Sí, estuvimos juntos los últimos años de escuela y todo el instituto hasta ahora la universidad.

—¡Eso es mucho! — exclamó el rubio — Yo no tengo amistades tan largas. ¿Cómo se conocieron?

—No te vayas a reír — Yoongi declaró rápidamente y Park asintió —. Me cambiaron de escuela a dos años de terminarla, era nuevo y no hablaba con nadie, evidentemente, tampoco es que hago amistades con facilidad. Mi papá le pidió a su mamá que intentara ser mi amigo porque tuve una mala experiencia con otros niños, así que él solo vino hacia mí una clase cuando el maestro no estaba, me dijo que desde ese momento éramos amigos y que me iba a cuidar.

—¿Compartían clase? Él es mayor.

—Repitió sexto grado.

El menor asintió, un poco sorprendido, queriendo sonreír por imaginarse a un pequeño Min, pero su sonrisa se esfumó apenas se asomó.

—Siempre me tacharon de... Raro — aclaró el pelinegro, al ver la expresión confusa y triste del contrario —. La mala experiencia fue que, digamos, unos niños me golpearon porque les dije abiertamente que los odio y que sus padres estaban con ellos ya que no tenían otra opción y, muy probablemente, los abandonarían si pudieran.

Jimin detuvo su paso para verlo con seriedad, queriendo encontrar un atisbo de que aquello no era cierto.

—En mi defensa — se apresuró en decir —, ya me habían molestado porque mi papá no es mi padre biológico. Se lo merecían. Era eso o que me sigan fastidiando.

—Ya no sé si preguntar a quién sancionaron.

—A los maestros que no hicieron nada cuando les conté todas las burlas que me decían.

El menor asintió, retomando su paso sin ningún destino en específico.

—Después de eso, me cambié de escuela y conocí a Namjoon. El resto es historia.

—Uhm, la historia de con amigos no es muy interesante. Es más, no he tenido ninguna amistad que haya durado tanto tiempo. Taehyung y yo nos conocimos cuando entré al preuniversitario de Derecho y a Jin cuando buscaba cambiarme de universidad, aunque solo hablábamos en línea para jugar overwatch y estar al pendiente de las admisiones. En cambio, fui al mismo instituto que Jungkook, pero a grados diferentes, empecé a hablar con él al mismo tiempo que conocí a Jin porque él también quiere estudiar literatura.

—¿Por qué te cambiaste de carrera? Son muy diferentes.

—Mis padres me incitaron a escoger derecho, ya que ellos también fueron a la Universidad Nacional y tuvieron los mejores promedios de su facultad, ambos son abogados y tienen su propio bufete.

—Entiendo, pero tú no querías eso.

—Siempre me gustó el baile, pero ellos no estaban de acuerdo.

—Debes verte maravilloso bailando.

Jimin sintió sus mejillas rojas y tragó grueso cuando vio al mayor sonreír, su corazón también sonrió y cobró vida propia ya que quería salirse de su pecho.

—Cuando tenga una próxima presentación, te invitaré — propuso cuando llegaron a la tienda de conveniencia —. Compraré ramen, ¿quieres algo?

—Café — dijo, bostezando, aunque de inmediato negó con la cabeza —. No, agua, el café me da sueño.

—Es la primera vez que escucho a alguien decir que el café le da sueño. Yo tengo que tomar una gran taza cada mañana para despertarme por completo, además de una ducha fría.

—Yo lloro cuando tengo mucho frío.

—Espera, espera. Compraré mi ramen y seguiremos con esta conversación.

Yoongi asintió, soltándose del agarre cuando el menor entró a la tienda y fue rápidamente por el pasillo donde su comida debería estar. Por mientras, él se sentó en una mesa redonda que el local tenía en la calle.

Al esperar, sacó su celular y le escribió a Namjoon.

No pasó mucho hasta que Jimin volvió, sosteniendo con cuidado sus fideos y su botella con agua en su antebrazo.

