La Llanura

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Los amigos son la familia que elegimos - Meredtih Grey.

Capítulo 3

Al día siguiente, después de que habían comido, bañado y descansados, se levantaron muy temprano para conocer el resto de lo que Carlos tenía para poder planear realmente algo. Carlos, esa mañana se sorprendió, pues cuando se despertó, encontró una mesa repleta de comida para desayunar. Nahomi, Vemna y Ransell, habían sido las autoras de tal desayuno. 

—No quisimos pasar por alto nuestro agradecimiento —dijo Vemna, con mucha alegría invitándole a que se sentara. 

Uno a uno, los chicos que había llegado con ellas fueron compartiendo la mesa para desayunar. Carlos tenía tanto tiempo sin contar con alguien que, no podía negarlo, se sentía extraño. Incluso, llegó a pensar que había demasiado ruido. Pero no era que le molestara, solo le causaba una sensación extrañeza. 

Cuando todos habían terminado de comer. Este se levantó, y dijo:

—Gracias por la comida, estuvo exquisita —acomodó la silla, y añadió—. Ahora permítanme presentarles mi laboratorio.   

De todo lo que habían conocido de la casa, ese era el único lugar al que ninguno había entrado. Lo vieron acercarse a la rustica pared, presionó con un poco de fuerza, y una compuerta se abrió, mostrando un pasillo oscuro que, cuando este entró, las luces comenzaron a encenderse lentamente. 

—Es un lugar un poco rudimentario, pero me ha servido para lo necesario. No tienen idea de lo difícil que es trasladar utensilios tecnológicos desde la ciudad a este punto de la selva amazónica —dijo, con una pequeña mueca de vergüenza en el rostro.  

Lo primero que se notaba al entrar, era una plataforma metálica que servía como una especie de vestíbulo, y que guiaba en línea recta hacia unas escalinatas de piedra. Al descender, había un amplio espacio, con una habitación simple con una camilla reclinable, lámparas, muebles, computadoras y muchos cables, tan parecidos como la sala de experimentación de FACTORY o los de Mongol, y, a un costado, enormes pantallas, sillas con rueditas, y un tablero electrónico impresionante. Ni siquiera se comparaba a la del búnker del lago pues esta era mucho mejor. 

—Veo que la mayoría de los científicos tienen apetencia por los experimentos —murmuró Gligar, con el ceño fruncido.  

—Vaya... —suspiró impresionado, Sonic—, y eso de allí ¿qué es? —Preguntó sobre una pequeña isla, que tenía un centro metálico, con un agujero. 

—Eso es un mapa de toda América —contestó Carlos, con orgullo—, es una de las cosas que más he apreciado. 

El chico se acercó a este y lo encendió. Al hacer, se desplegó un mapa virtual de todo el continente de América. Iba desde el océano Ártico en el norte, hasta las Islas Diego Ramírez en el sur. De inmediato, aparecieron varios puntos de color rojo en toda su extensión, había uno por cada país del continente, pero la que estaba en Canadá estaba gris. 

—¿Qué son esos puntos rojos? —Preguntó Bionic, curioso. 

—Representan toda la distribución de la compañía FACTORY. Fue un dato que logré obtener cuando hacíamos la investigación en el centro en el que trabajaba. Logré escanear el mapa y, hace un año, nos enteramos que esta —señaló el punto gris que estaba posicionado en Vancouver—, había sido destruida. 

—Parece que nos hicimos famosos —dijo irónicamente, Oslo.  

Carlos le miró por un momento, y cuando captó la ironía, dijo: 

—¿Ustedes se encargaron de destruirla? —Preguntó asombrado. 

—Sí... —dudó un momento Vemna—, en teoría. Aunque prácticamente ellos mismos destruyeron todo. Nosotros solo nos defendimos —comentó pensativa.

—Pero al final, era parte de su propio juego —argumentó Nahomi. La expresión confusa de Carlos, le dio a entender que no era suficiente el comentario—, verás Carlos, FACTORY siempre estuvo un paso por delante de nosotros, desde que iniciamos la rebelión, ellos tenían planes de destruir la fuente. No sabemos el motivo, pero esto nos hace pensar que, posiblemente tengan esa misma intención en todos los centros que posean. 

—Pero sí hacen eso, se quedarán sin nada. No tiene sentido —cuestionó. 

—No, si tu intención real es gobernar desde un punto —añadió Christopher. 

—Y creemos que ese punto es Macao —agregó Ransell—. Por eso, debemos tener cuidado con los siguientes paso que daremos ahora. Lo menos que queremos es caer en manos de FACTORY nuevamente. 

—¿Cómo llegaron hasta aquí? —Preguntó Carlos. 

Los chicos sabían que, para ponerse al tanto de todo, debían compartir todo lo que sabían y, algunas cosas de ellos. Por eso, todos se encargaron de poner al tanto a Carlos, sobre todo lo que habían vivido, conocido y experimentado. Para cuando acabaron, todos estaban sentados en los sofás que, cabe destacar, aquel sitio también poseía. Solo Asahi, jugaba con la silla de rueditas de un lado a otro. 

—Me parece increíble todo lo que me cuentan —admitió—, no sabía nada sobre esa clasificación mutante. Entonces, de todos los que están aquí, ¿ustedes son los más letales? —Le preguntó directamente a Ransell y a Christopher. Estos asintieron.   

—Ahora, muéstranos lo que tú sabes —dijo Oslo, indicándole que les enseñara. 

Carlos, como un niño emocionado, se alzó nuevamente al mapa, tecleó algo en un recuadro digital que estaba sobre la piedra. Y la proyección de imagen desapareció, transformándose en un plano en 3D. 

—¡Esa es la fuente A! —la reconoció Nahomi, levantándose para mirarla detenidamente. 

—¿La conoces? —Le preguntó Carlos, curioso.

—Sí, dentro de los planos que conseguimos de la Fuente C, estaban los planos de las demás fuentes, incluyendo este. No sabía si podría recrearla o recordarla en su totalidad, pero ahora que veo este plano, sé exactamente que puedo hacerlo —contestó ella. 

—¿Conoces los demás planos? 

—Sí, los memoricé —dijo Nahomi orgullosa—, es una cuestión de habilidad —añadió, al ver el rostro de perplejidad de Carlos. 

—Presumida —chistó, Gligar con los brazos cruzados.  

—Bueno, luego necesitaré de tu ayuda para recrear los planos del resto de las fuentes. Tendremos que trabajar en ello —Todos observaron de forma inquietante a Carlos—. Empezaré primero sobre cómo está conformada la fuente "A". Esta fortaleza está delimitada con una estructura lineal, la cual consiste en una entrada principal que da origen a una región central; donde cuenta con siete pisos de altos; todos abarrotados por innumerables celdas. Luego vienen los laboratorios y por último está la fuente de energía conectada a los sistemas eléctricos de todo el lugar.

—Parece fácil —dijo de pronto Asahi, inocentemente. 

Todos le sonrieron con amabilidad, excepto Gligar. 

—¿Qué harías tu pequeño? —Preguntó Carlos, curioso, pero con malicia. 

—Solo debemos entrar, llegar hasta los sistemas, para luego soltar a los rehenes y ¡listo! —contestó él. 

—Sí, es fácil, si se tratara de una película infantil —contestó Carlos. 

Gligar se acercó al chico, se agachó a la altura de él con una mirada neutral, y tomando aire dijo: 

—Verás, con FACTORY, nada es fácil. ¿Viste como nos atacaron cuando salimos de esa estructura? —el chico asintió, dudoso—, bueno, imagina toda esa estructura —señaló el plano 3D—, repleta de armas y trampas. Además toma en cuenta las miles de personas que hay, las centenas de guardias, los mutantes que trabajan con ellos y, para completar, ellos conocen todas nuestras debilidades. Sin mencionar que ese sujeto de allí —ahora apuntó con su dedo índice a Carlos—, espera que hagamos esta misión rescatando a todos los mutantes que están apresados en el interior. Solo debemos rezar porque no le apetezca que no hallan muertes —ironizó, pero con un tono tan calmado, que todos se incomodaron de la indirecta.  

—No suena fácil entonces —dijo el niño, ahora preocupándose. 

—No, no lo es y por eso estamos aquí —respondió Gligar. 

—¿Por qué tienes que matarle las ilusiones? —Preguntó de pronto, Nahomi. 

—Porque es mejor que sepa que está en peligro para que esté siempre alerta, y no que crea que esta a salvo y baje la guardia, Nahomi —le contestó severamente a su amiga. 

Nahomi no podía creer lo que decía. Lo peor, es que nadie había opinado nada, ni siquiera Ransell que había sido la que había traído a la chica. Nahomi puso los ojos en blanco, y decidió salir del laboratorio. 

—¿A dónde vas, Nahomi? —Preguntó Oslo, con el ceño fruncido.

—¡Iré a tomar un poco de aire! —Contestó ella, malhumorada. 

Christopher suspiró, y con una mueca y sin decir nada, señaló que iba detrás de ella. 

—¿Por qué se enojó? —Preguntó Carlos. 

—Está en sus días, continua —señaló Sonic, para restarle importancia a la reciente escena. 

—Bueno, junto a Nahomi, después que este mejor, estaré completando la información que haga falta en los planos de la fuente —dijo este—. Como bien Gligar le explicó al niño, no está tan fácil como lo parece. Verán, una cosa es salir de prisión y otra es entrar en ella. La fuente cuenta con un campo protector que le permite que ningún humano con poderes pueda atravesarlo —en ese instante, la imagen la rodeó una esfera alrededor de toda la estructura. Todo puede salir, pero nada puede entrar, aunque escuché información de que puede tener ambos efectos y, creo que el día en el que ustedes escaparon, cosa de suerte que la encontraron con una sola función. 

—En realidad, no fue así —intervino Ransell—, yo había previsto el campo protector, solo que, en el momento que la explosión ocurrió, desintegré una parte de ella.

—¿Puedes hacer eso? —Cuestionó este de inmediato.

—Manipulo, principalmente la materia, puedo hacer que algo exista o simplemente deje de existir en un espacio determinado.

—Impresionante...

—¡Lo es! —afirmó Sonic, confirmando el comentario de Carlos. 

—Bueno, tomando en cuenta el campo que la rodea, debemos tomar el armamento y, hay que estar prevenidos pues he escuchado de maquinaria mecatrónica, avanzada. Y, hayq ue tomar en cuenta que está Soul, y los androides  Desing, Rasing y Lineising. 

—¿Androides? —Preguntó Ransell, con el ceño fruncido.

—¿Sí, humanos artificiales con apariencia humana —respondió Carlos. 

—Deben tener algo especial —dijo Oslo—, no puedo creer que FACTORY confíe más en máquinas que en súper humanos. 

—Tal vez porque le son más leales que los super humanos —añadió Gligar. 

—En realidad, se dicen que ellos en algún momento de su vida fueron humanos, pero realizaron un experimento que les quitó su humanidad por completo —Carlos exclamo, con aquel deje de misterio y tristeza—. Desing es un androide delgado, rubio y alto. Tiene el don de manipular la energía solar, usándola como arma y protección; es por esto que, los ataques físicos no funcionan contra él. Rasing, es un androide gordo, de cabello corto y negro, tez blanca y pequeño. Tiene la capacidad de darle vida a los objetos inanimados con solo tocarlos; Y por último Lineising, es una chica de cabello negro, ojos pardos, y muy delgada. Es una felina. Es capaz de ver a largas distancias, tiene garras muy afiladas que acompaña con una gran velocidad que la hace letal en una batalla cuerpo a cuerpo. No sienten dolor, no se cansan, y tienen una apariencia inofensiva. No se dejen engañar. Son muy crueles y no dudaran en asesinarlos si tienen esa oportunidad. 

—Pero ¿cómo es que siendo robots pueden tener habilidades? —Preguntó aún sin entender Vemna—. No tiene sentido.

Carlos suspiró. Al parecer, no le gustaba recordar nada de lo que iba a decir a continuación, ya que su rostro se mostró abatido y triste, de inmediato.

—Ellos anteriormente eran humanos —esta vez no lo puso en duda—. A decir verdad, eran mis mejores amigos. —El chico tragó grueso, pero continuo con la vista dispersa—. FACTORY los atrapó, cuando supieron que el centro de Investigación no apoyaba  a la compañía. Hizo experimentos con ellos. Lo único que tienen como humano es su corazón y algunas partes de su cerebro, del resto solo es acero inoxidable.

—Les pasó lo mismo que Joshua —agregó Vemna, horrorizada.

—¿Joshua? —Preguntó Gligar, sin entender. 

—Ustedes estaban peleando con los soldados especiales en esa oportunidad —añadió Oslo—. Joshua fue un mutante que no pudimos salvar en la fuente C. Lo único que parecía tener humano, era su torso, y su rostro y su cerebro, del resto, todo su cuerpo estaba compuesto de partes robóticas. Estaba sin terminar y, Mongol señaló que no iba a sobrevivir así que acabó con su agonía. 

Carlos abrió los ojos, y bajó la mirada al suelo luego. 

—Es lo que le hicieron a mis amigos —afirmó. 

—Lo que ellos han estado haciendo, cada vez es mucho peor —dijo Oslo, apretando los puños—, FACTORY no solo ha destruido tantas cosas a nuestro alrededor, sino que ahora no solo no se conformaban con la utilización de seres humanos para sus objetivos, sino que destrozan su humanidad para que estos pierdan por completo su voluntad. ¡Es terrible!

—¿No sabes de alguien llamado Rogger o Mongol? —Preguntó a Ransell, pensativa.

—No, lamentablemente esa es la información que poseo —dijo Carlos, con pesar. 

Fuera del escondite, Nahomi estaba sentada mirando hacia el pequeño lago que forma la entrada secreta de aquella cascada. Christopher había salido detrás de ella, y solo se sentó a su lado, mirando hacia el mismo punto que ella. Esta le pareció noble y tierno lo que hacía, así que no dudó en recostar su cabeza en su hombro. 

—Me es imposible no enojarme —dijo ella. 

—Lo sé —mencionó él—, es difícil tener que proyectarte sobre la vida de un niño. Es normal que te sientas de esa forma. 

—Es que siento que se está yendo su infancia al carajo —señaló ella—. No creo que Gligar tenga razón en hacerle creer que no hay salvación para su inocencia. 

—No sé si hay salvación para su inocencia, pero lo que sí sé es que debemos hacer algo para salvar su infancia y la de muchos niños en el mundo. Recuerda que no solo él está en una situación así. Es más, podría decir que él ha tenido suerte de que Ransell le encontrara. 

—Sí, lo tiene —dijo ella, concluyendo lo mismo que él—. Mi infancia fue arruinada, o al menos así lo sentí, solo no quiero que él tenga que pasar por todo esto. 

—Pero es necesario —dijo Christopher, besando la sien de esta—, ese chico tiene habilidades que sirven en el grupo. Y estoy seguro que todos aquí darían su vida por salvarle. Todos entendemos que solo es un niño. 

Nahomi le miró un momento, pero vio como su expresión se puso seria y el entrecejo se le arrugó. 

—Pero algo te inquieta de él —dijo.

—Sí —admitió él, suspirando—. Ese chico tiene recuerdos ocultos que no concuerda con lo que realmente recuerda. Cuando a veces miró por segundos su mente, es como si me encontrara en otro mundo. 

Nahomi no supo qué decir. Pero fue un asunto que les hizo callar a los dos. 

***

Esa noche, Christopher podía ver a su madre correr junto a su padre, y hombre un poco gastado por el pasar de los años. Estaba en la ciudad, pues los altos edificios y el suelo asfaltado les delataba. Pero, el lugar estaba oscuro y desolado. Pero había ruido. Christopher no sabía de donde provenía, pero si entendía que había gente. 

los vio llegar a un callejón, y en una escalinatas que daban hacia un subterráneo, vio que había un lugar bastante oculto. Parecía  ser una entrada hacia una taberna oculta. Pero, al atravesar la puerta, descendieron por unas escaleras más, y al llegar al final de esta, tuvieron que abrir otra puerta de acero que los llevó hasta una habitación donde contaba con varias personas reunidas.

Marcos, saludó a todos. Jean, parecía temerosa y desconfiada, puesta a las espaldas de Marcos. No lo sabía, pero estaba tomada de la mano su padre.  obviamente, todos dirigieron su mirada hacia ella; y un chico joven, de cabello oscuro, piel oscura y ojos pardos, dijo.

—Bienvenida... te estábamos esperando.


Como siempre, se despertó con la historia inconclusa. Sabía en ese momento que no era un sueño, estaba proyectando su mente para ver una escena, en un plano completamente diferente. Sabía algo, Jean estaba con Marcos. Se levantó de la cama y fue al baño a orinar. Cuando iba a regresar a la habitación, logró escuchar voces más allá del pasillo. ¿Quiénes estaban allí? No podía asegurarlo, pero sabía que todavía faltaban horas para que amaneciera. Invadido de curiosidad fue hasta allí, alerta de que fueran intrusos, y cuando asomó el rostro para ver de quienes se trataban, observó a Sonic y Bionic. 

—Pensé que dormían —Mencionó, extrañado.

—Lo mismo creímos de ti —agregó Bionic, con una mueca. 

—¿Qué piensan hacer? —Preguntó, y los alertó que, de no decirle, iba hacer uso de su lectura de mentes. 

Estaban sentados en el comedor, así que vio a Sonic levantarse de la mesa para indicarle que se sentara. Christopher lo hizo, viendo como un plato de comida le servían. 

—Come —señaló Sonic. 

Comenzó a hacerlo, y mientras lo hacía, vio como estos se mir araban cómplices, y con un poco de preocupación. 

—¿Qué sucede? —volvió a preguntar, esta vez dejando de comer. 

—Continua —dijo Bionic. 

—Con que quieren salir —concluyó Christopher.

—¡Shhhh...! —lo mandaron a  callar Sonic y Bionic, con los ojos abiertos como platos. 

—Entonces hablen de una vez —dijo este, susurrando. 

—¿Para qué?  si igual invades nuestra cabeza sin permiso —soltó Sonic. 

—Queremos hacer una expedición del terreno, saber la distancia que hay entre este lugar y aquel Araguaney que encontramos. de allí, sabríamos a cuánto tiempo está la fuente —explicó Sonic. 

—Ya veo, pero ¿por qué no le dicen a Oslo y a Carlos? —Preguntó sin entender cual era la secreteadera. 

—lo hicimos, pero se negaron —añadió Bionic—, creen que es una misión peligrosa. Además, Carlos lo vio innecesario pues el conocía el terreno. 

—Pero veo que no se fían de él —añadió Christopher. 

—¡Sal de nuestra cabeza! —dijo esta vez Bionic. 

—No sé porque te sorprende, después de lo que vivimos la última vez —contestó Sonic.

—Bueno, no hay problema, pero iré con ustedes —añadió este—. No me quedaré tranquilo aquí, sabiendo que han salido y están en peligro. Además, tengo problemas para dormir hoy.

Bionic y Sonic se miraron, pero aceptaron. 

 Al salir hacia el lago, Bionic y Sonic se quedaron pensativos. 

—¿Cómo saldremos de aquí? 

—Tengo una idea —dijo Christopher, señalando que se acercaran al borde del lago. 

Creó alrededor de ello un campo protector, esférico por completo, y haciendo uso de su telequinesis, se sumergieron en el lago y fueron en contra de la corriente. Ver aquello era impresionante, era como tener su propio submarino. 

—Increíble... 

Solo eso pudo murmurar Sonic, cuando vi todo aquello.  Al salir de la cascada, Christopher hizo desaparecer aquel campo protector, en las orilla de aquel rio.  

—Bien, se supone que provenimos desde aquel punto —dijo Bionic, señalando en la altura de la cascada. ¿Crees que puedes llevarnos hasta allí? —le preguntó a Christopher. 

Y justo, escucharon como algo salpicó el agua. 

—¿Qué fue eso? —Preguntó Sonic, mirando hacia ese pero viendo solo peces en el interior—. Tal vez solo halla sido un pez...

Dicho eso,  Christopher los hizo levitar a todos junto a él, hasta llegar a la altura de la cascada. allí, Bionic haciendo uso del sonido, comenzó a dirigir el camino. Resultaba que, el chico podía aumentar las frecuencias del sonido, y así obtener ecolocalización. Tal cual como los murciélagos. De esa manera, tal cual como los animales, tenía la capacidad de conocer su entorno por medio de la emisión de sonidos y la interpretación del eco que los objetos a su alrededor producían para guiarse.

Y sumergiéndose dentro de la selva, comenzaron a caminar con cuidado. En la noche, parecía el escenario perfecto para que los animales disfrutaran, pues esto se oían mucho más fuerte, sobre todo los insectos. No lo recordaban, pero llegaron a un terreno llano, el mismo que formaba una especie de frontera natural, entre los suelos húmedos típicos y los más áridos, lleno de maleza. Eso confirmaba la explicación de Vemna sobre donde crecían los arboles como ese Araguaney. Viendo a detalle esta vez, notaron que se trataba de un sitio peculiar, ya que en todo el espesor de la llanura, no había ni un solo árbol, solo poseía delimitaciones con esto, que forma un especie de circulo, como si fuera un campo de futbol. 

—Esto parece... 

—Una pista de aterrizaje —complementó Bionic, a su hermano—. ¿Pero aviones en este lugar? —Cuestionó. 

—Había escuchado que la selva era el mejor lugar ara los intercambios de drogas, tal vez en su momento este fue un punto de muchos de ellos —explicó Sonic.  

Eso tenía lógica, pues lo que sabía del amazonas de Venezuela, es que este tenía fronteras directa con Brasil y Colombia. Comenzaron a caminar por la extensa llanura y, a lo lejos, pudieron observar a tres personas más. Se detuvieron. 

Por un momento, la oscuridad podría engañarles, así que parpadearon varias veces hasta que detallaron mejor. 

—Menuda mierda... —soltó Bionic. 

—¡Vámonos! —gritó Sonic de inmediato. 

Comenzaron a correr. Pero en un instante, Christopher vio por la comisura de su ojo el rostro de una chica, con nada de expresiones en él. La chica alza sus manos para rebelar sus alargadas uñas —tal vez de unos quince centímetros—, y con ello envió un zarpazo con toda la intención de arañarlo. Las uñas impactaron contra su campo protector, y abriendo espacio para Bionic, este la mandó a volar con una onda sónica. Ni siquiera gritó. 

Sin previo aviso, los tres cayeron al suelo, y notaron como la maleza debajo de sus pies, se había transformado en protuberancias serpentoides que ataron sus tobillos. Comenzaron a luchar para intentar aferrarse a cualquier cosa que sus manos podían tocar, pero todo parecía inútil. Cuando los tres chicos quedaron  a la merced de los tres androides que, pese a tener la victoria, aparentemente, no expresaban nada. 

Sonic alzó las manos intentando hipnotizarlos o dormirlos, pero no pasó nada. 

—Son inmunes a mis poderes psíquicos —dijo él, aterrado en ese instante. 

Vieron como las manos de los tres se transformó en una arma metálica, puntiaguda, dispuesto a empalarlos. Y cuando enviaron aquella estocada, Christopher los repelió con otro campo de fuerza. Pero eso no los detuvo, seguían golpeando y golpeando esta. 

—¡No, eso no será suficiente, y si quito el campo van a matarnos!   —Vociferó Christopher.

De pronto, con una de sus manos libros, logró usar su telequinesis y levitar estos. Los androides se removían en el aire. Y cobrando respiro, pues básicamente fueron tomados por sorpresas, vieron como tres enormes tentáculos golpearon a los androides, mandándolos a volar.  

Se volvieron para atrás, y vieron a Carlos, con el ceño fruncido.

—¡Maldita sea! !¿No podían simplemente quedarse en la cueva?!

—¿Siempre estuviste siguiéndonos? —Preguntó Sonic, sin poder creerlo. 

—Siempre y él lo sabía —señaló a Christopher. 

—¿Y aún así nos dejaste salir? —Preguntó, golpeandole el hombro a Christopher por traicionero. 

—Si no lo hacía, creerían que solo conspiro contra ustedes, cuando la duda está colocada, difícilmente esta acaba hasta no tener verdaderos fundamentos —explicó Carlos—, por eso, ahora si van a entender que cuando digo no, es no.   

—Lo siento, nos descubrió desde que estábamos en la cocina y me indició que les dejara —se encogió de hombros Christopher. 

—El camuflaje de él y tu lectura de mentes, me están sacando de quicios —amenazó Sonic. 

—Y si mejor discutimos luego —dijo Bionic, señalando como volvían aparecer los androides entre los árboles. 

—Veo que has salido de tú escondite, Carlos —La voz de la chica los sorprendió a todos. Ahora, si era escalofriante que hablara como cualquier humano—, Debo decir que me sorprende que ahora tengas amigos nuevos. Pero dime, ¿crees que podrás escapar esta vez?

—Nunca se sabe hasta que se intente, ¿no? —respondió Carlos, con una sonrisa retadora. De no haberle visto preocupado, fácilmente hubiesen creído que ahora no lo estaba.

—Ustedes son fugitivos de FACTORY y debemos atraparlos, con vida o sin ella —aseguró Deising, el chico delgado y rubio.

—Espero que sea la primera opción —agregó Sonic, con una mueca de horror.

—Debemos escapar —susurró Carlos—, como sea...

—Y tengo un plan —señaló Christopher, concentrado esta vez—, ¡Bionic, ahora! 

Bionic emitió un poderoso grito que hizo rugir la llanura. Sin embargo, estos  alzaron sus manos, y luces recorrieron su antebrazo y, como por arte de magia, las ondas de sonido fueron amortiguadas. No obstante, aunque fracasó el ataque, sirvió como señuelo para que Christopher se elevara por los cielos y con una de sus manos, ejerció fuerza telequinética doblegando a estos para presionarlos contra el suelo.

—Vayan, yo me encargo de esto y les alcanzo —dijo.

—Estás seguro...

Carlos no pudo continuar de hablar, pues Bionic y Sonic lo arrastraron con ellos para echar a correr. 

Christopher sonrió al verlos actuar de esa forma, pero se fijó en sus oponentes. Los tres, se movían escasamente, pero podía sentir la fuerza que estos ejercían. Se sorprendió cuando se zafaron de su control, y se dio cuenta que luces azules iluminaban su pecho. Frunció el ceño, porque estaba casi seguro que para zafarse de su control, se necesitaba de una super fuerza como la de Oslo.   

En un parpadeo, vio a Lineising  a un lado de él, dispuesta a golpearle. Fue tan rápida que creyó que esta se había teletransportado, y no fue hasta desdoblar el tiempo y el espacio, que se dio cuenta que no, solo era velocidad. Vio sus movimientos lentamente, y se sorprendió de observar como estaba haciendo una ataque doble en poco tiempo, mientras la mano de la derecha, con la uñas puestas de forma perpendicular para un corte mortal iban al rostro, la otra mano iba dirigido a su abdomen. De modo que, en circunstancias normales si se defendiera de uno, cualquiera de las dos, el segundo acertaría. 

Allí, en cámara lenta, la barrera se formó. Y descubrió que, pese haberse protegido de las garras, no pudo hacerlo del impacto pues, parece ser que había ejercido la misma fuerza que había usado para zafarse de su telequinesis. Así que, se vio a sí mismo jadeando de dolor, cuando su espalda impactó contra el suelo. 

Pero, no tenía tiempo para descansar. Allí tirado, vio como enormes árboles, ahora con rostros espeluznantes aparecieron, y enviaron golpes con sus ramas, intentando tomarle. Christopher, como siempre, alzó su campo protector. Rasing estaba montando uno de ellos, sobre las ramas, con el mismo rostro inmutable. Decidido a derrotarle. Por otro lado, Dasing y Lenising aparecieron por una abertura de los arboles, y en el aire, dispararon con un arma, el mismo dispositivo que había visto en la fuente. Sabiendo lo que pasaría, deshabilitó el campo protector antes que ocurriera, y levantándose con un salto. Envió una onda psíquica omnidireccional, mandando a volar todo.   

De pronto, algo impactó en medio de ellos, y todo el lugar se cubrió con una cortina oscura. Cuando esta despareció, Christopher ya no estaba en medio de la llanura. 

—Creo que te he salvado el pellejo. —Dijo Carlos, con el semblante pálido, mientras corría por el bosque—. En serio creí que tendrías el control. 

—Y lo tenía —respondió Christopher, sujetado por el torso por uno de los tentáculos de Carlos que, ahora que le veía bien, salían de la espalda baja—. Comprobé que están diseñados para responder, con todas las habilidades nuestra. Tienen la fuerza de Oslo, la velocidad de Gligar, y la respuesta de adaptación a la situación como Nahomi. pude haber descubierto más si no te hubiera entrometido. 

—Se dice gracias —respondió, deteniéndose para cobrar aire.

—Menuda mierda —dijo, Bionic, saliendo de la oscuridad junto a Sonic. 

—Solo salgamos de aquí —dijo Sonic—, estoy casi seguro que vienen detrás.


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