Capítulo 4

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Habían pasado tres semanas desde la última vez que Jungkook había hablado con Jimin. Ni siquiera lo veía de pasada en los pasillos de la universidad, casi había llegado a creer que estaba siendo evadido a propósito. Si bien él mismo había dicho que no quería volver a verlo, se sentía en la necesidad de hablar y pedirle disculpas. No había sido solo Jimin el que había juzgado sin conocer y tratado de imponer su opinión. El tiempo le permitió enfriar su mente y drenar el enojo. Su pasado y experiencias lo habían hecho etiquetar a Park.

Las circunstancias habían sido el detonante. Si en el tiempo que el periodista lo había estado rondando, no se había deshecho de él rotundamente, era porque algún recóndito sitio de su subconsciente deseaba tenerlo cerca, invadiendo su espacio, sacándolo de su amargada y descolorida rutina. Pero ahora estaba cultivando lo que había sembrado, no había de otra. Porque a pesar de que pudiera verlo y ofrecer disculpas en algún momento, ¿qué le garantizaba que obtendría el perdón, o que las cosas volverían a ser como antes?

Si lo pensaba bien, ¿qué era Park Jimin para él? Al decir “como antes”, ¿a qué término se podría referir? Nunca se había cuestionado tanto sus propias decisiones y relaciones hasta ahora, habían sido tan precarias y poco importantes, que no se había molestado en construirlas. Tenía suficiente con su perfil bajo, con Taehyung como amigo, y con Namjoon y Hoseok como jefes y compañeros con los que tenía conversaciones casuales. ¿Por qué,entonces, sentía con tanta fuerza que algo le faltaba? ¿Acaso Jimin se había integrado en su rutina? ¿Cómo había dejado que eso pasara?

Las visitas al orfanato ya no eran como antes, tampoco. Los niños se mostraban algo cohibidos con él, probablemente porque había dejado de ser solo el Kookie amable de los dulces, para convertirse en otro adulto más del montón, de esos que gritaban y se enojaban, que lastimaban.

Sintió su teléfono vibrar en el bolsillo y al ver el remitente de la llamada, notó que se trataba de Taehyung. Era extraño que su amigo lo llamara en horario de clases, más que nada porque también estaba ocupado con los asuntos de sus propias clases.

—Hola. ¿Qué pasa, Tae?

—Jungkookie, ¿leíste el número de hoy del Ddaeng?

—No realmente. Si sabes que no suelo leer el periódico, ¿para qué preguntas?

—Pues para que si no lo habías leído, como probablemente fuera el caso, fueras a hacerlo.

—¿Alguna noticia sobre fotografía? —preguntó Jungkook, sin demasiado interés todavía.

—No, pero la primera plana es interesante. Deberías echarle un ojo —afirmó—. Hablamos luego, tengo mi siguiente clase. —Colgó.

Jungkook no daba crédito a lo que sus ojos veían. Era un artículo sobre el orfanato, criticando mordazmente al gobierno y a todos los implicados en la distribución del presupuesto a instituciones de este tipo. Era un artículo objetivo y verídico. Demasiado. Cuando vio el nombre de Min Yoongi en el pie de página, todo tuvo sentido; sabía que era amigo de Namjoon y a veces frecuentaba la galería, tenía entendido que era un hombre de carácter recto, claro de sus principios y capaz de decir las verdades que nadie se atrevía. Sin embargo, ¿cómo podía Min saber sobre el orfanato? Ni siquiera Namjoon sabía. El origen de sus fotos lo había guardado con recelo. Cómo, entonces, había incluso una de las más recientes, ya tomada en colores, con los niños sonriendo? Esas estaban solo en la computadora del estudio, ni siquiera las había expuesto. ¿Namjoon estaba metido en todo esto?

Mientras más avanzaba en su lectura, con mayor fuerza se percataba de que no era una narración impersonal llena de profesionalismo e imparcialidad, había sentimientos implícitos en cada frase y en la manera de emplear cada una. No obstante, su mayor sorpresa vino cuando vio que también se hacía referencia a los dulces y a sus visitas, sin revelar su identidad. El artículo cerró con una frase que hizo una sensación de frío y reconocimiento recorrer su espina dorsal:

«Pequeñas acciones pueden generar grandes cambios. No se trata solo de saber que los cambios son necesarios, sino de tener la voluntad de llevarlos a cabo. No nos quedemos estancados».

