Una encomienda digital...

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Tenía los ojos abiertos como platos, y la boca abierta en una perfecta y redonda O. No podía decir ni "mu" despues de tamaña revelación, era casi como ser Juana de Arco; pero con un acompañante Digimon... Me emocionaba, y a la vez me asustaba un poco, sabía que era peligroso y que viviría al límite a cada rato, e paso, el asunto de cierto pelinegro no me dejaba pensar en otra cosa. Habían sido muchas emociones para un sólo día

Unos cuantos días después, aprovechando las vacaciones, juntamos a algunos chicos de nuestra clase y fuimos a la playa. Éramos 6, conmigo incluida. 6 chicos a los cuales no les pasaba ni por delante la idea de ser los nuevos digidestinados; todos se divertían ya sea saltando las olas, haciendo castillos de arena o jugando voleibol. Todos excepto yo.
Me conocía perfectamente y sabía que el mar y yo éramos una mala mezcla; simplemente me limité a tender una toalla en la arena, bajo una sombrilla y me dispuse a hacer una de mis mayores pasiones y secretos mejor guardados. Dibujar. hacia desde animalitos o personajes de caricaturas, hasta cartones satiricos, paisajes o personas.... Aunque últimamente me había dado por hacer una sola cosa; ojos. Varios pares de perfectos ojos grises y centelleantes, ojos que no me podía sacr de la mente desde el último día de clase...

- Anya! Ven!! Deja ya ese cuaderno y tus lápices y ven a nadar un rato!!!
- no Kari, gracias. Sabes que el mar y yo somos mala mancuerna, aquí no hay guardianes de la bahía...
- anda! No seas exagerada...
- no... No quiero...
- nada de "No" vas a dejar de dib... Guaaao! Annie! Son... Ojos?
- si, que tienen?
- amiga, a mi no me engañas. Ojos grises... Llevas 3 semanas dibujando prácticamente lo mismo, y no los haces sólo porque sí, es Ichijoji, cierto?
Intenté disimular cualquier signo de interes o toda actitud que me delatara, en vano. Mis capilares, mi oxcitocina, adrenalina y ritmo cardíaco me habían traicionado.
- ay Annie. Te pegó duro el primer encuentro, eh?
- tal vez... Pero... Es que tienen... Algo. Dicen que los ojos son la ventana del alma, pero sus ojos; es como si estuvieran bajo una poderosa protección, blindados con una fuerte contraseña que yo... Que yo quisiera descifrar.
- Si que eres profunda, Anya Okoutsu. Esto del amor te está pegando duro, eh?
- cierra la boca, Kari. Oye... Lo siento, si?  Creo que tienes razón, dejare esto por la paz... Vamos a jugar voleibol...
- eso quería escuchar... Vamos!
Rápidamente nos integramos a los dos equipos, yo con T.k. y Kari... Con un chico llamado Davis. La suerte ganó a su favor, pues está interesado en Kari y en una eterna rivalidad con Tk. Pobre Kari, le cambiaría el lugar pero; el no me simpatiza mucho, es algo... Tonto.

El partido se ponía bien... Íbamos empatados, y los demás habían dejado de hacer sus cosas para vernos jugar, todo iba muy bien hasta que; una tormenta de arena empezó. No podíamos ver nada por la intensidad del viento y la cantidad de arena. Empezamos a correr para recuperar nuestras cosas, pero, era tarde. Mis dibujos se habían esfumado y sólo estaba mi mochila con mi ropa adentro. Algo brillaba con intensidad en uno e los bolsillos de la mochila, lo saqué y era el Digivice; con trabajos voltee a ver a los demás y vi otro 5 haces de luz en colores muy brillantes, saqué el digivice del bolsillo de la mochila el cual brilló con una intensidades cegadora y, empecé a caer como Alicia a través del túnel del conejo blanco. No entendía nada...

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