007

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Sabes qué? ¡Al diablo Yoongi! ¡Hazte hetero!

Jimin vio de reojo a Jin, mientras su atención estaba puesta en su celular, más específicamente, en el chat que tiene con Min.

Le ha estado ignorando desde el día de la cita.

—Él ya es bisexual — respondió Taehyung por él, también concentrado en sus cosas —. Y que quieras cambiar tu orientación por una mala experiencia es ofensivo, yo soy gay.

—¿De verdad? Soy un aliado.

—Eres el hetero del grupo para la inclusión forzada.

—¿Y Jungkook?

—Queer.

—Oh, eso no lo sabía — murmuró el mayor, aunque después hizo una mueca de completa indignación —. ¡¿Soy la minoría aquí?!

—¿Quieren callarse? — Park preguntó, acostado en el suelo alfombrado de la habitación de Tae cuando los otros dos empezaron a reírse y mofarse el uno del otro — Estábamos hablando de mí.

—Estoy del lado de Jin ahora.

—¿Ignorarte por tanto tiempo? Es como un trailer a lo que sería una mala película.

—Tal vez se olvidó de contestar...

—¿Por una semana? — el mayor bufó — Lo has visto correr de ti y esconderse detrás de Namjoon como un niño pequeño, es tan raro.

—No le digas así.

—Solo no le des tantas vueltas al asunto. Si no quiere hablar contigo, tampoco es como si lo pudieras obligar. Acéptalo.

Jin se encogió de hombros, cerrando la conversación.

En parte, entendía de cierta manera que el contrario empiece a mostrar rechazo hacia Yoongi, ¿cómo no hacerlo después de escuchar sus esperanzas a lo que parecía ser un chico, para después verlo atento a su celular por si le escriben? En su lugar, él también estaría muy enojado.

Y sí, admite que las acciones de Min Yoongi le están lastimando.

Al principio, pensó que estaba siendo un poco paranoico. Tal vez, se quedó dormido después de llegar a casa y al día siguiente estuvo muy ocupado como para revisar su celular. Se preocupó cuando faltó dos días a clases, cuando lo vio caminando con la cabeza gacha y agarrado de la manga de Namjoon tras ello, pensó en saludarlo y preguntarle si está bien, pero lo único que recibió fue una muy rápida huida para alguien que odia correr.

Le lastimó, no va a negarlo. Necesita una buena explicación para eso.

Un rechazo dolería menos que la indiferencia y la incógnita de si él es el problema.

—Ya, no te agobies tanto — dijo Taehyung, abrazándolo por los hombros —. Pasa de página.

¿Pasar de página? Le da gracia porque siente como si ni siquiera hubiera empezado a leer su propio libro.

Al pasar unos días, Jimin dejó de estar tan pendiente de Yoongi.

Aún le molesta, claro está, pero sus amigos tienen razón, no debe estancarse en ello. No ahora que tiene una presentación importante en un festival de artes que se dará en poco más de un mes, ocasión perfecta en la que se puede empezar a dar a conocer en aquel ámbito, al menos, por los alrededores.

Pero admite que es capaz de ir si es que Yoongi solo lo llama.

Siempre le ha gustado la danza, aunque por muchos años lo mantuvo oculto por el evidente rechazo de sus padres y no fue hasta hace poco que se dio una cachetada – no tan mental – para finalmente hacer lo que le gusta después de sentirse tan miserable estudiando derecho.

La negativa de su familia sigue vigente, a excepción de su hermana, pero es algo con lo que puede vivir. No le importa tanto.

Una melodía que encontró por internet suena en el salón que apartó para sí mismo, sigue teniendo un poco de vergüenza que otros le vean bailar, sin embargo, sabe que es algo a lo que debe de soltarse a medida que pasa el tiempo. Aun así, por el momento, prefiere practicar a escondidas y luego mostrar su trabajo pulido.

No se decide si usar una canción con letra o solo el sonido que produce un solo instrumento como el piano o un violín, aunque se inclina por la segunda opción, pues quiere explayar todo lo que quiere expresar únicamente con su cuerpo, sin necesidad de palabras.

Pero, ¿qué quiere expresar? Aún no lo sabe.

Suspiró y dejó que la música se produjera en los parlantes mientras se estiraba, debatiendo si era buena idea presentar una propuesta fuerte y densa donde predominan sentimientos como la ira e irracionalidad o una totalmente opuesta, con tristeza y añoranza de protagonista. Personalmente, esos dos extremos de emociones le gusta presentar con su lenguaje corporal.

Tal vez haga ambas.

Estaba tan ensimismado en él mismo que no se dio cuenta de una pequeña figura que lo veía desde la puerta del salón.

Y no fue que se dio cuenta hasta que sus miradas chocaron por accidente, haciendo que sus movimientos cesen con delicadeza, pero consiguiendo que su espectador se cayese de espaldas por haber estado arrodillado por alrededor de diez minutos.

—¡Yoongi! — exclamó el rubio, yendo rápidamente hacia él con la intención de ayudarlo.

Pero el pelinegro se había levantado tan rápido como se cayó por la enorme vergüenza que lo consumió.

—Ya me levanté. Ya me levanté — repitió, carraspeando —. B-Bailas muy bien.

—Solo estaba calentando.

—Igual l-lo haces bien...

Jimin suspiró, sin moverse un poco y cruzó sus brazos por encima de su pecho, como si estuviera esperando algo. Y lo hacía.

Tristemente, no es la primera vez que alguien con quien está saliendo le ignora por completo sin razón aparente, ya tiene experiencia en esto y, en realidad, antes no le molestaba tanto como ahora. Puede que la razón de ello sea que se trate de Yoongi, sí, el mismo chico que alardeaba de que en una relación es vital la comunicación.

Ellos no tienen una relación amorosa, pero sí social o lo que sea. Y en ambas situaciones deben hablar.

—Uhm...

—¿Necesitas algo? — optó por preguntar, viendo que el contrario divagaba por sus pensamientos — Estoy ocupado.

—Sí. Tengo que decirte algo. Importante, muy importante.

—Te escucho — dijo, descansando su cuerpo en el marco de la puerta —. Adelante.

«¿Qué iba a decir? Ah, sí.»

Después de una semana reuniendo valentía, regaños pasivos de Namjoon y una incómoda visita a su psiquiatra, Min Yoongi está listo para hablar.

O algo así.

—Espera, escribí en orden lo que debía decirte. — Y, sin poder evitarlo, el rubio sonrió cuando buscó en las notas de su celular lo que hizo hace dos noches.

Mierda, es tan débil.

—Primero, las disculpas.

—¿Cuántos índices tiene tu lista?

—Siete, pero no creo decirlos todos — carraspeó —. Lamento... haberte ignorado por este tiempo. No contesté tus mensajes ni llamadas, en un principio no lo hice porque estaba incómodo conmigo mismo y después me dio miedo tu reacción, pero ya reuní el suficiente valor para hablar contigo, ¿aceptas?

—Claro — Jimin respondió, cruzando los brazos por encima de su pecho. Su ensayo puede esperar —. Prosigue.

—Soy... — Yoongi suspiró — Un poco difícil.

—¿Ah?

—Ya te conté sobre mis dos relaciones pasadas, una en la que no parecía una relación de pareja y otra en la que accedí a muchas cosas que me incomodaban. Y, como habrás notado, Namjoon es mi único amigo sin contar a mis padres. Siento que suena patético y como una mala señal para que dejes de hablarme en este mismo instante, pero quiero dejar en claro algo.

» Cualquier relación social, amistosa o romántica se basa en sentimientos y acciones. Ya sabes que los sentimientos para mí es lo más ambiguo que pueda existir, así que estoy en desventaja en eso, pero aun así yo quiero, realmente anhelo ser una persona normal, con relaciones normales y reacciones normales.

» Pensé que estaba bien con eso porque no creí hablar con alguien más que no sea Namjoon y mis padres, ellos se adaptaron más a mí que yo a ellos. Y después de una visita con mi psicóloga y psiquiatra, estoy comprendiendo varias cosas que no deberían ser como son.

El pelinegro cerró los ojos, así le daba más valentía a sus palabras, aunque suene muy estúpido. Sus manos sudaban detrás de su espalda.

—Y tú... Me gustas mucho. De verdad.

Oh, vaya.

—Amo escribir y siempre he dicho que mis escritos se basan mucho en mis sentimientos. Sé que en verdad me gustas tanto como para estar escribiendo sobre ti y un nosotros que aún no existe, en vez de plasmar mis pensamientos ansiosos sobre un mundo donde parezco no pertenecer. También estoy consciente que puedo escribir mil y un palabras sobre ti, pero no las puedo decir y, muy probablemente, si lees lo que escribí no lo vas a entender porque hasta ni yo mismo me entiendo a veces. Todo es tan complejo y mi organización es pésima, las ideas van y vienen, pienso que el amor es un laberinto lleno de caos en el que una persona debe de llegar a la salida junto a alguien más, pero, ¿qué hay después de ese laberinto? Tal vez en la salida encuentres que el amor es tan sencillo como respirar y dejar que las nubes...

—Yoongi, respira.

—¿Ah?

—No creo que estés respirando. — Dijo, pues todo lo había dicho de una forma veloz y algunas palabras no entendió.

—Tienes razón — Min inhaló y exhaló —. Gracias. Ya no recuerdo qué estaba tratando de explicar, pero vuelvo a recalcar que me gustas mucho por si no quedó claro.

Ahora Jimin se sentía pequeñito.

Min Yoongi es así, lo había obviado, siempre tendiendo a irse a los extremos de la comunicación. Uno es aquel en el que no dice ninguna palabra por horas y otro es el que, si una vez empieza a hablar, no hay manera de que alguien lo calle. Sin contar la honestidad y literalidad que lo acompaña a cada momento.

Y eso le encanta.

—Yoongi... — él también es un incrédulo — ¿De verdad?

—A veces no recuerdo lo que digo hace unos minutos, no es algo que pueda mejorar o cambiar. Necesito ayuda con eso, lo siento.

—No, no te disculpes por eso. Preguntaba si en verdad te gusto.

—A-Ah, sí. Jimin, me gustas — una vez que lo dices en voz alta, no es tan difícil repetirlo —. Sí, me gustas mucho. Eres lindo.

—¿Solo te gusto porque soy lindo?

—Tu rostro es lindo al igual que todo tú. Cuando digo eres lindo me refiero a que me gusta ver las pecas en tu rostro que escondes detrás de maquillaje, sobre todo las que desaparecen cuando sonríes y cierras tus ojos porque me indica que estás feliz, pero también me refiero a que es linda tu pasión por el baile, la manera en la que me tratas de entender, tu comportamiento. Todo tú eres lindo.

Mierda, ¿Yoongi había dicho todo eso? Ni él mismo se lo cree.

—Tú también me gustas, Yoon — tal vez, no era la declaración que ambos habían imaginado, pero sus corazones latían igual de fuerte que en sus ensoñaciones —. También me gustas, mucho.

Había una explosión de sentimientos en cada uno. Por un lado, Jimin permanecía estático con los brazos a los costados de su cuerpo, pero con una sonrisa tan grande que Min querrá enmarcarla para observar por el resto de su vida, mientras que Yoongi no pudo evitar dar unos cortos y pequeños aplausos con sus manos para luego cerrarlas en puño y agitarlas como si tuviese un par de maracas con él.

Solo stimming.

—¿Ahora qué?

—¿Uhm?

—Jimin, ¿qué se hace después de decir que nos gustamos?

panenamorado.

HOLA POR FIN AKSJNAKSJS AMO A MIS NUBECITAS.
Un cap corto, pero el primer arco de la historia a finalizado, el segundo será con más azúcar y momentos dulces con estos dos, ¡gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro