Parte ⁶

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Tenemos que hablar.

Esas fueron las palabras que Siwon le escribió a Seokjin hace una semana y que él no contestó aun. No podía hacerlo cuando seguía sin creer lo que había hecho. ¡Había besado al amante de su ex! Aunque quizá era un cobarde por no hacer frente a la situación y admitir que si cortó el beso fue apenas porque las manos escurridizas de Siwon lo asustaron al colarse bajo su ropa. El toque quemó su piel y fue demasiado, así que se despegó del otro, observando con una fascinación boba lo atractivo que se veía Siwon con su rostro acalorado, sus labios húmedos y la mirada algo perdida que pronto enfocó en él con un brillo travieso.

Pero no podía estar dándole vuelta a esa insignificante escena. No. Había sido un beso, ¿qué con eso? Podía superarlo. Podía, más bien, enterrarlo y pretender que no ocurrió. Y si Siwon trataba de que lo charlasen, pues iba a vérsela difícil para convencerlo a que lo mencione siquiera. Además, había sido una gran equivocación ya desde haber aceptado pasar tiempo juntos. Ellos no podían ser amigos.

–¡Ah! –se quejó Jieun, y Seokjin le apretó las nalgas mientras se enterraba en ella, sintiendo su canal apretarlo deliciosamente–. ¡Sí!

Los últimos días fue incapaz de quedarse en casa por lo que había hecho camino a la cama de Jieun cada vez. Ella no parecía pronta a mandarlo a volar, así que tuvo lugar para distraerse de todo lo sucedido. Y el sexo, claro está, no resolvería nada. No haría callar la voz molesta de su cabeza que quería contarle algo sobre sí que él no estaba en buenos ánimos para aceptar. No obstante, era bueno dejándose llevar en la intimidad de sus pulsiones con alguien que no pretende averiguar qué lo trae tan distraído.

Se movió más lento cuando notó que Jieun trataba de sostenerse con una mano mientras con la otra se tocaba. Saber que se estimulaba lo encendió como para llevar una mano a la vagina y meterle los dedos, decidiendo que la próxima vez se perdería allí antes del sexo anal. Pero no pudo contenerse cuando se besaron y buscó apaciguar su angustiante estado de ánimo, mismo que le persigue desde que el beso con otro hombre lo excitó tanto.

Unos momentos después, Jieun cedió y se recostó, dejando que Seokjin la aplaste y continúe penetrándola con ímpetu. Le gustaba el culo de la chica, como una manzana, pálido y suavecito para incitarlo a que la cachetee, si es que Jieun no fuera a cortarle las pelotas si vuelve a hacerlo. Con Yoonji solían ser más juguetones, sobre todo cuando tras tener un bebé su ex sentía que tenía que hacer algo extra para calentarlo. No que fuera necesario, pero Seokjin no se quejaba de las iniciativas de Yoonji, como no se iba a negar el placer de enterrarse en Jieun una y otra vez hasta que la imagen de Siwon, las remembranzas del beso abandonen su cabeza.

Pero era un bucle aquel ínfimo momento en que entendió que el beso no había sido un tropiezo de un camino confuso, sino una meta que trazaron desde que se dieron el primer apretón de manos. Llegó a ellos, sabiéndose bienvenido tras sus conversaciones, las sonrisas, las miradas, los toques casuales que se volvieron frecuentes. No eran los amigos convencionales, y esto no se debía a las circunstancias de que se conozcan, era porque entre los dos se había instalado una pizca de duda sobre si...

Choi Siwon era un desgraciado. Lo había engañado en sus intenciones primeras, tanta cordialidad, tanta camarería, ¿es que Seokjin no lo vio venir o fue astuto para fingir que no lo había siquiera considerado? Y ahora tenía que vivir con las consecuencias, asumir su responsabilidad de ser quien diera el primer paso y ser quien se quedó cuando el mundo les cayó encima y solo sus bocas juntas impidieron que se desarmen. Caliente, ahumado por el bong, y húmedo; este beso no fue el mar calmado que se oye silbar desde ese cuarto, era la marea tormentosa que vaticina problemas para el confiado que se sumerge en sus aguas.

Y Seokjin era ese hombre confiado.

Terminó, apresado dentro de Jieun, y se encontró mordiendo un insulto porque fue pensar en el hombre lo que lo arrojó al fin al orgasmo. Y tembló, sostenido en el abrazo de Jieun, quien lo acunó como si intuyese que estaba jodidamente mal.

¿Tenía caso alguno que se resista?

+

Ven por mí.

Seokjin le había escrito. Luego de tenerlo días en vilo, armando escenarios y discusiones en su cabeza, Kim Seokjin había accedido a verlo. Y Siwon, de no ser porque es un maestro en pretender lo que no siente, había podido sortear las preguntas incómodas. Ni en el trabajo, y mucho menos al volver a casa, o estando con Yoonji, podía borrar aquel recuerdo que se grabó con fuego en su cabeza.

Por eso estaba ahora aguardando a que el pesquero que llegaba al puerto a tiempo. Puntual, como no era él nunca y hoy había hecho excepción. Tuvo que contenerse de bajar del coche, porque prefería que Seokjin viniese a él. Ya había sido bastante generoso al acceder a buscarlo, lo demás dependería del otro. Y dejarle tal poder, ciertamente, podría llevarlos a nada. Lo cual, sería lo sensato a esperar.

No podía alimentar esperanzas de que Seokjin cumpliese sus caprichos, concrete las fantasías que había escondido incluso de él mismo durante el tiempo que lleva tratándolo. Se debía a Yoonji, al afecto inmenso que siente por ella; se debe al compromiso de una vida familiar, a la que también aprendió a querer y con la que está alegre de permanecer. Pero en ese recuadro, ¿dónde puede posicionar a Seokjin? Este bien le había arrojado a la cara que no eran amigos. Y podría ser que no falte a la razón, sin embargo, no había querido hacer caso y continuó buscándolo, disfrutando de sus momentos juntos.

Lo vio caminar hacia el coche, aunque tuvo que rodar los ojos por la manera decididamente lenta con la que andaba. Como si temiese llegar a él. Y salió del auto para estar a su altura, para sostenerle la mirada en las más iguales condiciones. Aunque la oscura sombra que cubría los ojos castaños de Seokjin lo empequeñeció, lo redujo y lo distrajo de lo que sería la primera caricia del otro. A su modo, claro.

–¡Auch! –gritó, poco importa que sonó tan estúpido, pero el golpe que Seokjin le propinó fue certero en despertarlo de sus cavilaciones y hacer que se ponga en guardia.

Solo que este estallido de enojo se desvaneció y Seokjin enseguida lo sujetó, disculpándose por haber reaccionado así. Siwon lo estudió horrorizado por lo afectado que se veía Seokjin, por saber que era en parte su culpa ya que burló los límites del otro para sacarlo de su comodidad y exponerlo a una verdad que no le corresponde sonsacar.

–También te extrañé, darling –cínico, tomó a Seokjin de los brazos, que no lo habían soltado aun, y lo pegó a su cuerpo sabiendo el efecto que tendría.

Un escalofrío barrió la espalda de Seokjin, que tragó saliva al ver la sonrisa de Siwon, depredadora.

–No estoy para juegos.

–Ni yo para miedosos, ¿dónde nos deja eso?

El viento del puerto era frío, y por eso otro escalofrío cayó sobre Seokjin y lo obligó a serenarse. Se separó para rascar sus brazos, nervioso. Miró alrededor, dando con que todos estaban viendo en su dirección, tal vez por cómo había atacado a Siwon. Saludó con un asentimiento a sus compañeros, entre ellos Jieun que lucía divertida y no supo por qué, y empujó a Siwon al coche.

–Tu departamento –solo dijo, mientras se ubicó en el asiento copiloto.

En el camino, la conversación no existió. Ni uno ni otro quería romper el silencio pesado que los cobijó y rascaba sus nervios hasta volverlos sensibles. Podía palparse una tensión anticipatoria, de aquellas que le erizan la piel al más ligero roce. Así que no hubo sobresalto cuando al llegar y subir al ascensor toda compresa que los retuvo por fin fuera liberada.

Seokjin lo tomó del cuello y lo besó con furia, descargando su malhumor, sus confusiones y temores en la boca ávida de Siwon, que no perdió tiempo y aportó su necesidad, el deseo que hizo poco por esconder durante estas semanas. Y fueron manos valientes las que le levantaron la camisa a Siwon, mismas que le apretaron, tantearon e hicieron vacilar su resolución de llevar el control al notarse sumisas al toque de Seokjin. No podría relatar cómo es que bajó del ascensor y llegó a la puerta de su apartamento, ni si pudo acertar a la llave al primer intento o le costó varios, entre tanto beso y manoseo.

Sin embargo, pudo volver a su centro cuando las manos lo atraparon contra la puerta y fueron dirigidas rápidamente a su culo, donde se aferraron para alzarlo un poco. Seokjin se entretenía mordisqueando su cuello, en tanto Siwon decidió lanzarle una primera bomba para minar la ofensiva del otro:

–Sé que te acostaste con Yoonji.

Congelado, Seokjin respiró sobre su piel y Siwon adivinó una sonrisa culpable.

–¿Y así quieres que lo compense?

Al descubrir su rostro, Siwon concedió en que había leído erróneamente las actitudes de Seokjin. Imaginó que este retrocedería prodigando disculpas, como al asestarle el golpe, pero en su lugar parecía más que dispuesto a ofrecer lo que le pidiera. Perfecto. Lo dirigió al cuarto sin responder, no dispuesto a dejar que esta racha de suerte se corte y ordenó:

–Quítate la ropa y recuéstate boca abajo.








Nota:

Esta partecita es más bien para introducir lo que sigue, you know?

El final lo subiré en la noche, i promise.

La canción de multimedia es tremenguchi, y nada, ayuda al ánimo de esto jaja

Quejas:

:)

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