Indígenas

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¿Por qué eres tan duro contigo mismo? Estoy seguro de que se burlaron mucho de ti cuando eras niño, y eso deja una huella. Sé. Pero tienes que sacudirte, frotar un poco de tierra. Nunca serás feliz si vives constantemente con miedo- The Good Doctor.

Capítulo 4

Por increíble que pareciera, los días y las semanas transcurrían. Los chicos no habían vuelto a salir desde la última oportunidad, sobre todo porque FACTORY había estado rastreando la zona desde aquel acontecimiento. Sabían que, tarde o temprano iban a encontrarles, pues nunca pudieron estar más cerca de hacerlo que sobrevolar con naves y explorar con robots la selva, alrededor de la cascada. Solo necesitaba de un dispositivo que atravesara las montaña y la cascada para encontrarlos, y listo, el juego acabaría. 

No obstante, pese a esos malos pronósticos. Les permitió a ellos aprovechar el tiempo. No solo habían convertido la cueva alrededor del lago en un sitio para entrenar y hacer ejercicio, sino que Nahomi, Oslo e incluso el pequeño Asahi se habían involucrado en desarrollar y aportar información a la base de datos de Carlos.  

Gracias a la memoria de Nahomi y por a presencia constante de Oslo con Mongol, pudieron atar cabos sueltos sobre información mutante, además de todo lo relacionado con Factory, eso incluía la historia que Mongol les había contado la última vez que le vieron. También, lograron diseñar todos los planos de las fuentes faltantes. 

Ransell fue solicitada en una oportunidad, pues ahora que sabían que era capaz de materializar lo que fuera, Oslo y Carlos desearon replicar uno de los inventos más importante de Mongol: Los trajes de Los Pasajeros. Cuando Oslo le contó a Carlos, con mucho ánimo como es que Mongol los había reclutado todo y como pensó en llamar al equipo, bajo un mismo objetivo, Carlos se vio envuelto en el mismo deseo de reavivar el grupo. Y, según lo que Oslo comentaban, podían hacerlo a través de los trajes. 

Nahomi, quien los últimos meses estuvo trabajando directamente con Oslo y Mongol, era pieza clave para el diseño de los trajes. Oslo, por su parte, reconoció todo lo que requerían para hacerlo, mientras que Carlos se encargaría del resto para unificar eso. 

—Bien, estamos listos —dijo Oslo, con los brazos cruzados, y una sonrisa en el rostro; una que llevaban tanto tiempo sin verle. Nahomi, Ransell y Carlos estaban a su lado. 

—Como todos sabemos, la razón por la que estamos aquí, sea por la circunstancia que hayan sido, inició bajo la motivación de nuestro mentor —empezó hablar Nahomi—, sé que Mongol cometió errores. Fallos que posiblemente nos llevó a estar en esta posición, pero que nunca tuvo la intención de perder nuestros objetivos como equipo hacia la compañía. También sé, que si él hubiera contado lo que ahora sabemos, de igual forma, todos nosotros hubiéramos aceptado hacerlo. Porque ahora que nos encontramos en este lugar, sé que nuestras convicciones no estaban basadas en lo que Mongol decía o quería, sino en lo que cada uno de nosotros queremos por lo que hemos experimentado y enfrentado directamente de FACTORY.

 —FACTORY es culpable —añadió Ransell, con premura—, y eso es indiscutible bajo ninguna circunstancias. Mongol, Rogger y mi padre creyeron que la solución a nuestros problemas estaban en el código genético, pero me he dado cuenta que allí es donde está el error. Porque más allá de tener habilidades que superan por mucho la del humano común, no erradica el punto crucial de los que realmente nos haría convertirnos en seres evolucionados.   

—¿Y eso qué es? —Preguntó Sonic, confundido. 

—La maldad —respondió Gligar, mirando a Ransell—. Lo que hace una persona evolucionada, es la capacidad que tiene para ver más allá que a sí mismo. Y, cuando aprender  a romper su propia barrera de egoísmo, comienza a hacer bondad, lo que algunos llamarían: mostrar amor. 

Hubo un silencio. Oslo caminó hacia atrás, y tomó un pequeño bolso que llevaba el cierre abierto. Dio un paso enfrente, justo donde estaba Gligar, y tomando un pequeño dispositivo, ovalado, parecido al que habían usado la última vez, se lo entregó:

—¿Estás adentro, Thornman?

Gligar tomó el dispositivo, miró confundido a Oslo por un momento, y, al colocar este en el pecho, abrió los ojos cuando descubrió como un traje de color negro por completo le cubrió. 

—¡¿Volvimos?!

—Solo si quieres que volvamos —dijo Oslo.

Gligar le sonrió y le dio un apretón de mano. 

—Bionic y Sonic —añadió, entregando a los hermanos el dispositivo que, al activarlo, los envolvió un traje de color negro, con el ovalado de color marrón que iba desde el pecho hacia al abdomen—. Nuestra querida, Hydrawoman —llamó a  Vemna, el ovalo de su traje seguía siendo verde—, Mindman y Matterwoman —le ofreció primero a Christopher y luego a Ransell. Lo primero que Christopher observó es que su traje no tenía el ovalo gris anterior, ahora era de color plomo, casi plateado, y el de su hermana ya no era azul celeste, sino que tenía el mismo color. Creyó que se debía a la relación parental que estos tenían, así como Bionic y Sonic. 

Cuando Nahomi activó su traje, al igual que Oslo. Todos sonrieron. El de Oslo también había cambiado un poco, el ovalado amarillo parecía más bien dorado, y tenía las iniciales en su pecho, en letras pequeñas, "Antimatterman"; Lifewoman, es decir Nahomi, conservó su ovalado de color blanco. Christopher no pudo evitar sonreírle. 

—Todos nosotros somos Los Pasajeros. Un grupo que ha decidido acabar con una compañía que busca destruir al mundo. Y como pasajeros sabemos, tenemos un inicio y un final. Estamos de paso —empezó hablar Oslo esta vez—. Durante este tiempo hemos sufridos pérdidas dolorosas: Blackholeman, Phantonman, Anyman, y Snakewoman —claramente hacía referencia en el mismo orden a Shorty, Acer, Mongol y Marry—, pero creemos que la vida nos ha otorgado a dos grandes aliados, uno pequeño —miró a Asahi—, y uno tentáculoso —observó a Carlos—, que hoy se convertirán en nuevos Pasajeros.

Todos sonrieron al ver como Oslo le entregaba los dispositivos a Carlos y a Asahi. 

—¿Qué es esto? —Preguntó Carlos, sin entender que pasaba. 

—No queríamos decírtelo amigo, pero en secreto también hicimos uno para ti —le murmuró Oslo, dándole un golpecito en el hombro para reconfortarlo. 

—Les presento a Sensitiveman —señaló a Asahi— y Octopusman —luego a Carlos. 

Cuando ambos presionaron los dispositivos del pecho, de inmediato, trajes oscuros envolvieron sus cuerpos. El ovalado del pecho hasta le abdomen de Asashi, era de color esmeralda y blanco, mientras que el de Carlos, era de color rojo vino.  


—Somos unos de ustedes —dijo Carlos, todavía sin creerlo. 

—¡Bienvenidos al equipo! —chilló Vemna, corriendo para abrazarles. 

Hubo aplausos, muestras de cariños y, solo para que fuera una celebración real, Carlos sacó algo para brindar, aunque Asashi solo tuvo permitido tomar únicamente jugo de calabaza. 



—¿Qué te sucede? —Le preguntó Christopher a Ransell, cuando la vio salir de la celebración hacia el exterior del escondite. 

Aquel lago dentro de aquella cueva, parecía ser el pozo de los lamentados. todo aquel que se sentía abrumado, parecía terminar a su lado, solo para mirar las aguas. 

—Pensaba en Acer —confesó—, fue lamentable lo que le pasó. Creo que, por muchas fallas que tenga una persona, no merece que se le desee la muerte. 

—Creo que muchas personas no estarían de acuerdo contigo —dijo Christopher, dándole un codazo para animarla pero no funcionó.

—No me importa si no están de acuerdo, ¿sabes? —continuó ella—, cada vez que pienso en lo que Acer hizo, como jugó conmigo y con Marry, aunque estuvo mal, no significaba que tenía que morir como lo hizo. Merecía una oportunidad, ya sea para seguir cagándola o para cambiar. ¿Sólo míranos? Tu ya no eres el chico flacucho, y yo no soy la misma niña majadera que era. Cuando veo a todos con los trajes, en este lugar, a Asahi, me doy cuenta que hemos cambiado tanto que, solo pensaba que si hemos tenido la oportunidad de dicho cambio, ¿por qué otros no podrían merecerlo?

—¿Pero qué sucedería con aquellos cuyo resultado es peor que el que tenía? —Preguntó Christopher.

—¿Y por desconocimiento estaría bien arrebatarle su resultado? ¿Cómo sabríamos si no le dejamos el principio básico de toda criatura: vivir? —le cuestionó su hermana. 

Christopher sonrió, definitivamente ella ya no era una niña. No pudo evitar abrazarla y darle un beso en la frente. 

—Entonces, tenemos una razón más para seguir luchando, por aquellos tiranos que buscan hacer desaparecer las opciones —respondió. 

 Cuando ingresaron nuevamente al escondite, se encontraron a todos sentados en el sofá, con excepción de Oslo que estaba de pie, y Carlos que estaba sentado en una de las sillas del bar. 

—Llegan a tiempo —dijo Oslo, al ver a los hermanos Notherway entrar—, la razón por la que hemos reconstruido los trajes, es porque a diferencia de lo que sucedió en Vancouver, vamos a tratar de reclutar toda la ayuda que sea posible. En otras palabras, estaremos en la búsqueda de mutantes que quieran unirse a nuestro objetivo para poder encargarnos de la invasión de la fuente. 

—¿Pero eso no los podría en peligro?  ¿No meren vivir tranquilos como la mayoría pudiera estarlo? —Preguntó Vemna preocupada. 

—Admiro tu preocupación, pero la realidad es que ya están en peligro. La tranquilidad que pudieran tener, es solo un bálsamo para una herida que tarde o temprano si no se trata, va a terminar acabándoles —contestó Gligar. 

—Sí, Gligar tiene razón, pero también es cierto que seremos francos en relación al peligro. La idea es, que quienes quieran unírsenos realmente, debe ser bajo sus propias convicciones. Ellos no conocen a Mongol ni a ninguno de nosotros, ni a los que hemos perdido —añadió Oslo—, sería absurdo pedirles que se unan a una causa que ellos no conocen. Todos acá podemos luchar por nuestros propios beneficios, pero ahora peleamos por el beneficio de otros. Esto no todo el mundo lo hace, y están en su derecho en luchar por lo que quieren, pero cuando no dejas a un lado a los demás por tus propias luchas, en ese momento te vuelves realmente un héroe. 

Hubo un silencio, pero no de estos incómodos, sino de los reflexivos.  

—Todos los que están aquí, desde hace un buen tiempo dejaron de luchar por sus propios intereses. Y no significa que no estén dispuesto a cumplirlo, sino que hallaron una forma de alinear sus intereses con la necesidad de los demás. Eso, los hace a cada uno de ustedes verdaderes héroes. No son sus habilidades, su inteligencia o su efectividad, sino su corazón. Y sé, que cuando otros vean y convivan con todos ustedes, serán contagiado de sus corazones. Y los que no, al menos descubrirán la verdad sobre ellos mismos.      

Otro silencio. Todos se miraron, pero fue Gligar el que habló, sonriendo: 

—Se te da bien esto de ser el líder —le dijo—. ¿Bien y por donde comenzamos? 

 —Comenzaremos por una comunidad indígena que está en contacto con el rio Ventuari. Allí habita la etnia Maco que, hace mucho tiempo era una etnia minoritaria pero, que con la mezcla entre Yekuanas y Piaroas, se han ido desarrollando durante los años —mencionó Carlos—, me parece que estas comunidades deben contar con mutantes que, tal vez, podría pedirle que se nos una. 

—¿Qué factibilidad hay de que se nos unan y no estén trabajando directamente con FACTORY? —Preguntó Ransell, pensativa. 

—Porque ellos los oprimen y explotan —respondió Carlos—, pero a diferencia de nosotros, ellos que han vivido toda su vida en estas selvas, sin las reglas humanas o "criollas" como ellos la llaman, la rebelión ante la tiranía siempre ha sido un emblema. 

—¿Y por qué FACTORY, simplemente no los ha exterminado? —Preguntó Gligar, esta vez. 

—Tengo dos teorías —contestó pensativo Carlos—, O han demostrado que su gen es demasiado primitivo para mostrar indicio mutante o, que realmente saben ocultarse. de cualquier modo, los descubriremos pronto... 

Si bien los trajes se parecían a los de Mongol, y estaba hecho con los mismos materiales que muy bien Ransell supo recrear, pero no tenía la misma ciencia que Mongol les había dado. Es decir, no tenían aparatos de intercomunicación, tampoco la habilidad de hacerse invisible, pero si tenían la resistencia, elasticidad, la regularización térmica, la adaptación genética del usuario, pero también repelía el agua, contaban ahora con propulsores en las plantas de los pies para las grandes masas de agua de aquel ecosistema, además de cascos especiales que cubría la cabeza por completo, donde apenas el traje sentía un poco de agua, se activaban para proporcionarles oxigeno; pero algo especial que si lograron adaptarle, fue el camuflaje de Carlos, que si bien no era una invisibilidad propia, les ayudaba a adaptarse al medio en el que estuvieran.

De esta forma, salir del escondite a través del lago, no fue tan traumático como la primera vez. Era de día, y el sol estaba avasallante en el cielo. A diferencia de Vancouver, los trajes no buscaban regularizar la falta de temperatura en aquellos lugares, sino ahora regularizaba la liberación de calor, haciendo que los chicos se sintieran realmente frescos. Comenzaron a atravesar el bosque, bajo la dirección de Carlos, mientras confirmaban Asahi y Sonic si era seguro o no aquel paso. 

No es que la zona no estuviera siendo requisada, es que habían disminuido las naves en el lugar. Incluso, las que se podían hacer invisibles, habían disminuido una barbaridad. Decidieron evitar, como fuera posible, la llanura aquella donde habían tenido enfrentamiento directo con los androides, pero no significaba que estuvieran fuera de peligro. de hecho, en punto tuvieron que detenerse y aferrarse a los troncos de los arboles, y ver por sus propios ojos como los trajes adquirían la apariencia de la corteza de los arboles, para camuflajearlos, justo cuando un pelotón de una docena de agentes pasaban. 

"Se registraron movimientos por esta zona"

"Me parece una perdida de tiempo registrar los movimientos. este lugar cuenta con decenas de animales que muy bien pueden activarlos" 

"Bueno, si quieres quéjate directamente con el jefe, seguro va a atender tus quejas..." 

Y así siguieron. Todos en ese momento tenían la respiración contenida. Estaban nerviosos, pero no fue hasta que Asahi y Sonic informaron que estaban libre que siguieron su camino. Cuando les tocó a travesar uno de los enormes ríos, tuvieron otra dificultad, había al menos cuatro lanchones de FACTORY. Camuflajeados como el color de las piedras de las orillas del rio, se fueron acercando a las aguas hasta hundirse en ellas. Al hacerlo, siguieron las indicaciones de Carlos, señalando que no se podía ir tan profundo, pues habían corrientes peligrosas debajo de los ríos. De hecho, los grandes o pequeños remolinos que podían observar, mencionó que se trataba del choque entre la corriente de agua y una enorme piedra.

Sin embargo, lo que nadie sabía, es que Carlos podía controlar en cierto grado, las corrientes marinas, de modo que desplazarse, si bien fue algo escalofriante de hacer, no demoraron demasiado. También, Asahi y Sonic eran los mejores para guiarles en el camino, debido a que estaban atentos a las centenas de depredadores que podía tener los ríos del amazonas.

Finalmente atravesaron un caño más, y llegaron al rio Ventuari. 

Ellos no lo sabían, pero el río Ventuari era uno de los ríos más grandes del Amazonas venezolano. Su longitud era de unos 520 kilómetros, siendo afluente con río Orinoco y el río Manapiare. Cuando llegaron a una de sus orillas, hubo un problema: Carlos, como todo el tiempo que había tenido, había estado solo, solo contaba con una "curiara"; la curiara no era más que un bote, pero mucho más plano, con bordes puntiagudos que la base de su manejo, era el equilibrio. Si se estaba solo, se debía sentar en el medio, si estaba acompañado con una segunda persona, uno de ellos iba en el borde de atrás, mientras que le segundo un poco más allá del centro del borde adyacente. Rara vez, iban más de tres personas, a menos que fueran niños. 

—Lo siento, olvidé que ya no estoy solo —mencionó Carlos—. ¿Crees que puedas ayudarnos? —le preguntó a Vemna. 

—Solo puedo crear árboles y usar el recurso de su madera, pero no puedo darle una forma como esto que em muestra —dijo la chica. 

Ransell se acercó para ver aquella embarcación, y sonrió: 

—Es bastante curiosa... no solo es madera, esta tallada con hacha y fuego —miró a Vemna—, si quieres, dame la materia prima del mejor árbol para que flote en el agua, y yo me encargo del resto.

—Tengo entendido que más que el árbol, es el tamaño exacto —contestó ella, miró la canoa, luego a su alrededor, y observó un árbol alto, con raíces fuertes, y dijo—,  Los árboles Tabanukos, deberían servir —señaló el árbol de unos quince metros de altura, corteza gris lisa, y hojas compuestas con cinco a siete folíolos fragantes de color verde oscuro—. Su verdadero nombre es Dacryodes excels. El árbol florece entre mayo y noviembre, mientras que sus frutos generalmente caen de octubre a diciembre —mencionó con tanta dulzura, que casi parecía que hablaba de un bebé—, cuando está herido, el árbol exuda una resina clara y fragante que se endurece y se vuelve blanca al exponerse. Esta resina también se conoce como tabanuko. La madera es solo ligeramente resistente a la descomposición, con una duración de 3 años o menos en el suelo; Sin embargo, la resina de Tabanuko se utiliza para hacer velas y antorchas, para calafatear barcos, para incienso y con fines medicinales —Alzó las manos, cerró los ojos, y unos minutos después, con la tierra vibrando, aparecieron cinco de estos árboles, de uno diez metros de largo, y de grosor prominente—. Son tan fuertes que son conocidos por ser muy resistente a los efectos de los huracanes, además de ser una de las maderas utilizadas en la era precolombina para elaborar precisamente embarcaciones como esa a las que Carlos llama Curiara.

Finalmente, cuando Vemna terminó su hazaña. Los ojos de Ransell se emblanquecieron y, de inmediato, vieron a los cinco árboles transformarse en cenizas, y formando un tornado en sí mismos, cinco curiaras se formaron, más varios remos. 

—¿Qué haríamos sin ustedes? —murmuró Carlos, impresionado—. Bien, Vemna vendrá conmigo. Suban de a dos.

Como lo había señalado Carlos, Vemna quedó en el centro, mientras Carlos iba en el borde final con un remo. Christopher subió con Nahomi, tomando el control del bote él. Ransell con Gligar, Oslo fue con Bionic, debido a que estos eran los más grandes de todos ellos, y, por temas de equilibrio, era lo mejor para ellos, mientras que Sonic iba con Asahi. 

Todos comenzaron a remar, pero nadie aseguró que lo hicieran bien. De hecho, solo Carlos lo hacía bien. Las demás canoas giraban y giraban sobre ellas mismas. Se escuchaba un algarabío por parte de todos, intentando controlar el bote como si fuera algún animal indomable, casi parecía que intentaran montar a un toro. Carlos no pudo evitar suspirar con una sonrisa ladina, y soltando el remo en el rio, comenzó a mover las manos como si danzara, y con ello, todos los botes se enderezaron. 

—¿Qué sucede? —Preguntó Sonic, creyendo que algo mágico estaba pasando.

—¡No lo sé! —chilló Nahomi, asustada. 

—Es Carlos —dijo Christopher, con una sonrisa, sorprendido—, así que puedes manipular las aguas. 

—No —le respondió él—, puedo controlar las corrientes de agua. Por eso, es que todos ustedes pudieron llegar a mi escondite, de otra forma, difícilmente hubieran podido llegar en el tiempo necesario para no morir ahogados. 

Al llegar al otro extremo de la tierra, atravesando varios caños del rio, llegaron a lo que antiguamente era una comunidad indígena. Pero estaba completamente deshabitada. Las formas de las casas, eran redondas y cónicas, casi como si fueran sombreros de brujas. Pero el lugar no solo se veía deshabitado, sino como si hubieran ocurrido un caos tremendo. 

—Esta era de una comunidad Piaroa —dijo Carlos— Los piaroas, son un grupo étnico indígena sudamericano precolombino de la cuenca media del Orinoco en la actual Colombia y Venezuela. Vivieron en un área más grande que la mismísima Bélgica. Fueron descubiertos por misioneros y exploradores alrededor de 1.780.

—¿Qué les pasó? —Preguntó Asahi, temeroso.

—Lo mismo que la mayoría de las etnias indígenas —respondió Carlos—, la mayoría fueron usados para recorrer las tierras. Estos estaban tan acostumbrados a recibir visitantes, misioneros, turistas, gente del gobierno y todo lo que tuviera que ver con intercambio cultural, que no pudieron determinar las verdaderas intenciones de FACTORY.

—Estos se hicieron sus amigos, le dieron dinero, oro, y cosas tecnológicas que terminaron hipnotizando a los indígenas. Estos confiaban tantos en los médicos, que ni se enteraron que estaban siendo usados para múltiples experimentaciones. El problema es que no todo salía como se esperaba. Aquellos indígenas que eran realmente puro, terminaban muriendo pues si código genético no se había expresado con la multiformidad que tienen la mayoría de los mestizos que gobiernan el mundo. Aquellos que, en algún momento se mezclaron, pero el gen indígena predominaba más, se convertían en una especie de mutación tan horribles, que recobraron vidas las leyendas. 

—¿Las leyendas? —Preguntó Asahi, nuevamente. 

A medida que avanzaban, veían más y más de aquellas casas de paja y barro, llenas de carbón y ceniza. Incluso, habían manchones negros que, por el aspecto del rostro de Asahi, debía ser sangre muy vieja, pues arrugó la nariz. 

—Venezuela tiene muchas leyendas entre los indígenas, Tulio Febres Cordero en 1.895 contó la leyenda. Dijo que, cinco águilas blancas volaban un día por el azul del firmamento; cinco águilas blancas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes producían sombras errantes sobre los cerros y montañas. ¿Venían del Norte? ¿Venían del Sur? La tradición indígena sólo decía que las cinco águilas blancas vinieron del cielo estrellado en una época muy remota.

"Eran aquellos los días de Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los indios Mirripuyes, habitantes de Ande empinado. Era la hija del ardiente Zuhé, el sol, y la pálida Chía, la luna; remedaba el canto de los pájaros, corría ligera sobre el césped como el agua cristalina, y jugaba como el viento con las flores y los árboles.

Caribay vio volar por el cielo las enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban a la luz del sol como láminas de plata, y quiso adornar su coraza con tan raro y espléndido plumaje. Corrió sin descanso tras las sombras errantes que las aves dibujaban en el suelo; salvó los profundos valles; subió a un monte y otro monte; llegó, al fin, fatigada a la cumbre solitaria de las montañas andinas. Las pampas, lejanas e inmensas, se divisaban por un lado; y por el otro, una escala ciclópea, jaspeaba de gris y esmeralda, la escala que formaban los montes, iba por onda azul del Coquivacoa.

Las águilas blancas se levantaron, perpendicularmente sobre aquella altura hasta perderse en el espacio. No se dibujaron más sus sombras sobre la tierra.

Entonces Caribay pasó de un risco a otro por las escarpadas sierras, regando el suelo con sus lágrimas. Invocó a Zuhé, el astro rey, y el viento se llevó sus voces. Las águilas se habían perdido de vista, y el sol se hundía ya en el Ocaso.

Aterida de frío, volvió sus ojos al Oriente, e invocó a Chía, la pálida luna; y al punto detúvose el viento para hacer silencio. Brillaron las estrellas, y un vago resplandor en forma de semicírculo se dibujó en el horizonte.

Caribay rompió el augusto silencio de los páramos con un grito de admiración. La luna había aparecido, y en torno de ella volaban las cinco águilas blancas refulgentes y fantásticas. Y en tanto que las águilas descendían majestuosamente, el genio de los bosques aromáticos, la india mitológica de los Andes moduló dulcemente sobre la altura su selvático cantar.

Las misteriosas aves revolotearon por encima de las crestas desnudas de la cordillera, y se sentaron al fin, cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca; y se quedaron inmóviles, silenciosas, con las cabezas vueltas hacia el Norte, extendidas las gigantescas alas en actitud de remontarse nuevamente al firmamento azul.

Caribay quería adornar su coroza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas para arrancarles las codiciadas plumas, pero un frío glacial entumeció sus manos: las águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo.

Caribay da un grito de espanto y huye despavorida. Las águilas blancas eran un misterio, pero no un misterio pavoroso. La luna oscurece de pronto, golpea el huracán con siniestro ruido los desnudos peñascos, y las águilas blancas se despiertan.

Erizanse furiosas, y a medida que sacuden sus monstruosas alas el suelo se cubre de copos de nieve y la montaña toda se engalana con el plumaje blanco."

Todo esto lo había recitado Carlos de una forma tan poética y enigmática, que pareció hipnotizar a todos con aquel relato. 

—¿Qué significa exactamente? —Preguntó Vemna.

—Dicen que hace referencia a los ricos y sierras nevadas de este país. Las tormentas violentas y las nevadas fuertes, se dice que son el despertar violento del águila, y el viento aullador de esos días en el páramo, indican el monótono y triste canto del Caribay —respondió Carlos. 

—¿Lo que quieres decir, es que hubo indígenas que se convirtieron en seres parecidos a las leyendas, cómo esa de las cinco águilas? —Preguntó Oslo, con curiosidad. 

Carlos asintió. 

—Cuando el gen se mostró en las primeras personas en este país, fueron encerrados la mayoría en espacios especializados por cuarentena. El primer laboratorio en realizar los primeros experimentos fue FACTORY. Ellos trajeron una conclusión errónea sobre lo que causaba esta mutación del gen, por lo que el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y el laboratorio donde trabajaba, fueron los primeros en alzarse ante esa conclusión. Otros laboratorios más pequeños, e incluso muchas universidades nos apoyaron, pero de la noche a la mañana, cada una de estas entidades fueron destruidas y cerradas literalmente.

—Al parecer, FACTORY había hecho un convenio político, en la cual le otorgaba cierta cantidad de dólares a todos los gobernantes, y hablo de millones, billones tal vez, claro, esto era siempre y cuando se mantenía oculta la verdad; información que fue suministrada por unos de mis amigos que Christopher, Sonic y Bionic, ya conocieron —los tres se miraron confundidos—, Des —dijo finalmente Carlos—. Des, trabajaba para el gobierno, pero terminó convertido en un androide, no solo por saber lo que sabía, sino por ser positivo para al Gen mutante.

—Des... —murmuró Sonic, un momento—, ¿Te refieres a Desing? 

Carlos asintió.

—Todos los androides, tienen terminación "ing" para la compañía —reveló—. Lo sé, parece una clase básica de ingles para los gerundios, pero así fue como lo diseñaron ellos.  

—Con cada ser que expresaba el gen, comenzaron los problemas —continuó Carlos—, hubo una persecución masiva, trayendo consigo una ola de protestas en todas las calles. Pero el presidente ignoró cada una de estos mensajes, convirtiéndose en un tirano de su propio país y el causante de la destrucción de este. Los delincuentes que habían expresado el gen, fueron los primeros en comenzar hacer atrocidades en todos los lugares, dándole la razón a FACTORY sobre el problema de las personas con esta supuesta enfermedad. Las personas no tuvieron más opción que creerles y así se sumaron en la exportación humana, dejando así al país en manos de una empresa que solo buscó hacer experimentos; o por mero poder como ustedes piensan, pero temo algo mucho peor en cuanto a sus verdaderas intenciones.

—¿Mucho peor? —Preguntó Christopher, curioso. 

—Sí, como un arma definitiva —contestó, tomando aire para seguir narrando—. Y así fue como todos los habitantes de mi país, abandonaron las calles, y ahora la mayoría ha salido de este lugar o han sido encerrados por parte de FACTORY, incluyendo a muchos indígenas, como los de esta comunidad. No creo que todos hayan sido capturados, pues esta es su tierra y ellos la conocen mucho mejor que nosotros, pero estoy seguro que mantenerse ocultos es su mejor defensa.

—¿Pero si habías dicho que la mayoría de ellos eran demasiado puros para expresar el gen, cómo es que estamos buscando a seres que no tienen el gen? —Preguntó Nahomi.

—Te sorprenderías la capacidad que tienen los humanes "comunes", ante situaciones como la que vivimos. Si ellos, sin tener poder han podido evadir a FACTORY, deben conocer algo que nosotros, los supuestos "evolucionados", desconocemos —respondió él—, además, quiero confirmar si es cierto todo lo que he investigado y leído, pero no comprobado. ¿Algo? —Preguntó esto último mirando a Asahi y a Sonic. 

Estos negaron con la cabeza. Allí no había nadie. 

Atravesaron finalmente la comunidad. Volvieron a adentrarse a la selva, hasta que se encontraron de frente, con una enorme roca que, fácilmente parecía vistearse como una montaña. El rio la abrazaba. Era tan impresionante de ver, que todos sonrieron al ver la majestuosidad de la roca. 

Asahi, emocionado, saltó hacia ella brincando y gritando, y le siguió Nahomi detrás. Y cuando Ransell iba a saltar, dos naves enemigas se revelaron por encima de ellos, soltando dos cañones. 

¿Cómo era que Asahi y Sonic no pudieron detectarles?

***

Nota: 

Los dibujos de los trajes fueron hechos por Fychii todos los créditos a la autora. 


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