—Así que... El café te da sueño, el frío te provoca llanto y siempre buscas hablar de Michael Jackson porque es tu cantante favorito — dijo, acomodándose en su asiento —. Te gusta la poesía y todos los colores, debes escuchar música cuando estás leyendo para concentrarte y quieres adoptar un gato para llamarlo Banana.

—Has escuchado.

—Yo siempre te escucho.

Yoongi sonrió y bebió de su bebida, disfrutando del momento que estaba compartiendo con el rubio a esa hora.

Aunque admite tener un poco de sueño.

—Nam dice que le agradan tus amigos.

—¡Sí! — exclamó el rubio — Jin me acaba de enviar un mensaje, estaban jugando Monopoly y ahora Namjoon les está explicando cómo las cárceles no funcionan por culpa del capitalismo, después de que Jungkook se haya puesto a llorar porque cayó por quinta vez en la prisión. Se parece un poco a ti.

—No lo creo. — Dijo, frunciendo su ceño.

—Ambos son como una enciclopedia, aunque no he hablado mucho con él. De ti mismo y de lo que sea en el mundo. Eso es muy interesante.

—Supongo que es bueno conocerse a uno mismo y lo que hay a su alrededor.

—Tienes razón, pero yo no podría albergar tanta información.

—No es mucha, como piensas. Solo me gusta leer.

—Mi némesis, la lectura — Min se rio —. No leo a menos que sea por voluntad propia.

—Yo también — admite —. No he leído muchos clásicos de la literatura, como La Divina Comedia, en mi facultad se jactan mucho de haberlo hecho. Leo lo que llame mi atención.

—¿Y qué se necesita para llamar tu atención?

—Normalmente no tengo parámetros de favoritismo, sucede y ya. Aunque, siendo sincero, nunca leeré algo que sepa que me hará daño, como un drama.

—Aburrido, esas son las más interesantes.

—No me gusta sufrir en vano.

—¡No es vano! Creo que las mejores historias son aquellas que te hacen sentir emociones tan fuertes como la angustia, terror o misterio — Yoongi asintió, dándole la razón, pero aun así él no leería ese género ni aunque le pagaran —. Personalmente, me gusta más el romance.

—Yo quisiera escribir un romance.

—Cuando lo hagas seré tu primer y fiel lector — el rubio dejó a un lado su comida y extendió sus manos al centro de la pequeña mesa donde se encontraban, con la punta de sus dedos picando para volver a tomar aquellas manos pálidas que añoran —. ¿Es muy difícil? Las historias de romance solo es mostrar cómo dos personas se enamoran.

—Uhm, no. Es complicado y yo soy muy estricto con lo que escribo. Tiene que ser perfecto, además, pienso que escribir y mostrar un producto literario conlleva mucha responsabilidad en lo que muestras, más en las historias de romance, por la cuestión de que los sentimientos como el amor te hacen idealizar muchas cosas y, o, actitudes que no están bien. Enamorarse es todo un proceso delicado.

—Ahora quiero leer tus historias — el mayor sonríe, dejando también su bebida para apoyar su rostro entre sus palmas —. No creo que enamorarse sea tan complicado.

—¿Te has enamorado?

La pregunta lo tomó por sorpresa, pero asiente de inmediato.

—Es más complicado deducir que tu enamoramiento es correspondido, tener la seguridad que no serás rechazado.

—Para ello existe la comunicación — reclama —. Si no estás seguro, pregunta al respecto. Es por eso también que muchas relaciones no funcionan, por falta de comunicación.

—¿Y tú...? — Park carraspea, pues las palabras salieron de su boca antes de haberlas pensado — ¿Te has enamorado?

Yoongi se queda callado.

Y Jimin no sabe qué respuesta esperar, puesto a que su pregunta es muy ambigua para lo que de verdad quiere tener en claro.

—No lo sé — responde después de unos segundos de silencio —. Enamorarse es complicado. Los sentimientos son complicados.

—¿Por qué?

—No me gusta sentir algo que no puedo tocar — está consciente que, muy probablemente, lo que está hablando se escuche sin sentido —. Es extraño, pero... ¿Soy una persona más práctica? Tal vez, es como si no entendiera la teoría de los sentimientos. Solo pienso que los sentimientos deberían tener una personificación, como mínimo.

—¿Cómo cuál?

—Por ejemplo, para mí... La felicidad es tocar una brisa fresca.

—La brisa — Jimin repitió, extendiendo su mano libre hacia la calle, sintiendo una delicada ventisca por la fría noche —. La brisa trae humedad.

—La felicidad no existiría sin el sufrimiento. No me gusta la lluvia, mucho menos sentir que las gotas de agua caen sobre mi cabeza, ese es mi dolor porque odio y amo muchas cosas que puedo sentir con el tacto, es más fácil para mí entenderlo de esa manera ya que no se trata de algo intangible.

A Jimin le fue inevitable no soltar una risa risueña. Le parecía interesante todo lo que salía de la boca del mayor.

—Sin embargo, me gusta la brisa que hay después de cada llovizna. El viento, aire o lo que sea que respiramos porque me parece interesante. Es decir, es un algo que siempre está con nosotros, no lo podemos ver, ni tocar. Pero si extiendo mi mano, podría estar tocando todo y nada a la vez. Además, no me genera ninguna incomodidad.

—Oh, ya entiendo. Percibes a la felicidad como la brisa porque combina lo que te gusta y lo que no, ya que la felicidad depende del dolor, así como tú no disfrutarás del viento fresco sin un poco de lluvia.

Yoongi sonrió y asintió, dejando sus manos al lado de las de Jimin, también ansiando tocarlas.

Par de tontos.

—Había una figura literaria para lo que estás diciendo, no recuerdo cual.

—¿Las analogías? — Park asintió — Las conozco y uso mucho.

—Vaya, todo es tan... fascinante. Eres maravilloso, Min Yoongi — y el nombrado sonrió, alejando los pensamientos que eso no era así —. ¿Puedo tomar tu mano?

—A-Ah, sí. Claro.

—Pero, ¿no es lo mismo decir que la felicidad se siente como la brisa fresca a que la felicidad es, no sé, una comida o actividad? — preguntó el rubio, acariciando el dorso de la mano que ahora atesora — Yo soy feliz cuando bailo, ¿no sería lo mismo decir que tú eres feliz cuando estás escribiendo?

Él negó.

—Sé qué cosas me hacen feliz, no vayas a creer que soy de piedra — tuvo la necesidad de aclarar —. Solo... es más fácil para mí decir que la felicidad se siente de tal manera, a la vez qué es lo que me hace feliz. Sí, soy feliz escribiendo. No soy bueno como los demás si se habla de abstractos o intangibles. ¿Sarcasmo o ironía? No lo uses conmigo porque no lo voy a captar. Ese tipo de cosas.

—Eres feliz al escribir y, a la vez, ese sentimiento es como cuando tocas la brisa que corre después de una llovizna, ¿no? — asintió, emocionado por haberse dado a entender — ¿Es así con todos tus sentimientos?

—Sí. Por ejemplo, el odio es como cuando escucho truenos en una tormenta. No me gustan las tormentas, son muy ruidosas.

—Entonces, si la felicidad es la brisa y el odio, los truenos, ¿qué es enamorarse para ti?

—Muchas cosas — suspiró —. El amor es una emoción, no un sentimiento, aunque aún no comprenda la diferencia entre ambos. Leí que la emoción va antes que el sentimiento, pero el amor es un conjunto de sentimientos, mayormente positivos y posesivos, pero a medida que pasa el tiempo, van naciendo nuevos sentimientos de todo tipo, es como un vaivén de carga de energía emocional y me marea.

—Uhm, creo que se basa más en percepción. Enamorarse es un proceso, pero yo trataría de disfrutar cada etapa. Siempre digo que mi yo del futuro se hará responsable de mis acciones — inevitablemente, Yoongi se rio —. Sí, disfrutaría del hoy sin preocuparme del mañana. Como ahora.

—Tal vez... — murmuró — Tiene sentido.

Jimin suspiró, relajando sus músculos que no notó tensos, estar con el mayor le daba paz. Eso también le gustaba. Con un atisbo de valentía, entrelazó sus dedos, dejando olvidado su pequeño aperitivo y todo el nerviosismo que le consumía, sin saber que Yoongi aguantó su respiración por unos segundos.

Desde que sus pieles se tocaron, el pelinegro apreció cuán suaves eran, hacían buen contraste con las suyas al ser ásperas. Se veían perfectas juntas.

Le asustaba un poco, debe de admitir.

La primera vez que, lo que sentía por Park Jimin no era una simple amistad, aconteció en la biblioteca, dichoso lugar que ha sido testigo de su naciente historia de amor.

El rubio hablaba sobre lo que había hecho la noche anterior, hasta ahora, no está seguro lo que le contó aquella tarde. Pero de lo que sí recuerda a la perfección, fue haber sentido como si el espacio y tiempo se hubiese detenido para trasladarlos a una enorme, blanca y esponjosa nube.

En algún punto de la conversación dejó de escuchar, lo cual no es muy raro, hay momentos en los que parece que su cuerpo decide por sí solo dejar de funcionar, así que no le extrañó, fingiría haber escuchado para luego rogar que no le haga una pregunta al respecto.

Sin embargo, después de eso, lo que sí le pareció raro fue haber notado las pequeñas pecas que adornan sus mejillas.

Mismas mejillas que deseó apretar entre sus dedos segundos después.

También, del lunar en su frente y las pequeñas raíces de cabello negro que empezaban a asomarse por su cabellera.

De esa diminuta diferencia entre sus pupilas que le interesó saber el por qué.

Del número de pendientes que tiene en total, parecía que le gustaba.

De los tatuajes dibujados con tinta negra en su nuca y brazos, los cuales eran frases cortas o palabras con una caligrafía desordenada.

De la manera en la que, a veces, su labio inferior parecía más grande que el inferior.

Así, otras muchas cosas, por ejemplo que tiene mechas de cabello con una forma diferente a las demás, como si hubiesen sido tocadas constantemente entre sus dedos.

Su respiración automática se detuvo cuando se dio cuenta de todo esto.

Intentó mantener la compostura y alejó el ruido de sus pensamientos – que iban y venían por todas las direcciones, con olor a quemado y sabor agridulce –. Lo siguió mirando, como si una gran tormenta de una nube negra no hubiera posado encima de él.

No es la primera vez que descubre que alguien le gusta, tal vez, sí es la primera vez que ha llegado a enamorarse.

Desde esa tarde tenía un poco de temor. De sí mismo.

De Jimin.

—¿Por qué piensas que enamorarse es fácil? — preguntó, queriendo sacarse un poco la curiosidad.

—Nunca dije que enamorarse fuese fácil, sé que es difícil. Pero creo que lo más complejo de todo ese proceso es saber que tu amor es correspondido y mutuo con aquella persona especial, porque la incertidumbre apesta y es una de las peores sensaciones para mí.

—Tienes un punto.

—Además, cualquiera puede fingir amor.

Yoongi le vio con el ceño fruncido.

—Creo que fingir amor es aún más difícil que enamorarse.

—Es fácil cuando una persona que no está enamorada finge estar de quien sí lo está, creéme.

—Y luego dices que saber si tu amor es correspondido es más fácil.

—Esa situación no aplica para el proceso que conlleva a enamorarse, eso es crueldad del ser humano — dijo el rubio —. Enamorarse es lindo cuando te dejas llevar.

—Difícil para mí.

—¿Nunca te has enamorado?

—Es que no lo sé — murmuró, con su característico puchero al quejarse de algo que no entiende —. No me preguntes más al respecto.

—Bien, lo siento — Jimin susurró, dándose cuenta de la incomodidad que el tema traía —. Me gusta estar conociéndote más.

—Todo este tiempo nos hemos estado conociendo.

—Sí, pero no de esta manera. En la biblioteca solo hablas de libros y pianos.

Era verdad, mientras que el bailarín hablaba sobre su día a día y uno que otra preferencia que tiene – como aquel día en el que le dio a probar un Mogu Mogu –. Él piensa que sus conversaciones no han sido significativas en su experiencia al comenzar una relación.

Si bien ya conoce mucho sobre lo que le gusta a Min Yoongi y los cientos de datos que almacena en su cabeza, mentiría si dijera que ya lo conoce, al menos, un poco más a comparación que sus anteriores parejas antes de formalizar.

—Me gustan los pianos...

Sin embargo, para Min Yoongi, era muy diferente.

—Y es lindo escucharte hablar de ellos — no quería sonar como un tonto, pero también quería ser honesto —. Solo–, es un poco aburrido no tener otro tema de conversación.

El pelinegro lo miró con el ceño fruncido, ¿ahora él es el aburrido?

Siempre creyó que los demás lo eran.

Estaba confundido.

Namjoon siempre lo escuchaba, sus padres igual y... bueno, no hay nadie más significativo en su vida, puesto a que con sus compañeros de facultad solo hablaban de tareas, proyectos y en cuán desacuerdo estaban con la metodología de su profesor de historia del arte.

No es como que vaya con cualquier persona a contarle que el piano, en su creación, lo habían llamado «clavecín con sonido suave y fuerte». Su conocimiento solo es para algunos.

—No me malentiendas, no quiero que ya no hables sobre lo que te gusta ya que sé que lo haces por lo mismo, porque te gusta. Pero pienso que podríamos tener este tipo de conversaciones más seguido... No en la biblioteca... En otros lugares, como ahora. Siento que te conozco mucho y, a la vez, no.

Mierda, tiene razón. Tal vez, sí deba cerrar la boca un momento. Ahora le dio un deja vu.

—Por eso me preguntaba si querías tener una cita... conmigo. Una como ahora.

Una qué.

—¿Estamos en una cita?

No podía ser cierto. ¡Él creía que ya estaban teniendo citas en la biblioteca!

Qué desastre.

—Sí — contestó el menor —. S-Si quieres. Si quieres, es una cita. Si no, no lo es.

—Sí o no.

—Depende de ti — Yoongi le miró con firmeza —. Pero no me mires así que me pongo nervioso — y una risa se escapó de sus labios, era atemorizante la manera en la que Park Jimin repercute en él —. Lo lamento, ahora sé que debo ser directo con lo que digo.

—Por favor.

—Entonces, ¿quieres tener una cita conmigo?

El pelinegro desvió su mirada, en un estado dubitativo de mentira para luego asentir y decir: —Sí, quiero tener una cita contigo.

—¡Bien! — festejó el rubio — D-Digo, genial. Bien, bien. Ahora — suspiró, ya más calmado —, sigue contándome sobre eso de las emociones y sus personificaciones. Quiero aprender el diccionario de Min Yoongi.

Esa noche, Jimin se dedicó a escuchar y Yoongi, a hablar.

Algo que no había hecho hace mucho con otra persona que no sea Namjoon o su familia.

Y ambos no pudieron estar más cómodos con ello.

Bueno, este capítulo no salió como esperaba, ni siquiera alcanzó las 4k palabras, desastre en su esplendor jaskas.

Quiero hacer saber que la historia será un tanto lenta y repetitiva, muy repetitiva en cuanto a Yoongi (creo que ya lo habrán notado) porque de por sí yo ya soy muy repetitivo con lo que escribo, Yoongi también lo es, por algo me inspiré en mí mismo para hacer su personaje.

Ah, y tampoco me traten mal a Jimin porfas, él no sabe que Yoon es autista y la trama va hasta que él mismo tiene problema con ello.

Así que, paciencia, mucha paciencia.

Gracias por leer, cualquier duda, insulto, carta de amor o lo que sea déjenlo en los comentarios. Creo que esta historia será como muy perdida, es que Yoongi es yo y eso lo hace aún peor jaksjas.

Pan les tqm. 

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