Capitulo 28:

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Capítulo 28:


Nota: ¿Cómo andan? He vuelto, si, después de un par de meses de inactividad, regresé de mis "vacaciones", buen, en realidad no lo fue, todo lo contrario, estuve estudiando para mis finales (Exámenes Orales de la Facultad) y me cortó mucho el tiempo, luego vinieron las Fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos, ahora estoy de regreso.


Al principio estaba pensando en borrar esta historia, ya que perdí mucho de mi inspiración durante los estudios, pero al final no las borraré, ni ésta ni las demás, por otro lado, "Rat Race" durará todo el mes de Febrero y lo terminaré en ese mes. 


Voy a aclarar una cosa: Voy a enfocarme más en todos lados de los personajes, en sus acciones y que no sea sobre un determinado personaje, como mi OC Montana, quiero volver a lo de antes, relatar toda esta historia.


Muchas gracias por los que siguen esta historia y disculpen si no la actualicé por mucho tiempo :( pero quiero por lo menos terminar esta historia o la de "Rat Race" antes de que comiencen los finales de Febrero en la Universidad.


Y ahora, vamos a la historia:


Había comenzado a llover sobre Gensokyo,  después de una mañana húmeda y cálida, por fin había llegado el alivio a las tierras místicas de Japón. Un Milagro, ya que por un tiempo había habido sequías y eso llevó al racionamiento del agua, orden emitida por la Sacerdotisa Reimu Hakurei, pero ahora, con la llegada de las lluvias, eso pasaban a una mejor situación.


- Dios, ¡qué manera de llover! Pero mejor, antes estaba sudando como un pollo. Dijo Musculoso, quien se sacaba su remera transpirada y se ponía otra.


- Menos mal que no salimos hoy, una lástima lo del festival de esta noche. Se lamentó Fantasmano.


- No tienen de qué preocuparse, chicos, esto se hará igual, las lluvias aquí no duran mucho. Les tranquilizó Mima, ya que ellos se hallaban de visita en el Templo Hakurei.


Mordecai se hallaba con Nube, contemplando la lluvia, pero para Reimu había algo que le perturbaba.


- ¿Señorita Reimu? Preguntó Nube, al ver a la Miko tan callada.


- ¿Está bien? Preguntó Mordecai, por su parte, la chica se hallaba concentrada en su meditación, no decía nada al respecto.


- ¿Qué le pasa? Quiso saber Rigby, el cual entró a la habitación.


- Shh, silencio. Pidió la Miko en aquellos momentos.


- ¿Cuál es el problema de ella? Se preguntó Eileen, mientras que salían y dejaban a solas a la chica de cabellos negros.


Reimu quedó sola en la habitación, hundida en sus pensamientos, intentando llegar a la causa de por qué ese repentino cambio en el tiempo de Gensokyo.


- "Algo raro está pasando en las Montañas Youkai, pero, ¿Qué es? ¿Acaso será un Incidente?"  Se preguntaba ella, quien podía ver que algo extraño estaba ocurriendo más al Norte de Gensokyo.


Mientras tanto, a la espera de que Reimu saliera de su meditación, los chicos estaban conversando sobre lo que podrían hacer ese día, hasta que de golpe, salió la Miko de su estado de pensamientos y se podía apreciar una gran preocupación en ella.


- Reimu, ¿estás bien? Preguntó Marisa.


- ¿Quién fue el tarado que tiró las piedras ancestrales del Templo Moriya? Quiso saber la Miko en aquel momento.


Todas las miradas fueron hacia Rigby, que como recordaran, el día que llegaron a Gensokyo, habían terminado en el Templo Moriya, territorio de la Miko Sanae Kochiya y sus Asistentes y en donde, ante la aparición sorpresa de Momiji Inubashiri, la cual estuvo por atacarlos pero al final les perdonó la vida. Sin embargo, por un tropiezo de Rigby, quien terminó derribando, sin querer, las Piedras Ancestrales del Templo, la Guardiana de las Montañas intentó atacarlos porque eso había sido considerado un acto de blasfemia hacia la Diosa de la Montaña, por lo cual procedió al ataque, pero ellos habían escapado del peligro, para luego terminar teniendo otros problemas.


- ¿Qué? ¿Qué me miran? Quiso saber el castaño.


- ¿Por qué no nos dijiste sobre lo ocurrido en el Templo? Preguntó Mordecai.


- Bah, ¿A quién le importa? Solo son un montón de piedras. Se defendió Rigby, molesto.


- Viejo, creo que tendrás que ir tú para pedir perdón a la Diosa de las Montañas, antes de que toda Gensokyo se convierta en la "Nueva Atlántida". Le dijo Mordecai.


- ¡¿Qué?! ¡No pienso ir solo, está esa Chica-Lobo que va a destruirme en cuanto ponga un pie en las laderas montañosas!. Se negó a ir el castaño.


- Yo iré contigo. Le dijo Eileen.


- No, debes quedarte, Corazón, no quiero que nada malo te pase. Pidió Rigby, pero ella desistió, no iba a permitir que su novio le pasara algo malo mientras que estaban de misión en las Montañas Youkai.


- Está bien, andando, ambos nos cuidaremos. Prometió Rigby y fueron despidiéndose de sus amigos.


- Cuídate, hermano. Se despidió Mordecai de su amigo.


- Lo mismo ustedes, por cierto, Musculoso, Fantasmano, si algo me pasa. Dijo Rigby a ellos dos.


- ¿Sí? ¿Qué es? Quisieron saber ellos tres, sumando a Starla.


- ¡Que ni se les ocurra vender mis cosas, en especial a "Trampi"!. Les dejó su advertencia, sabiendo que ellos podrían hacer eso con sus pertenencias, incluyendo su preciado Trampolín-Cama. 


- Tranquilo que eso no pasará. Tienes mi palabra. Le prometió Benson.


- Bien, andando. Dijo Rigby y salió con Eileen, Marisa y Reimu con rumbo hacia las Montañas Youkai.


Una vez que se subieron a la escoba de la rubia, partiendo hacia el Norte, mientras que Mordecai, Nube, Benson, Skips, Papaleta, Musculoso, Starla, Fantasmano y Thomas los observaban irse, el esposo de Starla sacó lápiz y papel, anotando lo que vendería de las pertenencias de Rigby.


- Haber, ¿cuánto me saldrán las cosas de Rigby?. Comenzó a calcular, mientras que sus amigos se llevaban las manos a la cara.


- Bueno, a esperar. Pidió Nube y bajaron hacia la Aldea Humana para ver si todo iba bien con respecto a que no ocurrieran inundaciones o pánico por aquel incidente.


Solo el tiempo iba a decirles si podrían detener la furia de la Diosa de la Montaña y a su vez, evitar que Gensokyo quedara bajo las aguas de las lluvias.








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