Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 22

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

TaeHyung ya estaba en su habitación, intentando conciliar el sueño. La tenue luz de la luna se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente sus cabellos rubios y reflejándose en sus ojos azules. La habitación estaba en silencio, salvo por el ocasional susurro del viento exterior.

En la habitación de invitados, JiMin se acomodaba para dormir. Ahora que vivía con los hermanos Kim, se estaba adaptando lentamente a su nueva rutina. Los días eran largos y llenos de actividades, pero las noches ofrecían un respiro necesario.

Mientras tanto, TaeHyung, recostado en su cama, no podía evitar que sus pensamientos vagaran hacia Jeon JungKook. Aquel hombre de cabello azabache, ojos negros, tatuajes en el cuello y brazos, y el distintivo piercing en el labio, era una figura imponente y enigmática en su vida. Recordaba cómo solía ser en el pasado y cómo era ahora.

En aquellos días, JungKook nunca lo había tratado con verdadera crueldad, o eso creía él. A veces, en momentos de frustración, lo abofeteaba o le gritaba, pero solo cuando se negaba a escuchar. Sin embargo, ahora parecía haber una distancia entre ellos, una barrera invisible que JungKook no se molestaba en atravesar. Seguía asesinando gente, un hecho que ya no perturbaba tanto a TaeHyung como antes. Se había vuelto insensible a la violencia, quizá porque había aprendido a ver a cada persona como un ser único, con sus propias opiniones y su propio pasado.

Se preguntaba por lo que habría pasado JungKook para volverse así. ¿Qué tipo de experiencias lo habían llevado a ser tan despiadado y distante? Esas preguntas sin respuesta rondaban su mente, impidiéndole encontrar la paz que tanto anhelaba.

Todavía se debatía si debía perdonar a JungKook por un error pasado. Ese error, aunque significativo, parecía desvanecerse en la complejidad de su relación. Suspiró profundamente, decidiendo que por ahora dejaría de lado esa cuestión. Prefería dejar que el tiempo y las circunstancias determinaran el curso de los acontecimientos.

Con un último vistazo a la luna que brillaba en el cielo, cerró los ojos, esperando que el sueño finalmente lo alcanzara y le brindara un respiro de sus pensamientos inquietantes, pero el pánico se apoderó de su cuerpo cuando sintió una mano serpenteando alrededor de su cintura. El corazón de TaeHyung dio un vuelco antes de reconocer la familiaridad del tacto y el aroma que acompañaba cada encuentro nocturno.

— Shh, soy yo — Susurró JungKook, su aliento cálido rozando la nuca de TaeHyung, quien suspiró aliviado al sentir el abrazo seguro que lo envolvía, aunque siempre lo tomaba por sorpresa.

— J-JungKook...

— Kookie... Tu Kookie — La voz profunda de JungKook resonó cerca de su oído, provocando que las mejillas del rubio se tiñeran de un leve rubor.

— Kookie, ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó, con genuina curiosidad.

El mayor rara vez aparecía durante la noche, y TaeHyung no sabía que cada visita la hacía después de alguna una misión, una necesidad silenciosa de cercanía y consuelo que solo él podía llenar.

— TaeHyung, lo siento por todo lo que te hice. Si te lastimé de alguna manera, lo lamento. En ese momento pensé que actuaba correctamente, protegiéndote. Debería haber reflexionado más antes de involucrarme con un niño de dieciséis años. Después de dos años separados y con mis Hyungs explicándome las cosas, me di cuenta de que debía haber sido mejor contigo... Pero a veces, simplemente no puedo evitar actuar mal. Ya sabes que tengo la mente jodida. Lo siento, Tae...

El menor se giró lentamente en los brazos de JungKook, quien se quedó en silencio al ver las lágrimas acumulándose en los ojos de su compañero. Con dedos temblorosos, TaeHyung alcanzó el rostro de JungKook y lo sostuvo con ternura, mirándolo fijamente a los ojos.

— Te entiendo, Kookie. No necesitas disculparte. Solo... solo no lastimes más mis sentimientos, por favor — Acarició la espalda de JungKook, disfrutando del consuelo que le brindaba la cercanía.

— Sé que no me merezco esto, pero no puedo dejarte ir. Simplemente no puedo y nunca lo haré — JungKook susurró con determinación, acariciando la mejilla de TaeHyung antes de que este decidiera sellar sus palabras con un beso. El contacto fue suave y lleno de afecto sincero, sin más intenciones que las de expresar su mutuo cariño.

Cuando se separaron, JungKook continuó acariciando la mejilla sonrojada de TaeHyung, quien se inclinó hacia su mano como un gatito adorable buscando cariño.

— Eres hermoso — JungKook murmuró, sus mejillas aún teñidas de rubor.

— Tu eres lindo — TaeHyung devolvió el gesto con una sonrisa amorosa.

Sentía una felicidad indescriptible al haber alcanzado finalmente lo que había anhelado durante tanto tiempo: el amor y la aceptación de TaeHyung.

— Mi bebé está volviéndose valiente ahora — JungKook rió suavemente, abrazándolo con ternura y admiración por la fortaleza que este mostraba.

— Porque mi papi está abriéndose conmigo, y me gusta — Ocultó su rostro en el pecho del mayor, quien acarició su cabello con delicadeza, deleitándose en la intimidad compartida y en la confianza mutua que habían desarrollado.

— Tae, deja de ser tan lindo, o terminaremos teniendo una tercera ronda hoy — JungKook susurró juguetonamente en el oído de TaeHyung, enviando un escalofrío por su espalda y haciéndole sonreír cómplicemente ante la sugerencia traviesa de su pareja.

— Y-yo no... — TaeHyung apenas pudo articular antes de que fueran interrumpidos por un golpe en la puerta.

— ¡Tae! Abre la puerta — JiMin llamó desde afuera, haciendo que TaeHyung empujara a JungKook fuera de la cama de manera precipitada.

El azabache cayó al suelo con un gemido, observando a TaeHyung con sorpresa mientras este se apresuraba a recomponerse y ocultar cualquier evidencia de su momento íntimo con un movimiento rápido y casi desesperado.

— ¡Voy! — Respondió nervioso, mientras JungKook se deslizaba debajo de la cama, desconcertado por la reacción repentina y por la súbita interrupción de JiMin.

El castaño entró en la habitación con curiosidad pintada en su rostro. Observó a TaeHyung con atención, su expresión picara revelaba que sospechaba algo.

— ¿Qué estabas haciendo? Te he estado esperando — Preguntó con una mueca divertida y un brillo travieso en los ojos.

— N-nada — Respondió rápidamente, tratando de mantener la compostura mientras su mente trabajaba a toda velocidad para encontrar una excusa plausible que no levantara sospechas.

— No lo parece. Olvidé mis auriculares aquí — Se acercó hacia la cama, y justo cuando TaeHyung intentaba disuadirlo, se sentó exactamente donde JungKook se escondía, sin saberlo — Hmm, ¿por qué te comportas tan extraño? Tienes las mejillas sonrojadas y el cabello despeinado. Además, la ropa arrugada... espera, ¡Oh! — Exclamó repentinamente al notar algo bajo la cama, y su rostro se iluminó con la realización repentina de lo que sucedía.

TaeHyung casi se desmayó cuando JiMin señaló hacia abajo.

"¡Nos han descubierto", pensó, preparándose para lo peor, pero la reacción de JiMin fue inesperadamente distinta.

— ¡Estabas... masturbándote! — Rió con malicia, haciendo que TaeHyung suspirara aliviado.

— ¡¿Qué?! ¡No, no es eso! — Se apresuró a negarlo, agitando las manos en el aire con gestos nerviosos.

— Hermano, no te estoy juzgando. ¡Continúa si eso es lo que estabas haciendo! Yo solo quería mis auriculares para escuchar el mixtape de Suga. Buenas noches — JiMin salió de la habitación con una sonrisa traviesa.

TaeHyung cerró la puerta rápidamente y suspiró ruidosamente, luego miró hacia abajo para ver a JungKook saliendo de su escondite bajo la cama.

— ¿Por qué está él aquí? — Preguntó, claramente molesto y confundido por la presencia de JiMin.

— Tiene problemas familiares — Respondió, subiéndose a la cama y esperando que JungKook entendiera y no se sintiera amenazado por la situación.

— Entonces me voy, buenas noches Tae — Dijo, con la voz vacilante.

La tenue luz de la lámpara proyectaba sombras suaves en las paredes. JungKook se movía con aparente decisión, pero en su interior una batalla de emociones se libraba. Sabía que debería irse, pero algo en la mirada de TaeHyung lo detenía.

TaeHyung se incorporó ligeramente en la cama, levantando la manta de manera sugerente.

— Kookie, ven — Dijo, su voz cargada de una calidez que desarmó a JungKook.

La invitación era clara, y la barrera que siempre había mantenido a JungKook alejado se rompió. Con pasos lentos pero decididos, se acercó a la cama y se deslizó bajo la manta. La calidez que sintió al lado de TaeHyung era reconfortante, un refugio del mundo exterior.

— Realmente no merezco esto — Murmuró Jeon, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de gratitud e inseguridad.

TaeHyung sonrió, una sonrisa que parecía iluminar la habitación.

— Eso lo decidiré yo, JungKook. Por ahora, abrázame y buenas noches — Se acercó más, sus labios encontrando los de JungKook en un beso suave.

Justo cuando la serenidad empezaba a envolverlos, JungKook se separó ligeramente.

— ¡Espera! Tengo algo para ti — Dijo, sacando rápidamente un pequeño objeto de su bolsillo. Sus dedos temblaban ligeramente mientras lo mostraba.

— ¡Wow! Es hermoso, ¿me lo pones, por favor? — Observó la delicada cadena con una inicial 'J'. Era un símbolo simple pero cargado de significado. JungKook, con una sonrisa tierna, se inclinó para colocar la cadena alrededor del cuello del menor.

— Gracias, Kookie — Lo besó nuevamente, sus labios reflejando la felicidad que sentía en ese momento.

— De nada, bebé. Buenas noches.

Acarició suavemente la frente de TaeHyung antes de besarla, y pronto TaeHyung se quedó profundamente dormido. JungKook lo observó, maravillado por la paz que irradiaba su rostro dormido. Sin poder resistirse, apagó la luz y susurró:

— Te amo, TaeHyung — Con esas palabras, se acomodó junto a él, dejando que el sueño lo envolviera también.

El domingo por la mañana amaneció con una luz brillante que se filtraba a través de las ventanas del coche de NamJoon. SeokJin, sentado a su lado, no podía evitar sentirse intrigado y un poco ansioso.

— Joonie, ¿a dónde me llevas? — Preguntó, su curiosidad evidente.

— Conocerás a alguien especial para mí. Estoy seguro de que le gustarás — Le sonrió, sus ojos reflejando una mezcla de emoción y nerviosismo.

Después de un par de minutos, se detuvo frente a un edificio con un extenso jardín. Ambos bajaron del coche y SeokJin lo siguió, aún confundido.

— ¿Qué estamos haciendo aquí? — Preguntó, mirando alrededor con curiosidad.

— Ella está aquí, quiero que la conozcas. Ven, Jinnie — NamJoon le dirigió una sonrisa tranquilizadora mientras se dirigían a la puerta.

— NamJoon-ah, ¡finalmente estás aquí! — Una joven de unos veinticinco años apareció en la entrada, sonriendo ampliamente y abrazandolo con entusiasmo.

SeokJin, que había seguido la escena con ojos atentos, sintió un chispazo de celos. La chica pronto notó su presencia y lo saludo efusivamente.

— ¡Hola! Soy JooHyun, un gusto conocerte... Vamos, siganme — Dijo la chica, dirigiéndose hacia el edificio.

SeokJin y NamJoon la siguieron, y pronto escucharon una voz dulce y tierna.

— Papá — Una niña corrió hacia NamJoon, quien se arrodilló para abrazarla después de que ella trotara hacia él con sus pequeños pies regordetes.

SeokJin se quedó congelado.

¿Papá? ¿NamJoon? ¿Una niña? ¿Hija de NamJoon?

— ¿¡Tienes una hija!? — Abrió los ojos y la boca, aturdido.

— JooHyun, por favor, cuídala. Volveré pronto — NamJoon asintió y ambos salieron de la habitación.

— ¿¡Qué significa esto!? ¡Me mentiste! — El rubio estaba visiblemente alterado.

— Cálmate, Jinnie, ella no es mi hija. La encontré abandonada en la carretera. Estaba en una caja, y por casualidad pasé por ahí y la encontré. No podía dejarla allí, así que decidí traerla aquí.

NamJoon realmente la encontró durante una misión. Ella y su madre estaban en peligro cuando fueran a eliminar a un grupo de gánsters. Su madre murió en el lugar porque uno de los miembros le disparó, pero  pudo salvar a la bebé a tiempo. Cuando los pequeños dedos de la niña se enroscaron alrededor de su dedo y sonrió tiernamente, él simplemente no pudo resistirse.

— Le di mi apellido. Kim Ara — NamJoon sonrió con orgullo.

— NamJoon, eso es tan tierno. Soy un desastre sentimental. Lo siento por lo de antes — SeokJin estaba al borde de las lágrimas. ¿Cómo podían dejar a una bebé así?

— Oh, Jinnie, no llores, príncipe — Rápidamente le secó las lágrimas y le dio un beso en la frente.

— Estoy bien... Pero en serio, NamJoon, ¿Ara? ¿De dónde sacaste ese nombre? — Preguntó, con una mezcla de incredulidad y ternura.

— Bueno, 'Ara' significa belleza y ser completo en coreano, son cualidades positivas y reflejan las aspiraciones que quiero para ella, combinando belleza interior y exterior con un sentido de plenitud — Se encogió de hombros, sonriendo.

— Eres tan dulce... Necesito ver a esa pequeña bolita suave y esponjosa.

SeokJin sonrió ampliamente al entrar de nuevo en la habitación. Ara estaba usando su chupete de manera adorable. Y el rubio solo pudo arrullarla y tomarla en brazos.

— Hola, pequeña belleza — Sonrió.

Ara lo miró por un momento y luego miró a NamJoon, quien sonrió ampliamente y asintió.

— Es lindo — Dijo Ara, haciendo que todos rieran.

— ¡Eres tan tierna! Seras mi pequeña bebé, puedes llamarme Appa — SeokJin estaba extasiado mientras sostenía a la pequeña en sus brazos.

La habitación se llenaba con el eco de su risa cristalina, y su corazón se desbordaba de amor y ternura. Cada gesto de la niña, cada mirada, cada sonrisa, eran un bálsamo para su alma.

— ¡Appa! — Gritó la pequeña, su voz dulce resonando con claridad.

NamJoon, que observaba la escena desde un rincón de la habitación, se quedó atónito. No solo por la rapidez con que la niña se había encariñado con SeokJin, sino también por la perfección con la que había pronunciado "Appa". Se preguntó cómo algo tan simple podía ser tan conmovedor.

— ¡Oh, mi pequeña! — Exclamó SeokJin, con lágrimas corriendo libremente por sus mejillas. No podía controlar la marea de emociones que lo invadía mientras las pequeñas manos de la niña intentaban, torpemente, limpiar las lágrimas de su rostro.

— Appa, no llores — Dijo la niña, haciendo un puchero con su labio inferior temblando y los ojos llenos de lágrimas.

— Oh, lo siento, bebé. Appa está feliz de tener una princesa tan amable y hermosa — Sonrió y comenzó a llenar el rostro de la pequeña con besos, provocando risas aún más fuertes que iluminaron la habitación como un sol de mediodía.

Después de ese pequeño intercambio de palabras, pasaron la tarde juntos, riendo y jugando, disfrutando de la simplicidad de estar en familia.

JiMin y YoonGi disfrutaban de una tarde tranquila en un parque junto a un lago. El sol de la tarde bañaba todo con una luz dorada, y la brisa fresca hacía que las hojas de los árboles susurraran suavemente. JiMin alimentaba a los patos, su sonrisa iluminando el entorno. Para YoonGi, sentado en un banco cercano, no había nada más hermoso que verlo feliz.

De repente, esa sonrisa se desvaneció, transformándose en una mueca de tristeza que YoonGi notó de inmediato. Preocupado, se levantó y se acercó a él, abrazándolo por la espalda con ternura y protección.

— Hyung, me asustaste — Suspiró JiMin, mirando a su alrededor y notando a una pareja de ancianos que les lanzaba miradas juzgadoras — Hyung, la abuela y el abuelo nos están juzgando con la mirada — Dijo, pero YoonGi apretó más su abrazo, decidido a protegerlo.

— Llámame YoonGi y que se jodan — Respondió, acariciando su nariz contra el cuello del menor, quien se sonrojó y se inclinó más hacia el cálido abrazo.

Sentía que en los brazos de este, nada malo podía pasarle.

—Ven — Dijo, llevándolo hacia un árbol frente al lago y sentándose allí, protegiéndolo del viento — Ahora dime, ¿qué te molesta y por qué estás trabajando en el restaurante de SeokJin?

JiMin se mordió el labio inferior, evitando la mirada de YoonGi. El peso de su tristeza parecía incrementarse con cada segundo de silencio.

— Ni siquiera intentes evitar las preguntas, Minnie — Advirtió, tomando su mano y apretándola, transmitiéndole fuerza y seguridad.

— Bien — Suspiró JiMin, sintiendo que no podía seguir ocultándole la verdad — Les dije a mis padres que era gay. En realidad, soy bisexual, pero solo les dije una palabra directa cuando dijeron que no entendían. Así que me repudiaron, bloquearon todas mis tarjetas y dijeron que en el momento en que me curara de esta "enfermedad" me aceptarían de nuevo... Así que ahora mismo estoy en las ruinas, trabajo en el restaurante de Jin Hyung y me quedo en su casa — Se rió amargamente, pero el abrazo de YoonGi se volvió más fuerte y reconfortante.

— Que se jodan todos. Estoy aquí para ti, Minnie. Dime si necesitas algo, ¿bien? — Dijo YoonGi, con los ojos oscuros y fríos, llenos de determinación y amor. Su voz tenía un tono de promesa inquebrantable.

— Lo sé, gracias. Pero estoy seguro de que no es una enfermedad porque me gustas mucho... — JiMin cerró la boca al darse cuenta de lo que había dicho. El rubor subió rápidamente por sus mejillas, y desvió la mirada, avergonzado.

YoonGi también se sorprendió, pero una sonrisa suave curvó sus labios al ver la vulnerabilidad del menor.

— ¿Así que te gusto? — Preguntó, con una chispa de esperanza en sus ojos.

—Más que eso... Creo que te amo — Admitió, con su voz apenas un susurro.

— Eso es genial, porque yo también te amo, JiMin —Respondió el mayor, mirándolo con una sonrisa que irradiaba sinceridad y cariño.

El castaño sonrió, con las mejillas ardiendo aún más. La risa suave de YoonGi llenó el aire.

— JiMin, ¿Puedo ser tu novio? — Preguntó, con los ojos llenos de esperanza y amor.

JiMin lo miró, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad, y asintió. En ese momento, todo el dolor y la tristeza parecieron desvanecerse, dejando solo la certeza de que juntos podían enfrentar cualquier cosa.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro