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Dipper no sabía que decir, le gustaban los hombres eso era claro pero solo había estado con uno una sola vez en su vida y no era algo que había disfrutado para nada al contrario le había dolido y mucho a pesar que el había estado de acuerdo con eso no había disfrutado para nada, y ahora ahí estaba ese hombre muy atractivo pidiéndole algo así y en cierta forma se sentía como si estaba a punto de vender su cuerpo pues no era tan alejado el le daría un poco de placer a cambio de un favor, aún seguían parados en medio de la oficina y el rubio esperaba impaciente la respuesta del chico

-Vamos cariño seguramente tus tíos sienten mucho dolor en este momento, o será que nunca has estado con un hombre- el castaño asintió sin despegar su mirada del suelo y Bill se puso serio -Oh entiendo no has tenido una buena experiencia, descuida pequeño haré que llegues al paraíso pero para que veas que cumpliré mí parte del trato- dijo acercándose a la mesa y sacando un pequeño radio comunicador, Dipper lo miro con intriga -Pironica- 

-Que quieres Bill-

-Lleva al doctor a la selda dónde metiste a seis dedos y a su hermano-

-Bien, enseguida-

-Bien yo ya cumplí ahora te toca a ti- Dipper se acercó a el con los nervios a flor de piel caminando hasta quedar frente al rubio quien se había sentado en la silla detrás del escritorio -Acercate que no muerdo- dijo con burla -A menos que me lo pidas claro- Dipper obedeció y el rubio lo acomodo sobre su regaso con las piernas del chico a cada lado de su cintura -Pon tus manos sobre mis hombros, estarás más cómodo si tienes de dónde agarrar- 

-Me dolerá?- 

-Como te dije lindura haré que llegues al paraíso- dijo para comenzar a besarlo mientras mantenía sus manos en la cintura del menor, Bill prefería a los chicos siempre lo había hecho pero jamás había estado con un chico que a simple vista se veía dulse, tierno e inocente pero sobre todo tan vulnerable como un cordero al hacecho de un lobo que lo deboraria hasta no dejar nada, el beso siguió lento hasta que considero que ya podía subir de intencidad mordiendo sus labios y lamiendolos Dipper mantenía sus ojos cerrados y con mucha vergüenza saco su lengua rosandola con la del rubio quien sonrió en medio del beso para comenzar a jugar con la lengua del castaño sus manos ya no estaban en la cintura del chico, las pasaba por los muslos de este hasta llegar a su trasero apretándolo y haciendo que se moviera sobre sobre su miembro que ya comenzaba a despertar.

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