La Teoría del Caos

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Solo una vez he tenido como cliente a un planeta entero. Ha sido hace poco tiempo. Ese mundo se llama Cuadratonia y gira alrededor de la estrella Filita, junto con otros 5 cuerpos planetarios.

Un destacado miembro del gobierno de aquel globo fue el designado para recabar mi ayuda profesional, en nombre de todos los habitantes del planeta.

Según me relató el ilustre cuadratón, todo su mundo estaba aquejado de una manía obsesivo-compulsiva por el orden y la limpieza. Algunos sucesos ridículos habían hecho reflexionar a los cuadratones que quizá estaban pasándose, enfermando y que requerían terapia.

Hago un inciso para anotar que, de entrada, tuvimos un debate interesante sobre las ventajas e inconvenientes de una postura bípeda, como la nuestra, o cuadrúpeda, como la de ellos. Reconoceré que me ganó pues su morfología es semejante a la de los centauros, pero en insecto, y aúna lo mejor de las dos posturas, con dos brazos y cuatro patas.  No obstante le hice ver que debían gastar el doble en zapatos.

Mencionando el calzado (llevaba unas katiuskas) debo decir que su vestimenta resultaba peregrina, con aquella especie de bombín en la cabeza, del cual sobresalían las antenas, y un chaleco floreado cubriendo el tórax.

Yo hice alguna alusión a ello y él me contestó, sin dejar de ordenar los ceniceros de mi mesa, que era la vestimenta de los abogados, profesión a la que pertenecía. Así me enteré de que cada ocupación tenía su traje obligatorio y de que todos los maestros, por ejemplo, llevaban chaquetas repele-bolitas de papel.

Después de un rato de charla lo cité para una segunda sesión, pero se negó a venir en la fecha indicada, señalando que ese día era fiesta planetaria, pues los seis orbes del sistema se ordenarían en una hilera perfecta. Me dijo que nadie en su sano juicio se perdería tal cosa y yo pensé que habíamos adelantado poco en esa primera consulta.

En la segunda sesión intentamos extraer lo positivo. Yo estuve de acuerdo en que conservaban en perfecto orden la colección de satélites de comunicación que orbitaba su planeta, sin chatarra intermedia, todo muy distinto del basurero espacial que los terráqueos tenemos sobre nuestras cabezas.

Por contra, intenté hacerle ver que los desfiles diarios, con impecable formación, de los gremios en que estaban organizados, eran algo excesivo: ¿qué ganaban los que hacían katiuskas saliendo a desfilar ya lloviese o nevase?

Asimismo, se entiende que se forme una fila o una cola para entrar al holocine, pero muchos de los que hacían cola para ver una puesta de sol llegaban tarde a ella. El colmo de las colas fue el del explorador cuadratón Pico Rectón, que intentando llegar al Polo Sur del planeta el primero, se encontró en medio de las inmensas extensiones de hielo con una fila de pingüinos naranja, viéndose obligado a seguirla sin poder adelantar y contemplando, desesperado, cómo su rival John M'ecKuelo le adelantaba.

Los pobladores de Cuadratonia se dieron cuenta de que estaban perdiendo la cabeza cuando algunos políticos presentaron un proyecto para barrer los continentes, especialmente los más pobres y sucios en su opinión, lo que ocasionó apasionados debates acerca del racismo la xenofobia, las rastas y los salivazos para alisarse las antenas.

Realmente, yo no sabía de qué manera enfocar el asunto. ¿Cómo se corrige a un planeta entero? Esto sobrepasaba las capacidades humanas y más las de un solo hombre. Por fortuna o desgracia, la naturaleza vino a poner las cosas en su sitio: un meteorito errante chocó con Cuadratonia lateralmente, sin ocasionar gran daño, pero dejando al planeta sometido a un movimiento de bamboleo a un lado y a otro del eje de la eclíptica. Ese movimiento, aunque se normalizaría al cabo de mil años, en el entretanto hacía imposible que las cacerolas se mantuviesen perfectamente ordenadas en las estanterías, provocaba que los bombines volasen y las boinas aterrizasen en las cabezas inadecuadas y hacia dificilísimo mantener la verticalidad y el paso en los desfiles cotidianos.

Desde entonces en adelante, la terapia sufrió un vuelco favorable para mí ya que los cuadratonios se vieron obligados a aprender cómo se sobrevive en medio del caos, algo que yo podría enseñarles muy bien.

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