Ꮺ ! O4.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

.ೃ 💐 Tuyo .𓄼

El conejito se sorprendió por la palabra que salió de la boca del tigre. No entendía con exactitud a lo que se refería el castaño con esa palabra.

— ¿Tuyo...? —cuestionó con duda, no estaba seguro de haber escuchado correctamente.

— Mío. —afirmó el tigre, su cola atigrada se movió con emoción y sus orejitas se agitaron ligeramente.

— ¿Qué quieres decir con eso? —Las defensas del conejito habían bajado casi por completo, el tigre no parecía querer hacerle daño, y de alguna forma, le parecía muy lindo.

La cola del tigre se enrolló a su alrededor, Doyoung rió porque le hacía cosquillas.

— Eres mío, serás mi pareja de vida. —afirmó Jaehyun con seguridad, esas palabras aturdieron al contrario, no se esperaba que el castaño le dijera eso.

Jaehyun se sorprendió en cuanto vio como dos orejas de conejo color gris claro brotaban de repente de la cabeza del pelinegro.

Doyoung finalmente entendió las palabras de Jaehyun y además de sorprenderse se sintió avergonzado.

El tigre no le conocía de nada, además si le conociera él no conocía al tigre, no podía aceptar al contrario.

Sus orejas surgieron por su sorpresa y sentimientos confusos.

Jaehyun parecía haber olvidado las palabras anteriores del conejito y repartió besos por su cuello, también hizo nuevas marcas.

Doyoung gimió bajito, entonces, de repente cayó en cuenta de que el tigre todavía se encontraba desnudo.

— P-primero debes vestirte. —murmuró desviando la mirada al techo de su habitación.

Jaehyun miró su propia desnudez y entendió la repentina vergüenza de su lindo conejito, asintió sonriendo ampliamente y liberó a Doyoung de su fuerte abrazo.

Ambos se levantaron de la cama y se quedaron parados en medio de la habitación, el pelinegro se quedó embobado por la figura del tigre frente a él.

El castaño tenía una fila de músculos en el abdomen, sus piernas eran poderosas, todo su porte era fuerte y elegante.

Su cabello cayó hasta llegar al comienzo de su cintura, sus orejas se movían con cada sonido y su cola se agitaba suavemente en su coxis, además sus facciones eran duras, pero hermosas, sin embargo, sus ojos eran definitivamente lo más hermoso.

Jaehyun se encontraba lamiendo sus muñecas, era un instinto de su raza el hacer eso, sus uñas eran muy largas y aunque rozó su rostro con ellas no se hizo daño alguno.

— Conejito, ¿dónde puedo conseguir algo de ropa? —En ese momento Doyoung recuperó su ingenio, sacudió la cabeza y con nerviosismo caminó hacia su armario, allí había un hanbok color negro muy hermoso y mucho más grande que su propia figura.

— Esto era de mi padre, tómalo. —murmuró el conejito extendiéndole la prenda al contrario, Jaehyun asintió satisfecho y tomó la ropa.

— Y-yo saldré para que te cambies. —En ese momento Doyoung cayó en cuenta de que hace un rato no veía al pequeño bebé tigre.

Buscó con la mirada al cachorro, pero no lo vio, corrió y lo buscó en toda la vivienda, no lo encontró.

Sus ojos expulsaron un par de lágrimas que muy pronto cayeron por sus blancas mejillas, se detuvo en medio de la casa y lloró. No estuvo por mucho tiempo con el pequeño, pero le había tomado mucho cariño, estaba preocupado por su seguridad y se culpaba por no estar al pendiente.

Jaehyun terminó de cambiarse y notó la ausencia del conejito, caminó con calma hacia la sala de la vivienda y allí observó como el conejito lloraba.

Sus ojos brillaban más que nunca por el agua que los cubría, sus mejillas se enrojecieron y sus manitas limpiaban inútilmente las lágrimas que caían.

Sus orejas se habían bajado por su bajo ánimo, su esponjosa y gris colita redondita se agitaba cada tanto.

El castaño abrazó a su conejito por la espalda y colocó su mentón en el hombro del pelinegro.

— ¿Por qué lloras, conejito? —cuestionó el tigre, suponía el porque, pero igualmente preguntó.

— Y-yo estaba con un cachorro de tigre, ¿no lo has visto? —El pelinegro miró al castaño con esperanza en sus ojos, esos luceros brillantes conmovieron al tigre, el cual sintió un inexplicable impulso de reclamar al conejito.

Y así lo hizo.

Doyoung jadeó y abrió los ojos con sorpresa en cuanto sintió unos suaves labios chocando con los suyos, sus orejas grises subieron de golpe y su colita se agitó mucho.

La cola de Jaehyun se enrolló a su alrededor por segunda vez en el día y sus orejas atigradas estaban agitadas aunque más calmadas que las suyas.

El conejito se veía muy lindo en ese estado de confusión y sorpresa.

Jaehyun intensificó el beso introduciendo la lengua en la boca del conejito, volteó el cuerpo del castaño y lo abrazó con fuerza, lo tomó por la cintura y colocó una de sus manos detrás de su cabeza.

Doyoung poco a poco se relajó y se dejó llevar, aún pensaba en el cachorro de tigre, pero por alguna razón había comenzado a sospechar que el hombre que ahora mismo lo besaba era ese pequeño.

Jaehyun se sintió feliz al ver como el pelinegro no se resistía a su beso, comenzó a acariciar el cuerpo del pelinegro con ambas manos. Doyoung gimió al sentir las manos del tigre acariciándolo.

Las manos del castaño pasaron por su cintura hasta su espalda, finalmente se detuvieron en su trasero, Doyoung se sonrojó al sentir como el tigre apretaba el par de firmes montículos.

Jaehyun sonrió al ver el intenso sonrojo el conejito y su tierna vergüenza que intentaba esconder mirando hacia otro lado

— Mhm... —balbuceó el pelinegro—. N-no me toques allí. —murmuró con pena, sus orejitas se movían ligeramente, pero su colita demostraba sus verdaderos sentimientos de vergüenza.

Jaehyun soltó al conejito al cabo de un rato, Doyoung entonces pudo hablar con claridad, decidió reclamarle al contrario por besarle tan de repente.

— Yo soy ese cachorro. —Esas palabras detuvieron todos los regaños del conejito, sus orejas bajaron con desconcierto y sus ojos lo miraron con confusión.

— ¿Qué? —preguntó confundido.

— Sí, yo soy ese cachorro que recogiste ayer en la montaña, sucedieron muchas cosas y acabé allí, gracias por salvarme, Doyoungie. —dijo el tigre con una sonrisa en el rostro, si no fuera por esa herida que le proporcionaron sus enemigos no hubiera conocido al conejito.

Doyoung tenía muchas dudas, pero no dudaba de las palabras del contrario, de alguna manera se parecía a ese pequeño cachorro y el tigre le había dado confianza.

No sabía que lo había impulsado, pero lo hizo, Doyoung caminó hacia el tigre y lo besó.

El beso fue corto y casto, solo un pegue de labios, duro unos pocos segundos, al separarse sus instintos o tal vez su corazón le hicieron decir una palabra que pensó nunca diría en su vida.

— Tuyo. —Y se lanzó a los brazos del tigre, el cual lo recibió con una amplia sonrisa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro