El nacimiento de un líder

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Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. - Mateo 20: 25-26

Capítulo 14

Todos estaban sentados esperando llegar a la comunidad de los Macos, al que se le conocía como Marueta. Este pueblo vivían, en la orilla del río Orinoco, entre los ríos Ventuari y Cunucuniúma, al sur del área Piaroa, en Venezuela. El viaje, si bien tenía ciertas turbulencias, era realmente tranquilo. La mayoría de las personas habían creado círculos, como formando pequeños grupos de comunidades. Los Pasajeros estaban reunidos a un lado, y los que estaban desmayados habían despertado y explicaban al resto lo que desde su perspectiva había ocurrido. Andy estaba reunido con varias personas en un círculo, alegre y con lágrimas en los ojos, y Marry tenía una larga conversación con un hombre con alas, parecido a un ángel, que Christopher y Ransell no dejaban de quitarle la mirada. 

—¿Crees que sea él? —Le preguntó su hermana. 

—No lo sé, puede ser una coincidencia —respondió su hermano—, pero he aprendido que todo en esta vida tiene una causa, nada está puesto al azar. 

Christopher y Ransell se levantaron del círculo que habían formado, con Vemna a cargo de la conversación, mientras Nahomi y Gligar seguían a los hermanos con la mirada y con un semblante curioso. Al llegar, un poco incómodos porque hasta donde sabían no eran del agrado de la chica, y ambos dijeron: 

—Hola.

—Hola —le respondió Marry, con un tono amable que no solían escuchar de ella. 

—¿Podemos sentarnos? —Preguntó Christopher. 

—¡Oh, claro! —dijo Marry, abriendo espacio para ellos—, les presento a Lyam, un viejo amigo. 

Cuando se sentaron, se dieron las manos. Y tanto Marry como Lyam, se quedaron a la expectativa de los hermanos. 

—Yo quiero disculparme contigo Marry. Sé que no hemos tenido la mejor relación pero eres y serás siempre parte de nosotros. Eres una Pasajera —explicó Ransell. 

—Yo quiero disculparme por lo que sea que hayamos hecho mal, y que ahora no recuerde en este momento —dijo graciosamente este. 

Marry, increíblemente también sonrió, pero negaba con la cabeza. 

—No tienen que disculparse de nada. La verdad es que el problema que tenía contra ustedes, era únicamente mío, pero ahora puedo decirles que eso lo he dejado atrás, como la vieja piel de una serpiente —respondió—, soy yo la que tengo que disculparme con ustedes. 

Ambos hermanos asintieron, pero con un rostro que reflejaba que no tenía nada de que preocuparse. 

—Creo que me perdí de algo, ¿no es cierto? —Preguntó Lyam, algo curioso. 

Los tres chicos miraron a  este, pero fue Marry la que habló. 

—Te has perdido de todo —dijo ella, con un poco de pesar, pues sabía que este llevaba años encerrado—. ¿Cuanto tiempo estuviste allí? 

—Perdí la cuenta —respondió con la mirada perdida—, no sé, ¿tal vez unos tres o cuatro años? Nunca supe cuando acabaría todo eso. Solo deseaba morirme. 

—Era el sentimiento que tenía, cuando creí que lo había perdido todo —contestó Ransell—, yo estuve un año encerrada, al igual que mi hermano. No quisiera saber como estaría, con el tiempo que tú viviste. 

—¿Eres de Vancouver, cierto? —Preguntó Christopher. El hombre asintió, extrañado—. Me parece que una vez te vi, era de día y volabas hacia el norte. Creí que se trataba de un extraño pájaro la primera vez, así que usé la cámara de mi celular para agrandar la imagen y descubrí que eras tú. 

Marry y Lyam se vieron. 

—Seguramente fue el mismo día que me atraparon —respondió—, la única vez que volé, con la intención de ser visto, fue cuando intentaba llamar la atención de los agentes. Iban rumbo a la cabaña en la que Marry se encontraba, y temía que la hallaran y la atraparan. Entonces, hice lo único que me pareció convincente...

—Dejarte atrapar —le interrumpió Marry, negando con la cabeza. Él asintió—. En ese momento, Mongol fue a vernos. Quería advertirnos que los agentes estaban rastreando el bosque. La idea es que fuéramos juntos al campamento de él y fueras parte de todos nosotros.

—Entonces sí eras tú —dijo con una amplia sonrisa Ransell—. Creí que el vídeo que mi hermano me mostraba era una edición barata de alguna plataforma de vídeos, pero no, y mírate, ahora estás delante de nosotros.    

—Hemos llegado —intervino de pronto Marry, levantándose con curiosidad. Al parecer, ella podía sentir algo que, ninguno de los que estaban allí podían. Estaba preocupada. 

Sintieron todos turbulencias y el ascenso de la serpiente ardiente. Y para cuando dejaron de sentir las vibraciones, luz entró por las fauces de la serpiente que se abrían para todos ellos, como una flor. Había viento, pero era uno refrescante. Marry fue la primera en salir, seguido de Los Pasajeros y el resto de las personas. 

Al salir, se dieron cuenta que, delante de ellos, estaba una enorme columna de nube que se arremolinaba entre sí, con fuerza centrípeta. Ver aquello, era como ver una de las antiguas maravillas del mundo. Iba desde el suelo, abarcando tal vez, más de cincuenta metros de ancho y se extendía hasta el cielo donde se perdía la vista. 



—¡¿Debemos entrar?! —Se escuchó gritar a Sonic. 

—¡Sí! ¡Es el único camino a la comunidad donde nos esperan! —Vociferó de vuelta Carlos. 

—¡Pues andando entonces! —Dijo divertida Marry, creando una serpiente a la que montó en sus lomos como si se tratara de un caballo, y se internalizó en aquella nube perdiéndose a la vista. 

Lyam, fue detrás de ella batiendo sus alas, sin miedo a absolutamente nada. 

—¡Andando! —Ordenó Oslo, corriendo. 

Christopher se volvió al resto de los que habían sido rescatado, viendo como el resto de Los Pasajeros se internalizaban en aquella enorme nube, y dijo: 

—¡Los que quieran irse pueden hacerlo! ¡Ninguno de los que están aquí es un prisionero! ¡Pero deben tomar en cuenta que, en la selva FACTORY no es el único peligro posible que puedan encontrar! ¡en cambio, los que estén dispuesto a venir con nosotros, experimentarán lo más grandioso de sus vidas, y la conocerán a ella, la única que ha hecho posible su libertad!  —Tenía una sonrisa orgullosa en el rostro. Y con ese mismo ánimo, corrió hacia la nube.  

Cuando atravesaron la nube, lo que debió ser un camino tortuoso luchando con el aire que se arremolinaba en el interior de la nube, en realidad era como pasar a través de una puerta, apenas habían sentido el aire que desprendía la nube. Delante de ellos, había una enorme comunidad con casas de barro, y algunas con cemento, techos con hojas de palmas, y otros tenían techos de zinc. Seguramente te habrías imaginado algo mucho más primitivo, pero desde la llegada del hombre a las selva por causa de la minería, muchas de estas etnias habían perdido condiciones propias de ellos y habían adoptado recursos de los "criollos", como la estructura de sus casas, televisión, radios, internet e incluso señal satelital. Tal vez era una pena, pero demuestra que la evolución del hombre siempre estará en constante desarrollo, por el mismo ingenio de su mente. 

Disandad estaba delante, a la espera, y detrás de ella una multitud de personas de piel oscura, de raza indígena, con miradas curiosas y sonrisas genuinas, y más allá, estaban algunos rostros conocidos pero de la comunidad Piaroa. Marry y su amigo Lyam, estaban a un lado de ella, junto al resto de Los Pasajeros. Y sí, la multitud que se observaba a gran escala, era alrededor de trescientas a cuatrocientas personas, pero los que habían atravesado la nube, apenas llegaban a ser en total, junto a ellos, unas cien personas.

—¿Qué sucedió con los demás? —Preguntó Marry con el ceño fruncido. 

—Muchos son los llamados y pocos los escogidos —respondió Disandad, con tranquilidad—, aquí deben estar lo que es necesario que estén. Las elecciones de nuestras vidas no deben estar basadas en el miedo. Si bien es cierto que sentirlo, no está mal, pero lo que es inaceptable es que por este te paralices y evites hacer lo que te corresponde solo por ese sentimiento. ¡Bien, el banquete está listo para todos!

Cuando la multitud de indígenas abrieron el paso, todos vieron como en la hilera de casas, habían mesas con comida abarrotada. Era como mirar una especie de feria de gastronomía. 

No era descabellado pensar que, obviamente la gente comenzó a correr para servirse en plato todo lo que podían tomar. Y sí, podría haber sido un caos desde otra perspectiva, ¿pero cómo decirle a personas hambrientas de días que se comporten? ¿o que tengan algún tipo de etiqueta para comer? Hay muchas cosas que se pierden cuando se está en una condición de extrema necesidad. 

Sin embargo, la sorpresa no era lo abarrotado que estaban los puestos de comida, ni mucho menos como parecía que esta se multiplicaba por sí sola, ni mucho menos como nadie le importaba tener cubiertos para comer. Lo que realmente era impresionante, es que quienes se habían dispuesto a preparar la comida para los invitados, había sido la misma comunidad. Y lotes de comidas exóticas seguían saliendo de las casas, con rostros alegres y risas al verlos a todos con una necesidad saciada. Sin miramientos de color de piel, raza, o estatus social e incluso dinero. Allí, todos eran iguales. 

Para cuando terminaron de comer, la noche había caído. La columna de nube se había transformado en una columna de fuego, y era tan impresionante y temerosa de ver como la columna de la nube. Todos, absolutamente todos, se veían rejuvenecidos. Los que pudieron cortarse el cabello lo hicieron. Todos, desde el más grande al más pequeño, se habían lavado y bañado; habían cambiado sus vestiduras sucias y remplazadas por unas limpias —las antiguas, la mayoría las botó porque le recordaba el lugar del que habían sido rescatados—. Lo bueno, es que Disandad había hecho algo en el que el idioma no fuera una limitante para ninguno de los que estaban allí, todos hablaban un mismo idioma. Por tanto, fue sencillo de ver como todos se mezclaban y contaban sus historias. 

La multitud estaba reunida en una pequeña plaza. Tenía una plataforma no muy alta, pero si ancha de forma circular, adornadas con flores tropicales, palmas y faroles encendidos que, de no ser por el lugar en el que estaban, podía confundirse con cualquier otro pueblo de alguna civilización avanzada. Disandad, pese a ser alguien realmente importante, estaba sentado con los demás, como uno más de ellos. Sin embargo, esta había recomendado a Oslo que hiciera lo que le correspondía hacer, y ahora este estaba de pie, mirando los rostros de todos los presentes.  En sus ojos podía ver desesperanza y mucho dolor, pese a que la mayoría sonreía.

—Me llamo Oslo —titubeó—, solo díganme Oslo —no había que ser muy inteligente para saber que estaba nervioso—. Pertenezco a un equipo de personas, como ustedes, al que denominamos Los Pasajeros. Venimos de Vancouver, Canadá. Destruimos la Fuente C, pero en el transcurso de nuestra misión, fuimos atrapados por FACTORY, otra vez, para algunos —miró a los hermanos Notherway—, y fuimos trasladado a este país, a esta selva. En nuestro plan para destruir a la Fuente A, nos pareció correcto liberar a los oprimidos porque reconocimos que ninguna guerra se gana, si no es con ayuda y por eso, por consejo de Disandad, nuestra verdadera guía, fue liberarlos. 

—Nuestro propósito como equipo es destruir a FACTORY —continuó, alzando la voz esta vez—,  la razón de ello, es que han mostrado su verdadera identidad. Es una compañía mentirosa, que nos vendió la idea de que estábamos mal, que éramos dañados, y por consiguiente unos fenómenos anormales y enfermos. Pero la verdad es que ninguno de nosotros somos eso que ellos señalan.  Nuestros poderes o nuestras mutaciones —señaló a Lyam—, todo es una forma de expresión genética que muestra una evolución natural que, no todos poseen. Pero, que se tenga o no, no signifca nada, sino tenemos con que compartir nuestras vidas. Si no hay amistad —miró a Los Pasajeros—, amor, familia —vio a Andy con el grupo con el que estaba desde que habían llegado, y vio a Nahomi y Christopher que tenían las manos tomadas—. En momentos como estos, aprendemos que no somos nada, sino tenemos lo que nos hace feliz. 

—De la raza que se sea, de la expresión genética que se sea, del país de donde provengamos, nada de eso importa cuando nos encontramos en situaciones extremas como la que ahora estamos. Hoy, comimos todos como uno solo. Mañana, podemos pelear todos, como uno solo. Bajo el mismo propósito y el deseo de servir a otros. Recordemos que cada golpe que le damos a FACTORY, estamos salvando a un grupo de personas para que no caigan en sus garras. Es un servicio anónimo, pero que vale la pena luchar por todos. El punto de todo esto, es que necesitamos de la ayuda de todos ustedes para facilitar esta acción. Sé que quizás muchos nos abandonaran por miedo, pero también sé que otros lucharan con valentía porque atravesar esa nube era la prueba para saberlo. 

Hubo un silencio, hasta que alguien preguntó: 

—Pero ahora que se han infiltrado, es posible que vengan con mayor fuerza. Habrán analizado todo lo que ocurrió y buscarán medidas. siempre lo hacen. ¿Cómo podremos luchar, cuando somos una cuarta parte de los que salimos?

—Estoy seguro que podremos destruir a la fuente "A", si todos nosotros luchamos juntos —volvió a repetir Oslo—, es cierto todo lo que mencionas; que vendrán más fuertes que antes, pero nosotros también. Ya no solo somos Los Pasajeros, ahora somos una comunidad —extendió los brazos para señalar tanto indígenas Macos, como Piaroas, así como personas naturales como Lita o como los mutantes—. solo debemos aprender a confiar en Disandad —ahora señaló a esta—, y ella nos guiará a la victoria. Entonces,  ¿quiénes de ustedes desean participar y destruir la tiranía de este lugar?

Esperaba un grito de júbilo, pero no ocurrió. Todos se miraron entre sí. 

Los Pasajeros dieron un paso adelante, y Andy fue el primero en reconocerlo: 

—Estaré en esto.

El resto de los Pasajeros le siguió, y cuando Vemna acabó de dar su apoyo, un chico, quizás de unos trece años se levantó, y dijo:

—Yo estoy con ustedes.

Luego, se levantó una chica y otro más, hasta que de pronto todos se habían puesto de pie, y gritaron con valentía. La misma que Oslo esperaba escuchar. 

Cuando todos se habían callado, continuó:

—Como saben, ninguna guerra se gana si no se está preparado y si no se tiene una estrategia en el campo. Por eso, hoy descansarán todos. No se acuesten tarde. Mañana, comenzará el entrenamiento para todos ustedes, incluyéndote Asahi —señaló al pequeño chico, que se ruborizó al ver como las miradas caían sobre el joven—, y luego, cuando los veamos que están listo, hablaremos sobre la estrategia de combate que realizaremos. Buenas noches. 

Oslo se bajó de la plataforma, y fue Disandad quien abrazó a este con una amplia sonrisa.  

—Eres un hijo amado en quien tengo complacencia —señaló, y lo guio con ella hacia otro punto. 


A la mañana siguiente, tanto Piaroas como Macos, se encargaron de alimentar a toda la comunidad y a cada uno de los visitantes; de nuevo hasta la saciedad. Sonic ante su ausencia de sueño, se había convertido en un vigía innecesario. Y no fuera porque FACTORY no estuviera barriendo la zona. De hecho, sabía que FACTORY conocía donde se encontraban. Pero, por más que intentaron penetrar el lugar, la columna de fuego consumía la amenaza, enviando un simple rayo de fuego. Y en el día, era la nube la que se encargaba de destrozar todo lo que intentara penetrarla.  

—Es impresionante, ¿no? —Le preguntó un chico. el mismo que se había levantado de primero a alzar la voz para luchar contra la compañía. 

Sonic le miró curioso desde la rama de uno de los árboles, y asintió. 

—¿Cómo eres capaz de verlo? —Le preguntó curioso, pensando en que tenía alguna habilidad como la de él o la de Asahi. 

—Tengo la habilidad de crear cuervos —mencionó, mientras giraba su mano puesta en un puño hacia él, y al abrir su puño, un cuervo adulto apareció. Pero, no era un cuervo común, pues tenía los ojos del muchacho—. A través de estos cuervos, puedo conectar mis sentidos, como la vista y tener una visión múltiple de todo lo que este observe. Es como estar en todos lados. 

El cuervo salió volando, y cuando Sonic miró hacia el cielo, observó montones de cuervos en una danza circular en el cielo. 

—Parece que la nube y la columna de fuego solo ataca a los que consideran enemigos. Mis cuervos van y vienen sin problemas.

—¿Cómo te llamas? —La curiosidad de Sonic, por el chico fue genuina. 

—Me llamo Kevin. 

Sonic se lanzó al suelo, cayendo de pie sin problemas, y le dio la mano.

—Mucho gusto Kevin.

Ambos sonrieron.  

Nuevamente todos decidieron reunirse en aquella plaza, al pie de la plataforma. Habían descubierto que muchos allí, se habían reencontrado, como era el caso de Andy y sus hermanos. Aunque hubo la mala noticia de descubrir que sus padres habían muerto unos meses atrás. No habían aguantado la experimentación para convertirlos en androide y fueron desechados. También estaba el caso de Marry y Lyam, como muchos otros más. 

Ese primer día, los encargados del entrenamiento físico eran Oslo, Nahomi y Gligar, los mejores de hechos para el combate físico. Las sesiones consistías en ejercicio físico por una hora, seguido de rutinas de artes marciales. Descansaban unas cuatro horas, donde estaba el tiempo de la comida, y retomaban todo. Descubrieron también que, entre el grupo, habían varios mutantes curadores como Nahomi que ayudaban a que le proceso de recuperación fuera mucho más rápido y aprovechar el tiempo. Para tener una mejor idea, hacer esto, equivalía en un día, a convertirse en diez días de entrenamiento. 

Con la ayuda de Vemna, crearon campos de entrenamientos un poco más avanzados. Basados en equipamiento fuerte de madera, con molinos con brazos de fuerza, carreras de obstáculos, tiro al blanco, barras, y muchos más, que, con la ayuda de Andy y Carlos, lograron crear diseños tecnológicos para mejorar el entrenamiento. Y sí, la plaza había cambiado su diseño desde hace mucho. Incluso, hombres Piaroas y Macos estuvieron dispuesto a entrenar con ellos, pese a no tener poder. Aunque eso no era una limitante, pues Lita estaba en la cabecera del entrenamiento de los humanos comunes. 

Pasado cinco días, Oslo se levantó una mañana:

—Como ven... somos un grupo bastante grande. Por lo que trabajaremos en equipo, y necesitaré de personas que ayuden a dirigir a cada uno de ustedes. Es por esto, que aquellos que consideren que son suficientemente fuertes para esta tarea, me gustaría que se levantaran y vinieran al frente.

Como la primera vez que habló, vio como todos se miraron y murmuraron. Pero, para la sorpresa de todos, solo tres personas se levantaron. Entre ellos, estaba una chica de cabello oscuro, piel morena, ojos achinados y alta, que reconocieron como una de las hermanas de Andy: Axara Miranda, la menor de los tres. El otro chico se llamaba Leiman, y era el mayor, pero estaba sentado con el resto, con la mirada perdida hacia otro lugar.

Christopher, que observaba al chico, se atrevió a adentrarse a la mente de este, solo para saber qué era más importante que el asunto que estaban tratando. El chico estaba perdido entre los reflejos de la luz del sol, que escapaban a través de la inmensidad de las hojas de los árboles, sólo para olvidar los recuerdos de sus torturas y de las muertes de sus padres. Con vergüenza abandonó su mente. 

Los otros que se habían levantado, era un chico joven de quizás unos 20 años, tez morena, cabello corto y desaliñado, delgado; sus ojos eran oscuros y con facciones muy marcadas. Mientras que, el otro que estaba puesto en pie, era un hombre de unos treinta y tanto de años, robusto, piel bronceada, ojos oscuros y cabello castaño corto. Parecía un poco intimidado, pero con convicciones fuertes en su semblante. 

—¿Solo tres? ¿No hay más nadie? —Preguntó Oslo, queriéndoles animar. Pero, ninguno más se levantó, sino que seguían murmurando entre sí. —Bueno, ustedes tres colóquense al frente y preséntense para que todos les conozcan.

Dieron un paso al frente, y comenzaron:

—Me llamo Axara Miranda, tengo dieciséis años y vivía anteriormente cerca de las costas de Venezuela. A decir verdad, sólo me he levantado ante la falta de valentía del resto. Hemos aceptado luchar, pero nadie quiere hacerse cargo de alguna responsabilidad —dijo aquello, mientras miraba desde la multitud a Andy y a Leiman.

El muchacho joven fue el siguiente:

—Me llamo Ángel, tengo veinticinco años, y también vivía cerca de las costas de este país. Sólo me he puesto de pie porque quiero demostrar que FACTORY no es la empresa omnipotente que dice ser. 

Y finalmente el hombre robusto, concluyó:

—Me llamo Elizer, solo quiero servir ante la necesidad. Ayudar a que la verdad sea conocida, así como no las han entregado a todos nosotros. Por mí, por mi esposa y por mi hija —señaló a una mujer en el fondo, que llevaba una pequeña niña en sus brazos que lo llegaban ni a los tres años de edad. 

Oslo colocó una de sus manos en el hombro de Axara, y otro en el de Elizer, y dijo: 

—Pasajeros, pónganse de pie. ¡Tu no Asahi! —apartó al niño en ese momento—. Todavía estas muy pequeño para lo que se viene.

Asahi asintió, y se volvió a sentar. 

—Bien, futuros líderes, ¿pueden indicarnos con cuales de los que se han levantado desean combatir? 

Axara señaló a Nahomi, Elizer a Christopher y Ángel a Oslo. Los tres sonrieron. Aquel momento, de alguna forma les recordó a todos, el día en que aceptaron oficialmente al equipo a Ransell y a Christopher, sobre el lago congelado. Era una buena sensación sentirse como si nada de lo que había pasado hubiera sucedido realmente. 

Cuando dejaron libre la plataforma, Nahomi y Axara se colocaron una enfrente de la otra. Axara, tenía el cabello recogido en una coleta. Esta lo soltó. No dudaron de comenzar las porras hacia ella, y Nahomi le pareció bueno que la vieran como una compañera. 

El semblante de Nahomi cambió, cuando vio como Axara al soltarse el cabello, este cayó al suelo como si pesara una tonelada. Entonces, cuando vio como uno de ellos se movía como si fueran tentáculos, se dio cuenta que el cabello no se le estaba cayendo, estaba creciendo. Y se movía como si tuviera vida propia.    

Axara, ondeando su cabello envió un primer ataque, pero Nahomi saltó hacia atrás con un salto mortal evitándolo. Pero al acomodarse en el suelo, observó como varios brazos de cabellos se desplegaron hacia ella, y los evitó, moviéndose de derecha e izquierda. Sabía que acercarse no iba a ser tan sencillo. Vio como todo su cabello se enrolló por sí mismo, y elevándose al cielo, cayó hacia Nahomi. Esta se movió por poco a un costado, pero notó en ese instante la fuerza de este, pues el impacto agrietó un poco la plataforma.   

Nahomi sonrió. Ya sabía que hacer. Usando la adaptabilidad para mejorar la velocidad de su cuerpo, comenzó a cortar las distancias que el cabello de su oponente le colocaba. Y justo cuando iba a impactar un puño directo al rostro de esta. Se sorprendió de ver a esta, rodeada de cabello. Era como ver una especie de momia. 

Axara sonriendo, dijo:

—Esta es una defensa absoluta. Una Armadura que cubre todo mi cuerpo y que me permite atacar. 

—Es muy buena estrategia —dijo Nahomi, abriendo el puño para tocar la armadura de cabello—, el cabello es una fibra de quitana, que nace directamente de la dermis, pero... si daño las células madres que conforman el folículo piloso, entonces...

No había concluido cuando Axara comenzó a ver como su cabello caía muerto en el suelo. 

—¿¡Qué haces!? ¡No! 

Nahomi se apartó y dijo: 

—Conoce a tu oponente, y conoce tus propias debilidades, y solo así tendrás la verdadera fuerza —miró a Oslo—, ve con el siguiente. 

La chica miró preocupada al resto, creía que se burlarían, pero nadie lo hizo. Al contrario, sus hermanos fueron los primeros en animarla, gritando a todo pulmón que lo había hecho muy bien. Se apartó a la multitud un poco apenada, pero se sorprendió de recibir varios halagos por su fallido combate.  

Los segundos en pasar en la plataforma, eran Ángel y Oslo. 

—Bien, trataré de ser suave contigo —comentó Ángel, seguro de lo que decía y de sus habilidades.

Oslo sonrió, y respondió:

—No te eleves tanto, muchacho, pues la caída siempre será mucho más dura cuando se está a mayor altura.

Este no se inmutó. Y, en un segundo, colchando sus manos para formar una "X", aparecieron en sus manos, dos espadas cortas, preciosas que, al darle la luz de sol, formaron un prisma. 

—¿Diamante? —Preguntó Vemna, sin poder creerlo.

—Ahora sabemos quien no va a ser pobre nunca —dijo Andy, sin poder creerlo. 

—¿Será posible que el cuerpo impenetrable e invulnerable de Oslo pueda con la dureza del diamante? 

 Sin previo aviso, este corrió hacia Oslo y, enviando su primer ataque con sus armas, se sorprendió al ver como ellas eran partidas a la mitad, cuando este se protegió con solo un brazo. Miró sus armas destruidas, y por la expresión de su rostro, sabía que no entendía qué había ocurrido.

—Allí tu respuesta —murmuró Christopher, ante la interrogante de Andy.

—Esto va a terminar pronto —agregó Gligar, con los brazos cruzados—. Por prepotente.  

Oslo sonrió, y sin perder tiempo, envió un puñetazo que por poco esquivó el otro, pero cayó en el suelo asustado al ver la fuerza de este, pues aunque lo evitó, el aire que emanó de ese movimiento se lo hizo saber. Formó entre sus dedos cuatro dagas de aquel mineral, y arrojó todas aquellas al pecho de este, pero rebotaron como si fueran mero papel. 

Oslo se impulsó para saltar y alcanzarlo, con la pierna dispuesta a golpearlo, y aunque el chico lo evitó, trastabilló al sentir el suelo vibras y ver como la pierna de este se había hundido dentro de la plataforma. 

—Eres un monstruo —dijo, espantado de que pudiera morirv Pueser ser muy fuerte —siguió tartamudeando, mientras intentaba ponerse en pie. Pero, este tomando coraje, agregó—. No dejaré que me golpees, ¡Formación mineral!

En el aire comenzaron a aparecer numeras espadas de diamantes, que fueron manipuladas por este para que se movieran por sí sola hasta su oponente; eran tan veloces que Oslo sólo podía protegerse de ellas. Y sí no fuera por su cuerpo indestructible, este estaría muerto. Aun así, ni un solo rasguño le había hecho. 

Entonces, de la nada todos vieron como el cuerpo de Oslo se cristalizó delante de ellos. Se había convertido en una enorme estatua de diamante. 

—¡Ya ganaste, hermano! —soltó un chico desde la multitud, pero Ángel, no parecía convencido.

—Jamás podrías escapar de eso —murmuró más para él mismo, dudando un poco—. Tengo la habilidad de transformar la materia que está a mí alrededor, en un mineral muy fuerte como lo es el diamante, y al mismo tiempo, puedo manipularlas mentalmente. Aunque tu cuerpo sea muy resistente, llegará el momento en que se debilite tanto que podré hacerte daño.

Un minuto pasó. Todos creyeron que Oslo había perdido, pero un momento después, todo el diamante se volvió añicos. Corrió hacia el chico, este cerró los ojos esperando el golpe mortal, pero nunca llegó.

—Sin duda podrías neutralizarme si quisieras —dijo Oslo, sacudiéndose el polvo, viendo como el chico había recubierto su piel en diamante solo para amortiguar el golpe—, dejemos esto aquí. No necesitamos acabar con toda la plataforma por un simple acto. Espero nunca subestimes a tus enemigos, o sería tu principal debilidad.

Finalmente, Elizer y Christopher ocupaban la plataforma. 

—¡Esfuérzate!

La batalla anterior había emocionado a Christopher. Por supuesto, este no era el mismo chico nervioso y asustadizo de la primera vez en aquel lago, cuando luchó contra Bionic. De hecho, no quedaba rastro de quien había sido. No ahora. 

—¡Eres un presumido, Christopher! —Vociferó, con el ceño fruncido Gligar.

Christopher le ignoró, sabía que él solo quería luchar y fanfarronear un poco.

—Comencemos —aseguró Elizer.

Con mucha velocidad Christopher envío una onda psíquica, pero este la esquivó saltando a su derecha. Era veloz. Sin perder tiempo impulsó dos ondas más, pero a diferencia del movimiento anterior, este no lo esquivó sino que colocó sus manos en dirección a du ataque. Christopher vio con curiosidad como la energía de este fluía dentro de él, para luego ver como su poder era absorbido.

Elizer, sonrió con malicia, y corriendo hacia a él, le devolvió las ondas psíquicas que había enviado. Con un campo protector, se protegió de estas con facilidad. Pero se sorprendió de ver como Elizer comenzó hacer uso de la telequinesis, levantando dos enormes rocas del río, y las envió contra él. No solo absorbía, sino que lo que absorbía parecía asimilarlo y usarlo a su conveniencia. 

La lucha psíquica seguía, entre ondas psíquicas, campos protectores, y fuerza telequinética de ambos. Sin embargo, todo acabó cuando Elizer intentó internalizarse en la mente de Christopher, haciendo uso de un ataque telepático. Sin embargo, cuando se adentró en este, llegó justo a los recuerdos de él, cuando él y Ransell fueron separados de su madre en aquel campo. 

Ese evento que había estado guardado y no había vuelto a florecer, resurgió, dándoles las mismas sensaciones de esa oportunidad, que, sin diferenciar la realidad, envió una onda psíquica que no solo expulsó a Elizer de su mente, sino que hizo temblar la tierra debajo de ellos y todos los que veían el combate, cayeron de espaldas. Aterrados del poder del chico. 

Elizer estaba inconsciente en el suelo.  

—Yo, lo siento... —dijo Christopher, tan asustado como los demás, de lo que había pasado. 

Y viendo los rostros aterrados, incluso el de Nahomi y el de Ransell, huyó de aquel lugar. 





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