Parte ⁴

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La mano de Seokjin se hundió entre las piernas de Yoonji y tanteó la humedad para al fin colar dos dedos. Suspiró embelesado por cómo se veía Yoonji sobre él, a horcajadas, cabello suelto rodeando su rostro sonrojado, y montando sus dedos que enseguida fueron reemplazados por su pene. Estaba tan duro que el camino hasta el fondo fue una gloria, caliente y resbaladizo. Quiso vivir por siempre allí y si se movió fue porque su cuerpo exigió sentir mejor aquel canal que se preparó para contener sus duras embestidas.

Los dedos mojados fueron directo a su boca, donde la probó con deleite mientras que con la otra mano la atrajo desde la nuca para besarla y convidar de aquel sabor suyo en un beso desordenado. Le encantó cómo Yoonji se contoneó y no resistió levantar las caderas, clavando los talones un poco en el colchón, para hundirse más. Fueron solo las manos, más bien las uñas amenazando con incrustarse en sus pectorales, las que impidieron que él se deje ir y lo apremiaron a disfrutar del paseo lento y sensual.

El sexo era lo que fue siempre, armónico y fogoso en la medida que los dos se entendían. Veces desde la urgencia, la lujuria descontrolada, y otras, parsimoniosamente erótico, emotivo. Esta ocasión era del último tono, porque Yoonji lo dirigió al orgasmo de la mano, con paciencia y sin desesperarse. Pero el miedo de Seokjin latía en su pecho, la angustia tejía un camino en su garganta y los reproches sostenían sus manos apretadas en los muslos pálidos de Yoonji.

Cuando acabó se derramó en el interior sintió, pese a estar imposiblemente cerca, la distancia enorme entre los dos. Se percató que, tras muchos años teniendo sexo, estaba incómodo por no usar protección; recordó que no era el único que disfrutaba de la intimidad de Yoonji y cualquier sopor generoso del orgasmo se diluyó al pensar en Choi Siwon. Ni siquiera la satisfacción del ojo por ojo rescató a Seokjin del pozo oscuro donde se arrojó por ser tan idiota. ¿Cómo es que cedió a su cuerpo, a la fiebre absurda de querer unirse a su ex esposa, sabiendo que era un engaño? 

Le supo fatal, amargó el beso que Yoonji le dio y que terminó cuando notó que Seokjin no correspondía con la misma energía. Saliendo de encima, Yoonji se recostó a un lado, viendo al techo como él. Sus brazos y hombros se rozaban, pero estaban tan lejos uno del otro que era irrisorio que el colchón los hunda y borre el espacio físico. Se comprobó que no se trataba del contacto, sino de los sentimientos. Ellos ya no se amaban como antes, y vaya que no era novedad, pero ahora pudieron afirmarlo y dejarlo en claro. Sin lugar a dudas, sin oportunidad para que nazca algún escenario de y si…  

–Te extraño –contó Seokjin, cerrando los ojos y bufando–. Pero esto fue un error.

Yoonji se levantó de la cama, se vistió rápido porque ni quiso aceptar el ofrecimiento de ducharse y se marchó. Seokjin continuó en la cama un rato más y antes de que la somnolencia lo atrape, se desperezó y fue a darse un baño. La música que programó en su playlist le sirvió de base para su karaoke bajo el agua y solo se interrumpió cuando alguien llamó. Como ya estaba por salir, decidió correr a atender porque podía ser importante, tal vez su abogada o Taeil, que se quedó en casa de madre de Yoonji, que deseaba hablar con él.

–¿Choi Siwon? –La voz de Seokjin titubeó, y la culpa brotó en sus mejillas rojas por la ducha y por la vergüenza–. ¿Sucede algo?

–¿Por qué lo dices? –Sin querer delatarse, Seokjin se quedó en silencio. Siwon tuvo que hablar para comprobar que la llamada seguía activa–. Hombre, ¿estás ocupado? Es que estaba libre y pensé que podríamos ir a pescar al muelle, ¿recuerdas que mencionaste que allí hay un restorán que deja que cocines tu pesca del día?

Sí, Seokjin en una de las visitas de Siwon, que eran bastante frecuentes y si no venía igual le llamaba o escribía, pudo haber mencionado un restorán así. Era el mismo al que iba cuando su padre murió. Junto a su mamá lo visitaban ya que en la pared había un retrato del señor Kim padre con su grupo pesquero. Seokjin, de continuar la racha abundante de este año, posiblemente tendría un espacio en la pared con sus compañeros. Y sí, haría tradición llevar a Taeil allí, porque era de esos sentimentales.

–Yo… –su cerebro seguía atolondrado desde el sexo así que no pudo pensar una excusa–. No lo sé.

–¿Qué es lo que no sabes? Oh, claro. Tal vez soy un torpe, ¿invitar a pescar a un pescador que lo hace a diario? –la risa de Siwon, baja y susurrada, le llegó como una caricia y Seokjin sintió su piel erizarse; lo atribuyó a la correntada que se colaba desde el pasillo–. Cambio de planes, ven a mi casa y te preparo algo, ¿eh?

–Tu casa.

¿Yoonji no estaría allí? Pero su pregunta fue resuelta sin que la formule.

–No me gusta cocinar, pero puedo hacer excepciones. Además, no es aconsejable comer solo. Los doctores lo desalientan porque causa graves complicaciones al cuerpo y la psiquis.

–¿Y eso?

–Me lo acabo de inventar –volvió a reír Siwon, ahora contagiando a Seokjin, pero este rio algo perturbado–. Solo dí si quieres o no, para saber si me alisto. Si no quieres manejar, puedo ir por ti.

–No es necesario –empezó a revisar con la mirada su placar y decidió aceptar–. Estaré allí en una hora.

Cuando colgó, Seokjin pensó que era su oportunidad de hablar con Siwon. Sería algo cruel, porque dentro suyo burbujeaba una perversa ilusión de herir al hombre, pero justo para su conciencia decirle que se había acostado con Yoonji. 

+

–Creo que es la mejor pasta que he comido en años –apreció Seokjin, sintiendo que debía ser menos expresivo con la comida porque terminó por manchar el mantel.

–Gracias, es lo que mi madre me enseñó a preparar para ella, lo aprendió de uno de sus viajes y me lo heredó solo para su agasajo –contó ahora Siwon, y ya no era tan raro que se compartieran momentos así. Como si, y era de no creer, fuesen verdaderos amigos.

Entonces Seokjin, que calló la verdad sobre Yoonji y él, pensó si no era posible ser amigo de la pareja de tu ex. Al fin y al cabo, el problema no había sido para mayores dramas. Solo alguien que llegó a sus vidas cuando ninguno de los dos se atrevía a encarar la situación que los estaba distanciando. Si habían continuado, tal vez fue por la inercia misma de la vida en común, por la amistad que existía desde su juventud, por su hijo o porque eran cobardes.

–Envíale mis agradecimientos, ¿quieres?

–Mamá murió cuando tenía veintidós –la sonrisa de Siwon se tintó de tristeza, pero sus ojos hablaban de recuerdos felices que no se opacaron por el dolor–, no te preocupes, está bien. 

–De verdad, lo lamento. 

Continuaron cenando, y Siwon pronto recuperó la chispa divertida y siguió hablando de una oportunidad única de participar como jurado en un reality de moda. La propuesta era atraer talentos del diseño de indumentaria, artistas de la moda, para que concursen y, más allá de la promoción que la exposición al público les otorgaría, tener la oportunidad de ganar una pasantía con un diseñador profesional. Entre ellos, el propio Siwon.

–Solo que espero que nadie me elija –confesó, haciendo que Seokjin sonría.

–Eres de lo peor, ¿para qué aceptas el trabajo?

–Porque, darling, estoy haciéndome viejo, ¿sí? Necesito que la generación del me quejo de todo y quiero cambiar el mundo con un hashtag me conozca. Sin ellos, mi fama perecerá y seré consultado solo para eventos sin importancia. 

Lo pensó y tuvo que darle la razón, en cuestión de medio, del que fuera, la vigencia dependía de ser simpatizado o no por las generaciones actuales. Para bien o para mal, que existiera la inmediatez del internet ayudaba al caso. Seokjin recordó cómo la reputación de Yoonji se vio puesta en jaque dado que al fin se filtró su matrimonio. El propio Seokjin fue contactado y abordado, y esto sí fue alucinante por cómo lo seguían con cámaras cuando bajó del pesquero, para declarar. 

No había sido necesario que dijera nada, aunque sí mencionó que esperaba que se mantuvieran alejado de su familia porque no querrían conocerlo enfadado, ya que cada programa especulaba al respecto. Era, de hecho, esta posibilidad de conjeturar e imaginar qué ocurrió, cómo reaccionó él, cómo fue hablarlo con la familia, con su hijo, lo que hacía de punto de atracción para espectadores u oyentes. Ahora que lo mencionó Siwon, tuvo que preguntarse cómo había afectado a su carrera esta noticia.

–¿La gente no está enfadada contigo? He visto hashtags en mi defensa y las palabras más buscadas me hacen referencia, como leí hace días que era el pobre diablo.

–Estaré bien, eventualmente.

No supo Seokjin qué decir, si desear que así sea o no. De todas formas, no era de su interés y no tenía por qué preocuparse.











Nota:

¿Le dirías al amante de tu ex que te acostaste con ella?

Yo no sé, medio infantil presumir, pero igual está mal hacerlo. Qué se yo.

Quejas:

:)

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