Había una forma muy fácil de saber si K' estaba molesto, al igual de saber en cuál tipo de nivel de ira se encontraba.

En la forma base, es decir, cuando estaba "calmado", solía estar tomando una siesta la mayoría del tiempo, prefiriendo estar bajo la sombram de un árbol en un momento de calor, si estaba despierto prefería quedarse echado en cualquier superficie que se le hiciera cómoda o que fuera de su gusto por su localización, preferentemente donde pasase una ligera brisa en tiempos calurosos, eso terminaba la mayoría de veces con él durmiendo de igual forma que la primera opción.

Luego, cuando estaba ligeramente molesto, se podía notar su ceño fruncido de manera ligera, siendo acentuado por sus usuales gafas de sol, en esos momentos aún no buscaba un ambiente silencioso con toda necesidad, aunque se iría del lugar si alguien estaba muy emocionado y era demasiado ruidoso, rara vez decía algo y simplemente gruñia con molestia como respuesta si es que alguien llegaba a molestarlo más de la cuenta con una conversación que no quería tener.

Si llegaba al punto medio no se solía diferenciar mucho del enojo normal, aunque su nivel de escala por supuesto que aumentaba, teniendo un mayor énfasis en el tiempo en el cual se quedaría callado, centrándose mayormente en el hecho de que si llegaba a abrir la boca lo que se obtendría serían palabras mal sonantes y una maldición al mundo en general porque el resto era demasiado molesto a su perspectiva, si de verdad estaba en esa fase lo mejor era simplemente bajar el volumen de las actividades que se lleven a cabo porque él no se iría de ese lugar, estando lo suficientemente hastiado como para moverse, siendo mucho más común que la fuente del ruido fuera parada o fuera puesta lejos de su rango de vista.

Cuando llegaba al máximo era mucho más obvio, un usual silencio sepulcral antes de escuchar el característico sonido del fuego avivado, en un señal del más puro estilo de "¡corre, perra, corre!" Que te incitaba con todas las señales a salir corriendo o salir caminando de la manera más sigilosa posible, era común que ni siquiera pasase por las primeras fases y saltase directamente a la última en donde no le importaba quemar a alguien con tal de obtener su paz.

Claro, ese era el K' del, reciente, pasado.

Ahora al menos te decía "pierdete" en lugar de "desaparece tu existencia inservible de mi vista, pedazo de basura".

No sé sabía a ciencia cierta si era porque se había calmado en esos últimos años o porque, como decía Máxima, a Rockie le había llegado la adultez y empezaba a dejar atrás sus problemas de adolescente, o al menos los problemas que se supone tuvo que tener hace tiempo pero, por obvias razones, no pudo tener, teniendo que pasar por problemas que ni un adulto podría pasar sin querer darse un balazo en la frente.

Volviendo al primer tema, luego iba el manual de cómo sobrevivir a ello, no habían problemas con las primeras fases, en especial si hacías caso a su alerta verbal en la segunda, la tercera no daba ni tiempo a replicas así que en más de una ocasión la cosa terminó muy mal, en especial cuando no estaba acostumbrado a su guante nuevo por esos tiempos, por supuesto, Máxima podría sobrepasar sus arranques de ira, y si el exoesqueleto se llegaba a dañar podría arreglarse sólo, Kula ni siquiera hacía caso, casi bailando sobre los nervios de K', muy segura de que nada iba a pasarle y sintiendo la total libertad para continuar haciendo sus cosas ignorando totalmente la yugular de K' que parecía estar por explotar en su cuello junto a una mirada de odio que a la larga se iría.

No sin antes dar una buena llamarada, teniendo a Máxima contra el fuego y a la anfitriona de la casa, si es que tenía la mala suerte de que justo estuvieran en su casa, escondida tras el sofá luego de dar un salto digno de doble de riesgo al verlo entrar al cuarto con el guante rojo prácticamente brillando.

Quizás se debía a que Kula solo conocía dos facetas de K', el chico que podía dormir plácidamente o el que iba por la vida golpeando a la "gente molesta".

- Siempre está con el ceño fruncido, a veces ni sé lo que está pensando -el calor ya se hacía sentir así que Kula dejaba de lado su usual traje que ayudaba a regular su temperatura, pero debido a que no sería común verla con ese traje en pleno barrio debía ponerse ropa más cómoda, como el lindo vestido blanco que usaba en ese momento y bebía un té helado con pedazos de fruta flotando dentro- casi parece que nació así.

Ante sus palabras, su interlocutora soltó una carcajada al tener la imagen mental de un bebé con la cara de molestia que tenía el chico que justo ahora estaba dormido en la hamaca del jardín sin dar más indicio de vida que el movimiento de su pecho al respirar mientras se balanceaba de lado a lado.

Era casi cómico ver a estos dos opuestos, el cómo K' estaba tan calmado y tan feliz mientras sentía la brisa ligera correr por el lugar con el calor perfecto de los inicios de primavera mientras que Kula tenía encima un sombrero blanco gloriosamente ancho para cubrir sus pálidos hombros de los rayos solares al tratar de ventilarse con su vestido blanco sin mangas, armada con su té helado y tratando de bajar más la temperatura con el aire que pasaba.

A veces llegaba a preocupar cómo se pondría la cosa al verla así en inicios de primavera y pensar en el verano que venía a pasos agigantados.

Lo mejor sería comprar helado, ahora sacaban sabores más locos, como el de pastel de limón, para evitar cualquier accidente con un golpe de calor de por medio.

Y entonces pasó.

Kula se había puesta en guardia en menos de dos segundos, poniéndola detrás de ella y protegiéndola con su pequeño cuerpo a la par que su cabello, antes rubio fresa, volvía a su color celeste mientras pedacitos de hielo empezaban a formarse en el aire, por lo general cada vez que Kula activaba sus poderes el frío se hacía general en toda la estancia sin importar si fuera un lugar abierto o cerrado.

Era obvio que el frío no se notaría mucho en primavera al igual que tampoco sería tan obvio por el pequeño infierno que empezaba a formarse en frente de ellas.

El té helado se había desparramado en el césped y las frutas igual, empezando a secarse debido al fuego que se esparcía en donde K' había caído, con la mirada en blanco, tras volver ceniza por completo la hamaca.

- Sabes cuánto odio el fuego -ante sus serias palabras, su interlocutora no podía creerlo, viendo casi con miedo como se acercaba a K', poniendo su mano en el brazo de su contrario antes de cambiar su seria expresión por sus mejillas infladas por su obvio descontento- tiré mi té por ese susto, estoy molesta.

Casi de manera inmediata el fuego cedió, dejando algunas cenizas y de paso el césped quemado de manera más visible en donde él había puesto la mano con el guante, impresionando a la única sin poderes en la escena mientras veía cómo K' volvía a poner esa expresión calmada, quizás algo molesto o quizás harto por el sonido que hizo.

- Maldita sea...

- ¡Kula está tan molesta contigo!

Sólo le quedó sonreír, nerviosa por lo que acababa de ver, tratando de dar un sentido a lo que hace unos segundos aconteció en frente suyo.

De verdad, no podía comprender qué cosas les habían pasado a esos dos, pero sabía que, aunque nunca se lo decían claramente, ellos tenían confianza por un origen muy parecido.

- Ah, quiero saber, quiero saber, estoy segura que hay una historia de fondo jugosa.

- ¡Kula quiere otro té helado!

- Ya deja de gritar, niña.