Con el galopar irrefrenable de su corazón, corrió a los edificios de Ddaeng, solicitando una audiencia con Min Yoongi, sin anunciarse y sin tener cita. Todos, como siempre, observaban curiosos el color de sus ojos y su cabello. Sin embargo, su mente estaba en otra parte, lejos de las miradas curiosas. Iba dispuesto a hacer un escándalo de ser necesario, pero, para su sorpresa, fue conducido sin mucho preámbulo a las oficinas del periodista. Antes de que pudiera siquiera hablar, Min tomó la palabra:

—Jeon Jungkook, ¿cierto? —El nombrado asintió—. Supuse que recibiría tu visita en algún momento, solo que no tan pronto. Si vienes a preguntar por tus fotos, solo puedo disculparme por haberlas usado sin tu consentimiento; fue para un bien mayor, espero sepas comprender. De todos modos, se te pagarán los honorarios correspondientes —dijo con simpleza.

—No es necesario. No he venido por eso.

—¿Qué es lo que te trae por aquí, entonces? —Le hizo una seña para que tomara asiento.

Jungkook asintió en agradecimiento y se puso cómodo, aún con sus hombros un poco tensos. Yoongi era un hombre de baja estatura, pero con una presencia imponente.

—Ese artículo... Esas palabras... ¿Cómo pudo...? Es como si hubiese estado allí. —Trataba de organizar sus ideas lo mejor posible—. ¿Cuándo?

—¿Ir al orfanato? Nunca lo he hecho, ni siquiera lo conocía hasta hace un par de días. Pero después de leer ese artículo, no podía pasar por alto las circunstancias. Tenía que publicarlo y abofetear en la cara a todos esos corruptos ladrones. —Sonrió con malicia—. Sabía que Jimin tenía talento, pero esta vez me sorprendió demasiado.

—Quiere decir que...

—Sí. Él fue quien lo escribió. Pero dijo que mi nombre causaría mayor impacto, que él no necesitaba créditos. Obviamente, en el futuro le daré su recompensa merecida, pero eso es algo que no tiene que saber todavía.

«¿Es esta su forma de mostrarme que es sincero?», pensó. Sintió su corazón acelerarse en su pecho.

En medio de un mar de confusión, emoción y ansiedad, Jungkook acabó pidiendo la dirección de Jimin a su jefe, quien le había comentado que el chico estaría en casa hoy, terminando unos proyectos pendientes. Jeon quería pensar que realmente era eso, y no que lo estaba evitando.

En aproximadamente cuarenta y cinco minutos, llegó a la dirección que se le había dado. Tocó a la puerta, y un par de minutos después, la cabellera castaña de Jimin se asomó. Los ojos del periodista estaban sorprendidos y su expresión era perpleja. Por su atuendo, parecía que iba de salida.

—Jungkook, ¿qué estás...?

—Lo lamento —interrumpió—. Te acusé de juzgarme, cuando yo hice lo mismo contigo. Te maltraté y te culpé, te encasillé en estereotipos sin conocerte. No sabes cuánto lo lamento. —Hizo una profunda reverencia.

—No es necesario que hagas esto.

—¡Lo es! —contradijo—. Como también es necesario que te agradezca... Ya leí el artículo.

Jimin se sonrojó levemente.

—Ambos juzgamos y nos lastimamos. Ambos nos equivocamos. Pero lo importante es lo que hemos podido llevarnos de ello. También te ofrezco una disculpa. —Sonrió y le extendió su mano—. ¿Qué tal comenzar de cero? Podemos conocernos mejor y dejar de lado nuestro abrupto comienzo.

—Me parece bien. —Le estrechó la mano.

—¿Qué te parece comenzar ahora? —Jungkook lo miró confundido—. Yoongi acaba de llamarme. Si bien los procesos legales que se desencadenarán a partir del artículo podrían demorar un poco en empezar, hay un par de ONGs interesadas en apoyar al orfanato.

—¡¿Qué?! —exclamó con emocion. Jeon no creía lo que acababa de escuchar.

—¿Qué tal ir a ser testigos de esos grandes cambios, provocados por pequeñas acciones?

—Entrometido hasta el final, ¿no, Park? —sonrió.

—Está en mi naturaleza, y al parecer también en la tuya. ¿Nos vamos?

Jungkook asintió, con complicidad, y salieron del departamento. Rumbo al futuro, al mejoramiento, a la confianza, a la amistad y, quizás, a algo más.

FIN

Hemos llegado al final. Muchas gracias a quienes leyeron este improvisado proyecto. Espero les haya gustado, sobre todo a la cumpleañera.
Perdón si llegaron a pensar que sería algo más dark xD, ando modo fresa. 💜

Chao chan 😘

Hasta el próximo fanfic.

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