xxiii. The Nightmare Before Christmas

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TWENTY-THREE THE NIGHTMARE BEFORE CHRISTMAS



(192 DÍAS ANTES)

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GRACIAS A MALECRIT POR EL PERGAMINO.

FRED: ¿Quieres saber algo impactante?

BRIAR: Siempre.

FRED: Umbridge está tan pegada al culo de Fudge que cree que Quien-Tú-Sabes no ha regresado. E intenta robarle el trabajo a Dumbledore.

BRIAR: Mierda, eso es malo.

FRED: Se ve que usa plumas de sangre en sus castigos.

BRIAR: Freddie.

FRED: ¿Si?

BRIAR: ¿Qué son?

FRED: Son plumas que usan la sangre del escritor como tinta.

BRIAR: OH, NO.

FRED: ¡SÍ!

BRIAR: Que no te castiguen, por favor.

FRED: Ya soy mayor, Briar.

BRIAR: :-(

FRED: :-)

BRIAR: :-(

FRED: :-)

BRIAR: :'-(

FRED: :-*

BRIAR: Qué diablos es eso.

FRED: Se supone que es un beso, pero se ve horrible.

BRIAR: Ohhhhh.

FRED: Yep.

FRED: Por cierto, George piensa que somos patéticos.

BRIAR: ¡Espera! ¡Quiero hablar con George!

BRIAR: ¡Y con Lee!

BRIAR: ¿Por qué no? :-(

FRED: Tiene Cuidado de Criaturas Mágicas, no Encantamientos.

BRIAR: Ohh, olvidé que dejasteis la asignatura.

FRED: Olvidé que tú no.

BRIAR: Y estoy amando la vida por eso.

FRED: ¿En qué estás ahora?

BRIAR: Uh, ¿en mi uniforme de Beauxbatons?

FRED: Briar.

BRIAR: Vale.

BRIAR: Guárdalo para más tarde.

BRIAR: ;-)

FRED: ... Bueno.

FRED: ;-)

FRED: Noticia: George piensa que somos aún peor.

BRIAR: Whoops.

FRED: ¿En qué clase estás?

BRIAR: Bellas artes.

FRED: ¿Es la muggle?

BRIAR: Más o menos... Es como literatura e historia del arte y otras cosas, pero se centra principalmente en muggles que hicieron esas cosas.

BRIAR: Tenemos una clase sobre portadas, es un poco aburrida.

FRED: Ahh, vale.

BRIAR: ¡Aún quiero hablar con George! :-(

FRED: Espera.

BRIAR: ¡Gracias, cielito!

GEORGE: ¿Entonces sois patéticos?

BRIAR: Estoy en una clase viendo un documental muggle sobre Byron en este momento, ¿qué esperas de mí?

GEORGE: Bueno.

BRIAR: ¡Pasa cuando se trata de Byron!

GEORGE: De todas formas...

BRIAR: ... Sí.

GEORGE: ¿Vienes el próximo sábado?

BRIAR: A lo mejor.

BRIAR: Pero vamos a lo más importante... Mia.

GEORGE: ¿Qué pasa con ella?

BRIAR: Cómo ;-) está ;-)

GEORGE: No lo sé.

BRIAR: Bien, escucha, no comentaré nada a tu gemelo, pero dime si te gusta o no, por favor.

GEORGE: Fred puede leer esto.

BRIAR: Muévelo para que no pueda.

BRIAR: Quiero saberlo :-(((((

GEORGE: Bueno...

GEORGE: ... Puede ser.

BRIAR: LO SABÍA.

GEORGE: Puedes ver el FUTURO.

BRIAR: Eso NO cuenta.

BRIAR: Ella tiene buen gusto ja ja ja.

GEORGE: Sí, y prefiero no recordar que te has tirado a mi gemelo.

BRIAR: ¿Qué quieres que diga? ¿Lo siento?

GEORGE: No, haces que se calme.

BRIAR: Espera.

BRIAR: ¿Estás contento de que haya tenido sexo con tu hermano?

GEORGE: No era mi intención decirlo así, qué demonios.

GEORGE: Quiero decir que os veis bien como pareja.

GEORGE: ¿Podemos volver a Mia?

BRIAR: Ooooh, ¿quieres hablar de ella?

GEORGE: ¿Ves que pase algo entre nosotros...?

BRIAR: No puedo contártelo, podría arruinarlo.

GEORGE: :-(

BRIAR: ¡Pero te gusta Mia! ¡Hurra!

GEORGE: Es maja.

BRIAR: Jesucristo, ¿es todo eso?

GEORGE: Vale, está buena.

BRIAR: Estoy al tanto.

GEORGE: Y es MUY lista.

GEORGE: Y dibuja genial.

GEORGE: Sus dibujos son demasiado reales.

GEORGE: Ah, y hace un tiempo discutió con Umbridge (la nueva profesora de Defensa) y CRISTO.

GEORGE: Es simplemente increíble.

BRIAR: Estás enamorado :'-)

GEORGE: No lo estoy.

GEORGE: Simplemente me gusta... mucho.

BRIAR: Dios os BENDIGA :'-)

GEORGE: Creo que Fred quiere volver a hablar contigo :-(

BRIAR: Que acosador.

GEORGE: Lo sé.

GEORGE: Te hablaré pronto :-(

BRIAR: Por favor, cásate con Mia :-(

FRED: Vale, primero de todo.

BRIAR: Te amoooooooooo.

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(180 DÍAS ANTES)

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TODO ES INCREÍBLE a los ojos de Briar: su primera tarea, una vez que Madame Maxime se marchó, fue restablecer las estatuas de ABBA en el patio norte. Y, desde entonces, todo ha ido bien y sin problemas. Briar se ocupa de los nuevos estudiantes, revisa sus dormitorios al menos una vez a la semana y crea un club para que los mayores actúen como hermanos para ayudar con los más jóvenes. También empieza a vender productos de broma de Fred y George, lo que la coloca en un alto puesto en una tonelada de estudiantes, ahora que la delegada está aquí, asegurándose de que todos estén bien, pero también vendiendo Pastillas Vomitivas para esos días.

De vez en cuando, Fred se las arregla para hacer una visita, ya sea durante un fin de semana de Hogsmeade o escabulléndose por los terrenos de Hogwarts a través de uno de los pasadizos; no todos los fines de semana es uno en Hogsmeade, pero en Beauxbatons puedes visitar la ciudad siempre y cuando firmes al salir y vuelvas para el toque de queda y las clases. Y Briar le enseña a Fred los alrededores, tomándolo de la mano y caminando a través de las pequeñas calles francesas, mientras las hojas de otoño caen al suelo. Y luego, cuando el otoño se convirtió en invierno, a través de calles una ligera de escarcha empezó a cubrir los caminos...

Y luego todo se detiene.

Es el último día del trimestre, mañana será el "día de vuelta a casa," cuando Briar se despierta de una visión. Al principio piensa que es una de la luna llena, y luego piensa que ha visto; se despierta con un jadeo y despierta a Luli, quien se sienta a su lado y le toma la mano. Está acostumbrada a las lunas llenas, pero no a las visiones.

Briar ve una serpiente, cuyas escamas verde oscuro se reflejan en una esmeralda, cuando la luz la ilumina. Ve su boca ensanchándose y aparecen colmillos tan afilados como los suyos en luna llena, y de mueve hacia delante, hundiéndose en la piel de alguien. Oye un grito y la visión se le presenta tan clara como el día: la serpiente ataca al padre de siete.

—Oh, mierda —dice Briar, y todavía puede ver cómo se desarrolla la visión, pero se obliga a levantarse, frotándose los ojos para que desaparezca—. Necesito ayuda... Luli, tengo que llegar al despacho de Maxime, necesito usar la Red Flu para advertirles...

—No me lo puedes contar, ¿verdad? —dice Luli, frunciendo el ceño.

Briar niega con la cabeza.

—Pero necesito ayuda, tengo que...

Y luego Briar se marea y casi se cae.

Esta es la parte molesta de las visiones. Podría salvar vidas, claro, pero en el momento en que tiene el conocimiento para ayudar, su cuerpo cede. Pero Briar no lo deja. Siente que su cuerpo está a punto de rendirse, derrumbarse en medio de su dormitorio, directamente sobre Sergeant, pero, igual que con la visión sobre Cedric, siente una abrumadora necesidad de luchar contra el cansancio.

Entonces Briar dice:

—Tengo que llegar al despacho de Maxime.

Y Luli dice:

—Conozco un atajo.

Entonces las dos chicas corren por los pasillos, despertando a los retratos, a las estatuas y a los fantasmas. Briar intenta ignorar los gruñidos y gira una esquina. Irrumpirá en el despacho, lo ha hecho antes, y encontrará una manera de advertirles; no puede dejar que esto suceda, sabe lo que es tener a uno de tus padres muertos, no puede dejar que les ocurra lo mismo a sus mejores amigos...

La puerta del despacho se abre de inmediato y Briar frunce el ceño. Se aferra a la mano de Luli para evitar que su nueva amiga se mueva, en caso de que sea alguien que los engañe, y Maxime se queda frente a ellas.

—No sabía que había vuelto —dice Briar, frunciendo.

Maxime las mira confundida.

—Solo por un par de noches... —y sus cejas se fruncen—. Briar, ¿qué haces arrastrando a Luli fuera de la cama?

—Tuve una visión —dice Briar.

Maxime asiente.

—¿De qué trataba?

—Del señor Weasley —dice Briar, y suelta la mano de Luli, sintiéndose frustrada—. Por favor, madame, necesito advertir a alguien.

Ella pasa a Maxime para entrar a en su despacho y se detiene en seco. Dumbledore está sentado al lado del fuego, sin molestarse.

Briar frunce el ceño.

—Uh, hola...

Dumbledore sonríe cálidamente.

—Hola, Briar.

Briar mira a Luli, a quien también han dejado entrar. Las dos intercambian una mirada de ¿qué demonios está pasando?

—Uh... —empieza Briar, y niega con la cabeza—. Tuve una visión, Madame Maxime. La serpiente de el Innombrable va a atacar al señor Weasley, estaba en una habitación oscura, eso es todo lo que sé —cierra los ojos para intentar pensar en otra cosa y los abre, volviéndose hacia su directora—. Madame Maxime, ¿tiene una bola de cristal? Puedo mirar hacia el futuro otra vez, puedo descubrir lo que va a pasar...

Aquí es cuando Briar se da cuenta de que está llorando.

Dumbledore se ve bastante serio.

—Debo irme, Madame Maxime.

Madame Maxime asiente.

Los ojos de Briar se abren y salta hacia adelante.

—¿Por qué? ¿Qué está pasando?

Pero su ojo interior ya responde a su pregunta:

Está por suceder —dice en voz alta.

Dumbledore no asiente, porque no lo sabe con certeza, pero rápidamente deja el despacho. Briar mira a Maxime, sin palabras.

Briar se derrumba en una de las sillas, con la cara entre las manos. ¿Qué pasa si Dumbledore no llega a tiempo? ¿Qué pasa si la serpiente mata al señor Weasley? No es como si la advertencia hubiera sido dada una semana antes: está pasando ahora, minutos después de tener la visión, no es tiempo suficiente para evitarlo. Briar no siente nada más que culpa. Podría haber tenido esta visión hace horas. Días o semanas... meses, incluso. Fred y George podrían ser huérfanos de padre por esto. Y podría haberlo detenido, si tuviera algún control sobre cómo funciona su maldito ojo interior...

—Briar —dice Maxime—. ¿Qué viste?

Y entonces se lo explica. Cuenta información que había olvidado, cosas que no se dio cuenta de que sabía, cómo el señor Weasley estaba en una parte subterránea del Ministerio tratando de encontrar información para la Orden (Luli se ve muy confundida cuando esto se menciona) y habla, habla y habla hasta que vuelve a tener sueño. Maxime asiente, cruzando los brazos.

—Creo que es mejor que te vayas a la cama, Briar. Has hecho todo lo que has podido, y es más que suficiente.

—¿Pero y si...?

Está muerto, quiere decir Briar, pero es interrumpida.

—Si descubro algo, te lo haré saber —dice Maxime—. Ven por la mañana, tú también, Luli, y nos ocuparemos del resto. Pero hasta entonces, tenéis que ir a dormir.

Briar frunce el ceño.

—Pero...

—Señorita Crouch —dice Maxime como advertencia.

Briar suspira.

—Está bien.

Durante todo el camino de regreso, Briar sigue diciéndole a Luli: "Es imposible que pueda dormir," y Luli, de forma dulce, trata de decir que sería bueno que descansara un poco. Pero no lo entiende. No hay nada como el espantoso temor de saber que conocías el futuro, uno que hace daño a un ser querido y no puedes hacer nada al respecto. Briar no puede sacudirse la sensación de que esto también sucedió con Cedric, y esa vez, literalmente, se lo contó a otra persona, estaba tan desesperada... Mierda, nunca pensó en eso así... No debería habérselo contado a Mia...

No puede quitarse la idea de que si el señor Weasley muere, ¿qué pasará con los Weasley? Todos acabarán muy mal. Los quiere mucho, pero no puede evitar preocuparse por los gemelos... No sabe cómo reaccionarán. Le duele pensar en ellos llorando por su padre...

Eventualmente se queda dormida, o al menos eso cree, porque seguramente no podría haber estado acostada allí, preocupada, por tanto tiempo. Cuando se despierta (ciento ocho días) revisa el pergamino, pero está en blanco, y lo entiende. Fred tiene mucho en su plato, no tiene tiempo suficiente para escribirle, y ella está bien con eso.

Pero ella le escribe, Espero que todo esté bien. Por favor, dime cómo te va. Te amo mucho xxx.

Se cambia a sus jeans azul claro y su sudadera con capucha de Beauxbatons, con cremallera hasta la mitad, por lo que aún puedes ver su camiseta blanca debajo. Usaría un abrigo, pero esto es cómodo. Luli le sonríe débilmente, peinándose perezosamente, por lo que se ve bien a pesar del mínimo esfuerzo. Aparentemente, hoy están en el mismo velero.

Madame Maxime recibe el desayuno en su despacho, y Briar y Luli comen algunos de los chocolates mientras Maxime explica que el señor Weasley está bien. Luli pone su mano sobre la de Briar y la aprieta, porque es la noticia que todos querían. Briar se siente aliviada, pero aún así, no puede evitar sentirse mal. Sabe que los gemelos actúan como si fueran demasiado geniales, pero sabe que se habrían derrumbado por esto. Sabe cuánto Fred y George aman a su familia, incluso si ninguno de los dos lo quiere admitir. Prácticamente puede sentir lo molestos que deben haber estado, hasta que descubrieron que su padre estaba bien... Y a Briar le duele saber cómo deben haberse sentido, sabiendo que no podía ayudarlos.

El tren está programado para partir a las doce, y debido a la seguridad, a Briar no se le permite tomar la ruta fácil y llegar usando la Red Flu; si el Ministerio Británico se da cuenta, podrían preguntarse por qué Briar es la única que puede hacerlo, y podría comenzar a buscar a la Orden. Entonces, Briar se sienta en un asiento en el tren junto a Luli, Chloé y Verity.

—El señor Weasley está bien —dice Briar, después de haber explicado la terrible experiencia a Chloé y Verity. Ambas asienten; Briar suspira—. Realmente espero que todos estén bien...

Luli hace una mueca.

