Celos: Sospecha , inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño , poniéndolo en otra. Eso es lo que dice el diccionario, eso es lo que todos comprendemos de ese sentimiento, pero claro, nosotros somos humanos o humanas y Yoongi no y aunque es algo que se ha encontrado en su trabajo muchísimas veces, no es capaz de reconocerlo en sí mismo... Pero ni el Dios mismo es capaz de no ver que el Cupido hieeeeeeeeeeeeeerve de puros celos.

Su entrecejo parecía tener tatuado el fruncido que se le había formado 24/7, su mirada se había vuelto fría como culo de pingüino y algunos podrían jurar (si no fuera pecado) que lo habían oído gruñir. Sí gruñir.

Y es que solo de pensar, de recordar de esas risas que el sonrisa cuadrada le ocasionaba a su Jimin....se le revolvían las auras. Si hasta había comenzado a perder plumitas.
Él quería ser quien ocasionaba esa hermosa banda sonora que era la risa del humano, él quería ser merecedor de esos abrazos que tenían toda la pinta de ser muy suavecitos y esponjoncitos, él quería ser el mejor amigo de ese rubio que iluminaba el universo...por lo menos su universo.

Jin había sido el elegido para comunicarle que debía tomarse unos días, todo en pos de evitar que se le vaya la mano con alguna flechita y adiós muy buenas hola San Pedro.
Pero....tampoco eran muy malas noticias del todo... Nadie le prohibió bajar a la tierra y...

—Explícame como rayos te clavaste tus propias flechas  y por qué las llevaba encima— Casi exigía Jeongyeon mientras intentaba curar las heridas de energía de Yoongi.

—Me las llevé por costumbre y... N-no sabía que era ese cuarto— dijo bajito.

— ¿Y qué era?

—El baño.

—Ahm...

—Y fue a acicalarse pero ellos lo hacen distinto y... Jimin se quitó la ropa y...y...

—¡No hace falta que sigas! ...Te lo mereces por sátiro.

—¡Oye!

—Ay por favor, como si no te hubieras quedado a mirar un poquito, que te vende la cara, tu cara y estas dos flechas... Sátiro...