Su cuerpo arremete sin piedad contra mi entrada, jalando con fuerza mi cadera mientras presiono sus nalgas a tal punto que me deleito con la línea roja que asoma entre mis dedos.

—¿Te gusta jugar rudo hermoso, no? —afirma Jung Kook mientras contrae con fuerzas sus glúteos sintiéndose más profundo en mi interior mientras lame todo descarado mi cuello.

Y cuando voy a contestar, en un ágil movimiento me gira con él adentro, enmudeciendo hasta mi habla porque la maldita sensación de ser completamente llenado mientras recibo duras nalgadas no tiene comparación.

Solo jadeo contra la cama aferrándome a la sabana mediante la fuerte presión de mis palmas en el ínterin que mi cuerpo se acompasa a su bestial, primitiva y dura danza, sin un ápice de ese sentimiento que te consume hasta el alma, haciéndote perder la razón.

Sus golpes exactos en mi punto de gloria me extraen sonoros gemidos anticipando el final de ésta caliente agonía. Dos, cuatro, diez arremetidas más y derrama su caliente simiente en mi interior; mientras entre espasmos ahogados me dejo ir sobre su habilidosa mano hasta la ultima gota de mi ofrenda como pago a su labor.

Y sobre que trato de airear mis pulmones para recuperar algo de la fuerza perdida en plena guerra. Me sorprendo siendo arrastrado de costado hasta aprisionar mi espalda sobre su acelerado pecho.

Quedo en completo silencio tratando de asimilar esta intimidad tan afectuosa hasta que escucho sobre mi hombro —Quédate aquí conmigo esta noche, luego del antro ¿Quieres? —entre tanto se atreve a repartir besos demasiados tiernos para mí gusto... Percibirme cómodo refregándome contra el, como necesitando de esta maldita mierda emotiva.

Fue mi punto de quiebre...

Minutos mas tarde, camino solo por la refrescante noche reviviendo cada maldito momento a su lado. Sali huyendo de su cuarto cuando precise que mis barreras estaban completamente expuestas y ofrendadas hacia el, para que hiciese lo que le diera la maldita gana.

Es que no me puedo controlar...

Se me hace inverosímil observarme así, percibir que para nada me disgusta su presencia, oler su aroma, sentir el calor de su piel.

"¿Pero qué mierda te sucede maldito demonio?" Medito mientras arranco mis cabellos en un furioso agarre al no llegar a una conclusión en absoluto. Se que debo alejarme o bien mezclarme con el fin de derrumbar, pero cuando estoy a su lado es como si toda potestad se esfumara por los aires y solo quedaran sus buenos actos de bondad hacia mi persona, tan asquerosamente atento, tan metido en su parecer.

Que quiera o no, ablandan esta maldita roca que lleve hace siglos en lo profundo de mi pecho. Cambio de cuerpo pero no de esencia, eso lo tengo perfectamente claro, aunque en mi cabeza le echo la culpa al maldito órgano interno que llevo como corazón. "Debiste haber sido un debilucho en otras vidas en los temas del asqueroso amorío"

—¡Apestas morocho! —lanzo al aire frustrado mas conmigo mismo que con él, por dejarme controlar, por no aplicar mi ley de hielo y permitir moldearme a la merced de otro... Y por dejarme avasallar a tal punto de ser el maldito pasivo en toda ésta cuestión.

"¡Pero que demonios!" me reprendo mentalmente por que de solo pensar en esa situación, mi traidor cuerpo se estremece hasta el punto de cerrar mis piernas ante la conmoción.

—¿S-señor?.. ¿Se encuentra usted bien? —consulta un cualquiera, seguramente, por verme recostado sobre una pared mientras cierro con fuerza mis piernas y sofoco mi cara en conmoción.

"No... estoy caliente, entrégame tu culo" Se me cruza por mi perversa cabeza y aun así, no me reconozco cuando solo niego diciendo que estoy bien... Sin abusos, sin dobles intenciones, tan insípido como el estúpido morocho al cual imagino yo en cuatro y el dándome bien duro.

—Necesito un cigarro y un trago bien cargado —pero como no quiero verlo para seguir creyendo que tengo el poder sobre mi cuerpo, me viro en dirección a otro antro. En una de esas un buen culo ya embriagado me saca la maldita fotografía que se me cruza en la condenada cabeza.

Y me refiero a cerrar los putos ojos y recordar cada brusco tacto pasional que me das en cada contienda nuestra.

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—Kookito ¿Todo bien? —cuestiona Tae a mi costado al encontrarme ensoñado en algún rincón de la pared.

—Sí, no me hagas caso ¿Debo reponer las heladeras? ——onsulto para activar mi cerebro y así dejar de pensar en palabras que me dan vueltas, acciones que no se concretan y decisiones difíciles de tomar.

—Si gustas repongo yo, tu solo ocupa tu tremenda fuerza para acarrear cajones y así luego te ocupas de limpiar aquellas mesas ¿Vale? —lo observo risueño ya que abusa de mi fuerza, le he dicho que debe entrenar un poco más.

Así que en un tono bromista le digo —No te abuses Tae —saliendo del mostrador rumbo al deposito, me detengo al apenas escuchar su grito.

—¡Es que a los clientes les gusta observarte todo rudo y chivado! —y revoleo la cabeza con una cuestión rondando en ella, a estas horas solo somos él y yo solamente en el bar.

A medido que ordeno los cajones en el deposito y rebusco entre las botellas, no puedo dejar de pensar en como salió corriendo prácticamente de mi habitación. Quizás no debí decirle que se quedara conmigo esta noche, es que estaba pensando con mi cabeza inferior más que mentalmente.

Es que la bendita piel que tenemos ante nuestro contacto me quema ambas cabezas y no literal. Me transforma en un ser rudo y pasional, nuevas sensaciones adquiridas que reformulan cada uno de mis ideales, amalgamando mis principios y desamparando mi objetivo principal.

—¿Qué me has hecho Jimin o debería decir, Dāeva? —susurro junto a un profundo suspiro.

Aunque al enterarme de que el mal ha mermado en estos días y deducir junto a la información que me han adjunto, de que mi hermoso y sexi rubio es la obra de lo oscuro. No puedo dejar de pensar en que la unión que de alguna manera tenemos, es el resultado de la pureza de la maldad aunque seamos impuros juntos.

WOW COMO QUE Y ¿AHORA QUE HACEMOS?🤔🤭

USTEDES DICEN QUE NUESTRO DIABLILLO ¿SE PUEDE FOLLAR A OTRO?🤔

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰

LOS AMITO MUCHO❤