Minhye.

Estos meses trate de ser lo mas positiva que podía, una de las cosas que mas amaba en la vida, mi pasión, para lo único que sentía que era buena, ahora no lo podría hacer mas. En cada terapia me deprimía, siempre terminaba llorando después de los ejercicios, mi pie dolía demasiado, además la desesperación al sentir que no avanzaba nada era terrible.

Casi me hundía en una depresión, digo casi, pero no fue así, Hoseok nunca soltó mi mano, no falto a ninguna terapia, incluso en casa me ayuda a estar activa, no me daba palabras de apoyo para consolarme, solo estaba para mí, me escuchaba y sé que el mejor que nadie me entendía, ya que es algo que nos unía, creo que de no haber estado Hobi, hubiera cometido una estupidez.

—Estuve hablando con tus padres.

Yo estaba acostada en su pecho mientras veíamos una película recostados en la cama.

—¿Sobre qué?

—Sobre los planes de boda.

Me senté y me le quede viendo, el solo me regalo esa hermosa sonrisa que me tenía enamorada.

—No estaba enterada de que nos íbamos a casar.

—Pensé que si, al momento de decirte que nunca te dejaría sola, es una clara declaración de que estaré para ti toda mi vida.

—Supongo que debí leer entre líneas.

—Eso te pasa por despistada —saco de su bolsillo una cajita de terciopelo —tengo esto desde hace meses, pero en realidad no sabía cómo decírtelo.

—"Señorita Cha Minhye, ¿Desea casarse conmigo?"

—¿Suena sencillo verdad? —suspiro un poco —pero no sabía cuándo sería prudente.

—Sé que no lo deje sencillo —tome la cajita y la abrí sacando el anillo, me lo coloque ante su atenta mirada — pero es claro con quien deseo pasar el resto de mis días.

Me tomo del mentón y me beso, daría mis piernas mil veces con tal de siempre estar con él. El baile es mi pasión, pero mi vida es Jung Hoseok.