23

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



En cuanto paramos en una gasolinera de noche, bajamos a tomar el aire. Habíamos estado dando vueltas por la isla para despistar a Rafe y Barry, que seguramente seguían nuestra pista.

Kiara entró en la tienda de la gasolinera para comprar algo de comida mientras Pope, JJ y yo salíamos de la caravana. John B y Sarah estaban metidos en la caravana pero con la puerta abierta, hablando con nosotros.

—Creo que ya se nos está pasando el efecto de la droga —Comenté yo cuando comencé a notar un dolor de cabeza insoportable.

—Sí, yo también.

—¿Qué droga os metió?—preguntó Sarah.

—No tengo ni idea. Pero prefiero no saberlo.

Pope miraba a la tienda donde estaba Kiara, preocupado. Estaba muy nervioso porque le daba miedo que le pudiese pasara algo. A cuatro de nosotros ya nos había ocurrido algo, y sólo faltaban ellos, por lo que ahora se veía que estaba muy paranoico.

—¿Cómo supisteis dónde estábamos?—preguntó JJ.

—Fácil —respondió John B—. Pope estuvo vigilando a Rafe todo el día y lo seguimos hasta la casa donde estabais. Fue demasiado fácil.

Yo sonreí un poco. Esos dos no eran muy listos, y los planes les salían mal. Había sido el secuestro más patético de la historia. Aunque al final habían conseguido lo que querían, saber dónde estaba John B. Y ahí estaba, en Outer Banks. ¿Cuánto tardarían en avisar a mi padre? ¿Y a la policía? ¿Lo harían sabiendo q je yo podía denunciarles por secuestro tanto a mi padre como a ellos?

Sabían que podía hablar del trabajo de Barry y me harían pruebas de sangre, donde verían que me había inyectado una droga. Las marcas de JJ también podían ser pruebas y debíamos tener ADN de los dos por la ropa y el cuerpo.

No llamarían a la policía.

JJ me abrazó por detrás a la vez que Kiara llegaba hasta nosotros con dos bolsas de plástico llenas de comida. Nos miró a JJ y a mi.

—Vale —dijo dejando las bolsas dentro de la caravana y luego posó sus manos en las caderas—. Ahora me vais a explicar qué hay entre vosotros dos.

Nos miraba con una sonrisa tonta. Estaba esperando a escuchar la noticia que se sabía ya.

—No sé —dije yo sonriendo un poco—, supongo que estamos juntos.

Alcé la cabeza hacia atrás y miré a JJ, intentando confirmar lo que había dicho. Él puso cara traviesa.

—¿Tú crees?

—¿Ah, no?

—Necesito una confirmación —habló Kie rápidamente—. ¡Daros un morreo! O solo un abrazo; por favor.

—Pero si ya lo estoy abrazando —contesté yo, y miré a JJ para darle un beso en la mejilla.

—Dame otro, que no me he enterado —me dijo JJ.

Sonreí y giré la cara para darle un beso en la mejilla cuando él giró rápidamente la cabeza haciendo que el beso fuese en los labios. Comencé a reír a la vez que los demás ahogaban un grito sonriendo. Kiara se puso a aplaudir mientras limpiaba una lágrima imaginaria.

—Sois adorables. Sí, señor.

—Tío, JJ —habló John B—. ¿Tú, enamorado? No puede ser.

JJ rió. ¿Significaba esa risa una confirmación de que estaba enamorado? Esperaba que sí. No sabía si yo lo estaba; pero el hecho de que él lo pudiese estar hacía que mi corazón fuese a mil por hora. En ese momento, a pesar de tantas cosas que me habían pasado, estaba feliz. Aunque fuese por unos minutos. Estaba con mis nuevos amigos, los desaparecidos habían aparecido, y JJ y yo estábamos juntos.

—La verdad es que estoy flipando —Dijo Pope parpadeando varias veces.

Reí mientras miraba hacia atrás, cuando vi que un chico que entraba en su coche nos miraba fijamente. Entrecerré los ojos mirándolo. ¿Habría visto a John B y a Sarah?

—Chicos —dije cortando el rollo—. Creo que es hora de salir de aquí.

—Tienes razón —contestó John B.

Todos entramos en la caravana, en nuestros sitios de antes, mientras yo abría la bolsa y cogía una bolsa de nachos.

—Qué hambre —dije antes de darle un mordisco a un nacho—. Llevaba sin comer un día y pico.

—Pues tampoco te comas lo de las bolsas muy rápido —me contestó Kiara—. Una bolsa es para ti y JJ, la otra para Sarah y John B. A cada pareja os llevaremos un escondite diferente.

Fruncí el ceño, ¿nos llevarían a un escondite?

—Sarah y John B irán a la torre de la Iglesia abandonada.

Ellos se miraron con una sonrisa.

—JJ y Olivia irán a la casa de Crain.

—¿Qué?—preguntó JJ, asustado.

—¿Quién es Crain?—pregunté yo.

JJ me miró y se preparó para hablar. Kiara puso los ojos en blanco. Todos parecían conocer la historia.

—Todo empezó cuando era pequeño, mi niñera tenía a sus padres en esa casa. Me lo contó todo.

Yo lo miraba atenta a su historia, los demás parecían cansados de escuchar eso.

—Su madre mató a su padre cortándole la cabeza con un... hacha —tapé mi boca, sorprendida—. Desde entonces, ella ha vivido sola en esa casa, ciega. Cuando buscábamos aquí el oro, entramos en su casa porque el oro estaba en su pozo. Casi nos mata. Una bala me rozó la pierna.

—JJ —habló John B—, ese fui yo.

JJ le chistó y me señaló con poco disimulo, como así obviando por qué se hacía el héroe guay. Yo reí.

—¿Y por qué iremos allí?—pregunté.

—La señora Crain dejó la casa a la venta cuando entramos en su casa —me contó Sarah—, y mi padre la compró para poder recoger el oro. Fue así como lo consiguió.

—Buah —dije impresionada.

Era todo muy de película, me daba cuenta en ese momento de que mi vida en España había sido muy aburrida hasta ese momento. Quizá había descubierto muy malas cosas, pero allí tenía también a John B, Sarah y JJ sin familia, igual que yo.

Estábamos juntos.

—Ahora no vive nadie allí, ni siquiera la policía se pasa por esa casa —habló Pope al volante—. Allí estaréis bien. Dudo mucho que alguien os busque por allí o si quiera se atreva a pasar sin sentido.

Miré a JJ, y él se encogió de hombros. Sarah h John B se llevaban una iglesia abandonada y nosotros una casa, no parecía tan malo.

Primero nos dejaban a JJ y a mi en la casa de la señora Crain, ya que pillaba de paso, así que en cuanto bajamos nos despedimos de todos.

—Mañana vengo a veros a primera hora —habló Kiara desde su ventanilla. Nosotros asentimos y los despedimos con la mano a lo lejos.

La caravana se alejó dejando una mata de polvo de la tierra en el aire. JJ y yo anduvimos hasta la entrada. Era una casa bastante grande.

—En un día desde que hemos empezado a salir ya hemos conseguido una casa —comenté mientras entrábamos en la casa, que tenía la puerta abierta.

Tenía cintas de no pasar alrededor, pero como había dicho Pope, ni la policía pasaba por allí. Era raro encontrarse ocupas* en Outer Banks.

En cuanto entramos, la poca luz hizo que me agobiase. JJ abrió una tapa de la pared en la entrada, tiró de una pequeña palanca, y la luz de la casa se encendió. Debía seguir al nombre de Ward Cameron y seguiría pagándola.

No sabía que estaba pagándole la casa a un par de adolescentes que huían de su familia.

—Hogar, dulce hogar —habló JJ, tirándose a un sofá. Lo miré sonriendo. —Estamos en una casa para nosotros dos solos, por fin están aquí John B y Sarah, me entero de que te gusto... vaya día más movidito.

—Yo también te gusto a ti. —recalqué acercándome y me senté en el sofá, a su lado, aunque él estaba tumbado.

—Bueno, me atreví a decir lo que pensaba. Hice lo correcto, ¿no crees?

Hablábamos en un tono pícaro.

—Sabía que podía confiar en ti para hacer lo correcto —afirmé mirándolo burlonamente. Ahora me atreví y me senté encima de él, a horcajadas. JJ me miró con los ojos entrecerrados.

—No te acostumbres —respondió él rozando sus dedos con los míos—, no será así siempre. Soy un chico malo.

—Arrogante sin cerebro.

—Princesita japo.

Aún sentada sobre él, me acerqué a su cara y actué como si fuese a darle un beso en los labios. Pero finalmente no llegó ni al roce, simplemente hice eso, para después dárselo en la nariz.

JJ me miró enfadado, cogió mi cara e intentó besarme, pero me aparté riendo. Él levantó su torso, sin levantar sus piernas ni a mi de encima, y cogió mi nuca con fuerza para acercarme a él. Ya no me resistí y dejé que me besara. A diferencia de los otros besos que habíamos tenido, este era más salvaje y pasional. Ya no era dulce. Ahora me besaba como si estuviese a punto de arder.

Abrí mi boca, y él se movió con agilidad. Puse mis manos en su pelo, como queriendo acercarlo más, aunque eso era difícil, y moví mis caderas encima de él. Lo escuché gruñir muy bajo mientras me besaba el cuello.

Cuando estaba con Daniel, nunca llegamos a hacer nada más a parte de besarnos, y habíamos estado juntos por meses. Nunca llegó el momento. Ahora con JJ, con quien me había besado por primera vez unos días atrás, y la noche anterior fue cuando nos enteramos de nuestros sentimientos, me sentía más segura que nunca para dar un paso más. Estaba más que preparada.

JJ puso sus manos en mi cintura, bajándolas poco a poco, hasta que las tuvo sujetándome para apretarme contra él. Los dos estábamos sudando y no parábamos de movernos con pasión. No aguantó más y cogió el borde de mi camisa de tirantes blanca y tiró de ella hacia arriba, aunque después me miró pidiéndome permiso.

Sonreí y le ayudé a levantarla. Aún encima de él,  me puse de rodillas para bajar mis shorts y me los quité. Después me senté de nuevo y lo besé mientras levantaba su camiseta yo. Después se quitó los pantalones y las zapatillas. No pudimos evitar analizarnos de arriba a abajo. Yo adoraba lo que estaba viendo. Y tenía que admitir que al ser JJ, ya podía tener un tercer brazo que seguiría adorándolo.

—Nunca lo he hecho. —dije a unos centímetros de él.

JJ me miró con ternura mientras echaba un mechón que tenía en mi cara detrás de mi oreja.

—Pues más razones para hacer que sea especial.

Sonreí con la boca cerrada y después deposité un dulce beso sobre sus labios, a la vez que con mis manos echaba hacia atrás su pelo. Podía parecer que íbamos muy rápido, pero en ese momento sentimos que tenía que ser así. Yo llevaba un mes allí, y cada vez me sentía más pillada por él.

No sabía si después de esto me cansaría de él o él de mi, pero justo en ese momento estábamos seguros de lo que queríamos.

JJ me tumbó después de quitarme la ropa interior, y de quitarse él la suya.

No me dolió mucho, fue una sensación rara por completo, pero tampoco fue insoportable. Fue agradable porque era con él, y eso fue lo que importó. Siempre quise que mi primera vez fuese con alguien con quien no me arrepintiese después, y así fue.



*ocupas: grupos de gente que ocupan terrenos desocupados o viviendas vacías con el fin de utilizarlos como vivienda, guarida, tierras de cultivo o centros con fines sociales, políticos o culturales.

—————

Wooow, qué fuerteee. ¿Qué os ha parecido? Todas queremos ser Olivia.

Aunque haya sido un poco pronto todo, me parecía que la relación de Olivia y JJ lleva evolucionando mucho desde el principio de la historia, y no veo precipitado que dos adolescentes acaben así aunque se conozcan después de un mes, pero bueno, esa es mi opinión. Personalmente creo que han tenido una historia bonita. ¡Aunque aquí no acaba la cosa! Todavía quedan capítulos.

Hemos entrado en la parte movida y misteriosa de la historia, pero os quedan cosas por ver.

Hasta la próxima actualización, ¡muchos besos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro