Capítulo XV

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo XV:

- "Parece ser que los incendios del Sector Oeste de Chicago finalmente se han apagado. Esto es muy favorable para aquellos que viven allí. En otras buenas noticias, la energía ha vuelto a gran parte del Estado de Ohio. La buena gente de Midway logró volver a poner en marcha el Reactor B. Les queremos agradecer a estos profesionales por mantener la red eléctrica en estos tiempos tan difíciles".- Transmitían desde la radio aquellas últimas noticias de suma importancia. El coche avanzaba sin detenerse, Aiden conducía con la vista clavada en el camino, Saeko, por su parte, podía observar a aquellos podridos que deambulaban, gruñían y se alimentaban de los cuerpos de aquellos que no habían tenido tanta suerte en sobrevivir a esas duras condiciones.

Una mujer zombie, la cual tenía el cuello cercenado y la cabeza se le movía de un lado para el otro, mostró los dientes ante las luces del auto que avanzaba. De golpe, un brillo llamó su atención y en un abrir y cerrar de ojos, un arco descendente dio contra lo que quedaba de aquella "estructura" que la sostenía, llevando a que la cabeza volara por los aires hasta impactar contra el asfalto. Saeko había sido la responsable de aquella decapitación, habiendo sacado la mitad de su cuerpo por la ventana y de que cargara para cumplir con su "objetivo". Una vez terminada su labor, volvió a enfundar la katana que portaba, devolviéndola a su funda.

- No podía dejar a esa maldita de pie. Podría haber atacado a más inocentes.- Sostuvo la joven, quien dejaba su arma debajo del asiento, teniéndola siempre a su disposición.

- Lo sé, pero debes tener cuidado. Estamos ante la Oscuridad de la noche y aunque esa zona tenía luz, muchas otras no contaran con suministro eléctrico hasta que vuelva aquí el servicio.- Le aconsejó su novio con aires de preocupación.- No quiero que te mueran esas cosas.

Ella comprendía la situación y más al hallarse en un momento crítico al tener a su hermana en peligro junto a su sobrino. Conocía su historia, la tragedia de Lena Pearce y todo el camino que él recorrió, aunque éste no fue fácil, fue todo un "sendero con espinas" que le hicieron sangrar y el final, a pesar de haber obtenido la Justicia y de descubrir la corrupción del Alcalde Rushmore, el precio que tuvo que pagar fue muy caro: La muerte de Clara Lile y de que Nicky con Jackson tuvieran que irse de Chicago por su seguridad, era algo que volvía a golpear a su puerta, como un viejo recuerdo que se negaba a ser guardado.

Aiden, por su parte, pisó el acelerador, se oyó una sacudida brusca y un cuerpo salió despedido, impactando contra el pavimento. Saeko se asomó y miró de que lo que golpearon había sido otro zombie.

- No te preocupes, ya no volverá a molestar. Vamos empatados.- Señaló ella aquel "juego" de eliminar a las criaturas revividas, pero al ver el rostro cargado de preocupación de aquella persona, dirigió sus manos hasta las de él.- Sé lo que se siente estar en tu posición, llevas una carga muy importante en tu espalda, Aiden. Encima de todo, el haber perdido a Lena y luego a Clara han sido unos golpes muy devastadores para ti y tu entorno social. Pero cuentas conmigo y mis amigos, ¿piensas que podría dejarte en esta cruzada?.- Negó con la cabeza.- No, nunca, estamos juntos en esto. Lo hicimos en el Pasado y lo volveremos a hacer ahora.- Prometió, llevando a que Pearce la mirara y tocara su mejilla derecha.

- Nunca me podría perdonar si algo te pasara a ti o a tus amigos. Nos protegeremos entre todos, como hemos hecho desde el inicio y sin importar las adversidades.- Respondió y eso era algo muy motivador.- Ya tuve muchas tragedias en mi vida, nadie más va a morir por culpa de "Defalt". Lo detendremos a toda costa.- Prometió.

- ¡Así se habla!.- Le felicitó su novia.- Aunque me pregunto cómo lo tomará la Señorita Nicole con respecto a lo nuestro.- Indagó sobre aquella cuestión sumamente importante.

- No te preocupes, ella lo irá analizando de a poco.- Alegó Aiden y de ahí fueron internándose en uno de los túneles de salida que conducían hacia las afueras de la Ciudad de Chicago.

Su trabajo no parecía tener fin, era como un "Bucle" o "Loop" donde todo volvía al mismo punto de arranque, su gente había dado con el paradero de la residencia en la que Nicole y Jackson vivían, pero éstos aguardaban órdenes de su Jefe para atacar. Pero ¿qué clase de mandato tenía una persona que dejaba a sus fuerzas a la espera?. Sabía bien que, en el caso de que los militares los descubrieran, era posible de que los objetivos salieran de allí y se escaparan. El peor camino era toparse con el "Justiciero de Chicago" y que se desatara un tiroteo, además de que vinieran con aquellos estudiantes de Japón.

- ¿Cuánto más vamos a esperar?. Este "Defalt" nos quiere ver la cara de estúpidos.- Dijo uno de los milicianos.

- Tranquilo, Earl, tranquilo, no seas tan exasperado. Pareces un niño cuando le van a dar la boleta de calificaciones y teme por el castigo que le den sus padres.- Argumentó su colega, el cual yacía tranquilo.

- ¿En serio?. Pues te hago recordar de que, además de estar aquí, como unos idiotas, tenemos a los malditos militares allá afuera y los zombies pueden llegar en cualquier momento.- Le advirtió Earl, quien tenía su M-16 listo para cuando hubiera que entrar en acción.

Y no estaba equivocado ni errado, los jeeps y helicópteros "Black Hawks" rondaban por los Cielos, éstos últimos empleaban aquellos poderosos reflectores para iluminar las zonas oscuras, cumpliendo las labores de patrullaje en caso de que aparecieran los muertos vivientes. Aún no se habían reportado casos de disturbios ni saqueos, pero una tensión muy latente persistía entre los habitantes y solo se necesitaba una "chispa" para que el polvorín estallara por los aires.

Por su parte, Nicky se encontraba empacando sus cosas junto a Jackson. Su madre se veía tranquila pero, en el fondo, yacía muy preocupada por lo que estaba ocurriendo. Esa gente seguía estacionada y no parecían querer irse, además de que, en algún momento, los militares iban a llamar a la puerta para que salgan y fueran a los refugios establecidos por ellos.

- Mama, ya estoy listo, ¿salimos para que nos vea el Tío Aiden?.- Preguntó su hijo, quien ya había crecido y tenía 13, aparte de que estaba logrando reconocer la situación que vivieron por la devastadora muerte de Lena, su hermana menor. Nicky no parecía moverse de la cortina, estaba quieta, estática hasta que ella volvió en sí.

- No, no, tranquilo, él va a tocar el timbre. No te preocupes, Jacks. Todo estará bien, ¿sí?. No hay nada de qué temer.- Respondió ella a su pregunta, acariciando su cabello y de ahí dándole ánimos.

El coche atravesaba aquel túnel repleto de autos volcados y en llamas. Muchos habían colisionado o quedaron abandonados por sus ocupantes, sin llegar a conocerse el destino por el que tuvieron que pasar. Un olor a fuego, combustible y carne humana llenaba sus fosas nasales, por lo que Saeko subió la ventanilla ante aquella "fragancia" tan repugnante y que casi le causaba ganas de vomitar.

- Es horrible. Lo sé, ya había sentido eso en Tokonosu, cuando salía de la Central abandonada del "Ctos".- Le contó de aquella "aventura" que tuvo en ese lugar.

- Dios, me cuesta describir con mis propias palabras esto.- Dijo la Capitana del "Club de Kendo", mientras que luchaba contra las nauseas.

- Mira, ya estamos saliendo, el aroma de los pinos y la Naturaleza alejara eso.- Señaló hacia el final del túnel y de ahí se descubrió que estaba en lo correcto. Bajó la ventana y de ahí pudo sentirse ese cambio de aire.

Pasaron una estación de servicio, la cual tenía colgada una enorme pancarta que decía "No hay más gasolina. Vayan a la próxima, cuatro kilómetros". No era una buena señal, a pesar de que contaban con el tanque lleno y podían realizar un viaje de ida-vuelta sin problemas, pero la cuestión estaba centrada en los posibles traslados que harían para seguir aprovisionándose de comida, municiones, medicina, agua y combustible.

- Y era verdad lo que decían: Un error tan pequeño, diminuto como un grano de arena, puede llevar al Mundo a las puertas del desastre.- Dijo Saeko, mientras que miraba por la ventana del asiento del copiloto y se recostaba.- Bueno, tengo que admitirlo, siempre fue así.

Aiden permanecía con la vista clavada en el camino y acelerando. No faltaba mucho para llegar hasta aquel pueblo donde se encontraban su hermana y su sobrino.

- ¿Conoces a Morgan Robertson?.- Preguntó Saeko, quien intentaba romper el hielo.

- Sí, lo leí una vez. Dicen que era muy "místico", que un "Espíritu Amigo" le inspiraba a que escribiera.- Respondió con un tono interesado, mientras que se concentraba en su labor.

- Exacto, según sus palabras, pero tenía una visión de lo que podía ser el Futuro. Míralo bien: Repetimos el mismo error que señaló Robertson en su novela "El Hundimiento del Titán o Futalidad". Le hemos puesto una enorme Fe ciega en la tecnología, de que ésta puede resolver todos nuestros problemas y eso llevó a que, sin ningún límite o definición establecida, causó el naufragio del "Titanic" en 1912 y el estallido de la Primera Guerra Mundial.- Dio a conocer aquel contexto histórico y estableciendo un "puente" entre el Pasado y el Presente.

- Por desgracia es cierto lo que dices.- Aiden la miró y luego se pudo observar un cartel que señalaba la posición de aquel sitio, así que fue reduciendo la velocidad. No se veían zombies por allí, en grandes cantidades, pero algún que otro "errante" perdido sí estaba hasta que fuera abatido por alguna patrulla de la Policía.- Y la Humanidad seguirá cometiendo estos errores, no aprenderá jamás pero también estarán aquellos que son capaces de hacer frente a los poderosos. Y es allí donde nosotros entramos.- Objetó y la chica asintió con la cabeza.

- Jejeje, "Zager and Evans" con su canción "In the Year 2525" estaban en lo correcto. Algún día, una máquina hará todo nuestro trabajo y lo estamos viendo. La robotización está quitándole el trabajo a los Humanos, éstos se irán volviendo flojos, dependientes de la tecnología y sin saber las consecuencias de sus actos.- Recalcó Saeko y de ahí se vieron unas luces de color rojas y azules. Un hombre sostenía una linterna y al enfocarse más con los faros del coche, notaron de que la Policía estaba montando un "Puesto de Control".

El agente les indicó de que siguieran su camino, mientras que Aiden veía las luces de la pequeña ciudad que seguían funcionando.

- ¿Escuchaste a esa banda?.- Preguntó su novio.

- Hay algunas cosas que aún no conoces de mí.- Respondió la chica con un tono divertido.- Pequeños detalles, lo más importante ya lo sabes, pero sí, ese es uno de los mencionados anteriormente. La escuché una vez cuando estaba sola en mi casa, te debes imaginar lo que debe ser una Capitana del "Club de Kendo" y escuchar una canción así de deprimente, pero no importa, es algo que llama mucho la atención y te deja un importante mensaje: La Humanidad debe escoger su camino hacia el éxito o la destrucción.

- No podía estar más de acuerdo contigo.- Le respaldó Aiden y de ahí notó que estaban llegando.- Muy bien, es aquí, estemos listos.- Pidió y fueron internándose en el camino principal que iba desde la entrada de la ciudad hasta la calle principal.

- Espera.- Le hizo Saeko una seña a su novio, quien frenó.

- ¿Ocurre algo?.- Preguntó el Nor-Irlandés y ella apuntó hacia un coche que se encontraba estacionado, sospechosamente, justo por el camino en el que se dirigían para sacar a los dos parientes del americano.

- Esa camioneta la reconozco.- Señaló hacia aquel vehículo.- Es de la "Milicia de Pawnee". Estoy seguro de ello.- Advirtió y Saeko afianzó la vista para clavar en aquel punto que no estaba tan lejos.

Ella volvió a su asiento y lo miró.

- ¿Hay otro camino que conduzca hacia el domicilio?.- Inquirió pero no hubo tiempo para responder.

De golpe, un disparo resonó en la distancia y las sirenas de la Policía comenzaron a sonar por toda la ciudad, mientras que comenzaba a cundir el pánico.

- Earl, ¡Earl, despierta, perezoso!.- Le llamó su compañero y éste abrió los ojos, mientras que ponía en marcha el auto.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué nos vamos?.- Preguntó el miliciano.

- Cambio de planes: Llegaron los "Podridos", que se encarguen de ellos.- Respondió y se fue alejando de allí.

- ¿Qué mosca te picó?. A "Defalt" no le va a gustar.- Sostuvo con seriedad.

- Que ese hacker de mierda venga y me lo diga en la cara.- Sentenció y partieron de allí.- No voy a ponerme en peligro por esto. Si hay que matar a Pearce, entonces lo haremos más tarde.- Auguró y desaparecieron en medio de la noche.

- ¿Qué hacen ahora?. Se retiran, ¿están locos?.- Preguntó Saeko, quien fue testigo de aquel escape.

- Sea lo que sea que haya pasado, debe estar conectado con ese disparo y el miedo que está surgiendo por las calles.- Sostuvo Aiden y estaba en lo cierto, ya que los tiroteos comenzaban a aumentar su intensidad a más no poder.

Una serie de columnas de humo comenzaron a ascender por los Cielos de la noche junto a unas explosiones que tuvieron lugar al Oeste y Sur de la Ciudad. El ataque de los muertos vivientes había empezado, por eso Aiden se bajó del coche junto a Saeko, armados con su M-16 y la katana con las Pistolas Desert Eagle que portaba la chica y pusieron rumbo hacia el domicilio donde vivían Nicky y Jackson.

Cruzaron hacia la otra cuadra cuando vieron pasar a una patrulla a toda velocidad, luego vinieron dos más y los colores de sus sirenas aumentaron. No había tiempo para conjeturas y preguntas, había que cumplir con aquel "recado".

Llegaron hasta la puerta y Aiden llamó a la misma.

- ¡Nicky, soy yo, sal, vamos!.- Dijo a sus ocupantes.

- Es el Tío Aiden, mama.- Reconoció Jackson aquella voz.

- Sí, es verdad, sabía que vendría. Ven, ayúdame con las maletas.- Pidió su madre y le dio una mano con aquello en cuestión.

Unos segundos después, la puerta se abrió y allí, ante sus ojos, ambos hermanos se reencontraron. Nicky no pudo contener las lágrimas de la emoción, por lo que se abrazó con fuerza a Aiden, sin soltarse por ningún momento del castaño Nor-Irlandés. Aquellas mismas empapaban el abrigo de éste, quien pasó su mano por los cabellos de la joven, teniendo los ojos humedecidos, en su totalidad, por ese reencuentro.

Saeko los estaba observando en el camino de piedras que conducía hacia la casa y sonrió al ver esa tierna escena. No podía negarlo, su novio había prometido que iría a por su hermana y sobrino, cumplió con su palabra y ahora que estaban reunidos, ella estaba "calculando" el momento para que pudiera presentarse. Solo necesitaba tiempo para que ellos terminaran con lo que estaban haciendo.

- No sabes lo feliz que estoy de volverte a ver, Aiden.- Dijo Nicky, secándose las lágrimas.

- Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, pero aún fui a visitarlos para seguir en contacto entre nosotros.- Alegó Pearce y ella hundió su cabeza contra el pecho del castaño.- Tranquila, ahora vámonos de aquí y vayamos para un sitio seguro.- Una vez dicho eso, la joven dirigió su mirada la acompañante de su hermano.

Y aquel momento fue la "señal" para que Saeko caminara hacia la rubia.

- Un momento, esa chica, ¿quién es usted?.- Preguntó ante esa escena, por lo que la joven hizo un clásico saludo Oriental.

- Es un placer en conocerla, Señorita Pearce Nicole. Soy Busujima Saeko, Capitana del "Club de Kendo" de la "Academia Fuyumi" y novia de su hermano.- Hizo su presentación, la cual dejó sin palabras a la hermana de Aiden.

No sabía cómo expresar ese momento y más al no haber escuchado esa parte de la vida de su hermano mayor. Habían pasado 3 años desde la "Primera Pandemia Z" y ella, a sus 37 años, le costaba digerir ese momento. La peli lila caminó hacia la rubia y quedó cara a cara con la mencionada.

- Nicky, escucha, yo...- Habló Aiden con ella, pero hizo una seña de que no dijera nada. Necesitaba respirar un poco ante toda esa información.

- Señorita Pearce, sé que está sorprendida por lo que acaba de escuchar, pero es la verdad y su hermano mayor es un héroe en Japón. Gracias a él, logró derribar a los corruptos que estaban apoyados por "Blume" y en especial puso fin a la Familia Shido, cuyo hijo había arruinado la vida de una de mis amigas de la "Academia".- Intervino la joven peli lila.

No hubo respuesta, se encontraba callada en aquel momento.

- Aiden.- Rompió ella el silencio.- ¿Por qué no me lo dijiste?.- Preguntó a su hermano, quien vio que estaba en lo cierto.- Debiste habérmelo dicho.- Lanzó una pequeña risa, dándole un golpecito al hombro derecho de éste.

Acto seguido, caminó hacia donde estaba Saeko y le tomó de las manos. Luego de ello, le dio un abrazo a la joven.

- Es un placer conocerla, Capitana.- Saludó con respeto hacia la posición que ésta ocupaba.

- Lo mismo digo, Señorita Pearce, pero será mejor subir al coche, la situación no es para nada favorable en las calles.- Sugirió la peli lila y con una gran rapidez cargaron las maletas en el baúl y se subieron.

- Muy bien, sujétense bien.- Pidió Aiden, mientras que Saeko se sentaba a su lado. Encendió el vehículo y enfilaron el rumbo hacia "El Búnker".

[Un capítulo tranquilo pero que precede a la tormenta que se está por desatar. Nicky ha conocido a Saeko pero aún queda un poco más por desarrollar, lo mismo para Jackson Pearce, el sobrino de Aiden.

Espero que les guste este capítulo, amigos. Mando saludos y agradecimientos para daniele853, Linterna Verde Franco, Tarma Jones y los demás seguidores.

Cuídense y buen día Martes para todos ustedes, Camaradas.].

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro