Capítulo 6

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Park Jimin se había despertado esa mañana un poco tarde para su trabajo. Lo cierto es que puso su alarma para hacerlo temprano y así poder realizar sus actividades con calma e irse a tiempo. Sin embargo, cometió el mayor error que el ser humano puede incurrir. Cinco minutos más, ese fue lo que dijo al desactivar la alarma de su teléfono.

¿Resultado?

Se despertó una hora después, lo que significaba que no tenía tiempo para hacer quince minutos de ejercicios, tampoco para hacerse el desayuno o pasar demasiado tiempo acicalándose. Ni siquiera logró peinarse adecuadamente y ya estaba a punto de salir.

— Hola... — Fue una sorpresa encontrarse con Namjoon en la puerta de su casa a esa hora cuando la abrió. Normalmente el mayor no se presentaba sin avisarle, solían enviarse un texto o llamarse, por lo que verlo ahí verdaderamente lo pasmó en su sitio. — ¿Puedo pasar?

Disminuyendo la distancia, Kim buscó los labios de un castaño que no se negó aun sabiendo que estaba retrasado para su trabajo. Tan ensimismado en esos labios que por segundos lo alejaban de la realidad en que se encontraba, que no se percató de la manera en que su novio barría con la mirada el interior de su casa en busca de Taehyung.

— Puedes pasar y quedarte, pero yo estoy atrasado, no puedo llegar tarde a mi empresa, hoy tenemos una reunión importante y... — Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando notó esa mirada caída por parte del contrario que trazaba círculos sobre el dorso de sus manos. Su pecho se oprimió instantáneamente dando un paso atrás, relamiendo sus labios con evidente preocupación. — Se trata de mi hermano, ¿cierto? ¿Qué pasó con Taehyung?

—Jiminie, calma, hablemos mejor adentro. — Intentó tranquilizarlo, constatando por su reacción que este verdaderamente no tenía la más remota idea sobre el paradero de su hermano.

Kim Jimin vivía ajeno a todo lo que en realidad sucedía en la vida de su hermano y no era algo nuevo. En el pasado, este jamás se enteró de la relación que el menor mantenía con Park Bogum, tampoco estaba muy al tanto de los pasos que Taehyung daba en general. Discutían una que otra vez sobre asuntos de trabajo y esos temas que los familiares compartían, pero no indagaban profundamente en la vida del otro.

El mayor era más abierto, no tenía problemas en hablar sobre su vida, pero el mayor de los Kim solía ser más reservado. Aunque Jimin era el único al que le contaba sus cosas, nunca le decía todo. Por eso ahora el mayor sabía solo algunas cosas que sacó por puras conjeturas, no sabía realmente toda la red que había detrás de su hermano, el poder que lo situó en ese accidente, quienes le tendieron una trampa colocando a esa menor en su camino y quienes lo querían muerto.

Por eso no sabía que su hermano en realidad aunque tuviera algún trauma por todo lo ocurrido, estaba más cuerdo que cualquiera. Era inteligente y supo desde que volvió a abrir sus ojos que lo mejor era literalmente, hacerse el loco. Lo estudió en el pasado para un papel que al final no realizó, trabajó directamente con algunos pacientes y psiquiatras que le explicaban cómo funcionaban las cosas, por eso, pudo burlarse tan bien de ellos por varios años.

Al menos hasta que el doctor Jeon llegó al hospital, este tuvo rápidamente la certeza de que Taehyung era alguien sano pretendiendo estar enfermo. Sí, era imposible que todo aquello no dejara ninguna secuela, de tanto fingir para el mundo, podía terminar realmente afectado al sumergirse tanto en su actuación. De hecho, hubiera sido muy probable que en algún punto del futuro, si no era asesinado antes y seguía actuando ahí, Taehyung verdaderamente sufriera de muchas de las cosas que fingía.

Pudo engañar muy bien a todos, incluyendo a Jimin. Si bien Namjoon se acercó a él por una orden, para tener monitorizado a todo momento al hermano del amante del Presidente de la República, pronto supo que Jimin era un pobre diablo que no tenía la menor idea de donde estaba parado.

Cualquiera podría burlarse fácilmente de él, correría por su propia cuenta a cualquier trampa y no la vería hasta que cerrara los ojos dejando de respirar. Un ser manipulable, creía lo que todos decían, confiaba en todos, se entregaba a todos con tanta facilidad que a Namjoon le daba cierto pesar. Porque estaba rodeado de monstruos que en cualquier momento podría devorarlo y él no lo notaría.

— No, dímelo, dime ahora lo que está pasando. — No quería sentarse, calmarse, que le dieran más vuelta al asunto. Su trabajo había quedado en un segundo o quizás en el final de los planos en ese momento. Todo lo que le importaba era su hermanito. — Vamos al hospital, quiero verlo, puedes conseguir que me permitan verlo como en navidad. Tienes que hacerlo, tienes que... — Namjoon se apresuró a agarrarlo con firmeza del cuello para que lo mirase, para que dejara de temblar y desvariar nervioso.

— Tu hermano no está en el hospital, yo no estaba de guardia ayer, pero cuando desperté recibí una llamada del hospital para reunir a todos los custodios dado que estaban investigando la desaparición de un interno. Tu hermano.

Las piernas del castaño fallaron, su pecho se congestionó tanto como su cerebro por un segundo. Fue Namjoon quien tuvo que sostenerlo para evitar que cayera al suelo. Jimin no comprendía cómo era posible que Taehyung simplemente se desapareciera de un hospital con alta seguridad. Precisamente él que había sido internado después de que comprobaran que no se encontraba en pleno uso de sus facultades para ingresar en prisión por el asesinato de la joven que atropelló en aquel accidente que casi le costó su vida. ¿Cómo habían sido tan negligentes como para permitir que algo así ocurriese?

Namjoon le sentó momentáneamente en el sofá cercano y solo para cerciorarse, revisó toda la casa con cautela, regresando con un vaso de agua como excusa. Jimin bebió tranquilo, dejando que el mayor regresara a la cocina y le diera un último vistazo, corriendo incluso el frigorífico para asegurarse que no hubiese alguna salida o algo por el estilo.

— ¿Qué haces? — Preguntó Jimin cuando fue a ver por qué tardaba, encontrando a Namjoon terminando de poner el refrigerador en su lugar.

— Sin querer choqué con él, por eso lo estaba poniendo en su lugar. — Si bien el mayor era algo torpe, el castaño no comprendió muy bien cómo había podido chocar y mover algo tan grande. No obstante, no pensó mucho en ello, su mente estaba en Taehyung.

— Vamos, necesito ir a ese jodido hospital, alguien tiene que darme alguna información de mi hermano. — Espetó caminando hacia su bolso, volviendo a tomar las llaves de su vehículo.

— No se le ha dicho a nadie que se perdió ese interno, se darían cuenta de que filtré la información y me podría costar el trabajo. — No podía tener a Jimin husmeando por allí, no era bueno.

— ¿Sinceramente? Siento mucho lo que te voy a decir, pero en este momento eso es lo que menos me importa, se trata de mi hermano menor. Encontraremos de camino alguna forma de justificar mi presencia echarle la culpa a cualquiera de haberlo dicho sin querer o algo por el estilo, pero yo quiero ir y lo haré.

Namjoon suspiró asintiendo, tomando al más bajo para abrazarlo, pero este se liberó confundiéndolo. No tenía tiempo para eso en estos momentos. Salió del apartamento antes de su pareja, instante que aprovechó el peligris para confirmarle a su jefe que el sitio estaba despejado, apresurándose para llegar al vehículo y evitar que Jimin sospechara cualquier cosa. Dudaba que Jimin realmente notara algo en su estado, era muy ingenuo, pero prefería precaver que lamentar.

— ¿Conducirás? — Le preguntó cuando lo vio sentado en el asiento del conductor.

— Tengo dos jodidas manos, soy el propietario de este auto, quiero ir a ver a mi hermano y tengo una licencia de conducción en orden. ¿Por qué demonios no conduciría? — Respondió molesto, más por la tensión que cualquier otra cosa.