—Es una mierda ver a tus padres así —dice ella. Briar recuerda las veces que Luli habló sobre su madre, cómo la luna llena la deja herida.

Briar descansa su cabeza contra la ventana.

—Lo es...

Hablan de vez en cuando durante todo el viaje; cuando llegan a París, Chloé, Verity y Luli se despiden de Briar, las tres fueron recogidas por sus respectivos padres en la estación de París. Luli vive en el país pero, de todas formas, su madre la recoge. Parecen emocionadas de irse a casa por Navidad, pero la de Briar ha sido nublada por otra cosa.

Briar encuentra a Livvy y se sientan juntos, ambos un poco conmocionados por las noticias sobre el señor Weasley. Le cuenta sobre la visión, porque no se han visto desde el día anterior, y discretamente están de acuerdo en el hecho de que irán directamente a Grimmauld Place nada más llegar a Londres. Ninguno sabe si su padre ya está planeando hacer eso, pero independientemente, irán. Livvy no ha hablado con ninguno de los Weasley, pero sí con Holly, quien llegó a la hora del almuerzo. Se ve que están bien... Livvy también deja escapar que Harry y Holly se besaron bajo el muérdago, en el aula del Ejército de Dumbledore, pero Briar jura que no le dirá una palabra a nadie más.

Llegan a Kings Cross y encuentran a su padre esperándolos, en su vieja chaqueta de lana habitual. Se ve más cansado de lo habitual.

—Papá, queremos...

—Vamos a cenar con los Weasley, si os parece bien —dice Remus, y Briar y Livvy intercambian una mirada. Muy bien, entonces.

—¿Están bien? —le pregunta Briar.

Remus asiente.

—Un poco agitados, pero están bien.

—¿Y Fred y George?

—Están bien —dice Remus—. ¿Lo estás tú, Briar, después de esa visión?

—¿Qué? Oh... sí, estoy bien...

Estaba tan preocupada por los gemelos que olvidó eso.

Pasan veinte minutos y su padre envía sus baúles de regreso a casa, para que puedan ir directamente desde la estación a Grimmauld Place. Llegaron a la estación en un horario diferente al del expreso de Hogwarts, ya que su viaje es un poco más largo, por lo que la estación ya no está tan ocupada como solía estarlo cuando Briar volvía para Navidad.

Merlín. Se siente como una vida distante. Cuando sus abuelos estaban vivos y ella vivía con ellos, recuerda cómo su abuelo se esforzaba por terminar el trabajo temprano ese día; solo hacía esto dos veces al año, ambas cuando llegaban a Londres. Y Briar y Livvy entendían que había una razón por la que su abuelo trabajaba en Navidad, por lo que nunca los vio partir de vuelta a otro trimestre, pero en todo caso, Briar lo prefirió así, el hecho de que hizo un esfuerzo por despedirse de ellos en casa.

A veces, Briar echa de menos a sus abuelos. Quiere mucho a su padre, pero es extraño lo rápido que todo cambió... Porque su abuelo no quería que conocieran a su padre.

Entran en Grimmauld Place y Briar ya puede sentir la sombra en el aire. Sin embargo, en el momento en que entra a la cocina, una silla golpea ruidosamente el azulejo y Fred la abraza con fuerza.

—¿Estás bien? —dice Briar, mirándolo. Pone una mano sobre su mejilla y él asiente.

—Papá está bien.

—¿Lo estás tú...?

—Estoy bien —dice Fred, y mira a Ron y Ginny, quienes esperan ver si su hermano mayor admitirá que, en el fondo, estaba tan asustado como ellos. Pero, él es su hermano mayor, y quiere actuar como si fuera valiente. Entonces se inclina hacia Briar y dice en voz baja—: ¿Podemos hablar de eso más tarde?

—Claro —dice ella, hablando en voz baja—. ¿Dónde está George?

—Arriba —dice Fred, y sonríe—. Con Mia.

Los ojos de Briar se ensanchan.

¡George!

Se aleja de Fred y lo agarra de la mano para empujarlo hacia el pasillo, lejos de todos los demás, para que puedan hablar correctamente.

—No lo he visto desde anoche —dice Fred.

¿Desde anoche? —dice Briar.

—Siendo sincero, estaba bastante molesto y, uh, no sabes lo que pasó con Mia, ¿verdad? —él dice. Briar niega con la cabeza—. Te lo contaré. Pero no creo que haya pasado nada. Creo que... se han vuelto más cercanos desde el verano.

Briar asiente.

—Bueno, a él le gusta, ¿no?

—Merlín, es patético —dice Fred, rodando los ojos. Pero comparten una mirada, porque Fred lo sabe desde hace meses, ya que esa primera reunión del Ejército de Dumbledore tuvo a Briar queriendo ver a su novio el fin de semana, que George y Mia se reunirían. Ahora Fred le da noticas: cosas como George la empieza a mencionar mucho más, así que debe estar pasando algo. Briar piensa que es lindo. Especialmente porque los chicos, en concreto los Weasley, no son buenos en las emociones. Así que las noticias de Fred a menudo se leen como las observaciones de un mono.

Y luego Briar bosteza. Inmediatamente, los ojos de Fred se ensanchan.

—Oh, mierda, has tenido una visión —él se aferra a sus manos—. ¿Estás bien?

—Lo estoy —dice ella asintiendo.

—Era sobre mi padre, ¿verdad?

Briar asiente.

—Lo salvaste.

Ella frunce el ceño.

—Se hizo daño...

—Pero se enteraron porque se lo contaste a Dumbledore —le dice él—. ¡Ayudaste! Si no fuera por ti... —y interrumpe, no queriendo decir el resto. Briar siente que se le hace un nudo en el estómago—. Aún así, lo salvaste.

Briar no responde, porque sabe que esta idea consuela a Fred un poco. Entonces asiente con la cabeza, a regañadientes, estando de acuerdo con él, y abre los brazos para abrazarlo. Se queda allí, con los brazos envueltos alrededor de su cintura, y él sosteniéndola, y se siente mucho mejor.

Así que, contarle la visión a alguien fue algo bueno, piensa para sí misma, su rostro aún presionado suavemente contra el pecho de Fred. Piensa en la cuenta atrás en su cabeza y se pregunta si, tal vez, debería contarlo también...

¿O tal vez debería esperar? ¿Qué pasa si no es tan importante...?

¿Pero y si lo es?

—Freddie —dice Briar, mirándolo—, ¿te puedo contar algo?

Las cejas de Fred se fruncen.

—Erm, sí...

Briar toma su mano y hace que se Aparezcan en el baño de arriba, lejos de todos. Se lo contará a Fred, aunque la visión no sea nada. Estará feliz de que ella se lo haya dicho

Entonces inhala y dice:

—Tengo una cuenta regresiva, en mi cabeza, desde agosto, o algo así... No sé por qué, pero creo que es una cuenta atrás para cierta visión que voy a tener.

Fred asiente confundido.

—Vale...

—No sé por qué, pero debe ser importante, ¿no? —dice Briar—. Se lo diré a mi padre cuando queden menos días... Pero quería decírselo a alguien, y, uh, sabía que estarías de acuerdo con eso...

—¿En qué día va ahora? —dice Fred.

—Oh, eh —dice Briar—, en ciento ocho.

Fred desaparece y regresa, después de haber revisado el calendario en su habitación. Los brazos de Briar están cruzados.

—Es el diecinueve de junio.

Briar frunce el ceño.

—¿Y qué va a pasar el diecinueve de junio...?

Fred se encoge de hombros.

—Me lo dirás, ¿verdad?

—Claro —dice Briar asintiendo.

Pero ella está perdida en sus pensamientos, ya que bajan las escaleras. Su mente sigue girando en torno a la misma idea: ¿por qué el diecinueve de junio es tan importante...?

El siguiente capítulo es el 19 de junio ;-)

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