Capítulo 57 •💘

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Sentado cómodamente en el regazo de su pareja con una simple camiseta perteneciente a este cubriendo su cuerpo, Jimin fingía revisar su correo en el computador de Yoongi, mientras este acariciaba distraídamente uno de sus muslos, con sus ojos fijos en los documentos que sostenía en su otra mano.

—Es tu última advertencia —espetó Yoongi cuando su pareja se removió en su regazo, restregando ese perfecto trasero desnudo en su entrepierna—. Una vez más, y te follaré contra el escritorio.

—No lo hago a propósito —se quejó—. Me distraigo un poco con tu amigote pinchando en mi trasero —se excusó, mordisqueando su labio inferior.

—Yo no te dije que vinieras y te sentaras en mí, tu solito apareciste —le recordó, dejando descansar su mano en su cintura.

—No es mi culpa, te ves endemoniadamente sexy sentado frente a tu escritorio, usando lentes y vistiendo solo un bóxer mientras revisas unos papeles —argumentó y retrocedió hasta apoyar su espalda en el pecho firme de su pareja—. Es toda esa mierda de aura de negocios que emanas tan naturalmente —se quejó.

Girando su rostro, Yoongi observó ese tono ligeramente rojo en la mejilla de su pareja y sus labios se torcieron antes de posarlos sobre el moflete lastimado.

—Deja de sentirte culpable por esto, ya te dije que lo planeé para mantener a raya a la bruja de tu madre —suspiro el hermoso pelinegro.

—Sigue sin gustarme —respondió, finalmente abandonando los documentos sobre el escritorio para rodear con ambos brazos a su pareja—. No quiero que vuelvas a hacer algo como esto —advirtió—. Enfrenta a mi madre todo como quieras, pero si estás planeando salir lastimado nuevamente, olvídalo.

—Bien, de todas formas dudo que tu madre aparezca pronto por la empresa y con Taehyung a mi lado, ni siquiera creo que podré verla rondando cerca —sonrió, girando su rostro para esconderse en la curvatura de su cuello.

—Tal vez no aparezca por allá, pero eso no quiere decir que no seguirá molestando —bufó Min al contemplar su teléfono sonando con el nombre de su madre brillando en la pantalla.

—¿Sigue molestándote para que limpies la imagen de esa chica? —bufó.

—Sí, y ahora me está exigiendo llevarla al viaje de la empresa para mostrar a los demás que estamos bien —chasqueó sus labios con molestia y apagó su celular.

—Bueno, ese viaje siempre se hace por parte al ser muchos, ¿por qué no simplemente la envías en cualquiera de ellos? —pensó.

—Lo intenté y mi madre se dio cuenta de ello —respondió—. Ni siquiera sé a qué iría, es un viaje a la naturaleza por una semana.

—Obviamente irá a intentar meterse en tu cama —resopló Jimin, enderezándose y acomodándose de lado en el regazo de su pareja—. Todavía falta un par de semanas para ese viaje y recientemente me hice amigo de la chica que lo organiza —anunció con una inocente sonrisa dulce y malvada—. Tu tranquilo, cariño, me aseguraré de arreglar todo.

Observándolo, Min sonrió ladino antes de capturar sus labios en un beso lento.

—Realmente, me gusta este lado malvado y travieso tuyo —anunció, deslizando su mano por el muslo desnudo de su pareja, subiendo hasta apresar uno de esos perfectos glúteos.

—Alto ahí, vaquero —detuvo el pelinegro, separando escasamente sus labios mientras acomodaba sus brazos alrededor de su cuello—. No hay tiempo para jugar, pronto llegarán nuestras visitas —le recordó.

—¿Qué visitas? —preguntó Min, besando la comisura de sus labios.

—Cierto, sabía que olvidaba por qué te estaba buscando —musitó, alejándose para parpadear con inocencia.

—¿Qué no entraste porque necesitabas revisar urgentemente tu correo? —cuestionó, alzando una ceja de forma interrogante.

Después de todo, esa había sido la primera excusa que apareció en la mente de Jimin tras entrar en el despacho de su pareja y verle tan sexymente concentrado en ropa interior y lentes.

—Ambos sabemos que solo fue una excusa —aclaró descaradamente, alzando su mano para acariciar el contorno de su mandíbula—. Mi hermano me llamó y no me creyó que no me sentía bien y me trajiste a tu casa a cuidarme, por lo que anunció que vendría a comprobarlo personalmente —explicó.

—Pero si te sentías mal —pronunció Yoongi con una sonrisa divertida—. Me necesitabas tanto contra ese sofá de masajes nuevo en mi habitación que me suplicabas y llorabas por piedad —recordó, lamiendo sus labios ante tal hermoso recuerdo.

—Me inclinaste contra ese sofá en su máxima potencia y te enterraste profundamente en mí mientras me presionabas sobre este sin moverte, hijo de puta, claramente iba a estar desesperado, llorando y suplicando para que te movieras —refunfuñó, retorcido ligeramente sus piernas ante el recuerdo.

—Pero te gustó —dijo arrogantemente, acariciando su muslo.

—Sí, pero aún no me creo que hayas comprado una de esas cosas solamente para eso —resopló, divertido.

—Y estoy pensando seriamente comprarme otro para mi oficina —anunció, internando su mano mientras subía—. ¿Te imaginas todo lo que nos divertiremos ahí en nuestros descansos?

—Sí —gimió, deteniendo su mano cerca de su miembro que iba mostrando interés—. Precisamente por eso no podemos tenerlo o nunca trabajaríamos —indicó.

Su pareja solo chasqueó su lengua en respuesta, sin poder negar aquello.

—Vamos arriba, señor Min, tenemos que colocarnos algo de ropa antes de que nuestras visitas lleguen —le recordó, besándolo.

—Bien —suspiro, quitándose sus lentes—. Pero que conste que seré tan desagradable como lo sea Namjoon —advirtió.

—Hyung prometió comportarse —aseguró levantándose, tirando de su mano para levantarlo y arrastrarlo por la casa—. Pero descuida, si el actual mal, tú también puedes —permitió.

—Si me estás diciendo esto es porque no crees que se comporte en primer lugar —indicó, observando ese perfecto trasero desnudo mientras subían las escaleras.

—Oh, él lo intentará por la promesa que me hizo junto a Jin hyung, pero eso no significa que no suelte una amenaza de vez en cuando o que aproveche de ser desagradable al estar solos —explicó—. Es por eso que te doy permiso para que le enfrentes siendo el bastardo frío que eres la mayor parte del tiempo, menos conmigo, claro —sonrió, dándose vuelta para besarle castamente por ello.

—Así que me estás dando permiso —repitió, alzando una ceja, acercándose y atrapando su cuerpo cuando tuvo a Jimin contra una pared—. No olvides tu lugar aquí, bebé.

—Lo sé —respondió, alzando una pierna para rodearle con ella—. Es exactamente igual al tuyo, a tu lado —sonrió, rozando sus labios.

—Malditamente cierto —gruñó en aprobación, juntando sus labios en un beso devorador, uno donde Yoongi le estaba reclamando completamente como suyo.

Y uno, que lamentablemente se vio interrumpido por el teléfono de Jimin.

—Ese debe de ser Hyung —se lamentó el pelinegro, bajando su pierna.

—Ya lo estoy odiando más —espetó su pareja, empujando su semi erección con su chico antes de tomar distancia.

—Guarda esto para mí, lo estaré ocupando esta noche —aseguró Jimin, apretando su entrepierna antes de entrar en la habitación, escapando de sus manos.

Negando divertido, Min le siguió y le observó mientras se dirigía su clóset.

—¿Qué quiere tu hermano ahora? —preguntó.

—No, es Tae quejándose porque cancelé nuestra salida —respondió—. Dijo que ese no era el acuerdo del horario, pero eso les pasa por organizar algo sin preguntarme al respecto —resopló, abandonando el celular para tomar el bolso con el cambio de ropa que había llevado.

—Conociéndolo, me debe de estar culpando de ello —bufó, terminando de vestirse casual y sexy como siempre.

—Sí, no me sorprendería si aparece por aquí —sonrió, colocándose ropa interior.

—Seguramente usará a Jeon para que lo traiga —indicó y observó a través de la ventana cuando el timbre invadió la casa—. Tu hermano ya llegó —anunció.

—Mierda, solo tengo que cubrirme este golpe o hará preguntas incómodas —expresó dirigiéndose al baño.

—Si quieres puedes olvidar tus pantalones —expresó al observar la prenda olvidada en la cama con una sonrisa.

—Solo lo dices para que los demás vean las marcas que has dejado en mis muslos —resopló Jimin—. Algo que por supuesto no le mostraré a mi hermano. ¿Puedes ir a recibirlos? Namjoon se pondrá de mal humor si lo seguimos haciendo esperar —indicó, asomándose por la puerta.

—Es su culpa por venir sin invitación —respondió antes de salir de la habitación.

Negando, Jimin terminó de cubrir el golpe en su mejilla con el maquillaje que había comprado y luego arregló un poco su cabello para que no se notara que acababa de salir de la cama a pesar de ser más de medio día.

Lo cual era verdad, pero nadie necesitaba saber cuánto descanso requería luego de pasar una noche con su pareja.

Saliendo del baño, se colocó sus pantalones y estiró rápidamente la cama antes de bajar al primer piso, justo a tiempo para encontrar a Yoongi apoyando en el marco de la puerta, discutiendo con su hermano mientras SeokJin se cambiaba a los zapatos de interior con sus manos cargando bolsas.

—¿En serio? —preguntó acercándose a su cuñado mientras señalaba al par detrás de él.

—No hay excusa para tu hermano, inmediatamente comenzó a quejarse —contó Jin, encogiéndose de hombros.

—Jinnie —exclamó Namjoon, observado a su esposo con un sentimiento de traición.

—Tú comenzaste a ser desagradable sin razón —indicó su pareja antes de observar a Jimin—. ¿Cocina?

—Sigue derecho y la verás —respondió y se acercó a su pareja una vez Jin se alejó—. Déjale que entre, cariño —indicó abrazándole por detrás.

—¿Tienen que ser cariñosos conmigo aquí? —preguntó Namjoon, observando con su nariz arrugada.

En respuesta, la pareja se observó y luego se besó lentamente.

—Bien, ya entendí —gruñó el contrario—. ¿Puedo entrar? Necesito dejar esto adentro y comenzar a preparar la parrilla —suspiro señalando las bolsas en sus manos.

—Está bien —aceptó Yoongi, finalmente apartándose con Jimin y permitiendo que el idiota molesto entrara.

—¿Vas a preparar carne? —preguntó Jimin, alejándose de su pareja para seguir a su hermano.

—SeokJin dijo que no hay mejor forma de unir a alguien que con un asado —resopló, dejando las bolsas sobre la mesa de la isla.

—Porque es así —asintió el nombrado—. ¿Dónde tienes los condimentos?

—Arriba, segunda puerta a tu derecha —señaló Jimin.

—¿Cuánto tiempo has estado aquí si ya conoces hasta su cocina? —preguntó Namjoon con sus cejas levemente juntas.

—Lo suficiente como para conocer toda mi casa —anunció Yoongi y luego observó a su pareja—. El señorito problemas está afuera demandando entrar con Jungkook —informó.

—¿Por qué no lo dejas entrar? —preguntó alejándose.

—Porque no recuerdo haber aceptado que viniera —respondió antes de salir—. Iré a sacar mi parrilla —anunció, desapareciendo.

—Si Min lo nombra de esa forma... ¿Taehyung te ha vuelto a meter en problemas? —preguntó Namjoon, observando a su hermano con sus ojos entrecerrados.

—Ahora trabaja conmigo, tú que crees —expresó riendo mientras se dirigía a la entrada para permitir a sus amigos entrar.

Abriendo la puerta, contempló a Taehyung y Jungkook cruzar el jardín delantero.

—¿Por qué tardaste tanto, mi vida? —exclamó Taehyung atrapándolo entre sus brazos tan pronto como estuvo a su alcance.

—Ocupado —respondió señalando sobre su espalda, donde como sabía, su Hyung se había acercado para saludar.

—Hey, es el hermano tóxico —exclamó Taehyung, cambiándose rápidamente de zapatos para ir a saludarlo.

—¿Tu hermano? —preguntó Jungkook con sorpresa al reconocerlo.

—Increíble, pero cierto —rió cerrando la puerta una vez entró.

—Se ve bastante animado —comentó Kook, observando lo ruidoso que se encontraba la casa—. ¿Y Yoongi?

—Sacando la parrilla.

—¿Y está bien con esto? —preguntó.

—¿Qué quieres decir? —le observó.

—Esta casa la compró con la intención de vivir con su hermano, pero su madre no le permitió traerlo, nunca me dejó hacer una fiesta ni hizo nada aquí, siempre imaginé que era porque esperaba a tener a JiHoon —explicó.

—Yo... No lo sabía, no me dijo nada —frunció el ceño—. Pero tampoco le di tiempo de negarse —murmuró y observó a Jeon—. Iré a verlo, no le digas nada a los demás —pidió antes de alejarse cruzando la casa.

Saliendo al jardín trasero, Jimin observó a su pareja en el otro extremo, intentando encender el fuego.

—¿Te molesta que mi familia esté aquí? —preguntó una vez estuvo a su lado.

—¿Familia? —preguntó, observándole de reojo mientras se concentraba en el fuego.

—Bueno, sin contar a Jungkook esas tres ruidosas personas dentro de la casa las considero mi familia, estemos o no unidos por la sangre —expresó—. ¿Te molestan?

—Namjoon siempre me ha molestado, ¿y Taehyung cuándo no lo ha hecho desde el poco tiempo que nos conocemos? —resopló—. Incluso Jungkook es molesto a momentos.

—No me refiero a eso —indicó acercándose más—. Tu amigo me dijo que nunca trajiste a nadie aquí, que nunca hiciste nada porque era un lugar que habías comprado para tu hermano —explicó.

—Ese idiota tiene la boca suelta —negó y observó a Jimin una vez logró encender bien el fuego—. Estamos saliendo —anunció—. Si tu familia viene incluida en el paquete está bien, no es como si estuviera obligado a actuar bien con ellos —expresó, encogiéndose de hombros.

—¿Sabes? En momentos como este, se supone que debes de decir algo cursi —indicó el pelinegro, divertido.

—Pensé que lo cursi estaba sobrevalorado —le recordó, rodeando sus hombros cuando Jimin se acercó para abrazarlo.

—Cierto —sonrió, besando su mandíbula—. Puedes ser tú mismo, pero si alguien es amable devuélvelo, tener un aliado en mi familia te servirá —aconsejó.

—Lo tendré en mente —respondió y observó el fuego—. Y solo para aclarar, me alegra finalmente estar estrenando esta casa, contigo.

Sin decir nada, Jimin sonrió mientras lo abrazaba con un poco más de fuerza.

—Esta es una buena parrilla —reconoció Namjoon, logrando que la pareja le observara.

—Jungkook me la regaló —comentó Yoongi—. Dijo que no podía tener casa nueva sin parrilla.

—Porque obviamente no puedes, es la regla de oro tener una —indicó Namjoon, observándole como si estuviera loco.

—No es como si pasara suficiente tiempo aquí para hacer algo de esto —se excusó.

—Pero ahora lo estás haciendo —le observó.

—Sí, por mí, así que será mejor que seas amable —advirtió Jimin—. Iré a ayudar en la cocina, compórtense —pidió antes de alejarse dejando solos a ambos.

—¡Tienes un sofá de masajes! —exclamó Taehyung tan pronto como cruzó la puerta.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó frunciendo el ceño.

—Estaba buscando el baño —sonrió el rubio.

—¿Arriba? Hay uno aquí abajo —indicó.

—Eso no importa —descartó agitando su mano como si no fuera un detalle importante—. ¿Por qué no me dijiste que lograste que tu pareja te comprara el sofá? —cuestionó.

—Porque yo no lo convencí de nada —resopló—. Hablando se enteró de esta necesidad estúpida tuya de la cual confesé tener curiosidad y bueno, ayer me sorprendió —contó y sonrió ante los recuerdos perversos.

—No jodas, cumplió con nuestra fantasía —exclamó tocando su pecho.

—Sí, algo me dice que su mente perversa puede haber muchas más cosas —rio suave Jimin.

—Oh, joder... Creo que he encontrado a mi mano izquierda —anunció y luego salió rápidamente de la casa.

Siguiéndolo con la mirada por curiosidad, Jimin observó a su mejor amigo abordando a su pareja, y cuando este le observó no muy feliz, le sonrió inocentemente antes de correr a la cocina, donde Jungkook ayudaba a Jin.

—¿Ya están peleando esos dos? —preguntó su cuñado.

—Aún no, pero Taehyung está entre ellos y está emocionado de descubrir que Yoongi compró un sofá de masajes por su cuenta —anunció, observando directamente a Jungkook, quien se detuvo para observarlo.

—¿Qué están haciendo esos dos? —preguntó, limpiando sus manos.

—Hablando, y eso de por sí me da miedo —respondió, mordisqueando su labio inferior en parte divertido y asustado.

—Mierda, la mente de Yoongi puede ser tan jodida como la de Tae —exclamó Jeon antes de salir apresuradamente de ahí.

—¿Quiero saber? —preguntó SeokJin con una sonrisa.

—Taehyung y su necesidad tonta —respondió, acercándose para ayudarle.

—¿Con un sofá para masajes? —alzó una ceja.

—Ya sabes cómo es él —se encogió de hombros.

—Oficialmente tengo miedo —anunció Jungkook volviendo a la cocina.

—¿Por qué? —preguntó Jimin.

—Los tres estaban reunidos hablando, se callaron tan pronto como me acerque y se apartaron para seguir conversando —explicó, señalando a través de la ventana.

—Les dije que hacer una parrillada unía a las personas —anunció satisfecho SeokJin al comprobar aquello.

—La necesidad estúpida de Taehyung, querrás decir —corrigió Jimin, riendo—. Tengo miedo de lo que pueden estar planeando esos tres.

—Yo igual, pero he de admitir... —sonrió Jungkook—. Que el sofá fue excelente —anunció.

—Lo sé —sonrió Jimin, observando hacia afuera, divertido.



__________________________________

Espero que tengan un buen indicio de semana mis copitos! Un abrazote y un besote, se me cuidan! Y se les quiere! <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro