Capítulo 7

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De algún modo, Kim Taehyung estaba plenamente acostumbrado a pasar los días sin hacer mucho. Después de tantos años encerrado en aquel hospital fingiendo, era normal pasarse días enteros ocioso y sin hacer nada. No obstante, ahora que estaba en ese apartamento, era más fácil hacer algunas cosas.

Podía alimentarse bien, no tenía enfermeras que merecían un lugar en alguna habitación de ese hospital, aunque sabía que era monitorizado, estaba más relajado. Podía ver el televisor solo, tampoco hablaba con nadie por lo que eso no fue un gran cambio, pero extrañaba al menos ver personas pasar. No veía al fastidioso de Hoseok que le hablaba sin parar, no tenía sus horas en compañía del falso doctor Jeon.

Ahora todo lo que escuchaba era el televisor que cambiaba de las noticias a otros programas. En esos días de programación libre y no controlada como en donde estuvo recluido, pudo ver qué estaba pasando realmente en el mundo. Se puso al corriente de algunas cosas, por ejemplo, quienes eran las nuevas estrellas Hallyu. Había varios de sus hoobaes, algunos de sus compañeros se mantenían y vio caras que nunca antes había visto.

Muchas cosas no cambiaban, el mundo seguía siendo la misma porquería de siempre. Lo comprobaba cada vez que veía en la noticia a esos hombres que vio más de una vez con Bogum, cuando veía a este aparecer como casi un jodido héroe. En la política, no se improvisa, por eso, cada vez que escuchaba una noticia diciendo de un nuevo logro o algo que sucedió por "casualidad o suerte", bufaba sabiendo que todo eso era una gran mentira.

Miró el reloj de la sala agitado mientras hacía abdominales, dos días habían pasado desde que Jungkook había ido a verlo. Se preguntaba cómo estaban las cosas en ese hospital, realmente no comprendía cómo era posible que extrañara ese lugar.

Como si lo hubiese llamado, escuchó la cerradura de la puerta, acto y seguido Jungkook apareció en su campo de visión. Lo primero que admiró fue su aspecto, su gorra, completamente de negro a excepción de ese chaleco fosforescente que los conserjes llevaban cuando barrían las calles. En su mano varias bolsas de alimento que en silencio agradecía. Hicieron contacto visual por un segundo, pero continuó ejercitándose como si no hubiese llegado.

— H-Hola. — Musitó Jungkook luego de cerrar la puerta, viendo el sudor que corría por ese abdomen para nada marcado. No tenía sobrepeso, pero tampoco estaba en forma. — Si quieres ejercitarte, después de estar tantos años sin hacerlo, deberías tener cuidado, podrías hacerte daño. — Comentó avanzando hacia la cocina para dejar todas las cosas en la cocina.

— Estaba aburrido... — Fue todo lo que dijo deteniendo sus movimientos. No llevaba ni media hora ejercitándose, pero sentía como si su vida se le estuviera escapando por la boca en ese momento.

— ¿No has comido hoy? — Indagó mirando toda la comida mientras Taehyung lo veía a él.

Era raro la forma en que ellos se comunicaban. Al inicio solo Jungkook hablaba, su fueron volviendo más casuales, pero había esa línea entre doctor y paciente. Después de aquella noche en que se fugó del hospital, muy poco había cambiado, pero ambos hablaban cerca del otro como un conocido que conocían desde hace mucho tiempo. La timidez había desaparecido, pero continuaban por momentos teniendo esta extraña cohibición aunque aparentaran que no.

— Dormí todo el día, me desperté hace un rato. No suelo comer en cuanto me levanto.

— Debes llevar una dieta saludable, no puedo permitir que te enfermes. Ve a tomar una ducha, te prepararé algo para cuando salgas. — El castaño permaneció algunos segundos en silencio, luego asintió yendo hacia su habitación.

Tal cual le dijo, cuando un Taehyung en pijama regresó luego de bañarse, Jungkook le tenía una cena lista. No era una gran cosa, todo eran cosas compradas en una tienda de conveniencias para hacer en horno o microondas, pero más elaborado que el típico ramen. El castaño olió todo y su barriga rugió de tal modo que llegó a los oídos del menor, mas este no se inmutó por esto.

— Dejé algunas cosas frescas para mañana. Esta semana regresaré para hacerte nuevos exámenes médicos. — Expresó terminando de cerrar el refrigerador. Miró alrededor y se encaminó hacia la puerta. — Buenas noches.

— Espera. — Musitó el castaño relamiendo sus labios. — ¿Ya te vas? — El contrario asintió con obviedad. — ¿Tú no vas a comer nada? — Vio al pelinegro arrugar su frente antes de ladear la cabeza. — No comemos juntos desde que estaba en el hospital. ¿Podrías hacerme un poco de compañía mientras como? Aquí ni siquiera veo a alguien pasar.

Jungkook miró la hora, no quería tardarse demasiado, no obstante, asintió. Ya había comido, pero podía acompañar al castaño a comer algo. Ambos se sentaron en el sofá y subieron los pies en este como si se hubiesen puesto de acuerdo. Sin prestarle atención a esto, el Taehyung sopló la comida, levantándose para ir a la cocina en busca de un plato vacío en el que echó una vez que se volvió a sentar un poco de comida para su doctor.

Evidentemente, este se negó, pero cuando sus ojos se encontraron con Taehyung, por algún motivo terminó aceptando a pesar de la hora y que ya había comido.

— ¿Qué tipos de castings hacen hoy en día? — Preguntó Taehyung negando mientras observaba el televisor.

Frunciendo sus labios señaló con los palillos la pantalla. Jungkook lo observó de soslayo, viéndolo hablar con la boca llena para luego seguir su brazo hasta el televisor. Había una pareja que se estaba despidiendo, estaban terminando su relación mientras lloraban.

— Es que la actuación de ambos es pésima. Ella lleva tres horas parpadeando para que la lágrima falsa termine de caer, aprieta demasiado sus ojos, se nota que quiere fingir el llanto. No están metidos en el personaje, solo siguen unas nutres líneas. Él también llora de un solo ojo, de acuerdo, puede pasar, pero sus sollozos son más falsos que un billete de un centavo. — Espetó haciendo una mueca. — Hay una regla en los dramas donde siempre nos tenemos que parar a un metro de la persona, es para crear esa tensión, hacer que las personas deseen que se acerquen, pero ellos lo hacen muy evidente. Fueron corriendo a gran velocidad y pum, frenaron justo a un metro. Debieron disminuir un poco el paso, hacer que su respiración se viera agitada, pero corrieron por no sé cuanto tiempo y ni siquiera se les movió una hebra de cabello.

Jungkook los observó al inicio confundido, pero a medida que hablaba, parecía que se enojaba más con la pantalla. Cuando le mostraba cómo debían hacer las cosas, exageraba de un modo tan gracioso que no pudo ocultar la risa. Taehyung lo miró, relamió sus labios notando que se había excedido. En su tiempo las personas eran tan exigente con la actuación y ahora cualquiera actuaba, lo peor, es que se trataba de una serie estelar. Se recompuso, regañándose mentalmente por dejarse llevar.

— Alguien como yo no nota esas cosas. Tal vez es porque tú eres un actor consolidado. — Habló Jungkook mirando a los actores.

— Era más que eso, era la estrella de la nación. — Rebatió con una confianza que pronto desapareció. — Una nación que juzga a la primera, no necesitan pruebas, necesitan solo descargar la ira que acumulan diariamente en cualquier cosa. Destruyen a cualquiera en segundos, con un solo comentario y luego se olvidan, continúan sin pensar que con una sola palabra arruinaron la vida de una persona que no saben si es inocente o no. El mundo señala muy rápido, para acusar hay mucho, para reconocer la verdad y realmente apoyar hay muchos. Supuestos fans que dan la vida por ti, pero que nunca apoyan ninguno de tus proyectos y aparecen a la hora de cancelarte, en borrarte de sus vidas.

Jungkook no dijo nada, notó que el antiguo actor se estaba refiriendo a sí mismo entre líneas. Quizás necesitaba desahogarse y aunque no había mucho que él pudiera hacer, al menos podía brindarle su oído.

— ¿Podrías prestarme tu teléfono?

— Lo siento, no puedo hacer eso. — Se negó Jungkook viendo al mayor asentir sin esforzarse o insistirle. — ¿Qué deseas hacer?

— Dos cosas, hablar con mi hermano y buscar mi nombre en la red. — Comentó mirando nuevamente al televisor, ignorando la forma en que el falso doctor lo miraba. — Quiero ver si aún hay alguien que se acuerde de mí, de mis trabajos, quiero leer qué fue lo último que se dijo de mí.

— No puedo permitirte llamar a tu hermano, no sabemos que tan expuesto está.

— ¿Sospechas de Jimin? Por favor, mi hermano no es capaz de mover un dedo en mi contra, nunca lo ha hecho y jamás lo hará.

— Aun así, no es posible. Aunque él no esté involucrado, es el blanco perfecto, tu único familiar. Es obvio que esperan que lo contactes, a este punto debe tener micrófonos hasta en el agua que bebe. Su apartamento, auto, oficina, todo debe estar siendo controlado y en cuanto lo contactes, los dos pueden morir, lo sabes.

— ¿No se supone que tú impedirás eso como el agente que eres?

— Eso intento, pero no soy un superhéroe, no tengo superpoderes y hay un límite en lo que puedo o no hacer. No me mando solo, sigo órdenes, protocolos, ciertas leyes ya sean implícitas o no. Por ende, no puedo arriesgarlo todo por una llamada.

— Podías resumir. — Espetó estirando su mano para tomar el agua. — ¿Cuánto tiempo estaré acá? ¿Días, semanas, meses?

— Todos esos, días, semanas y meses. — Afirmó mirando al castaño que parecía perdido en sus pensamientos.

Sin decir una palabra, Taehyung se levantó para comenzar a llevar todo hacia la cocina. Controlando la hora, Jungkook se dio cuenta de que ya debía irse, la luz del día no era su mejor amiga en estos momentos para ir a visitarlo. Con todo lo ocurrido, era claro que. Todos estaban a la búsqueda del hombre que por años fue el amante del actual presidente. Tomó lo que restaba para llevarlo, encontrándose con un el mayor parado en la cocina mirando a la nada. Dejó el vaso y la botella de agua en el fregadero para luego girarse, escuchando algo que no esperó.

— Entréname. — Se detuvo, no sabía si había escuchado bien, por eso dejó de avanzar y se volteó para verlo, encontrándose con unos ojos color avellana mirándolo intensamente. — Enséñame no solo a defenderme, sino a pelear como lo harías tú, como un agente.

— Los entrenamientos de un agente no son sencillos, requieren meses e incluso años. Son muchos los entrenamientos, los terrenos y las situaciones por las que se tienen que pasar, no siempre con un mismo entrenador. Tú no solo no estás apto para esto, sino que no puedo enseñarte a pelear contra mí. — Ladeó una sonrisa y el contrario empuñó las manos.

— Estoy consciente de que no son sencillos, si no cualquiera pudiera serlo, no quiero ser alguien de élite, solo lo mejor que pueda conseguir. Lo siento, pero no confío mi seguridad total a desconocidos que están cumpliendo su deber porque para ustedes también soy solo un número. Por ahora tengo valor como testigo, en el momento que lo pierda, soy un ciudadano más al que no tardarán en querer eliminar ustedes o cualquiera. Prefiero ser capaz de defenderme por mi cuenta.

— No lo haré.

— No me conviene alejarme de la protección que hasta ahora me ofrecen de toda forma. No hago nada con ser capaz de defenderme, sigo necesitando contactos, dinero, tecnología y toda la red de cosas que ustedes manejan, sin eso, igual sigo siendo como un canino perdido, pero al menos no seré Pomeranian sino un lobo que puede defenderse un poco más.

— La respuesta sigue diciendo no. — Espetó el pelinegro con calma, mirándolo directamente, notando como el contrario tensaba la mandíbula y empuñaba sus manos. No obstante, no le dijo nada más, solo rompió el contacto visual para dirigirse a la sala y sentarse en el sofá pretendiendo ver el televisor. — Buenas noches. — Se despidió Jungkook en la puerta, mas no obtuvo respuesta alguna, fue obviamente ignorado por Taehyung. — Buenas noches, Taehyung, por hoy me voy.

Otra vez su despedida no fue contestada, rio un poco incrédulo, pero mirando por última vez la hora, salió de esa casa para regresar a su apartamento. Tuvo que seguir el mismo modo operandi para regresar, siguiendo el mismo camino y las mismas tácticas. La única diferencia fue que, cuando entró a la oscuridad del lugar donde residía, la luz de la sala se prendió mostrándole a un Seokjin que miraba el reloj de la pared con la segunda taza humeante de café que se preparaba.

— ¿Ahora nos escabullimos como ladrones de esta casa en la noche? — Preguntó serio y sin mirar a su pareja.

— Hyung, vamos, no seas exagerado. Simplemente no quise despertarte, no podía dormir y por eso salí a correr un rato. En estos momentos hay muchas cosas pasando en el hospital, perdimos un paciente, la junta está sobre nosotros y no falta nada para que el ministerio de la salud también interfiera. Uno de mis pacientes específicamente y eso me tiene demasiado estresado.

Sus miradas se cruzaron, Jin estudió el aspecto deportivo de Jungkook, veía el sudor que lo recorría. Cerró sus ojos mordiéndose su labio inferior y asintió. El menor definitivamente se veía como alguien que acababa de correr bastante. No era la primera vez que lo hacían, a veces incluso salían a correr juntos por la madrugada, pero por alguna razón, se tensó cuando se levantó al baño y no lo vio, el modo en que entró, simplemente pensó lo peor.

— Te prepararé un té en lo que tomas un baño. — Musitó el rubio levantándose del sofá para dirigirse a la cocina, siendo detenido por los brazos sudados de Jungkook. — Jungkook...

— Dame un beso, no me gusta que estés molesto por una tontería como esta. Para la próxima te dejaré una nota, lo prometo. — Musitó besando sus anchos hombros. — ¿Me perdonas?

— Sabes que sí, a ver, sal de arriba de mí que yo si no quiero entrar al baño y estás todo sudado. Ve a bañarte.

Jungkook cerró los ojos y suspiró una vez que estuvo encerrado en el baño. No era momento de cometer errores, él no cometía errores. Ni siquiera revisó las cámaras cuando revisó, su cabeza había estado en otra parte, en aquel apartamento, en aquel testigo protegido que se molestó con él. Resopló frotando su rostro antes de comenzar a desvestirse y entrar en la ducha buscando que el agua refrescara un poco su cabeza.

+++

Era domingo, Jungkook tenía su día libre y como de costumbre, salió a dar una vuelta por el vecindario a pesar de que sabía que lo estaban siguiendo. Se detuvo en un quiosco para comprar el periódico y luego fue a un concurrido café que estaba de moda, había quedado en verse con Seokjin ahí en unos veinte minutos.

Completamente vestido de negro a excepción de su largo abrigo gris y unas gafas del mismo color, entró confiado, sabiendo que estaba llamando la atención hacia él. Gracias a esto, quienes lo estaban siguiendo buscaron sentarse en mesas mucho más alejadas de la que él había reservado.

— Cambio de planes. — Una voz llegó a su oído mientras leía el periódico, una que era demasiado conocida.

Jungkook con tranquilidad pasó la página del periódico y luego tomó su teléfono, fingiendo estar en una llamada. — ¿Qué cambió?

— La paloma tiene que volver a volar hasta las estrellas. — Escuchó, pero no estaba de acuerdo con eso. — Debe volver a andar por el cielo rojo y tú serás su protector.

— Eso es absurdo, ya fui visto como su curandero, no puedo ser ahora su protector también. Muchos han visto mi rostro, no regresé a Corea como cualquier persona. El guardia del enemigo me ha visto varias veces. — Espetó refiriéndose a Namjoon. — Definitivamente me reconocerá él y todos, soy casi una figura pública que ha salido hasta en la televisión. Además la paloma está sucia y sus alas rotas.

— Podemos curarla. Se puede crear escenarios diferentes, tenemos el poder para ensuciar, pero también para limpiar.

— Señor Min...

— Todo lo recolectado se perdió o carece de relevancia, así no podemos ir contra nadie. Fallamos en recolectar todo lo demás y la paloma es la más cercana al tigre.

— El tigre quiere devorarla, en cuanto sea puesta en libertar, perderemos lo único que tenemos contra él.

— A veces hay que sacrificar al animal más débil para capturar al más peligroso. Es la carnada más efectiva, es todo lo que tenemos y debemos usarlo. — Usar a Taehyung como cebo era más que peligroso, en cuanto mostrara nuevamente su cara en público, iban a querer derrumbarlo. — Prepáralo.

El hombre que estaba sentado en el asiento continuo de Jungkook se levantó cuando la chica que estaba pidiendo la orden llegó. De soslayo el pelinegro vio desaparecer a su superior, justo en el momento en que Seokjin entraba en aquel café.

Ahora la agencia quería limpiar el nombre de Taehyung, dejarlo como una víctima, algo que no estaba lejos de la verdad. El castaño había sido el chivo expiatorio de Park Bogum, uno del que intentó deshacerse sin éxito. Volverlo a poner en el ojo del público era un movimiento demasiado arriesgado, mucho más si lo querían a él como guardaespaldas.

— ¿Todo bien? — Indagó el rubio viendo la sonrisa que su pareja ahora le daba.

— Todo genial, ¿qué deseas hacer hoy?

+++

— ¿Dónde estás? — Indagaba su pareja del otro lado de la línea mientras Jimin terminaba de cerrar su oficina.

— Saliendo del trabajo, voy a hacer las compras y voy para la casa. ¿Has podido averiguar algo de mi hermano? — Preguntó esperanzado, deteniendo su paso por el pasillo.

— Lo siento, aún no se sabe nada, pero te prometo que todos están haciendo lo mejor para encontrarlo. — El castaño asintió cerrando sus ojos por un segundo.

Él aunque no había dicho nada, había empezado a investigar al hospital por su cuenta, buscando una forma de dar con su hermano porque todo eso le parecía demasiado extraño. Solo que no sabía por dónde empezar y todo le parecía un callejón sin salida. Reanudó su paso hacia el estacionamiento mientras seguía hablando con su pareja, poniéndose de acuerdo para verse en la noche. Desbloqueó las puertas del vehículo, lanzó todas sus pertenencias al asiento junto al suyo, pero cuando iba a sentarse, alguien lo agarró por detrás. Fue todo muy rápido, primero llegó el dolor punzante de algo afilado atravesando la piel de su cuello e inmediatamente, su vista se tornó negra con lejanas luces y perdió el conocimiento.

💜💜💜
¡Doble actualización!
LORED

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