La frente de Namjoon se arrugó estupefacto por unos segundos. No le gustaba que le hablaran así, pero no podía volar su fachada, por lo que contó hasta diez y se acercó a él para acariciar su rostro con una mano, posando la otra sobre sus dedos temblorosos, dejando un beso en su frente.

— Lo siento, creí que como estabas muy alterado y temblando, sería mejor que yo conociera para evitar cualquier accidente. No obstante, si te sientes en condiciones de manejar, todo está bien. Solo quiero que te apoyes en mí, que me digas lo que te afecta y me permitas ayudarte como tu novio. — Musitó sobre su frente mirando a un punto lejano dentro del vehículo antes de poner distancia y mirar sus ojos. — Solo me preocupa tu bienestar.

— L-Lo sé. — Aceptó Jimin cerrando los ojos, exhalando el aire retenido. — Disculpa, no quise descargarme contigo, es solo que en este momento, estoy un poco alterado. Hasta que no sepa qué ha sido de Taehyung, no podré estar tranquilo. Por favor, compréndeme. — Namjoon asintió elevando sutilmente sus comisuras.

Jimin era hermoso, demasiado puro para ese mundo, comprendía perfectamente que estuviera alterado aunque él acostumbrara a rodearse con personas que lo único verdadero que tenía era el hecho de que eran seres humanos. Nombres, palabras, actuar, miradas, todo se falsificaba en su mundo, eran más las mentiras que las verdades.

El castaño no estaba preparado para enfrentar ese tipo de mundo. Lo mejor que podía hacer por él, era evitar que escarbara más del punto permitido, era todo lo que podía brindarle después de utilizarlo de ese modo. No obstante, si seguía indagando, lo más probable era que le tocara a él mismo eliminarlo.

— Sube, ya que voy para allá, te llevaré a tu trabajo. — Musitó Jimin y el mayor asintió bordeando el auto para subirse.

Las manos del hermano de Taehyung tamborileaban nervioso el timón cuando se detuvo en un semáforo. Los ojos de Namjoon miraron por el espejo lateral cuando vio algo sospechoso, luego por el retrovisor y fue entonces que confirmó que su gente los había estado siguiente. Maldijo en su interior, odiaba cuando incluso él era vigilado, pero bien sabía que así era como funcionaban las cosas.

Miró a su pseudo novio y le sonrió, llevando una mano a su muslo para frotarlo con delicadeza, intentando pasarle un poco de tranquilidad. Un kilómetro después de ponerse en marcha nuevamente, el impacto en su vehículo tomó por sorpresa a Jimin, alguien lo había chocado y esto provocó que perdiera el control del auto hasta chocar con un hidratante de incendio.

Las bolsas de aire se activaron, pero aun así la frente del castaño colisionó contra el timón mientras que Namjoon había evitado el impacto apoyándose en la manija superior sobres ventanilla, la posición de sus piernas y la forma en que su otro brazo se sostuvo del asiento contrario porque lo había visto venir. Maldijo internamente, separó lentamente la cabeza, comprobando que solamente estaba ligeramente herido con un poco de sangre en la frente, desmayado por el impacto.

Descendió del vehículo en cuando vio a uno de sus hombres junto a un árbol, gente pasaba mirando, un leve revuelo rodeándolos. Se acercó al sujeto evitando a las personas que cuchicheaban, aceptando un teléfono que se le entregó.

— Estás cagándola, imbécil. — El peligris mordió el interior de su mejilla tomando la llamada.

— Señor...

¿Qué demonios estás haciendo, Kim? Controla a tu mujercita, pudimos escuchar gracias a los micrófonos instalados en su apartamento que iban para el hospital. ¿Crees que está entre las obligaciones del presidente de este país vigilar a un insignificante como Kim Jimin cuando este tiene a uno de mis hombres más experimentados haciendo de niñera?

— No, señor. — Respondió con prontitud. — Yo puedo controlarlo.

¿Entonces por qué demonios lo estás llevando al hospital? ¿Por qué le dijiste lo ocurrido con su hermano. — Namjoon miró que las personas así como llegaron se fueron aunque aún quedaban algunas cuchicheando, miró su reloj, era cuestión de tiempo para que Jimin recobrara la consciencia.

— Mi primera sospecha fue que el hermano podría ayudar al otro a esconderse. Sé que fue un error ponerlo en alerta, pero necesitaba confirmar que no lo estaba escondiendo. Es su hermano, sería sospechoso si luchaba contra su deseo de ir a ver a Kim Taehyung al hospital, además, esto ayuda para aumentar su confianza en mí. Me encargaré de todo, no se preocupe.

Más te vale, Kim. Encuéntrame a Taehyung pronto.— Bogum colgó sin decir otra palabra.

Namjoon estiró su mano para que el otro hombre tomara su teléfono, pero cuando extendió la mano, tiró de él hasta agarrar su cuello dejando caer el celular. Agarró también su otra mano con extremada fuerte, sabiendo que le estaría ocasionando un esguince. Estaban siendo cubiertos por el árbol, nadie veía lo que estaba ocurriendo en ese momento que Kim Namjoon tenía a ese sujeto acorralado, tensando su mandíbula evidenciando su molestia.

— ¿Estoy cagándola? ¿Imbécil? Dame una sola razón por la que no debería matarte justo en este instante. — Espetó ejerciendo mayor fuerza, desfigurando su rostro por la presión ejercida. El tipo golpeos mano a modo de súplica para que lo soltara y luego la levantó para dejarle saber que se daba por vencido. — No te confundas, controla la forma en que te diriges a mí. No te dejaré pasar otra, la única razón por la que sales de aquí con vida es porque ahora mismo tienes una misión y te necesito, pero es tu última oportunidad, imbécil.

Lo empujó contra el auto y se sacudió su ropa, dándole una patada al teléfono sobre el césped mientras se encaminaba hacia el vehículo en donde Jimin estaba incorporándose. Junto a él, la ambulancia que los transeúntes llamaron llegó. Se excusó diciendo que había tomado uno de los teléfonos de los testigos para llamar a emergencia. La policía también llegó, pero sin el vehículo culpable de golpearlos, tendrían que esperar a ser llamado a declarar.

— Tengo que irme. — Espetó Jimin alejándose del paramédico que le pedía que se subiera al vehículo para llevarlo al hospital más cercano a un chequeó más profundo. — Estoy bien, necesito irme. — Contestó mirando a su pareja, metiendo una mano en su bolsillo para sacar su móvil.

— No puedes ir a mirar a tu hermano, primero tienes que ir a que te miren y...

— Namjoon... — Interrumpió Jimin. — Voy al hospital de mi hermano en este momento, me importa poco lo que acaba de pasar. — Se alejó rápidamente de la ambulancia y el mayor tuvo que correr tras él hacia el taxi que detuvo para irse.

Iban a llamar a la grúa, todavía tenían que ultimar algunos detalles, pero Jimin estaba decidido y no iba a detenerse hasta lograrlo. Una vez más, Namjoon lo miraba, lo analizaba, dándose cuenta que la voluntad de ese hombre era todo menos frágil. Eso era algo con lo que tenían que tener cuidado porque una persona tan terca y porfiada como esa, siempre se tornaba un dolor de cabeza.

Ese día, el doctor Jeon había ido a trabajar como de costumbre. No podía permitirse que se sospechara de él, por ende, después de darle algunas instrucciones a Taehyung, fue a su trabajo como cada día. De hecho, incluso dirigió la reunión del director del hospital y el consejo del mismo sobre el caso del paciente desaparecido. Pasó por el interrogatorio como todos y ahí estaba, atendiendo a otros de sus pacientes cuando Park Jimin entró a buscarlo junto al custodio Kim.

Que dejaran entrar tan fácilmente al familiar que tanto se impedían en dejar fuera, fue obvio para él. El titiritero estaba moviendo muy bien los hilos. Estudió a Namjoon del mismo modo que este lo estudiaba a él, con la única diferencia que él tenía toda la información sobre él y este no tenía la menor idea de quién era en realidad Jeon Jungkook.

— Nuestro hospital está poniendo no solo todo el empeño, sino también entregando todas las facilidades para colaborar y encontrar la mejor solución para este caso. — Hablaba Jungkook ya algo cansado por las exigencias de Jimin.

Él desconfiaba de todos, para él, incluso Kim Jimin podía estar coludido, así que, a pesar de las lágrimas que veía caer por sus mejillas, no creía ni una sola palabra. No se permitía influenciarse por ese tipo de sentimentalismos, tenía una misión y eso era lo más importante.

— Es que eso a mí me importa poco, no me interesa que estén dando su mejor esfuerzo. Es su responsabilidad que un paciente haya desaparecido en primer lugar. — Jimin hablaba, Namjoon escuchaba calladamente a una distancia prudente, ya había comprobado la coartada de ese doctor, pero por alguna razón no le agradaba. — Quiero respuestas, quiero a mi hermano, Doctor Jeon.

Fue difícil deshacerse de Jimin, tuvo que venir el personal de seguridad e incluso Namjoon intercedió para llevárselo. Jungkook salió al pasillo para ver como este era arrastrado al exterior, su mirada se cruzó con el peligris que pronto desapareció de su campo de visión.

+++

La alarma esa mañana sonó como de costumbre, Seokjin abrió los ojos, permaneciendo varios minutos admirando a Jungkook dormir. Podría pasar horas mirándolo de ese modo, era hermoso, se veía tan inocente. Ese hombre que compartía su cama y vida, ocupaba un lugar muy especial en su corazón, no notó en qué momento se enamoró, pero ahí estaba. Sonrió moviendo suavemente el cabello que caía en su frente, lo vio arrugar su nariz y eso solo logró que sus comisuras se elevaran más.

Se acercó para dejar un beso en su frente, otro en la mejilla y por último uno en sus labios antes de levantarse al baño. Cuando es cucho el agua correr, el pelinegro abrió los ojos de golpe, dejando de fingir que estaba dormido. Se apresuró a buscar su teléfono, entrando a esa aplicación especial que le permitía acceder a las cámaras de la vivienda en donde permanecía Kim Taehyung.

Su ceño se arrugó al ver que la cama estaba vacía, pero cuando pasó a la sala, lo vio dormido en el sofá. Una pierna en el suelo, la otra estirada en el sofá mientras su boca abierta demostraba su profundo sueño acostado boca arriba. De algún modo, esa imagen le entregó tranquilidad, lo miró durante algunos segundos más, estudiando los alrededores antes de cerrar todo. Solo entonces fue que se incorporó y dirigió al baño.

— Vamos, hyung, — se quejó Jungkook, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Seokjin, enganchando la barbilla sobre su hombro.

El mayor lo miró a sus ojos por el espejo, sonrió al ver la sonrisa en el pelinegro. Era entrañable lo predecible que era a veces. Jungkook disfrutaba viéndolo arreglarse o cuando paseaba desnudo delante de él. No podía negarlo, su físico siempre le atrajo, era agradable cada aspecto que compartía con él.

— Jin, ya eres guapo, no necesitas esto. — Le regaló un puchero poco real por el espejo, mirando a los ojos de Seokjin nuevamente para enfatizar su punto. — Llegaremos tarde al trabajo, si realmente quieres que te lleve, debes apresurarte.

— Hoy recogeré mi auto del restaurante donde lo dejé ayer cuando tuve que beber en esa reunión. De hecho, podrías dejarme ahí y ya de ahí sigo al trabajo.

— Como sea, pero si no te paras de ese espejo en cinco minutos, tendrás que tomar un taxi.

— Listo, estoy listo. — Se levantó luego de ajustar su corbata, acercándose para arreglar la del pelinegro. — Ya lucimos perfectos. — Sonrió acercándose para depositar un beso en sus labios.

