28. El recuerdo de una amistad

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Fui corriendo por mi ropa, los no-humanos seguían debatiendo, una vez abajo Val me tendió una bolsa con un par de sándwiches.

—Cortesía de mi suegrita preciosa ¿A que es un amor?

—¿Ustedes no...desayunan?

Ella lo pensó.

—Depende ¿Te ofreces voluntaria? —palidecí haciéndola reír—. Estamos bien Ana, come, reponte.

Me guiñó un ojo y el color volvió a mi cuello. Se veía casi...normal, ni cansada o débil como lucía normalmente, se veía todo lo humanamente saludable que un vampiro podía ser.

Se lo dije y me agradeció con una enorme sonrisa.

Evan y Arion discutían (que raro).

—Lo que digo es, y deberías escuchar de vez en cuando, no vale la pena ir tras él. Ya esta, está muerta...

—¡Se llevó el cuerpo de mi hermana muerta! ¿Qué harías si fuera Ava en su lugar.

Evan apretó los puños, Ava debía ser su pequeña hermana. Arion había dado en el clavo.

—Jefe, la última vez fue casi imposible seguirle el rastro —se les unió Dick.

—Pero lo encontramos —replicó Arion.

—Tres condados más allá...

¿Habían estado siguiendo a Ashton? Juzgaba bastante a los inmortales, a mi parecer no hacían nada más que ocasionarme estrés y mira por dónde.

—¿Si sabes que ir allá es declarar la guerra a viva voz, no? —Val se introdujo como la voz de la razón— Eso es algo que el Clan no aprobará, ya están juzgando tu papel como líder. Según Hitach no había tantos estragos cuando no teníamos líder a tiempo completo.

—Hitach puede besar mí...

Val lo cortó poniendo los ojos en blanco, Arion de enfurruñó cual adolescente malhumorado. Los argumentos eran sólidos y él lo sabía.

—Sólo somos cuatro contra quien sabe cuántos cegados y sabemos los salvajes que son —continuó Evan al ver que Arion ya no replicaba.

—Vuelve a contar genio, somos cinco —le corté yo esta vez.

—¿Ah sí? Nos fue muy bien la última que peleamos codo a codo, aún recuerdo tus gritos —se burló—. Muy agudos por cierto, oh, y tu cara de shock, todo un poema.

Si no fuera casi el doble de mi tamaño y tuviera esta pequeña cosita de la fuerza sobre humana, un golpe habría cruzado su cara.

—Clavó una navaja a ese sujeto, fue ágil como un ninja —me apoyó Val.

Pero Evan no estaba para sumarse a la causa.

—Mira niña, no me importa la "relación" que tengas con el imbécil de nuestro líder aquí presente —Arion subió una ceja, despectivo—. Nadie va arriesgarse en este momento sin pensar y en todo caso, nadie HUMANO, se inmiscuirá en la situación.

Temblaba de irá, sentía mi cuerpo calentarse otra vez.

—Lo bueno es que apoyamos el movimiento feminista ¿No, Annie? Ella no es humano, es humana.

Casi me reí...casi.

—Oye Ann ¿Qué le pasa a tus ojos? —murmuró Dick.

Fruncí el ceño, claramente confundida.

—¿Mis qué?

Evan se alzaba sobre mí manteniendo un intenso contacto visual, procuro no saltar del susto por la rapidez con la que llegó a mi lado.

—Joder, Arion ¿Qué coño le hiciste?

Este se desperezó y caminó con parsimonia hacia nosotros, quito las manos de Evan de mis hombros y lo alejó de un tirón de mí.

—Primero, no la toques —expresó serio pasando por mis hombros un brazo—. Segundo, si me da la gana de buscar a mi hermana y declararle la guerra a quién desató todo esto, lo haré con apoyo o sin él...

—Agniet se ganó solita todo lo que le pasó.

Mala elección de palabras, Evan voló por los aires aterrizando en el sofá. Ahogué un grito.

—¡A puesto a que eso no decías cuando te la estabas...!

—¡Hombre! —gritó Dick—. Que ya vale, decidamos que hacer sin sacar trapos sucios.

Encontré la mirada de Val en busca de que me sacara un poco de mi desconcierto. Se encogió de hombros apenada.

—Esos fueron otros cincuenta fáciles.

Genial, Evan se acostaba con Agniet y aunque no debía afectarme, la punzada de celos en mi estómago no se había enterado aún. Me cacheteo mentalmente, no tenía moral en este momento para sentirme así.

—Antes de que vuelvas a abrir tu boca —habló Arion dirigiéndose a él—. Tercero, lo que sospechábamos es cierto, Anabelle está en un tipo deferente de transición. Estuve recordando y así fue como inició la transformación de Agniet; por lo que sé, ella y Ashton estuvieron investigando sobre la especie, llegando dónde nadie más buscó. Si alguien sabe si esto puede contrarrestarse es ese canalla y aunque tenga que descuartizarlo pieza por pieza, voy a sacarle lo que sabe —sus ojos estaban ya irradiando, me encogí en mi lugar, era realmente intimidante de aquel modo—. De una forma u otra iré por él, ya decidirán si acompañarme o no.

Val y Dick agacharon la cabeza, Evan luchaba para no hacerlo y le mantuvo la mirada de tal forma que tuve que apartar la vista para que la luz no hiriera mis sensibles ojos.

—La chica se queda.

Molesta me metí en medio de aquél duelo de titanes. No podía hacer encajar a este Evan con aquel que estuvo conmigo en el lago, el que me rescató del bosque apenas conociéndome, fue en contra de Ashton y no hacía más que salvarme.

—La chica tiene un nombre y si Arion va, yo iré con él.

No supe si el deseo por llevarle la contraria a Evan fue lo que impulsó a Arion a decir lo que dijo:

—La necesito conmigo, con un infierno que la dejaré aquí.

Evan entrecerró los ojos en su dirección y vi una sonrisa de burla bailar en los labios de Arion.

—Girl power —saltó Val rompiendo la tensión—. Yo voy ¿Amorcito?

—No me queda de otra, no es como si me dejaras dejarte ir sola.

Sonreí ante la forma en que lo dijo, su novia lo recompensó con un efusivo beso. Arion los mirón con fingido asco.

—Ustedes dos, pegostosos, convoquen al clan para esta noche y encárguense de ponerles al tanto de que habrá una humana en la reunión.

Asintieron y se marcharon juntos.

Me removí incómoda en medio de los dos chicos a mis costados. Evan dejó de estar junto a mí para ponerse cómodo.

—Te debo una, Roja.

Por un momento creí que mencionaría el sexo y mi mirada le advirtió que no lo hiciera, sonrió burlón.

—No fui el más cortés antes, teníamos un trato.

Evan jugaba con el móvil en el sofá, un sugar crush sonó acompañado de los ruidos comunes del Candy Crush, le miré mal pero no me prestó atención.

—No me iré del pueblo Arion, a estas alturas mi promesa queda más que nula —digo rememorando la noche anterior.

—No te pido eso, me encargaré tu amiga —apretó los labios—. Pero a cambio, si las cosas se ponen feas te quiero fuera, Evan se encargará de ponerte en un avión si es necesario.

Divine.

Rodé los ojos.

—Bien, acepto.

—Puta gelatina —masculló Evan.

De la casa de Arion salimos a la mía, Evan ignoraba todo con cara de póker y no tenía sentido su permanencia con nosotros aunque no rechisté.

La madre de Kate nos recibió airosa aunque no le inspiró mucha confianza el ver a los chicos ahí. Vi una foto de Kate hace unos años en la banda de la escuela y supe que había Evan ahí con nosotros, de los dos inmortales el que había compartido con Kate era él y si ella confiaría en alguien ese sería Evan.

Ella estaba en el jardín, observando con detenimiento una maseta y cuando le llamé, se sobresalto tanto que la dejo caer. Retrocedió al ver a mis acompañantes chocando con la valla de su casa.

Llegué a su lado y tomé sus manos intentando tranquilizarla.

—Olvidar te hará bien ¿Vale?

Evan se acercó. Ella estaba realmente asustada y él lo percibió.

—¿Recuerdas cuando Michael metió la cabeza en la tuba? —habló con una sonrisa triste.

La vi reír por primera vez en semanas y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Aferrarte a ese recuerdo y deja ir al resto —cuidando que nadie lo viera, hizo arder sus ojos—. Hora de descansar.

Ella cayó inerte en sus brazos.

—A algunos se nos da mejor que a otros —aclaró pasándola a Arion—. Me encargaré de la madre.

Dicho aquello, se perdió en dirección a la casa.

Me dirigí a Arion.

—¿Borrarás todo o...?

—Voy a meterme en su mente, haré que seleccione aquello sobrenatural o que pueda relacionarla con nosotros y la obligaré que lo olvide.

—¿Lo has hecho antes? —inquirí dudosa.

—Varias veces, muy efectivas, deberías saberlo. Oh, espera, no lo recuerdas.

Abrí la boca en una queja muda ¡Había borrado mis recuerdos! Y ni siquiera recordaba qué había borrado.

Sus ojos volvieron a lo suyo y Kate despertó desorientada un instante, se quedó absorta en Arion.

—Hay mucho de ti aquí Roja ¿Algo que quieras conservar?

Tragué y sentí dolor por lo que diría.

—Bórralo todo.

El asintió. Se mantuvo mirándola por un par de minutos, sentí que debía apartar la mirada, que era algo privado. Pero no podía evitarlo, él parecía muy concentrado susurrándole cosas que no alcanzaba a oír del todo.

—La perdida de Michael te afectó, pero sabes que a él no le gustaría que vivieras a medias. Estás triste y por él saldrás de esto —esta vez habló en voz alta.

Con un aleteo de pestañas ella volvió a la realidad.

—Demonios, tus ojos son muy grises —exclamó de pronto.

—Gracias —Arion enarco una ceja y ella se sonrojó.

—Disculpa ¿ustedes son...?

Eso dolió.

—Amigos de Evan —respondió Arion por mí al ver que yo no era capaz de hablar.

En ese instante, Evan volvía caminando por el caminito de acceso.

—¡Evan! —Kate se lanzó efusivamente a sus brazos—. Extrañé que no estuvieras conmigo en el velorio, estuve muy sola todo el rato.

Sentí la mano de Arion apretar la mía. Ella había estado conmigo.

—Ya...fue duro. Lo siento.

Ella parpadeó, luciendo un poco perdida.

—Lo sé, pero Michael habría querido que continuásemos —expresó calmada—. ¿Nos presentas?

Él parpadeo, me miró y vi en sus ojos la pena, a saber cuál sería mi cara.

—Ella es Anabelle, de Nueva York y Arion Vriklas, de Grecia.

—Bueno soy solo Kate, de Atenas, he oído un poco sobre los Vriklas —río, estrechó mi mano—. Y tú...me pareces familiar.

Aclare mi garganta en un intento por qué no se me quebrase la voz.

—Vivo al frente, pero no salgo mucho.

—Eso es grandioso...espero nos llevemos muy bien.

Sonreí apenas.

—También yo.

Nos despedimos de ella y de una muy confundida señora Katy. Evan la había aturdido bastante.

Esperé a estar dentro de mi casa para dejar escapar algunas lágrimas, ahí estaba mi abuelo observándome desde el sillón. Me abrió los brazos en lugar de reñirme y fui directa a acurrucarme junto a él con mi cabeza en su regazo mientras más lágrimas acudían.

Oficialmente había perdido a mi mejor amiga, iría a declarar la guerra al clan de mi ex novio y asistiría a una reunión con el clan del que estaría siendo mi nuevo...¿novio?

Esta fue una productiva mañana de noviembre.

Este fue el más corto ya que era mas que todo relleno, pero como siempre hay tantas cosas que no parece relleno. 

No dejo de quererlos y sé que en el fondo se sus fríos corazones los chicos también los quieren.

Gracias por apoyo lo amo tres millones y besos❤

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