Capítulo 4

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— Hoy pareces tener un mejor apetito. — Comentaba Jungkook observando a su paciente especial devorar los alimentos que le ofrecía mientras se sentaban bajo uno de los pocos arbustos sobrevivientes del invierno. — ¿Sabe bien? — Preguntó notando como la mirada contraria se elevaba para observarlo mientras masticaba. — Lo he hecho yo mismo en casa así que comprenderé si no te gusta. Eres mi paciente más interesante e intrigante en estos momentos así que no pude evitar querer hacerte probar algo casero. Supongo que hace mucho tiempo no pruebas algo parecido.

Desde aquel incidente en donde Taehyung fue sacado del hospital ya habían pasado casi tres meses en donde algunas cosas cambiaron levemente para su relación doctor y paciente. Su acercamiento fue algo que Jungkook constantemente provocaba ya fuera con sus consultas regulares, con alguna visita sorpresa a su habitación controlando que todo estuviese en orden o momentos como ese en donde lo acompañaba a comer algo, se sentaba junto con el resto de los internos a ver alguna película o simplemente se sentaba a para hablarle de cosas irrelevantes pero relajantes.

Era raro tener ese tipo de conversaciones tan naturales. El castaño difícilmente recordaba escuchar cosas tan triviales que no fueran forzadas, las mismas preguntas y respuestas, temas constantes que poco variaban... Escuchar al Doctor Jeon era refrescante. Ese día lo notó y confirmó al quedarse esperando a que este apareciera en su habitación.

Aunque siempre lo rechazaba y accedía cuando no le quedaba de otra, esa mañana no se negó cuando la enfermera se acercó para sacarlo a dar una vuelta. Él ya la esperaba junto a su puerta y una vez que llegó, la miró tan intensamente que ella no pudo evitar sorprenderse, entendiendo perfectamente que deseaba dar su paseo. Es que de esta forma, aunque no fuera en un intercambio directo, podía ver al Doctor quizás por algún pasillo, junto a un paciente o simplemente admiraba su consultorio.

Cuando lo divisó en el jardín caminando hacia él, ese día de primavera parecía mucho más cálido y soleado. Se daba cuenta lo mucho que añoraba esos minutos al día que le dedicaba, la ansiedad en él crecía cuando no lo veía por un día entero. Sin embargo, no era algo tan notable para él como esa sonrisa que le regalaban en ese instante.

— Yo me encargaré del paciente Kim, enfermera Sa. — Avisó colocando una mano en el hombro de Taehyung para dirigirlo hacia el arbusto donde ahora estaban sentados.

Fue la primera vez que Jungkook le llevó o entregó algún tipo de alimento que nada tuviera que ver con el hospital por lo que su sorpresa fue quizás un poco visible para el pelinegro.

— Hoy tengo solamente mi horario de almuerzo para compartirlo contigo, así que no podremos hablar tanto porque no tenemos consulta hoy. Disfruta tu comida tranquilo, las enfermeras te estarán mirando pero no te interrumpirán. — Mencionó viendo como masticaba con ganas la comida. — Come despacio, no irá a ninguna parte. — Sonrió al ver como la velocidad disminuía. — Hasta mañana, Kim.

Sacudiendo sus manos se dispuso a levantarse pero cuando lo intentó, algo lo regresó a su lugar. Buscó confundido, viendo la mano de Taehyung aferrada a su bata blanca que ahora debía cambiar. Este no lo miraba, solo comía pero su mano estaba fuertemente aferrada a él.

— ¿Qué sucede? — Preguntó todavía sorprendido porque desde que entró a ese hospital, esa era la primera que mostraba algún cambio notable en su comportamiento. Desde la comida hasta su forma de retenerlo, todo era novedoso aunque leves cambios se hubiesen revelado ante los ojos del pelinegro que acariciaba su mano para que la abriese. — ¿Quieres decirme algo? — No hubo respuesta pero tampoco logró que lo soltara. — ¿Deseas que me quede hasta que termines de comer? — Nuevamente no hubo una respuesta como era de esperarse mas, cuando cruzó sus piernas y acomodó, Taehyung abrió levemente su mano enrojecida por la fuerza ejercida sobre la tela.

El doctor sonrió sin poder evitarlo, esa fue la reacción más evidente que mostró en los meses que llevaba tratando con él. Un avanza inminente que demostraba una creciente confianza o comodidad con su persona que le permitía abrirse un poco más. Contemplando su reloj decidió que él podía prescindir de su comida y los pendientes que tenía por al menos veinte minutos más.

+++

Una taza de té, audífonos en donde la música resonaba tranquilizándolo mientras estudiaba sus asuntos, exámenes neuropsicológicos y demás datos médicos de Kim Taehyung, era todo lo que tenía Jungkook mientras descansaba en el sofá de su apartamento.

Estaba ahora completamente convencido que la falta de habla y su estado de amnesia era una farsa, un mecanismo de defensa para ocultar algo serio porque sabe que su vida puede depender de eso. La antigua estrella Hallyu estaba falsificando inteligentemente su estado mental para permanecer allá adentro. Lo que no le quedaba totalmente claro eran los motivos detrás de su actitud para, aún varios años después, seguir actuando sin cometer un solo error.

Si bien el hecho de olvidar la identidad era un recurso argumental frecuente en las películas y la televisión, no solía ocurrir con la amnesia en la vida real. Por el contrario, las personas con amnesia suelen saber quiénes son. Sin embargo, pueden tener dificultades para incorporar información nueva y para generar nuevos recuerdos. Ninguno de estos casos se reflejaban en su paciente especial. Kim Taehyung recordaba perfectamente quién era y qué hacía.

Estudió la grabación de la última visita de su hermano, sus ojos revelaron lo que su boca no dijo. Leer la mínima expresión de los cuerpos era también parte de su trabajo. Para otro especialista, el resultado sería diferente, después de haber descartado la amnesia neurológica por lesión o daño cerebral evidente, llegarían a la conclusión que lo más probable fuera una amnesia disociativa.

¿Psicogénica?

Jungkook había descartado eso. Si bien esta provenía de un choque emocional o traumatismo, como ser víctima de un crimen violento o accidente como el que estuvo involucrado, ese hombre estaba literalmente haciéndose el loco aunque encajara perfectamente en el perfil.

En este trastorno, una persona podía olvidar recuerdos personales e información autobiográfica, pero generalmente solo de forma breve. Casi se cumplía cinco años desde su accidente, era casi imposible que aún no recobrara sus recuerdos o continuara sin hablar. Todo alrededor desee hombre era irregular y esto definitivamente había llamado su atención. Kim Taehyung era una de las razones para que él aceptara ese puesto de trabajo y regresara a Corea del Sur después de tantos años en el extranjero con una carrera exitosa.

Cerrando su expediente clínico, el pelinegro navegó por internet en busca de antiguas fotos, presentaciones, entrevistas y trabajos de quien fuera una celebridad. Parecían dos personas completamente diferentes, ese que veía en su pantalla siempre era risueño, ocurrente, divertido e incluso un poco egocéntrico. En sus entrevista, notaba la transparencia de sus reacciones, era notable cuando alguien no le agradaba o se sentía incómodo, no se necesitaban títulos para ello. Se movía con tanta gracia y elegancia, era tan coqueto siempre con las cámaras que muchas veces sen encontró riéndole al ordenador.

Lo monitoreaba continuamente, había descartado trastornos de personalidad real, al menos uno grave que a día de hoy lo hiciera comportarse del modo en que lo hacía. Estudió detenidamente cada tipo de trastornos posibles... ¿Personalidad antisocial? Definitivamente no. ¿Personalidad por evitación o dependiente? Tampoco.

¿Trastorno límite de la personalidad? Sus patrones no mostraban prolongadas emociones turbulentas o inestables, no tenía acciones impulsivas o una relación caótica con otros individuos. No había rastros de un trastorno histriónico de la personalidad, ni siquiera uno narcisista.  Todos esos se podían descartar casi simple viste con pocas semanas de seguimiento.

¿Obsesivo-compulsivo? Negativo, Kim no era así.

Por un momento valoró el esquizotípico de la personalidad porque parecía tener dificultad con las relaciones interpersonales y alteraciones en sus patrones de pensamiento, apariencia o comportamiento pero también fue algo que descartó pronto.

Hasta el momento, la que más valoró y mantuvo fue el trastorno de personalidad paranoica porque no tenía un trastorno psicótico completo como la esquizofrenia pero sí tenía cuadros de esta afección mental. El patrón de desconfianza, recelos de los demás de forma prolongada era un hecho. La forma en la que disimuladamente miraba de soslayo hacia las cámaras, enfermeras u otros pacientes o su manera de rehusarse a muchas cosas fueron puntos fuertes para ceñirse a este diagnóstico.

Sin embargo, no podía culparlo porque incluso él se encontraba en igualdad de condiciones sabiendo todas las irregularidades que allí ocurrían. Fue testigo de varias prácticas casi imperdonables por el personal médico y de seguridad del centro, así que era comprensible esa actitud. Justamente eso era lo que también le hablaba del alto nivel de cordura que Taehyung mantenía aún después de tanto tiempo encerrado en ese lugar. Él sabía todo lo que estaba ocurriendo en ese hospital y por ese se mantenía alerta aunque pareciera ser un muerto viviente que pasaba cada día perdido y vagando entre el puente de la muerte a la vida.

Su escondida hostilidad hacia algunas personas, desapego, su aislamiento social al no querer interactuar con el resto de los pacientes o doctores la mayoría de las veces o su incapacidad para realizar tarea junto con otros. La creencia no dicha que será usado o lastimado por alguien más, su preocupación porque los demás tengan motivos ocultos.

Todos esos eran síntomas comunes para las personas con PPD. Estas eran recelosas con los demás y como resultado limitaban su vida social de manera drástica. Con frecuencia sentían que estaban en peligro y buscan pruebas para apoyar sus sospechas. Tenían dificultad para ver que su desconfianza era desproporcionada para su entorno. Todo encajaba muy bien en el comportamiento de Taehyung pero nuevamente, aunque encajara a la perfección dentro de este trastorno, ponía su mano al fuego para asegurar que posiblemente, ese interno fuera una de las personas más cuerdas del lugar. Mucho más cuerdo que el personal que lo atendía.

Fue el ruido de la puerta lo que le hizo cerrar de golpe su ordenador, pretendiendo estar escuchando música en su teléfono mientras leía unos documentos sin importancia que había sobre la mesa. Kim Seokjin había regresado de su trabajo y se estaba acercando a él para saludarlo.

— Estoy muerto... — Musitó sobre sus labios luego de darle un beso. Apoyó la cabeza en su pecho cuando el pelinegro dejó de lado los papeles para acariciarlo sutilmente. — Pensé que no llegaría a casa esta noche, quiero renunciar.

— ¿Tan malo fue?

— Fue horrible. — Afirmó incorporándose. — Supongo que no cocinaste nada, ¿ya comiste algo al menos?

— Mandé a pedir comida para los dos, pensé que llegarías más temprano. Ya debe estar todo frío pero puedes recalentarlo. — Vio al mayor caminar hacia la cocina y abrir las bolsas para comprobar su contenido. — ¿Por qué no tomas una ducha? Me encargaré de prepararte la cena.

— ¿Es en serio? — Jungkook asintió poniéndose de pie para unírsele, sonriendo ante la mueca incrédula del mayor. — Disculpa es que estoy en shock.

— ¿Estás en shock? Actúas como si yo nunca te atendiera. — Musitó volteándolo, aprisionándolo entre la mesa y su cuerpo, viendo la sonrisa seductora de Jin.

— ¿Por qué no me muestras lo mucho que cuidas de mí? Justo aquí... — Palmeando la mesa, mordió su labio inferior acercándose a los contrarios.

— Creí que estaba muerto de cansancio.

— No lo suficiente... — Respondió rápidamente desabotonándose los primeros botones de su camisa.

— Vamos a consentirte correctamente entonces.

+++

— Qué tenemos por aquí... ¿Cómo te encuentras hoy, Hoseok? — Preguntó Jungkook al llegar a la salsa audiovisual. — Hoy te ves muy animado.

— Lo estoy, ¿sabía que abrirán una sala de baile? Ya era hora, tenemos lectura, artes plásticas, música, teatro incluso, pero no teníamos una de baile. — Contestó animado palmeando con fuerza sus piernas hasta que Jungkook sostuvo sus manos.

— Si sigues golpeando tus piernas de ese modo no podrás asistir a la clase por tus dolores. ¿Qué tal si en vez de golpearlas, las masajeas? — El paciente pensó por varios segundos antes de asentir enérgico.

A Jungkook le gustaba interactuar con sus pacientes fuera de las consultas, esto hacía que ellos se sintieran mucho más cómodos a su alrededor al encontrarse en un área de esparcimiento que no los presionaba o incomodaba. Paseó por varias áreas, saludó y habló con varios internos hasta que llegó a la sala de pintura en donde por segunda vez en esos meses que llevaba a cargo del Hospital Psiquiátrico Michin. La primera vez él solo estuvo sentado sin hacer absolutamente nada, solo mirando esporádicamente a su alrededor.

En ese momento, se encontraba tirado en el suelo con una hoja blanca y crayones de color rojo, negro y azul. Sin incomodar al resto, caminó cuidadosamente hasta situarse a un lado para inspeccionar su dibujo. Un poco distorsionada pero era evidente que había plasmado la bandera de Corea del Sur en el medio de un círculo rojo en llamas. Por un segundo frunció el ceño, justo antes de que Taehyung elevase su mirada para hacer contacto visual. Corrió rápidamente su dibujo para esconderlo bajo su cuerpo, pero el doctor no hizo nada más que sonreír.

— Bonito. — Afirmó en voz baja acuclillándose a su lado. — He venido a buscarte, en pocos minutos tenemos consulta. ¿Quieres ir ya conmigo o prefieres que te lleve una enfermera?

Era claro que Taehyung no iba a responder verbalmente pero ya conocía hasta cuando su parpadeo era diferente, se entendía perfectamente sin necesidad de palabras.

— ¿Estás molesto conmigo? — El paciente desvió la mirada guardando más el dibujo bajo su cuerpo. — De acuerdo, entonces haré que venga alguien más por ti.

Se levantó cuidadosamente y giró sobre su eje para salir de la sala. Justo en la puerta, su bata fue sostenida y él no necesitaba voltearse para saber de quién se trataba. Se limitó a sonreír y voltearse para mirarlo.

— Vamos, Kim...

El nombrado no puso objeción alguna, acompañó a Jungkook hasta su consultorio. Esperaba preguntas, pruebas o ese tipo de cosas que comúnmente hacían pero todo lo que el pelinegro hizo fue entregarle una nueva caja de crayones y sentarse en el suelo con varios folios blancos para dibujar. El castaño se quedó de pie por casi diez minutos observando a Jungkook dibujar, no lo hacía nada mal y eso fue una sorpresa. Sin darse cuenta, se encontró absorbido por esto, relajando su arrugado entrecejo.

El doctor no le insistió para que lo acompañase, no le indicó que se sentara o dijo nada para incitarlo a dibujar con él. Taehyung solo eligió agacharse, observarlo por cortos minutos antes de finalmente sentarse y comenzar a dibujar junto a él. Cuando el tiempo destinado a su consulta finalizó, el castaño estiró su mano para entregarle su dibujo a Jungkook.

— ¿Esto es para mí? — No hubo respuesta, sus ojos se desviaron hacia la puerta mientras volvía a bajar la mano. Escuchó a Jeon Jungkook sonreír y esto lo obligó a mirar de soslayo para verlo divirtiéndose con algo que él no entendía. De su mano el dibujo fue tomado y otro bien doblado fue colocado en su lugar. — Yo también estaba dibujando algo para ti, espero que te guste.

Cuando la enfermera tocó la puerta y entró, esta no pudo evitar mirar la mano de Taehyung  masuna mirada al doctor Jeon bastó para saber que todo estaba bien. Dos veces se volteó el paciente a mirar y Jungkook no pudo evitar sentirse un poco extraño. Siempre que sus miradas se cruzaban, sus pensamientos por milésimas de segundo se quedaban en blanco. Le sonrió buscando transmitirle confianza, regresando a su escritorio poco después.

El resto del día, camino a su casa e incluso ya en ella mientras comía, no podía apartar la imagen de su paciente de su mente. Quizás debía reducir sus encuentros, pero el notable avance lo hacía desechar esa idea a gran velocidad. No había forma en que él disminuyera por ahora sus consultas. Exhalando algo contrariado, se acomodó en su sofá y encendió el televisor.

"Hace una hora, décimo segundo presidente de la República de Corea, Park Bogum, ha cerrado el acuerdo con Estados Unidos, extendiendo así, la alianza militar pactada en 1953. Las Fuerzas surcoreanas que estarían bajo el control de los Estados Unidos si se reanudara la guerra, está regresando al control de nuestra República a partir de este momento.

En los días venideros, 10 000 Fuerzas del país norteamericano estarán llegando a nuestro país. Según los informes, esto es solo una muestra de respeto entre las naciones y los activos enviados quedarán estacionados junto a las 29 000 Fuerzas que ya radicaban en el país."

Esa definitivamente no era una noticia que Jungkook esperaba escuchar esa noche, de hecho, no la esperaba en meses como mínimo. Sus ojos se ensancharon varios segundos procesando toda la información, levantándose para ir en busca de una muda de ropa diferente mientras tomaba su teléfono.

— ¿Tenemos confirmación? — Preguntó poniéndose su pantalón. — ¿Qué tiempo tenemos?

— Estamos esperando órdenes en estos momentos pero en pocas horas ya deberíamos tener un nuevo plan. Por favor, Jeon, no actúes por tu cuenta. Esta operación...

Sin escuchar el resto de lo que le decían, el pelinegro apagó completamente su teléfono y lo lanzó a un lado para colocarse una sudadera negra y botas del mismo color. Tenía que actuar ya.

— ¿A dónde vas? — La voz de Seokjin lo sorprendió en la sala cuando tomaba las llaves de su vehículo. — Creí que tendríamos una noche de películas juntos, incluso he venido más temprano.

— Surgió algo en el hospital, uno de nuestros pacientes atacó a varias de nuestras enfermeras, tengo que ir urgentemente. — Se acercó para tomar su nuca y plantar un corto beso en sus labios. — Iré e intentaré regresar lo antes posibles pero te aconsejo que no me esperes despierto. Lo siento, prometo compensártelo.

El mayor no tuvo tiempo de responder, antes de mover sus labios ya su pareja estaba saliendo por la puerta principal de su departamento. Miró incrédulo y decepcionado el lugar por el que salió varios segundos antes de quitarse sus zapatos suspirando y dirigirse a su habitación.

Jungkook buscó una pequeña bolsa ubicada en el trasfondo del maletero de su vehículo antes de tirarla en el asiento del copiloto y ponerse en marcha. Su mentira fue a medias, él si iba hacia su hospital aunque de ello no quedaría rastros. Tampoco existía una emergencia de agresión pero no era del todo ficticia. Condujo a gran velocidad hasta una tienda de conveniencias en donde a unos metros, estacionó su auto. Volviendo a tomar la bolsa, se cambió completamente de ropa, llevando incluso una gorra negra esta vez.

Del bolsillo de su nueva sudadera sacó en teléfono diferente al que usualmente utilizaba y colocó un audífono inalámbrico en su oreja en donde podía acceder a un de las líneas intervenidas en la Casa Azul. Necesitaba mantenerse informado para saber el tiempo con el que contaba y los siguientes pasos a tomar. Caminó por dos calles procurando evitar las cámaras de seguridad y las cajas negras de los autos estacionados por los alrededores hasta llegar a uno aparentemente destartalado en comparación con los vehículos modernos. Sin embargo, esas no eran más que apariencias porque todo desde la carrocería estaba completamente nuevo.

Una vez más condujo a gran velocidad a través de la ciudad hasta llegar al hospital en el que diariamente trabaja. Podía entrar sin problemas con su identidad de doctor pero si dejaba rastros de su presencia, sería el primero en ser investigado después de lo que haría. Dejó el coche a una distancia prudente, acercándose por los arbustos que rodeaban el sitio. Una luz le avisó del guardia que hacía su ronda, obligándolo a esconderse atrás de una de esos arbustos y arrastrarse por el suelo hasta la ventana que desbloqueó sin mucha fuerza para poder adentrarse en el edificio.

Su primer destino fue la sala de controles. Revisó cada sitio para asegurarse de los lugares estratégicos que debía evitar o los que podía utilizar en caso de ser necesario. Mirando el pasillo en donde su paciente especial se encontraba, suspiró aliviado.

Kim Namjoon no estaba de guardia esa noche, era el único que podría interponérsele porque sabía que este estaba excelentemente entrenado y pertenecía a la Casa Azul. El único motivo para que estuviera allí es porque había algo que al presidente le interesaba cuidar. No necesitaba ser muy inteligente para adivinar qué era.

Conectó su teléfono al ordenador principal para que este accionara sin dejar rastro a la hora de desactivar todas las cámaras de seguridad por quince minutos, era todo el tiempo que necesitaba para sacar de ahí a la persona que estaba a punto de ser asesinada.

Utilizando las escaleras, subió velozmente hasta el piso siete. Dos custodios deberían haber estado deambulando, recién lo había visto en las cámaras de vigilancia, pero había uno solo en su sitio. Si lo derribaba y el otro simplemente estaba en el baño, podía dar aviso y estropear sus planes. Ese requería hacer uso de dos minutos que creyó tener libre.

El custodio estaba entretenido en su teléfono y este le facilitó mucho más su trabajo, tomándolo por sorpresa para cortarle su suministro de aire ejerciendo cierta fuerza en su cuello mientras lo arrastraba a la escalera.

Fue mientras avanzaba cautelosamente hacia la habitación de Taehyung que notó el destino del otro guardia de seguridad, ese estaba en uno de los consultorios acompañado por una de las enfermeras de guardia en un juego para adultos.

Esa noche, algo en el pecho de Taehyung no le permitía dormirse por muchas cosas que intentó. Por eso, cuando la puerta se abrió y él fingió rápidamente estar dormido, supo que quizás su inquietud se debía a que estaba una vez más en peligro. Seguramente Bogum lo había mandado a buscar nuevamente, eso era todo en lo que podía pensar pero, cuando sus fosas nasales captaron un olor familiar, entreabrió sus ojos con parsimonia, viendo un dedo índice presionado en la boca de su doctor que le indicaba que debía guardar silencio.

💜💜💜
Cuánto tiempo ha pasado... ¿Cómo están? Espero que entre lo que cabe, todos se encuentren bien.

He logrado entregarles este capítulo gracias a mi mamá que me ha ayudado a escribir mientras yo le dictaba todo. Espero que sea de su agrado y los errores no sean tan graves como algunos que encontré en el capítulo pasado mientras releía y que debo editar en cuanto pueda. 🙈
LORED

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