Ese día, Jungkook se dio cuenta de que fue seguido a cada lugar que se dirigía. No estaba seguro si eran los hombres del presidente de ese país o alguien más, pero no existían muchas personas que tuvieran interés en perseguir al distinguido Doctor Jeon. Su día fue rutinario, salió del hospital en la tarde y pasó a buscar algunos alimentos al mercado dado que había recibido un mensaje de su pareja porque este deseaba cocinar esa noche.

Tras hacer las cosas, fue a su apartamento, fue a un gimnasio que Seokjin le recomendó unas semanas antes y luego regresó a su casa cuando era la hora de la comida. Tomó una ducha y se sentaron a comer. El pelinegro miró la hora disimuladamente, luego se levantó para ayudar a Jin a recoger la mesa.

— Estoy cansado, me iré temprano a la cama. — Comentó esperando la reacción del mayor.

— Tomaré una ducha, luego podemos retomar lo que dejamos hace unos días a media. — Le guiñó el ojo y el pelinegro sonrió asintiendo, viéndolo desaparecer en dirección al baño.

— Pocas veces he visto una piel que siquiera se semeje a la tuya, es hermosa. — Musitó acariciando su hombro, dejando un beso en este. — Eres hermoso.

— Sabes que siempre aprecio que me hagas cumplidos. — Respondió amigablemente, enjabonándose las manos con el limpiador suave que siempre usaba después de la ducha, después de haberse lavado todo el maquillaje y la suciedad del día. — Pero no voy a saltarme mi rutina nocturna por ti si eso es lo que estás intentando hacer.

Jungkook suspiró, en voz alta, directamente al oído del contrario, mirando por el espejo la hora que marcaba el reloj en la pared de atrás.

— Vas a sudar, tendrás que ducharte y hacer todo esto de nuevo de todos modos. — Argumentó algo juguetón, mordiendo su hombro, haciendo a Jin reír.

— Jungkook. — Espetó con firmeza, pero con una sonrisa escondida, inclinándose para enjuagar el limpiador de su rostro.

— ¿No puedes saltarte una noche?

Presionó su cuerpo contra el de Seokjin, sabía que demostrar tantos deseos podría ponerlo en aprieto, así que dejó de insistir verbalmente. Había otros métodos más efectivos, como presionar su cadera para que el mayor pudiera sentir exactamente el sesudo motivo de su impaciencia. Sí le gustaba el mayor, el sexo con Jin era más que satisfactorio, pero estaba en un momento un poco complicado.

— ¿Por qué no vas acomodándote en la cama? Prepárate y me uniré a ti cuando termine. — Jungkook mordió su cuello, asintió soltando la cintura ajena y se arrastró hacia su cama.

El rubio cogió otra botella de la cómoda. En el espejo, veía a Jungkook fruncir el ceño por un momento, quitándose la ropa antes de que pudiera terminar de aplicar el producto actual en su piel. Hacía algún tiempo que Jungkook no mostraba sus deseos abiertamente, no iba a mentir, eso lo estaba haciendo sentir muy bien. Por momentos se asustó, creyendo que lo que ellos tenían podía verse comprometido. Suspiró deteniéndose por un segundo, observando como el menor tenía su pene erecto
en la mano y el labio inferior entre los dientes.

— ¿Vas a montar un espectáculo para mí?— Bromeó, alcanzando la siguiente botella. — ¿Debería ir más lento para darte más tiempo?

Oh, Jin realmente creía que era un momento ideal para jugar y hacerse el difícil. Jungkook puso los ojos en blanco lo suficiente como para que el contrario pudiera verlo incluso desde esta distancia. Lo estaba haciendo deliberadamente, como un amante frustrado que estaba muy necesitado. A pesar de esto, el mayor no se apresuró. Se tomó su tiempo, como la mayoría de las noches. Paso a paso, disfrutando de la paz de la rutina familiar y siendo capaz de apagar su cerebro a medida que avanzaba.

Nunca antes había tenido un entretenimiento como ese durante su ritual. No necesitaba mirarse en el espejo para terminar sus pasos, lo que le dejaba libre para mirar a Jungkook en la cama.

La cabeza echada hacia atrás, las piernas abiertas, la mano moviéndose lentamente sobre su miembro, el menor haciéndole un espectáculo únicamente para él. Pasó su mano libre por el interior de su muslo, arrastrando sus uñas como lo hacía Seokjin, dejando marcas en la piel sensible. Era divertido escuchar al rubio suspirando mientras terminaba su rutina, había entrado en su propio juego y ahora estaba disfrutando de algo que hacía algún tiempo no tenía por estar tan atareado.

Cuando de los labios de Jungkook salió un gemido, el contrario dejó todo lo que estaba haciendo, tomando el lubricante que ahí había y se dirigió hacia la cama. Eliminando de su cuerpo la bata que lo cubría, le entregó el lubricante mientras unían sus labios en un tranquilo beso. La mano de Seokjin remplazó la del menor que suspiró con mayor fuerza por la suavidad de sus manos después de utilizar las lociones de su rutina.

Sus ojos se encontraron mientras lo preparaba, estar con Seokjin no era una obligación, lo disfrutaba y por momentos se olvidaba de eso cuando era consumido por sus obligaciones. Acostándose en la cama, se dejó hacer, Jin era experimentado, sabía lo que hacía, cómo y dónde tocar, después del tiempo juntos, también había descubierto algunas cosas que a él le gustaban.

Pronto los gemidos que se escucharon en la habitación fueron los del rubio que quieto en su lugar, disfrutaba de los rápidos movimientos de Jungkook. Cuando estuvo lo suficientemente dilatado y excitado, quitó la mano del menor para avanzar sobre la cama y sentarse sobre su erección.

— Te extrañé tanto. — Musitó sobre los labios del pelinegro.

— Puedo decir exactamente lo mismo. — Sonrió dejando que sus manos vagaran por el esbelto cuerpo de Jin mientras este se movía a gusto, arrastrándolos a los dos hacia una necesitada liberación. — Hyung...

— Lo sé, estás cerca. — Jungkook asintió y el mayor sonrió pasando a apoyarse en sus muslos, inclinándose hacia atrás para dejar su miembro a disposición del contrario. — Oh, sí, un poco más rápido. — Pidió cuando su mano comenzó a agitarse.

Los gemidos resonaron, sus respiraciones se descontrolaron y, poco tiempo después, ambos terminaron liberándose. Compartieron un extenso beso y luego regresaron a tomar una ducha. Seokjin cayó rápidamente en un profundo sueño abrazado a Jungkook. Sinceramente, al menor no le gustaba dormir abrazado a nadie, de hecho, nunca lo hizo con el rubio tampoco, siempre dejaba que este se durmiera y luego, lo alejaba de su cuerpo, justo como en ese momento.

Se levantó con cuidado de la cama, comprobó que estuviera dormido y luego salió de la habitación, vistiéndose. En su teléfono, miró todo el edificio, accedió a las cámaras de la calle, notando que el auto que lo había seguido ahí en la tarde continuaba en el mismo sitio. No podría irse esta vez, debía volver a cambiar el modo. Abandonó el apartamento luego de desactivar solo por breves segundos las cámaras de seguridad. Todo lo que necesitaba era salir de su vivienda y dirigirse a la azotea, dos pisos más arriba por la escalera.

Le tocó trasladarse de techo en techo durante algunos minutos. Cuando llegó al cuarto edificio, agradeciendo que estos estuvieran casi pegados, descendió por las escaleras luego de ponerse la ropa de uno de los trabajadores nocturnos que se dedicaban a limpiar las calles. Así fue como logró irse hasta donde tenía ubicado un vehículo que utilizó para dirigirse a la casa de seguridad en donde tenía a Taehyung.

Jungkook comprobó que Seokjin seguía dormido antes de descender del vehículo con algunos alimentos para Taehyung. Tomó las medidas necesarias para no ser visto e ingresó a la vivienda. Fue para él una sorpresa entrar y encontrarse con un castaño que se ejercitaba sin camisa frente al televisor de la sala.

— H-Hola.

💜💜💜
¡Hola por aquí! ¿Cómo han estado? Espero que se encuentren saludables.
LORED

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